La ciudad de Yuna estaba poblada por caprichosos edificios.
Sus formas son extrañas... alargadas... cónicas... triangulares...
Molinillos alegres son azotados por los vientos.
Desde abajo podíamos notar detalladamente sus formas.
- Cómo subir sin tener alas de ángel...- dije pensando en voz alta.
- Un Apsu - respondió Eriol - ... nos elevaremos utilizando la fuerza demoledora de un Apsu...
Vernhart se mantenía quieto como presintiendo sus palabras.
- Ha llegado el momento en que lo dejes... - mi Amo era fulminante - ... no nos puede seguir a donde vamos.
- Pero... yo...
- O prefieres que siga sufriendo de esa manera... no te parece injusto... para él...
- Sé que puede hacerlo...
- ¡Hasta cuando! ¡Hasta que caiga muerto ante tus ojos! ... Déjalo ir de una vez, Marcus...
Mis ojos otra vez se ponían cristalinos.
- Es más cruel que le dejes agonizando... tú tomaste esa responsabilidad al permitir el amor entre Dietrich y Khana.
- Agnus... murió - dije pensando en él - ... luego Fiance... y Erzebeth... y no pude hacer nada para evitarlo... no quiero perder a Vernhart... cuando alguien comete un error... cuando alguien se equivoca... ¿no puede por lo menos intentar corregirlo una sola vez?
- Marcus... ese corazón será tu ruina...
Sentí sus dedos finos acercarse a mis cabellos y retroceder arrepentidos.
- Permíteme llevarle hasta el final...
- Como tú lo desees
- Una cosa más.
- Sí...
- He decidido...
- Um...
- Que aunque tú dejes de amarme... yo...
Sin darme oportunidad a decirlo empezó a formar el Apsu entre sus manos.
- Cuando entremos a Yuna, nuestra cadena se romperá y la fuerza nos separará... intentaremos permanecer juntos el máximo tiempo posible...
Ya el sonido del viento azotaba mis oídos y apenas podía escuchar las palabras de Eriol.
Empezamos a elevarnos.
En la parte superior del vendaval intentábamos conservar el equilibrio.
Entonces un ataque se apoderó de Eriol.
Dietrich le había advertido que no realizara ese movimiento.
Y yo en vez de recordarlo había asentido.
Ya en los alrededores de Yuna fuimos separados por la potencia del huracán.
YO y Vernhart caímos al suelo y quedamos sin sentido.
Al abrir mis ojos encontré un niño muy hermoso que me vigilaba.
Tenía los cabellos rojos y los ojos del mismo color.
Intenté incorporarme.
Pisó mi espalda con una fuerza inimaginable dentro de él.
- Ehhh mucho cuidado amo Eriol - dijo con seguridad - ... no estoy dispuesto a dejarte en libertad...
- Um...
- Soy Steiner, jefe de la Orden Merievel, guardian de Yuna...
Sentía la presión aumentar.
- Ese debe ser Marcus, tu perro...- señalaba a Vernhart - ... parece mucho más débil de lo que había oído... aún así no me fiaré de ti... eres muy talentoso para ser un Amo... tu color es diferente...
Si Steiner me había confundido con Eriol eso le daría la oportunidad de actuar libremente dentro de la ciudad.
- Has destruído Eigon y Bandurria, asesino de ciudades... e incluso asesinaste al bobo de Dietrich... se lo dije varias veces cuando nos comunicábamos... ustedes iban a ser su perdición... pero creo que a las Marionetas de Eigon siempre les ha faltado un tornillo... no son como nosotros... los Espíritus Libres de Yuna...
Imposible escapar a su poder.
- Ni lo intentes... Eriol... te sellaré en la biblioteca de Paradox, y esperaré a que Exodus venga por ti... y lo destruiré con mis propias manos...
Bajó de mi espalda y me levantó los mechones de cabello lentamente.
- Es cierto lo que dicen... que eres muy hermoso...
Y me besó.
Sus labios suaves sacudieron mi cuerpo por breves segundos.
- ... delicioso... es una lástima que tenga que ser yo quien te mate...