- Si, tienen la misma edad, y para no estar inventando mas tonteras…¡oye!, pero para que mentir, no seria nada de extraño que el hermano menor de Fillippe fuera el mejor amigo tuyo y así acabarían siendo dos enamorados…-Sonrió Susan.
- ¡No inventes! –Gruño William golpeando a su hermana en la cara con un almohadón.
- Auch, William, eso me dolió –Gruño Susan molesta mientras se sobaba la nariz, Lemuria solo sonrió divertido. - Pero sigo diciendo que no es necesario mentir, Lemuria es el hermano menor de Lemures, el cual es Fillippe ¿no? –Añadió Susan.
- Que inteligente –Se burlo William.
- Gracioso –Contesto Susan molestándose. - Lemuria ¿que opinas tú?-Le pregunto al niño.
- Creo que esta bien lo que usted diga, sacerdotisa –Sonrió Lemuria y Susan lo abrazo.
- Que dulzura –Exclamo Susan. William solo frunció el ceño, molesto.
- Susan, no crees que deberíamos pensar en un nombre para Lemuria, me refiero a un nombre más común –Sugirió William.
- ¿Que tal Jeremy?-Pregunto Susan.
- ¿Jeremy? ¿Por qué Jeremy? –Pregunto William curioso.
- Bueno, es que, en mi clase hay un chico que me gusta que se llama Jeremías y para que no sea igual, Jeremy –Respondió Susan sonriéndole encantadoramente a su hermanito para que no se negara.
- Si la sacerdotisa lo ha elegido, yo lo he aceptar muy honrado –Dijo Lemuria.
- No es una sacerdotisa –Gruño William.
- Déjalo William, a mi gusta que me diga así –Lo regaño Susan, Jeremy solo sonrió, saco su flauta y la observo curioso y detenidamente.
- ¿Dónde dormirá? –Pregunto William.
- Conmigo obviamente –Respondió Susan simplemente.
- Claro que no, lo único que harás es violar su inocencia –Contesto William.
- ¡¿Violar su inocencia?! ¡¿Yo?! –Aulló Susan sorprendida e indignada.
- ¡Si, tú! –Contesto William apuntándola con su dedo índice.
- ¡Jamás haría eso! –Afirmo Susan.
- Tu último novio tenía 14 y tú tienes 16. ¿Crees acaso que seria capaz de dejar a Lemuria en tus garras, roba cuna? –Pregunto William.
- A mi no…me molesta –Susurro Lemuria tímidamente.
- ¡Cállate! –Gruñeron William y Susan a la vez.
- Así que roba cuna, eh, ¿y para que quieres dormir tu con Lemuria? –Pregunto Susan interesada.
- Para…para… ¡somos hombres y aun niños!, no hay nada de malo que compartamos la misma habitación…-Respondió William nervioso.
- Pero tú no solo vas a compartir la misma habitación con él, ¿verdad? –Pregunto Susan.
- ¿Aquí te refieres? –Gruño William frunciendo el ceño.
- Me refiero a que tendrás que compartir la misma cama, ¿no? Y a que ya lo habías pensado, ¿no William? ¿Creíste que no seria tan malo compartir la cama con un niño que tiene la belleza y delicadeza de una chica? No serás “tu” el que quiere robarle la inocencia a Lemuria, ¿o me equivoco?- William reacciono después de haberse sonrojado ante lo que su hermana mayor le había dicho.
- ¡Claro que no, tonta! A mi me gustan las chicas –Contesto William enfadándose.
- Pero jamás haz tenido una novia, ni siquiera una amiguita y rechazas a todas las chicas que se te declaran…-Dijo Susan sonriendo.
- Eso es porque no tengo tiempo para relaciones sentimentales –Contesto William.
- No será que te gustan los chicos mejor dicho…-Insistió Susan.
- ¡¡Brujo!! –Grito Lemuria se escondió tras Susan.
William y Susan miraron hacia la puerta y vieron a su hermano mayor muy enfadado.
- Tengo que salir a trabajar a la noche y no puedo dormir con sus gritos, así que…¡¡cállense!! –Grito Eidan y Susan y William asintieron con sus cabezas. - Además les dije que no trajeran a este pequeño loco dentro de la casa y no me obedecieron, por lo cual me veré obligado a acusarlos con Papá cuando llegue del viaje –Añadió.
- Eidan…-Susurraron a la vez Susan y William mientras el joven se marchaba serrando la puerta de golpe.
- Sacerdotisa…tengo hambre –Susurro Lemuria tirando de la ropa de Susan.
- Claro, te traeré algo de comer, por mientras ve con William para que te busque un pijama que te quede y te guste para ponerte a la noche -Dijo Susan y se acerco a William, se agacho a la altura del oído del chico, este la miro de reojo. - Pero quizás tu lo prefieras sin pijama –Susurro al oído del chico, provocando que se ruborizara.
- ¡Susan! –Grito William mientras la chica salía de la habitación con una sonrisa traviesa.
William condujo a Lemuria a su habitación y mientras le buscaba un pijama le pidió que se sentara en su cama, pues el niño se había quedado parado observando la habitación.
- En la habitación de la sacerdotisa también hay una de estas, ¿para que sirven? –Pregunto Lemuria refiriéndose a la cama de William.
- Para dormir –Respondió William sin mirarlo.
- Yo duermo dentro de una cama con forma de flor, me la obsequio Lan para nuestra primera semana de amantes, me dijo que no podía dormir dentro de una flor mientras viviera en el castillo, por eso me regalo una así con la forma de una flor –Sonrió Lemuria.
- Eres un hada, es obvio que duermas en flores ¿no? –Contesto William molesto.
- Si, tienes razón –Rió Lemuria divertido.
- Toma, quizás este te quede –Dijo William pasándole su pijama de dos partes, muy bien doblado.
- Huuy, que anticuado, Lan se molestaría si yo me metiera en su cama con esto puesto-Dijo Lemuria mirando el pijama, lo tenia sujetado de los hombros y lo observaba con reprobación.
William se molesto, le molestaba que Lemuria solo nombrara a ese tal Lan, ¿acaso estaba celoso? ¡Claro que no!
- Lemuria – Musito William y el niño lo miro.
- ¿Si? –Pregunto Lemuria interesado.
- ¿Tu…tu estas enamorado de ese tal Lan?-Pregunto William tímidamente.
- No, entre Lan y yo solo hay un vació profundo, Lan no me quiere y yo a el tampoco, a Lan solo le interesa el poder y me complace solo porque es su deber como amante, nada mas que eso hay entre nosotros –Respondió Lemuria.
- Pero le llegaras a querer, ¿no? –Pregunto William interesado.
- Quizás –Susurro Lemuria. - Como amante mi deber es quererle –Añadió sonriendo, luego miro hacia su lado izquierdo.- ¿Ella quien es? – Pregunto Lemuria tomando un portarretrato que estaba en el velador de William.
- Mi madre – Respondió William sin mirarlo mientras se sentaba en la silla del computador y se metía a Internet para buscar información sobre el dichoso mundo de Lemuria.
- Se parece a la sacerdotisa –Susurro Lemuria fríamente.
- Si, son muy parecidas –Contesto William. - ¿Como dijiste que se llamaba tu hermano?-Pregunto William.
- Lemures –Susurro Lemuria dejando el portarretrato sobre el velador.
William escribió el nombre en el buscador y rápidamente le aparecieron entradas.
Comenzó a abrirlas una a una, pero lo que encontró le asombro mucho.
Solo aparecía información sobre el grupo musical de Fillippe, que curiosamente se llamaba Lemures.
- Que casualidad –Susurro William.
- ¡Es él! Es Lemures! –Exclamo Lemuria al ver a su hermano en la pantalla, se acerco a William provocando un pequeño rocé entre el hombro izquierdo de William y el pecho de Lemuria, lo que provoco que William se sonrojara.
El hermano mayor de Lemuria, ósea Fillippe, el novio de Eidan. Tenia la misma edad de Eidan, su cabello era corto y ondulado, de un extraño color plata, al igual que el cabello de Lemuria. Sus ojos eran de color naranja claro, tenia aretes de diamante alargado, a diferencia de Lemuria que eran perlas. Como todo cantante era bastante excéntrico, usaba ropa que se parecía mucho a la ropa que usaba Lemuria cuando llego a su mundo.
- William, ¿que dice allí sobre Lemures? – Pregunto Lemuria indicándole la pantalla, William volvió de sus pensamientos y se ruborizo al escuchar que lo llamaba por su nombre.
- Que gracioso eres Lemuria, sabes hablar nuestro idioma, pero no sabes leerlo –Comento William divertido. Lemuria se avergonzó.
- No es gracioso, como soy un guardián, nosotros solo fuimos entrenados para pelear, la mayoría de los guardianes con excepción de mi tía y Mikhail no sabemos leer –Explico Lemuria.
- Lo siento –Susurro William.
- Pero no te preocupes, nosotros aprendemos rápido, así que si deseas enseñarme a leer tú idioma no tengo problema alguno – Sonrió Lemuria.
Susan entro y sonrió al verlos tan amigables.
- Toma, no se lo que comías en tu mundo, por lo cual te traje de todo un poco, por eso me demore tanto –Explico Susan dejando la bandeja sobre el velador de William con cuidado para no pasar a llevar la fotografía de su madre. - Saldré a ver la tienda en donde compre el juego para ver si el vendedor me da una explicación o me ayuda, los dejo –Añadió Susan y Salio de la habitación.
- De todo esto, ¿que comes? –Pregunto William acercándose a la bandeja con alimentos.
- Néctar, miel y polen. También comemos frutas –Respondió Lemuria sonriéndole.
- Ya veo, solo tengo frutas. Pero dudo que puedas comer polen o néctar. Tu cuerpo ahora es humano, que tal si pruebas de la comida casera –Sugirió William.
- No se como se come –Contesto Lemuria.
William suspiro resignado, tomo el tenedor y trato de enseñarle a utilizarlo.
- Eh…Lemuria no se cuanto tiempo nos costara llevarte a tu mundo, así que yo también debo, como Susan, ir a la escuela, así que tendrás que quedarte solo…-Dijo William.
- ¿No puedo ir contigo? –Pregunto Lemuria preocupado.
- No, no es que, no quiera llevarte, es solo que nadie me creería de donde saliste…-Respondió William esquivando su mirada.
- Pero… ¿Y lo que dijo la sacerdotisa? Después de todo soy hermano de Lemures ¿no?, si soy su hermano en nuestro mundo, ¿Por que no puedo ser su hermano también en este mundo?, yo no me quiero quedar solo - Comenzó a sollozar Lemuria, William se preocupo.
- No estarás del todo solo, está el ama de llaves que es como una abuela para nosotros, además yo te llamare para que no te sientas solo y no estés tan inquieto –Dijo William.
- ¿Me llamaras? –Pregunto Lemuria sin comprender.
- Si –Respondió William sonriéndole.
Sintieron pasos que subían rápidamente y Susan entro en la habitación muy agitada.
- Que rápida – Susurro William.
- La tienda…desapareció… ¡ya no esta!-Exclamo Susan desesperada.
- Eso era obvio, Susan, que torpe eres, el dueño seguramente te la vendió con malas intenciones y si de “magia” se trata, como tu dices, era obvio que utilizaría “magia” para desaparecerse con tienda y todo – Contesto William.
- ¿Qué haré? Todo es mi culpa… -Sollozo Susan.
- No se culpe sacerdotisa –Susurro Lemuria acariciándole la espalda.
- No, deja que se sienta culpable Lemuria, para que vea lo que es sufrir de verdad –Sonrió William.
- William –Gruño Lemuria enojado, William se sorprendió y esquivo su mirada. Que Lemuria lo regañase ya era el colmo.
Susan sintió que uno de sus bolsillos pesaba demasiado y metió su mano en el, saco su pañuelo y al abrirlo vio muchos pedacitos de diamantes. Se sorprendió muchísimo al verlos. William salió de la habitación dejando a Lemuria con Susan.
- Pero, ¿qué es esto? –Se pregunto Susan asombrada.
- Son las lagrimas de las hadas…no son muy valiosas –Respondió Lemuria.
- ¿Son diamantes? –Pregunto Susan.
- Si, se ocupan para la fabricación de nuestras joyas y también para la construcción de los palacios, antes eran valiosas, pero por ellas casi se extinguen las hadas, por lo cual nuestra diosa decidió que no serian cosas de valor –Explico Lemuria.
- Son muy valiosas aun en nuestro mundo, con uno solo de estos puedes conseguir lo que desees –Dijo Susan tomando uno de los pedacitos y mirándolo con detenimiento.
- ¿Lo que yo desee? –Repitió Lemuria asombrado.
- ¿De que hablan? –Pregunto William curiosos que entraba con el teléfono de la casa en una de sus manos.
- Las lágrimas de Lemuria se convierten en diamantes –Explico Susan estirándole el pañuelo hacia él.
- ¡¿Qué?! ¿En diamantes?, ¡déjame ver! –Mando William.
Dejo aun lado el teléfono y tomo el pañuelo para examinar los diamantes para terminar confirmando de que se trataba de esa valiosa piedra.
- Eso quiere decir que… ¿Lemuria aun siendo humano puede utilizar magia?-Pregunto Susan.
- Quizás –Susurro William. “Eso explica muchas cosas”, pensó.
William miro a Lemuria y este se sonrojo, lo que provoco que William también se sonrojara, se había dado cuenta que Lemuria lo había estado observando.
- Bueno, yo tengo sueño, como pasan las horas –Comento Susan parándose de la cama de William, se despidió de Lemuria y de William, de ambos con un beso en la mejilla y se fue de la habitación a acostarse.
Continuara…