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Exodus por katzel

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- Tú... cómo te atreves... sabes que es imposible ganar... que estas tan lejos... y aún así...

Exodus avanzaba y cada paso hacía temblar no sólo el espacio y el tiempo sino mi propio frágil cuerpo.

- ... el coraje, no significa no tener miedo... guerrero Exodus...

Dije protegiendo a Khana y a Vernhart.

- ... el coraje significa proteger lo que amas aunque sepas que todo el universo está en contra tuya... por eso... ¡no perderé!

- Extraño es el coraje de la raza de los ángeles... eres el último bello ejemplar... es una lástima que sea yo quien tenga que matarte...

A lo lejos el resto de amos impedía los ataques frontales del soberbio Ichabod Carnby.

Estaba irrefutablemente hermoso.

La última transformación de Exodus había dado lugar al antiguo héroe que derrotara a los demonios.

Orgulloso, indómito, sus cabellos marrones se habían convertido en largos mechones dorados que bajaban por su espalda hasta el suelo.

Los ojos azules brillaban como estrellas...

La armadura plateada que lo cubría era tan fina y poderosa que dejaba entrever las preciosas formas de su cuerpo.

Cruel y perfecto...

Y en el fondo de mi corazón sabía que podía acabar conmigo convirtiéndome en un recuerdo...

Por eso temblaba...

No quería estar en el olvido como Agnus... no deseaba acabar así... siendo simplemente la nostalgia de Eriol.

Éste yacía aún inconsciente, vigilado por dos Amos.

Instintivamente dirigí mis ojos a él.

Exodus siguió la trayectoria de mi mirada.

- Supremo... ¿verdad?... no te culpo por haberte enamorado así de él... Eriol es diferente a los demás... al resto de nosotros... nadie puede compararse a él... por eso le necesito... por que en mil años estar con él ha sido mi único sueño...

- Nunca será tuyo... no lo permitiré... él me pertenece...

- Hablas con demasiada libertad, Ángel... me temo que no puedo dejar que digas semejante blasfemia.

Esos hilos de luz infinita cortaron mi brazo izquierdo sin que lo pudiese evitar...

- ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

Vernhart extendió la mano en un gesto inútil por ayudarme.

Khana se levantó.

- Marcus... ¡no!

Aún seguía de pie.

- Ah... ah... no me rendiré... puede que no tenga la fuerza necesaria... pero mi corazón es capaz de iluminar el universo entero... ¡Exodus!... no retrocederé...

La sonrisa del héroe me dijo que estaba preparado para luchar hasta las últimas consecuencias.

Mis alas se extendieron.

Y de mi pecho nació el Apsu blanco que arranqué con la mano derecha y lancé en su dirección.

Era destructivo en extremo.

Incluso Ichabod Carnby y Primavera tuvieron que subir bastante alto para evadir mi ataque.

Las puertas de Utopía eran testigos una vez más de las terribles guerras de la antigüedad.

Exodus hizo desaparecer el Apsu con un solo gesto.

- Eso es lo único que puedes hacer... y pensar que fuimos construidos con esencia de los ángeles... los dioses fueron muy sabios al exterminar a tu clan... sobre todo a la flor más pura... el príncipe Agnus...

Caí de rodillas.

- Ustedes...

- ¿no lo sabías?... creí que a estas alturas ya lo habías descifrado por completo en tus sueños... tú eras su prometido, Marcus... huiste al mundo de los humanos donde tu memoria se perdió en la oscuridad de la culpa...

Lanzó otros dos finos hilos que me costaron mucho evadir.

- ... pero él también había sobrevivido... se convirtió en un perro para vengarse de nosotros... pero cometió un terrible error... se enamoró de Eriol y no pudo matarlo... por eso te buscó en cuanto sintió tu presencia...

- No...

Sabía que era cierto...

- ... al morir huyó de su responsabilidad... como príncipe de tu raza debía lavar el honor sucio de los ángeles... y en vez de ello te dejó esa responsabilidad a ti... y lo único que pudiste hacer fue... cometer el mismo error que él...

Alcé mi brazo al cielo pidiendo un trueno blanco.

- ¡SILENCIO!

No podía controlar la fuerza de mi propio ataque.

Esta vez Exodus tuvo que hacer algo más que evadirlo.

Me lo devolvió por completo.

Estaba vencido.

Ya no tendría oportunidad.

Era el adios.

"Disculpame, Eriol... te amo..."

Khana y Vernhart tomados de la mano se colocaron delante mío.

- Vernhart... no tengo derecho a pedirte esto... te abandoné... me alejé de ti haciéndote sufrir lo indecible... así que no me sigas...

- Khana... mi única ambición es compartir la muerte contigo... déjame estar junto a ti... partir juntos al más allá... no te dejare estar solo nunca más...

- ¡Vernhart! ¡Khana!

Recibieron todo el impacto...

- No te sientas mal, Marcus - dijo Vernhart sonriendo - ... al final me has reunido con él...

Su sonrisa me mostró la inmensa felicidad que sentía.

De mis ojos cayeron dos lágrimas de plata.

- Nooooooooooooooooooooooooooooo

Exodus seguía de pie con la mano extendida.

Velvet le hizo un hechizo de atadura impidiendo que se moviese.

- Velvet... qué clase de traición es esta...

- Lo lamento... pero no puedo dejar que continúes con esta locura...

- Me sorprendes, Velvet, nunca has mostrado piedad... será que ellos te recuerdan algo en especial...

- ... me recuerdan a nosotros... cuando aún podía sentir amor por ti...

- Sabes que tendré que matarte por lo que estás haciendo...

- Prefiero morir antes de que veas Utopía con tus propios ojos... aún es tiempo de cambiar... aún puedes salvarte Exodus... desiste... por favor...

- Luché y derramé la sangre de la oscuridad en innumerables batallas... hice todo por los dioses... fui hecho para asesinar y destruir... no es eso también algo demasiado triste... que mi único propósito sea vivir como un arma... faenas sin fe... guerreros muertos... gritos en el campo de batalla... mi única esperanza era encontrar el lugar llamado hogar... por eso es lo que hemos estado luchando... ¡no me pidas que lo olvide como si no existiese, Velvet!... no podrías comprenderlo...

Soltó sus amarras.

- Y no podría ser yo... el lugar llamado hogar para ti...

Con las dos manos elevadas al cielo Exodus formó una esfera negra.

Crecía y creía destruyendo todo a su alrededor.

Velvet se abrazó a él.

- No... lo hagas...

- Suéltame, perro... soy tu amo...

- ¡No!

Dio un grito y aquella terrible oscuridad se expandió sobre todos los presentes.

De la espalda de Velvet salieron las blancas alas que rodearon también a Exodus e impidieron que el ataque sea tan destructivo.

- ¡Velvet! ... tú...

- Así es... llegué junto a Agnus... yo era el que iba a asesinarte a ti... ¿no te reirás de que haya caido en su misma debilidad? ¿No te reirás de mí, amo?

Tenía una herida larga desde el hombro hasta el abdomen.

- Velvet...

- Es irónico lo que hicieron los dioses... los crearon de nuestra esencia... y nosotros les odiamos... sin embargo... es inevitable amaros cuando estamos cerca de vosotros... esa es la protección que pusieron sus inventores... para que los ángeles no pudiesen mataros...

- Velvet...

- ... lo único que lamento...

Dijo el ángel acariciando la mejilla de Éxodus

- ... es que cuando descubras la verdad te sentirás muy solo y yo no podré estar a tu lado... para consolarte...

Exodus seguía sosteniendo al antiguo sirviente entre sus brazos.

- Desesperación...

Fuego negro apareció dentro de los cálices de las flores nacidas de la nada.

Todo lo que era tocado por ellas se consumía.

Ichabod desde el cielo intentó atacar al Amo.

Pero no pudo tocarle.

Yo tomé a Eriol y alcé vuelo a una distancia prudente.

Vi cómo los cuerpos de Khana y Vernhart desaparecían.

"Amigos..."

Apretaba a Eriol.

"A ti no te perderé..."

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Ichabod nos atacaba frontalmente.

Los anillos que rodean la ciudad y marcan los ciclos de existencia, se mueven de repente.

Las llaves que han pertenecido a los guardianes se materializan y sin remedio se dirigen hacia la ciudad.

Se escuchan girar los cerrojos de la puerta de hierro.

Está a punto de abrirse.

Apenas puedo volar junto a mi amado.

"Despierta, Eriol..."

Exodus estaba fuera de control...

Primavera se dirigía en nuestra dirección.

Cortando el fuego de la desesperación de Exodus, Ichabod logró herirme levemente.

Después de todo era un semidiós...

- ¡Danza de la muerte!

Los espectros nacidos de su cuerpo venían hacia mí.

Sentí sus golpes como si me arrancaran la piel en carne viva.

- Pero qué tonto eres - decía Ichabod - ... deja a ese Amo... sino no podrás defenderte adecuadamente...

- ... no puedo... no puedo dejarle...

- Entonces morirás...

La espada de luz que me defendió surgió de las manos de Aquel que estaba intentando proteger.

Aquellas alas negras tan hermosas desplegadas a mi alrededor...

Eriol me abrazó.

- Ya estoy aquí...

- ¡Eriol!

Me besó de una forma tan apasionada que sentí el mismo cielo en ese momento...

... aunque el mundo estuviese lleno de muerte y desesperación... él y yo estábamos juntos...

- Te han herido... por mi causa, Marcus... lo lamento...

- Nno... no ha sido culpa tuya...

- Desde ahora... nadie volverá a hacerte daño... por que yo... voy a protegerte...

Sólo fui capaz de sonreír.

- Te amo, Marcus...

- Yo también te amo...

Ichabod volvió a la carga.

Eriol deshizo a todos sus espectros.

- Tu espíritu... ha cambiado... Amo Eriol... qué ha sucedido contigo...

- ¡Lux!

Mi amo era tan brillante y luminoso.

Sólo verlo era sentir la profunda felicidad en mi corazón.

- Qué fuerza es capaz de realizar esto... eres plenamente inferior, Eriol... apenas un subordinado de Exodus...

- ... entonces no lo has notado...

Exodus, envuelto en sus sombras se elevó hasta donde los contricantes luchaban.

- Así que lo has recordado...

- ... por eso me mantenías a tu lado como un Amo... yo era el único que podía encontrar Babylon... porque soy el dueño de la ciudad...

- ... de nada te servirá haberlo descubierto ahora...

- Exijo mis legítimos derechos...¡Yo soy el dueño de Babylon! - reclamó Ichabod Carnby - soy el hijo del dios Paradox...

Exodus apenas pudo contener una sonrisa mientras lanzaba los hilos destructivos en su dirección.

- ¡El pecado de un dios y una ramera de la oscuridad! ¡una vampiresa! ¡un bastardo encerrado por su propio padre en la cruel Mythos no puede reclamar la ciudad sagrada!

Ichabod mostró los finos colmillos y sus ojos se tornaron a un color dorado.

Él y su dragón blanco lanzaron flamas incandescentes.

Eriol se colocó entre ellos con los ojos cerrados con los brazos extendidos.

Sólo las ondas del grito estentóreo que dio lanzaron a los adversarios a lejana distancia.

- Yo soy Eriol, hijo de Elea, guardián de Babylon.


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