Un monstruo de piedra con forma humana vino a escoltarme a la cámara de la muerte.
- Vigílalo bien, Donovan... después de todo es un amo y no sabemos qué tipo de trucos guarda éste en su interior...
La criatura tomó mis brazos ajustándolos hacia atrás.
- No te preocupes - Steiner daba cortos pasitos a mi lado - ... Donovan no te matará... a menos que yo cambie de opinión... es mi golem... y me ha acompañado desde que nací... todos en Yuna al nacer tienen un alma gemela que es su gólem... les acompaña desde el nacimiento a la tumba.
En los hombros, el golem Donovan sostenía al pobre Vernhart que se afanaba por respirar. Estaba muy agitado.
Antes de llegar a la cámara había una urna de cristal. En su interior, un cuerpo hermoso y sin vida descansaba.
- Le he creado yo mismo. Es el primer cuerpo artificial creado luego de tantos años... no necesito a los muñecos de Eigon para hacer mi propio Avatar. Cuando termine de sellarte tendré suficiente energía como para trasladar el alma de Donovan a este cuerpo... así ya no será sólo un golem... sino una persona con la que podré compartir emociones y experiencias...
- Steiner...
Él siempre había estado solo.
Desde que nació.
Por eso su sueño era tener alguien con quien compartir aquellos sentimientos.
A su modo comprendía a aquel niño por más cruel que se presentase.
Donovan me encadenó a una silla en la Cámara de Sellado.
- Ahora vete, tonto - dijo dándole una palmada en el brazo - ... y llévate al perro...
Intenté ver si había modo de zafarme pero era imposible.
- Amo Eriol - Steiner se sentó en mis piernas - soy el último ocupante de Yuna... lamentablemente mi maestro murió antes de transmitirme todo su conocimiento... así que cada extranjero que viene es para mí fuente inefable de experiencia... siempre intento obtener lo que necesito...
- Y qué deseas...
Me besó otra vez.
Era muy sensual para ser tan joven.
Y bastante desinhibido.
- Eres como las leyendas de Mythos lo han dicho... hermoso... atractivo... siempre supe qué eran los Amos... pero hasta no verlos no creí que fuera posible...
- Yo no...
- Es inútil que lo niegues... cautivador Eriol... mortal...
Pasó sus brazos rodeándome.
- Hay algo sobre todas las cosas que me gustaría aprender de ti...
Sus labios dulces iban y venían.
- Me gustaría que me hicieras el amor...
- Steiner... no...
- Oh... no se trata de que quieras tú... se trata de lo que yo deseo... tengo modos de hacer que hagas exactamente lo que quiero... pero no es igual... no quiero un muñeco... quiero ternura... pasión... todo... de ti...
- Por qué de mí...
- Por que estoy seguro que tú eras el de las leyendas...
- Cuáles...
- Lamentablemente no podré dejar que cumplas tu destino... aún así debo preguntarte...
- Um...
- ¿Qué se siente?
- Qué...
- ¿Qué se siente llevar contigo a Marcus?... conocer y enamorarse de la persona que ha nacido para destruir a los amos...
- Marcus...
- No me digas que no lo viste en la biblioteca de Eigon... Marcus... el Angel de Bandurria que llegó al mundo humano...el que acabará con los Amos...
- ... no puede ser...
- te has enamorado de él...
Multitud de imágenes caían en mi mente...
Agnus, Erzebeth... yo... aquellos recuerdos de Bandurria eran reales...
Entonces la tierra tembló.
- Alguien viene. ¡Escudo!
Vi sus ojos contraerse.
- Lo ha atravesado... viene hacia aquí...
El techo se derrumbó y apareció una demoniaca figura entre ambos.
- ¡Dietrich!
El alado destructor venía por el corazón de Steiner, guardián de Yuna.