Steiner, el hermoso niño, hizo nacer fuego negro de sus manos.
Dietrich rechazó el ataque cerrando sus alas de metal.
- Tu cofradía te ha legado importantes secretos - dijo Dietrich - ... pero dominar los fuegos fatuos es una arte que requiere muchos años más de los que tienes...
- Tsk - contestó Steiner llevando un mechón de cabello hacia atrás - ... no me subestimes, marioneta... aunque viniesen cien como tú ninguno estaría en posición siquiera de arruinar mi limpio rostro...
- La juventud va de la mano con la arrogancia...
Dietrich se mostraba tranquilo y misterioso.
Pero en su interior parecia latir una violencia sin límites.
Yo intentaba liberarme con todas mis fuerzas.
Steiner creó en el aire la espada de fuego.
El de cabellos plateados extendió las alas.
Cintas largas y azules empezaron a flotar en la atmósfera.
- Ars... longa.... (arte eterno)
Aquellas delicadas extensiones de tela cortaban todo lo que tocaban con sus filos como si fuesen de diamante.
Mis brazos quedaron atrapados por uno de los bordes recibiendo multitud de heridas y liberándome.
Dietrich se centraba en la frágil figura de mi captor por eso no fui asesinado en ese instante.
Éste, como si de un baile se tratase, esquivó suavemente el ataque del ángel oscuro.
- Eres un atrevido, muñeco de Eigon, no entiendo qué pretendes viniendo aquí de esa manera...
Y cortó con la espada todas las cintas a su alrededor reduciéndolas a nada.
- Conoces cuál es tu nivel y cuál es el mío... cómo te has arriesgado a venir hasta aquí... ¿tanto así deseas la muerte?
Dietrich dispuesto a ganar a cualquier costo reveló su motivo.
- He venido por amor...
En los ojos de Steiner apareció la envidia por aquel sentimiento.
- Siempre quise sentir algo así...
- Como un muñeco que regresó de la muerte he sido castigado por los espíritus de mi ciudad... la cuenta regresiva ha comenzado... si no consigo otro corazón tendré que abandonar este mundo... pero no puedo hacerlo por que he encontrado a alguien de quien no me separaré...
- Increíble... increíble que seas capaz de sentir de esa manera... pero no por ello te dejaré ganar...
Y con gran decisión fue contra él.
Dietrich esta vez lanzó cristales a través del aire que cortaron apenas unos cabellos del joven Steiner.
- Ni siquera la fuerza del amor podrá vencerme... - decía este.
Entonces una veloz saeta ingresó y desde el cielo cayó de tal manera que el guardián de Yuna fue lanzado contra las puertas de la cámara.
- ¡Khana!
El amo corrió a encontrarse con su amado.
- ¿Te has herido?
- Esto no es nada, pero qué desobediente... dije que yo me encargaría de todo...
Tras las puertas destrozadas, como un fantasma emergió la figura de Vernhart.
Se arrastraba intentando encontrarse con su amo.
Khana se quedó inmovilizado cuando le vio.
E hizo el ademán de esgrimir contra él uno de sus terribles ataques.
Corrí para impedírselo.
Por la distancia era casi imposible que llegara.
El Absu que le apartó sólo podía ser el milagro de mi angel guardián.
- ¡Eriol!
Efectivamente él había llegado.
Cuando Steiner le vio entrar comprendió el engaño del que había sido víctima.
- Así que tú eres Marcus... - dijo mirándome extrañado - ... no puedo creer que me hayas engañado con un truco tan inocente.
Y se rió de una manera bastante macabra.
- Ahora ... a terminar con los bichos...
Su cuerpo se tornó gris como una sombra y tentáculos extendidos desde él atravesaron los muros.
Eriol logró retirarme junto a Vernhart.
Tanto Khana como Dietrich sería un rival de temer.
Pero había algo en la seguridad del sensual hechicero que me hacía temer por los dos.
Delante de nosotros, Donovan, el Golem se preparó para luchar.
Una luz roja brilló a nuestras espaldas.
- ¡No puede ser...! - dijo Eriol abrazándome - Khana va a usarlo... ¡Marcus... por nada del mundo abras los ojos! ¿entendido?
Tapó los de Vernhart y oí un terrible grito que venía de Steiner.
- ¡Mis ojos!
Cuando por fin pude ver me di cuenta que Eriol prestaba atención a un espacio vacío.
- El espíritu guardián de Khana es el Devorador de Ojos... no importa cuán poderoso seas... tomará la preciosa luz de tu alma... lo siento por el muchacho...
Tan ensimismado estaba Steiner que Dietrich aprovechó para volver a crear sus cintas azules.
Donovan fue corriendo y con su cuerpo de piedra protegió al pequeño señor.
- Puede ser muy poderoso, Marcus, incluso podría matarnos a todos con una mano... el problema es que es demasiado joven y muy impulsivo... Dietrich lo sabe... y no dudará de utilizar eso en su contra...
- Donovaaaan - Steiner tenía las manos en el rostro - ¡mis ojos...! ¡mis ojos...!
El dolor debía ser terrible.
Eriol me explicó que el devorador quemaba cada nervio que se conectaba con los ojos destrozándolo desde la raíz hasta la base interna del individuo.
Entonces el golem lo tomó entre sus brazos cariñosamente y le acarició.
- Donovan...
- Es el golem - dijo Dietrich - ... él es quien guarda la llave.
- ¡No toqueis a Donovan! ¡Es mi compañero! ¡Lo prohíbo! ¡Lo prohíbo!
Me levanté a ayudar a Steiner.
Pero la velocidad de Khana seguía siendo demasiado para mí.
Eriol tuvo que intervenir nuevamente.
Cuando giré.
Vi a Vernhart delante de su amo.
Khana lo apartó de sí con gran violencia.
Pero el perro se levantó y volvió a buscarlo.
Khana dudó cuando lo vio regresar.
El sirviente sólo le buscaba a él.
- Vernhart... por qué...
- Por que aunque le hayas abandonado, aunque no desees quererle... él es tu perro y tú eres su amo... y no hay fuerza celestial ni infernal que pueda cambiar eso...
Eriol le decía aquello mientras me miraba.
Una luz verde salió hacia el cielo.
Dietrich había cortado la cabeza de Donovan.
Y su corazón emergía del cuerpo.
Steiner lo apartó con aquellos brazos que salían de su cuerpo.
- ¡no lo tendrás! ¡nunca!
Estaba dispuesto a defender con su vida aquel brillante y poderoso corazón.