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"las cronicas de las coincidencias inesperadas" por luigi31link

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Notas del fanfic:

todo se paga en esta vida sea bueno o malo, todo tiene su justa paga.

Notas del capitulo: lo se; es un nombre algo largo pero esto es de vital importancia.

Miércoles 23 de marzo: 

Edían ya estaba algo cansado de lo mismo siempre, siempre era igual, estaba aburrido de la misma rutina, aburrida y desesperante en la que estaba sometido. El chico de cabello castaño estaba sentado en uno de de los pasillos del segundo piso del colegio, el cual para el ya era algo estupido y aburrido, el chico era muy callado y el echo de estar ahí solo pensando demostraba que no era muy bueno haciendo amigos, su familia la componía su único tío Víktor, al que dicho sea de paso no veía mucho, debido a su trabajo en el puerto. Nuestro jovencito vivía en un pequeño pueblo llamado Evere, en que no ocurrían muchas cosas emocionantes, solo una que otra fiesterita tradicional que se celebraba, pero mas allá de eso, no hacían mucho, y eso pensó Edían a quien no aburría y desesperaba. Todavía no terminaba el descanso, pero nuestro chico intuía cuando se acababa, y eso que el chico nunca uso un reloj en su vida, no por que fuese pobre, sino por que no le gustaba tener cosas aferradas a su cuerpo que no fuese su cuerpo mismo, además todas esas cosas las consideraba un estorbo; estar pendientes de limpiarlos, que estuviesen a la hora, que si te lo roban, etc.

Era todo un quebradero de cabeza,-.solo faltan tres minutos- dijo para si mismo mirando las salas de abajo que se podían ver desde allá arriba, el chico se dispuso a hacer lo que mejor sabia hacer: observar, miraba a todo, y a todos, los profesores que iban y venían, a los alumnos con su característico uniforme negro, miraba como algunos conversaban, veía como iban caminando de un lado a otro, como alumnas enamoradizas esperaban a sus maestros, para poder irse al salón junto a ellos y así poder conversar un poco con ellos, y cuando faltaba un poco para que terminara el descanso, se extraño de ver entre todas las personas conocidas, a alguien que nunca había visto antes, estaba parado al lado del árbol, conversando con la maestra Collins, una viejecita amable que impartía historia en el colegio, ambos, por lo que pudo observar Edían hablaban calurosamente, mas bien discutían, el chico se le quedo mirando detenidamente, pero por la distancia no pudo ver gran cosa, termino el descanso, el chico se sobresalto un poco, siguió mirando al tipo, y sin quitarle la mirada camino lentamente para su salón. 

Viernes 25 de marzo: 

Al parecer, por lo que poco que pudo averiguar Edían, era un profesor, y según su aspecto era uno egresado hace poco, ya que no tenía ese aspecto demacrado que tiene algunos, ni de esos que ganan panza a medida del tiempo, era de apariencia joven, y por lo visto aun no impartía clases todavía, ya que durante los descansos Edían lo veía corriendo de un lado para otro cargando libros, cajas, mapas, y cosas así, pero Edían no le tomaba atención a lo que cargaba sino a la persona en si.-¿Un momento?- se detuvo a decir de repente, algo sorprendido.- ¿no…será…que…?- continuo. 

Viernes 25 de marzo por la tarde; camino a la casa: 

De pronto lo que a Edían se le había ocurrido durante la mañana, lo dejo algo extraño: ¿Cómo es que de pronto miraba tanto a ese nuevo profesor? ¿No será que le gustaban los hombres? ¿Era solo el hecho de que era un profesor nuevo nada más? Mientras caminaba se convencía mas de lo que se le había ocurrido era solo patrañas, jamás dudaría de su sexualidad.

 

Domingo 27 de marzo, por la tarde: 

El chico estaba recostado en su cama, mientras que miraba el techo, aun pensando en esa persona, pero ya se había convencido y muchas cosas corroboraban lo que pensaba que quizás necesitaba amigos y quizás eso era lo que lo llevo a seguir tanto a una persona, entonces si… -¡Edían mira ven a ver!- Era Víktor su tío que lo había interrumpido, entonces se levanto y se fue para saber, lo que quería que viera. 

Martes 29 de marzo, en la mañana: 

Como era ya de costumbre, Edían esta sentado mirando al cielo desde el segundo piso, mientras estaba en el descanso; decidió no mirarlo mas ni preguntar más por aquel profesor, usando su rara habilidad, calculo que ya faltaba poco para el termino del descanso, así que dirigió su mirada hacia su salón para ver cuando llegara la maestra Collins, y así fue lentamente se fue caminando para así poder hacer el tiempo restante, y llegar a su salón a tiempo, se iba a disponer a poner el primer pie en la escalera para bajar cuando sin darse cuenta. ! ZAZ! Algo había chocado contra el, ¿Cómo es que no había percibido por lo menos el ruido de los pasos o algo así? Entonces pudo ver como varias cajas y libros caían y pasaban por su lado, vio la escalera abalanzarse sobre el: sin duda iba cayéndose, veía como la escalera era más y más grande, pudo sentir una mano que lo sujetaba por el brazo pero aun así caía, y caía, y caía…  

Martes 29 de marzo, unas horas después:   

Al despertar, veía todo nubloso y desordenado, solo podía escuchar voces, por l oque se pudo dar cuenta era la voz de la señorita Lisa, la enfermera del colegio, entonces se acordó de lo que le había pasado: se había caído. -Tu visión en un rato mejorara, jovencito- sentenciaba la Enfermera.-si no hubiese sido por el profesor Mincens hubieses salido con mucho mas que un simple golpe jovencito- continuo la enfermera. -¿P-profesor M-mincens?- repitió en chico aun con dolor de cabeza; de pronto su visión ya había vuelto a la normalidad. -¡Así es el recibió gran parte del golpe, chocaron por las escaleras y caíste, y el para que no sufrieras alguna contusión mayor trato de asirte, pero también callo, pero el se puso entre el piso y tu, joven, así que yo creo que deberías agradecerle cuando despierte!- explico la señorita Lisa. Eso explicaba lo que había sentido antes, pero quien era ese tal Mincens, nunca había oído de el antes, entonces se levanto de la cama y vio; nada ya que el biombo le tapaba el otro lado.-¡ya puedes levantarte, estas bien, con unas dos aspirinas estarás como nuevo, le hable a la señorita Collins y al rector para que te dejaran ir para tu casa, así que ya puedes irte, te espero afuera!- y al decir eso la enfermera se dirigió hacia la salida de la enfermería. 

Edían se termino de levantar, aun estaba algo mareado, y cuando ya se había parado completamente, pudo escuchar como detrás del biombo el Profesor Mincens se incorporaba, entonces como agradecimiento decidió ir a agradecerle lo que había echo por el, se acerco al biombo, lo cruzo, y l oque vio lo sorprendió en gran manera: era el, aquel profesor que había visto, el joven profesor ya había despertado y lo único que hizo el chico fue quedarse parado ahí, donde estaba, le latía el corazón a mil, y no podía hablar, -¡ahora si, tienes una excusa creíble, para poder hablar con el!-pensó, de pronto una leve sonrisa se le dibujo en la cara al chico. 

El profesor ya se había incorporado y recuperado completamente, y por lo que vio Edían tenia mas vendas que el que tenia el en la cabeza, entonces el profesor lo miro y le sonrió amablemente y el chico solo pudo pronunciar un triste y leve gracias-¡¿De verdad nunca habías dado las gracias, eh Edían?!Seguía pensando Edían.-¡No hay por que, fue mí deber, además fue mi culpa por no avisar de antemano que iba con cajas y eso, así que perdoname a mí!- respondió rápidamente el profesor ante lo que el chico le había dicho, entonces trato de levantarse pero sol emitió un quejido de dolor, entonces el chico se estremeció aun mas, trato de ir donde el pero solo llamo a la señorita Lisa, para que tratara ese asunto, mientras ella entraba, le ordeno a Edían a salir para el pasillo, y sin mas el chico salio con un terrible sentimiento de...-¿Qué me pasa?- pensó el chico ni el sabia lo que sentía en ese momento.

Entonces espero ahí parado un rato, cuando ya había pasado algún tiempo, la señorita Lisa salio. -¡¿Cómo esta de su herida?!- pregunto el chico algo preocupado. -

¡tranquilo, esta bien, lo que si tienes que entrar por que el profesor Mincens quiere hablar contigo!- respondió la enfermera. 

-¿C-conmigo?-balbuceo el chico. -¡Así es, ahora ve!-respondió. Entonces el chico camino de nuevo hacia la entrada de la enfermería con un inmenso nudo en el estomago y en la gaganta     

esta historia continuara.  

Notas finales: solo opinen, acepto de todo tipo

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