2_ ¿Y PORQUÉ NO?
¿Obsesionado? ¿Quién coño es obsesionado? Delante de él se ponían dos opciones: contestar o enviar a la papelera. No tenía a nadie agregado que tuviera ese nombre y no recordaba haberle dado su cuenta de correo a nadie. Seguro era algún pringado que como su propio nombre indicaba estaba obsesionado con él. Lo mejor sería no contestar, así que envió el correo a la papelera de reciclaje sin siquiera echarle un vistazo y se fue a la cama. Ese misterioso correo le había quitado las ganas de jugar.
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Kakashi no dejaba de mirar la pantalla de su ordenador. ¡Sería ingenuo!, pensar que Iruka leería su correo y además que le contestaría. Gai tenía razón era un pringado por quedarse allí toda la noche. Cogió una toalla y se fue al baño para darse una ducha relajante.
Se quitó la ropa y se miró al espejo. No tenía cuerpo de un chico de su edad iba mucho mas desarrollado que el resto de sus compañeros de clase, bien podría pasar por uno de diecinueve. Al ver su imagen masculina reflejada no pudo más que acordarse de él, Iruka. Se metió bajo el tibio chorro de ducha que llevaba cayendo desde hacía un rato. Su erección comenzó a crecer pues las imágenes de ese moreno cuerpo debajo de él no se iban de su mente. Accionó el agua fría, dando pequeños grititos y tiritando por lo helado que estaba el líquido que recorría su perfecta piel. Sin embargo, su sexo seguía tan palpitante o más que antes por lo que tuvo que volver a masturbarse pensando en él. Jadeando su nombre, recordando su cuerpo...él sería un pringado, pero es que Iruka era un dios.
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Giraba sin parar en su cama de matrimonio, hasta que se levantó enfadado y se sentó enfrente del ordenador. Ese maldito correo, la intriga no le dejaba dormir. Fue hasta la papelera del reciclaje y restauró el tan famoso correo, volviéndolo a tener en la bandeja de entrada. Lo abrió y comenzó a leer.
"Querido señor Umino Iruka:
Llevo un tiempo siguiendo su trabajo de cerca y me encantaría conocerlo a usted del mismo modo para poder charlar y tomar algo. Mi nombre es Hatake Kakashi. Soy blanco de piel, ojos negros (1) y piel blanca. Mi cabello es plateado y mi estatura es de 1.80. Espero obtener una respuesta por su parte.
Atentamente,
Hatake Kakashi"
Un correo interesante, pero se necesita mucho mas para quedar con Umino Iruka. De nuevo tenía que decidir si contestar a ese tal Kakashi o no. En verdad ese día se encontraba de buen humor, porque le apetecía divertirse un poco con ese tal Kakashi, así que le dio a responder y comenzó su plan.
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Volvía de la ducha con su cuerpo totalmente desnudo mientras secaba sus cabellos plata con una toalla. Entró en su cuarto y se dirigió a su ordenador para apagarlo y dormir un poco. Al encender le monitor se desplomó en la silla:
"Tiene un nuevo correo electrónico en su bandeja de entrada"
Umiru
Su corazón latía a mil y por hora y sus piernas fallaban. El nerviosismo se apoderó de su ser y temblando como un flan lo abrió:
"Hola Hatake Kakashi:
No se quien eres y de verdad que me importa muy poco, pero hay poca gente que se haya atrevido a mandarme un correo. Por eso, y por que hoy me encuentro de buen humor, espérame mañana en el café de la calle 13 a las seis en punto de la tarde. Lleva unos pantalones negros, camiseta de tirantes verde y gorra negra. Leva un libro y una rosa amarilla. Falla en algo y no me acercaré ¿entendido?
Adiós,
Umino Iruka"
Sus ojos estaban abiertos como platos. Su mente se quedó en blanco y una frase retumbaba en su cabeza...Salió como una exhalación, corriendo y gritando por toda la casa, los nervios no le permitían hacer otra cosa.
Cuando pasaba junto a la puerta de entada, esta se abrió dejando a un Gai petrificado. Ante el "pelo cazo" estaba su amigo en cueros con los brazos en alto y con un grito escapando de su garganta. Lo peor de todo es que detrás de Gai venían todos sus amigos, por lo que Kakashi volvió a correr hacia su cuarto, pero en este caso de vergüenza.
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Era increíble como se había rebajado al contestarle a ese tipo, pero...no podía evitarlo. La excitación recorría todo su cuerpo. ¿Y si no aceptaba? Como no va a aceptar, ese tipo era el que quería verlo a él. Se movía por la habitación como una fiera enjaulada, dando enormes caladas a un cigarrillo rubio mientras contemplaba las luces que iluminaban toda la ciudad. La musiquita que anuncia que se tiene un nuevo mensaje le hizo salir de su ensimismamiento. Lo abrió y leyó con agrado como el muchacho, ese tal Kakashi aceptaba su invitación. Acabó de fumarse el cigarro satisfecho y se fue a la cama.
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Humillación. Humillación era la única palabra que su mente podía decirle. Todo el mundo le había visto en cueros y, aunque no tenía porque avergonzarse...lo hacía. En fin, por lo menos ya le había dado la confirmación a su querido Iruka. Que nervios se le ponían nada mas pensar en ello. Esa noche se durmió raramente pronto. Hacía mucho que dejaba el porno de lado y es que para que quería mirar a Iruka en una pantalla si mañana lo tendría en su cara...
El pitido del maldito despertador le sacó de su maravilloso sueño. Abrió los ojos pesadamente para saber porque hacía tanto ruido ese aparatito del demonio. ¡¡¡¿¿¿¿QUEEE????!!!! Eran las cinco y veinticinco. Claro, al ser sábado no puso el despertador. Dios, ese café le quedaba realmente lejos y tenía que vestirse como Iruka le había pedido. Corrió de un sitio para otro de la casa ante una sorprendidísima mirada de Gai, que cada día lo encontraba más raro. A las seis menos cuarto salió por la puerta del apartamento y corrió con todas sus fuerzas hacia su destino.
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Estaba dispuesto a hacer esperar a ese tal Kakashi, por lo que no tenía que acudir a la "cita" puntual. Aun así a las seis menos cuarto estaba en el café de al lado observando a todo el que entraba y salía de él y a todos aquellos que ese sentaban en la terraza. Era innegable el creciente interés que tenía por ese desconocido, pero si no le agradaba... se largaría y lo dejaría allí plantado. Era un plan perfecto.
Cuando solo faltaban dos minutos para la hora acordada un jovencito le llamo la atención. Era realmente bello. No recordaba haber visto a un ser tan perfecto en su vida, pero...demasiado joven para él. Un momento, esa ropa, ese pelo asomando por debajo de la gorra negra, ese libro y esa rosa... ¡era él, era Kakashi!
Se acercó temeroso, aunque lo ocultaba muy bien. Cosa fácil teniendo en cuenta que era actor. Se sentó en la silla de enfrente del muchacho y vio como este agachaba su cabeza avergonzado.
Iruka_ ¿Tu eres Hatake Kakashi?
Kakashi_ Hai..._ dijo mirando al suelo con las mejillas al rojo vivo
Iruka_ Pero, solo eres un niño..._ comentó apenado, mas que otra cosa.
Kakashi_ Yo no soy ningún niño, solo eres seis años mayor que yo
Iruka sonrió. Ese muchachito tenía carácter, el suficiente como para hacerle frente, eso le ponía. Aparte de que para nada parecía un niño con esos hombros anchos y esos pectorales bien formados que se dejaban ver gracias a lo entallada que era la camiseta.
Hablaron largo tiempo de la "pequeña" obsesión que Kakashi tenía por el castaño, de la vida de ambos, y finalmente, de lo que había impulsado a Kakashi a mandarle ese correo.
Iruka_ Mira Kakashi, voy a ser sincero contigo. Me pones muy caliente pequeño_ ese comentario le sorprendió hasta a él mismo_ Debido a mi profesión el gusto que tengo por le sexo es casi nulo, pero tu evitas que eso siga por el mismo camino. Yo no puedo darte la relación de ensueño que tú quieres. Simplemente sería sexo, nada de koi, ni pareja...NADA. Es lo único que puedes esperar de mí, lo siento.
Kakashi en verdad quería a ese hombre. No solo por su cuerpo o su cara, aunque en un primer momento fuera así, sino porque despertaba en él sentimientos que jamás experimentó con nadie. La decisión era difícil. Sabía que si aceptaba se haría daño a si mismo, pero que si no lo hacía perdería a Iruka para siempre, sin siquiera haberlo tenido.
Kakashi_ Iruka, yo...
Iruka_ Antes de que digas nada déjame que te explique. En mis películas siempre ejerzo de uke, pero en la vida real el seme soy yo. Esto es así porque con mi entrada trabajo y mi pene lo reservo para mi y mis amantes. Soy un seme muy exigente. Me va el sado y me gusta hacerlo como y cuando yo quiera. No quiero forzarte a nada que no quieras hacer realmente, por ello, piensa tu respuesta antes de contestarme ¿de acuerdo?
Kakashi_ Me lo he pensado bien Iruka y... tu serás el seme, donde y cuando tu quieras. No me importa el sado, me da igual si estoy contigo.
Iruka_ NO_ dijo dando un golpe en la mesa_ ese es el tipo de cosas que debemos evitar ¿lo entiendes?
Kakashi_ Hai Iruka, pero aun así acepto tu propuesta...
Iruka_ En ese caso, debo probar que serás un buen uke para mi, porque si te revelaras me pondría furioso y tengo muy mala leche. Esto no va de dominación, pero yo necesito un grado de placer y si sigues mis pautas sabrás proporcionármelo.
Marcharon del café, tras haber pagado la cuenta y caminaron hasta llegar a un cine. Allí Iruka sacó dos entradas de una película muy rollo que tenía la sala medio bacía y entraron. Sus asientos estaban en la última fila en una esquina, por lo que localizarlos hubiera sido difícil. La película comenzó y prestaron atención a la pantalla.
Cuando llevaba unos diez minutos Kakashi notó como una mano se deslizaba por encima del bulto de su entrepierna haciendo a este crecer. Nunca nadie le había tocado allí y esas manos sabían muy bien como hacerlo. Pequeños gemiditos que intentaba acallar escapaban de su boca, poniendo a su acompañante más caliente si podía.
Iruka_ Para ser tan pequeño no estás nada mal dotado...espero que no me quites el puesto..._ susurró en el lóbulo blanco que posteriormente mordió salvajemente.
El comentario tranquilizó a Kakashi un poco, parecía que Iruka no era tan frío como daba la primera impresión.
Iruka_ Ahora pequeño mío, quiero que me hagas una... ¿como lo diría para no herir tus sentimientos?... ¿felación?
Kakashi_ Pe-pero Iruka, yo-yo-yo nunca he...no se..._ dijo apenado
Iruka_ Tranquilo, para eso estoy yo, para enseñarte...Mira, primero debes saborearlo como si fuera un helado.
Kakashi agachó la cabeza hacia ese enorme miembro que le daba la bienvenida. Ese pene con el que tantas noches había deseado estar, lo tenía en frente de su cara, en mitad de un cine. Esa tensión de ser pillados, hacía que su propia erección creciera, era excitante esa situación. Se puso de rodillas en el suelo para estar más cómodo y comenzó a recorrer los rasurados testículos del mayor. Subió lentamente por la hombría llenándola toda de su saliva. Oía mas arriba al moreno gemir y es que este nunca había sentido tanto placer. Se notaba que esa caliente lengua era inexperta y tímidamente iba bañando toda su zona genital, y eso le excitaba más que cualquier otra cosa.
Kakashi tenía ya calambres en la lengua de tanto pasearla así que introdujo lentamente el moreno miembro en su boca, rozando el glande con sus labios, succionando este mientras su lengua jugaba con los pliegues. Iruka se contorsionaba por el dulce placer que estaba recibiendo, ese niño era estupendo. Comenzó a bombear su cabeza con gran habilidad, notando los espasmos de la carne que estaba en el interior de su boca anunciando el orgasmo. Iruka agarró de los cabellos plateados con fuerza y retiró a Kakashi de su miembro.
Iruka_ Seria muy fuerte que la primera vez que lo haces, terminara en tu boca...ah...tenemos mucho...ah...tiempo..._ decía mientras masturbaba su pene frenéticamente ante una mirada de enfado de Kakashi.
Iruka levantó su camiseta negra dejando ver al mas pequeño su perfecto torso, el cual se manchó con su semen dando un contraste perfecto entre el moreno y el blanco. Kakashi agachó su cabeza a este ante la sorprendida mirada del castaño y comenzó a lamer toda la esencia derramada limpiando cada pedacito de piel morena.
Iruka_ Eres un pequeño pervertido_ le dijo dándole un enérgico beso al de piel nieve.
Kakashi_ No, simplemente no quería que se te manchara la camiseta_ insinuó lamiendo sus labios y sonriendo inocentemente.
Esa noche Kakashi llegó a su casa tras haber pasado una tarde de ensueño, con el chico de sus sueños...