Las arenas del tiempo eran densas.
El viento las llegaba en contra de nuestra dirección.
¿No hemos sido tú y yo, Eriol, los eternos viajeros en contra de la corriente?
Me gustaría que alguien respondiese esa pregunta.
La única manera de continuar nuestro viaje era internándonos en las salientes rocosas de las montañas Azules.
Se levantaban sus picos tétricos y solitarios a lo lejos.
Aún no sabía qué estábamos buscando, pero Eriol parecía muy seguro de la dirección que debíamos tomar.
Nos detuvimos a descansar luego de dos días de camino.
El rostro de mi amo escudriñaba el horizonte.
- No hay Apsus a la vista... - murmuró - ... entonces creo estar en lo cierto...
- ...en lo cierto...
- Um.. Marcus..., estaba pensando en voz alta.
No esperaba que repitiese mi nombre y menos que me dijera uno solo de sus pensamientos.
- Creo que los Apsus van a atacar exclusivamente a Exodus... que las almas de los perros le odian y su único deseo es matarle... por eso vinieron al campamento... incluso los que nos atacaron la primera vez tenían esa dirección...
Se veía algo triste por su honor perdido. Ser un caballero era todo para él. Era parte profunda de su ser. Como exiliado le resultaba duro conservar sus antiguos hábitos.
- Agnus...
Eriol se fijó en mí cuando pronuncié su nombre.
- Agnus tenía la esperanza de que te asesinara para que tu alma estuviese con él...
Mi amo se puso de pie.
No podía entender mi consternación.
Ignoró las palabras que acababa de pronunciar.
Nuestra cadena se hizo más delgada.
Le había herido.
Pero era la verdad y tenía que decírsela.
Al ponernos en camino me volvió a cargar.
Ya no protesté más.
En el fondo deseaba estar más cerca de él. Algo en mí deseaba que se olvidase de Agnus. Por eso le había revelado lo que me dijera Fiance antes de morir.
"Mírame a mí" - decía una voz que intentaba acallar en mi interior.
"Ya no lo recuerdes... mírame a mí"
Mientras viajaba apoyado en su pecho, me aferré a él.
Sentí el dulzor y la música que nuevamente llenaban mi cuerpo.
"No puede ser... estoy enamorado de Eriol... cuándo... cuándo ha sucedido esto..."
Sentia una culpa enorme pues no había olvidado a Agnus.
Para mí era una poderosa revelación. Era un sentimiento demasiado intempestivo.
Al cuarto día de nuestro viaje llegamos al pie de las montañas Azules.
Ya no podía mirarlo a la cara.
Él parecía no darse cuenta de mi nuevo estado.
Extendió su mano para ayudarme a subir la pendiente.
- Gracias...
- No agradezcas... sube... estás yendo demasiado lento...nuesta marcha no se puede detener... ¿estás herido?
- Disculpa...
Pudimos encontrar la primera saliente que daba a un grupo de grutas donde silbaba la tempestad.
- Nos quedaremos aquí, tenemos que pasar toda esta cordillera...
- A dónde nos dirigimos...
- A Babylon...
- ¿No es ese el lugar?... - tuve miendo de preguntar... aún existían jerarquías y él siempre sería mi amo - ... no se supone que Exodus y sus hombres se dirigen hacia allá.
- Exodus está perdido. No lo ha dicho pero lo he visto en sus ojos. No sabe qué rumbo debe tomar. Como su corazón se ha corrompido ya no es capaz de leer los designios del libro de Nod... sólo llevará a los caballeros a la ruina...
- Y cómo llegaremos nosotros...
- Yo he copiado una parte esencial de la ruta...
- ¿Dónde está?
Se descubrió la espalda.
No había una sola marca en él.
Hizo un esfuerzo leve.
Y empezaron a surgir los extraños criptogramas sobre su piel.
- Ese es el glorioso libro de nuestros ancestros... el libro de Nod...
Maravillado observaba aquella escritura olvidada y aquellos caracteres salidos de la imaginación de los dioses que le daban a su cuerpo un realce majestuoso.
- Gracias a ellos podremos llegar a Babylon... y descubrir la verdad...
- cuál... es la verdad...
- La verdad es... que Babylon, la ciudad Utopia a la que estamos viajando... está muerta... que los dioses nos han dejado solos...y tenemos que buscar otro sentido a nuestra existencia que viajar a ningún sitio... y después...
Me quedé tenso por que sabía que las palabras que vendrían me causarían un gran dolor.
- Después de eso cumplirás el deseo de Agnus. Me matarás y me llevarás con él.