Lucius no tenía noción de cuanto tiempo había permanecido abrazado a Harry, ahora que sabía que un bebé crecía dentro del chico a pesar de lo oscura que seguía siendo su situación algo dentro de él le hacía ver el futuro más luminoso, los mismos años que tenía Harry eran los que habían trascurrido desde que él viviera aquella hermosa sensación de saber que una nueva vida se formaba dentro de la persona que amaba, una nueva vida que era una prolongación de la suya, hacía muchos años lo había vivido cuando se había casado con Narcisa. Este recuerdo le obligó a pensar en su hijo Draco, hacía varios días que no sabía de él, se suponía que permanecía en la mansión hasta que consiguiera otro lugar puesto que aquel ya no les pertenecía, debería buscar la forma de explicarle a su hijo lo que estaba sucediendo con él y con Harry, no sería nada fácil, por otro lado estaba Fudge, el que cumpliera la promesa de ayudar a Draco sólo dependía de que él se mantuviera alejado de Harry, ahora que lo pensaba con más calma se preguntaba cual sería el motivo por el que Fudge tenía tanto interés en eso, aquello le resultaba extraño, no podía ser que sólo fuera por antipatía hacia su persona, seguro que sería también por el odio que le tenía a Harry, en el animo de Fudge el chico era alguien que le recordaba su obstinada estupidez a aceptar el regreso del Señor Tenebroso.
- Lucius... –llamó Harry sacando al rubio de esos pensamientos que lo habían mantenido alejado por un breve instante
- Sí amor… lo siento…
- ¿Qué sucede?... ¿Te preocupa lo que pueda ocurrir de ahora en adelante?
- Sí… no puedo negarlo… pero sabes tengo confianza en que saldremos adelante, no será nada fácil pero lo más importante es que confíes en mi amor… te amo… no importa lo que suceda siempre te amaré.
- Confío en ti… sé que amas… nada en el mundo me hará pensar lo contrario nunca más.
- Harry deberé explicarle a mi hijo lo que ha sucedido… pero te juro que aún no sé como.
- Puedes tomarte tu tiempo… yo sé que no es algo fácil… esperaré… te prometo que seré paciente… ahora que estoy completamente seguro de que me amas… ya nada ni nadie me hará dudar de tu amor.
- Gracias Harry por todo lo bueno que me has dado… a pesar de ser quien soy tú me amas y eso no tiene precio.
- Sólo sigo lo dictados de mi corazón.
Lucius sonrió feliz por muy negro que se viera su futuro ahora se sentía totalmente afortunado. Aquel momento de ensoñación fue interrumpido por unos golpes a la puerta, Lucius y Harry se miraron comprendiendo que el momento de romanticismo había llegado a su fin, Lucius fue quien se dirigió hacia la puerta, ahí apareció el cantinero con su mirada recelosa
- Dumbledore dice que debe hablar con ustedes –dijo secamente el hombre girando de inmediato
Harry antes de salir del cuarto besó a Lucius por última vez, sabía que luego no tendría oportunidad de hacerlo además que le avergonzaba, prefería la intimidad para mostrar sus sentimientos. Un momento después ya se encontraban frente a Dumbledore que sentado en una mesa tamborileaba los dedos con aire distraído mientras Kingsley frente a el bebía un whisky de fuego, el cantinero detrás de la barra limpiaba vasos, Harry pensó divertido que al parecer ese hombre no tenía nada mejor que hacer en la vida que limpiar vasos.
- Ah… ya están aquí… excelente - dijo Dumbledore poniéndose de pie al instante, Kingsley le imitó
- Dumbledore… no tengo palabras para agradecerle esto –dijo Lucius sin soltar la mano de Harry
- Era lo correcto Lucius… debías saber cuanto antes lo que sucede… por tu expresión puedo darme cuenta de que ha sido una buena noticia.
- Más que eso… es la segunda noticia más hermosa de mi vida –dijo Lucius mirando sonriente a Harry
- Sí imagino que la primera tuvo relación con Draco… y hablando de él Lucius hice todo lo posible porque regresara a la escuela pero se negó rotundamente.
- Lo sé… nuestra posición ahora es muy difícil… me gustaría verlo para explicarle tantas cosas, pero cómo sí el Ministerio le prohíbe verme.
- Esa tontería fue idea de Fudge… desgraciadamente muchos lo apoyaron… creían que podías ser mala influencia para Draco… prefirieron mantenerlo alejado de ti.
- Dumbledore yo sé que al fin de cuentas esto es mucho mejor que Azkabán pero sinceramente la condena fue muy dura.
- Sí… lo fue… pero Lucius es difícil para muchos olvidar tus delitos del pasado… yo por supuesto creo que todos merecen una segunda oportunidad y tú has demostrado que has cambiado, el hecho de que salvaras a Harry aun a riesgo de tu propia vida me hace pensar que Voldemort después de todo no destruyó por completo tu alma.
Lucius no pudo reprimir un leve temblor al escuchar el nombre de su antiguo amo.
- Profesor que va a suceder ahora… Lucius y yo debemos estar separados…
- Bueno Harry… eso es algo sobre lo que he estado pensando, a pesar de las circunstancias y a pesar de que tú eres ya mayor de edad… aún me siento en la obligación de velar por tu bienestar sobre todo ahora que esperas un bebé.
- Dumbledore qué pasará cuando todos se den cuenta del estado de Harry –preguntó Lucius con evidente temor
- No me cabe duda de que será un gran escándalo, primero porque no es común un mago fértil, ha habido casos pero son escasos y muchos creen que sólo es un mito… por otro lado me inclinó a pensar que no sería raro que muchos creyeran que ese bebé es de Voldemort.
Harry esta vez sí se sintió tan horrorizado como Lucius, pero no de oír ese nombre al que él nunca temió, sino de que alguien pensara que su bebé era de aquel demonio.
- Profesor si alguien cree eso… mi bebé puede correr peligro…
- Cálmate Harry… tu bebé jamás correrá ningún peligro, tú estás en Hogwarts bajo mi protección… pero creo que por el momento todos los que estamos enterados debemos ser discretos, naturalmente en algún momento será inevitable que se sepa… pero sí eso sucede ya veremos que hacemos… ahora debemos planear el matrimonio de ustedes.
Harry y Lucius miraron a Dumbledore con la misma cara de perplejidad, mientras que Kingsley sonreía y el cantinero le mira en forma reprobatoria.
- Pero Dumbledore… para eso necesitamos un permiso del Ministerio y yo… ya no pertenezco a la comunidad mágica… cómo…
- No te preocupes Lucius… eso déjalo de mi cuenta… conozco a las personas apropiadas… personalmente me encargaré de los arreglos necesarios.
Harry estaba impactado con las palabras del director, en ninguno de sus sueños había previsto la posibilidad de casarse con Lucius
- Profesor… pero… cómo… casarnos…
- Harry no estarías pensando que voy a permitir que tú y Lucius estén juntos sin haberse casado.
- Juntos…
- Claro… de ahora en adelante deberán verse seguido… ese bebé debe desarrollarse apropiadamente.
Harry enrojeció de golpe mientras que Lucius sonreía abiertamente lo cierto era que la idea de Dumbledore le resultaba maravillosa
- Tú y yo casados… es algo con lo que jamás me atreví a soñar –dijo Harry emocionado
- No será fácil mi amor… aunque estemos casados yo seguiré siendo un marginado…
- Lucius… trabajaré para revertir esa sentencia… lo prometo.
- Gracias Dumbledore… jamás podré pagarle lo que hace por mi –dijo Lucius con sincero reconocimiento
- Y quisiera hacer más Lucius… pero debo ir poco a poco no me conviene que Cornelius sospeche algo, es mejor ir con calma.
- Profesor él no debe enterarse de mi estado.
- No te angusties Harry… en el fondo Cornelius es inofensivo…
- Yo no estaría tan seguro de eso –dijo Harry
- ¿Por qué dices eso?… hay algo que ignoremos sobre Cornelius Fudge –dijo Dumbledore
Harry dudó en si debía decir en ese momento lo que sabía de Fudge, pero luego pensó que si las cosas se complicaban para Lucius y él era mejor guardar aquel secreto que conocía para usarlo en el momento preciso.
- No profesor… lo digo porque él estaba muy empeñado en enviar a Lucius a Azkabán… tal vez si supiera todo esto lo más probable sería que lo encerrara otra vez.
- Te aseguro Harry que trataremos este asunto con precaución… además sólo los que estamos aquí conocemos este secreto –dijo Dumbledore
- No olvide a Ron y Hermione.
- No los olvido… también Severus, Minerva y Remus los saben además de Prior Karatiev… el medimago.
- Demasiada gente quizá Dumbledore –dijo Lucius
- No te preocupes Lucius son todas personas de mi entera confianza.
- Bien Lucius sé que el tiempo con Harry ha sido muy breve, pero creo que lo más importante ya ha sido dicho… la próxima vez que se reúnan será para realizar la ceremonia de enlace yo me encargaré de todo te enviaré los detalles del día y la hora con Kingsley.
- Gracias Dumbledore… jamás podré pagarle esto –dijo Lucius sinceramente
- No te preocupes… sólo deseo la felicidad de Harry a la que tiene derecho y que merece más que cualquier otro… Kingsley y yo esperaremos fuera... no se tarden mucho –dijo Dumbledore guiñándole un ojo a Harry, luego dirigió su mirada sonriente sobre el cantinero que seguía en su tarea de limpiar vasos pero que a pesar de ello no le quitaba los ojos de encima a Lucius y Harry
- Gracias profesor.
El cantinero comprendió la mirada de Dumbledore y salió junto con ellos no sin antes mirar con desagrado a Lucius. Tras la pausa que se produjo luego de que ambos siguieran con la vista al cantinero se miraron sonrientes
- Espero que ese hombre sea confiable… por su forma de mirarme es evidente que le desagrado –dijo Lucius
- No te preocupes amor… es alguien de confianza… jamás nos delató cuando nos reunimos aquí para formar el ED.
- ¿El qué?
- El ED… ¿nunca oíste hablar del Ejército de Dumbledore?
- Ah… sí creo que Fudge me habló de eso alguna vez… sí ya lo recuerdo tú fuiste el artífice de ese grupo cuando Dumbledore fue sacado de su puesto de director… decidiste hacerle la guerra a Umbridge -dijo Lucius sin poder ocultar su risa
- No te bules… no fue mi idea… ese estúpido de Fudge no nos dejaba estudiar Defensa… y mi amiga Hermione pensó que yo podía enseñarles algo de lo que sabía a los que deseaban aprender… así nació eso… lo del nombre pues fue pura casualidad… todos creían que debíamos tener un nombre y Ginny pensó que Ejército de Dumbledore era apropiado… después de todo eso era lo que Fudge temía, que Dumbledore formara un ejército con los alumnos de Hogwarts y lo sacara de su puesto… una idiotez realmente.
- Y tú… ¿Qué buscabas al formar ese grupo?
- Yo jamás pensé en formarlo… todo pasó sin planearlo, sólo quería que aprendieran a defenderse de Voldemort y de sus Mortífagos…
Harry dijo esto último casi sin pensar pero luego de ver el rostro de Lucius comprendió que había sido imprudente mencionar aquello
- Lo siento… yo no quise…
- No te preocupes… yo era uno de esos Mortífagos de los cuales debías defenderte –dijo Lucius abrazando fuertemente a Harry –lo siento tanto… tantas veces quise lastimarte
- Ya no importa… eso es pasado.
- Aún me preguntó cómo puedes amarme después de todo el daño que te hice.
- No hablemos de eso… no debí mencionar el ED…
- No amor… no te preocupes quiero saber todo de ti… quiero conocer toda tu vida… es tan poco lo que sé… me daré tiempo para saber todo.
- Yo sé de ti sólo lo que sabe todo el mundo… y también quiero conocerte más.
- Ya tendremos tiempo para ello… ahora debo irme… Kingsley me espera y a ti Dumbledore.
- No quiero… ¿cuándo volveré a verte?
- Pronto mi amor… muy pronto.
Lucius besó a Harry por última vez aquella noche sabía que sería muy largo el tiempo que debiera pasar hasta que pudieran estar juntos otra vez, a pesar de ello su ánimo no decaía, se sentía totalmente afortunado de amar y saber que era amado le daba esperanza y fuerza, su pensamiento estaría con Harry cada segundo que debiera estar lejos de él.
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Eran casi las doce de la noche cuando Harry finalmente cruzó el retrato de la dama gorda, la sala común de Gryffindor estaba silenciosa naturalmente todos dormían, exceptuando a dos chicos que estaban sentados silenciosos frente a la chimenea. Al oír la llegada de Harry de inmediato se incorporaron
- Harry por fin… por qué tardaste tanto… hasta esta hora estuviste en el despacho de Dumbledore –preguntó Hermione de una vez y sin pausa
- Hola… eh pues… no estuve en el despacho de Dumbledore en realidad.
- Y dónde entonces… no ibas a hablar con él –preguntó Ron algo confuso
- Pues sí… lo vi… hablamos… pero no estuvimos en su despacho… fuimos hasta Hogsmeade.
- Hogsmeade… ¿a esta hora? –preguntó Hermione
- Sí… me llevó allá para que viera a alguien.
- Ah… bueno… pero qué dijo sobre tu… estado –preguntó Ron
- Bueno dijo que me ayudaría en todo lo que hiciera falta.
- Ni por un instante dudé en el apoyo del director –dijo Ron mientras Hermione permanecía silenciosa
- Bueno yo tampoco… él siempre ha estado muy pendiente de mí.
- Y ese alguien a quien viste debe haber sido Lucius no es así –dijo Hermione
- Sí… era necesario que Lucius supiera lo del bebé cuanto antes.
- ¿Y?
- ¿Y qué?
- Pues que dijo Lucius –preguntó Ron ansioso
- Se puso feliz… dijo que me amaba y que nada otra vez nos iba a separar.
- ¿Qué se supone que significa eso? –preguntó Hermione
- Significa que eso… me ama… y nos casaremos.
- ¡Que!... ¿has dicho que se casaran?
- Sí Ron… y será muy pronto… el profesor Dumbledore se encargará de todo.
- La idea fue de Lucius supongo –dijo Hermione
- No… no fue idea de él fue del profesor Dumbledore… dijo que a pesar de las circunstancias las cosas se harían correctamente.
- Harry eso es una locura… tú ni siquiera deberías estar cerca de Lucius si alguien llega a saberlo estarás en graves problema.
- Hermione ya basta… no sigas con eso… Harry ama a Lucius y esperan un bebé… deben estar juntos por el bien del bebé y además se aman… no porque a ti no te guste la idea las cosas cambiarán… se supone que somos los amigos de Harry… si nosotros no lo apoyamos quién más lo hará –dijo Ron con tono molesto
Hermione estuvo a punto de llorar al oír a Ron hablarle de esa forma, sabía que en el fondo el chico pelirrojo tenía razón ellos siempre habían sido el apoyo de Harry, eran casi la única familia que Harry había tenido, pero ella no podía imaginar a su amigo casado con ese hombre, deseaba creer que ese amor de Lucius era verdadero pero no lo conseguía, tenía tanto miedo de que Harry saliera lastimado con toda esa historia. Pero en realidad su desconfianza no era más importante que esa amistad de tantos años, no podía serlo, a pesar de su desconfianza y temor le daría a su amigo el apoyo que requería para esa situación.
- Harry… yo te quiero mucho… como si fueras mi hermano… no quiero que sufras por nada de este mundo… si tu y Dumbledore confían en Lucius yo también lo haré… te prometo que no volveré a cuestionar tu relación con Lucius… sólo deseo tu bien –dijo la chica abrazando tiernamente a su amigo
- Gracias sabía que podrías comprenderme –dijo Harry correspondiendo al abrazo
- ¿Harry como harán para casarse, sé que necesitan ser un oficial autorizado por el Ministerio? –preguntó Ron
- El profesor Dumbledore se encargará de todo, dijo que me avisaría cuando todo este listo- dijo Harry feliz
- Harry si tú eres feliz nosotros también lo seremos –dijo Ron
- Espero que sea pronto –dijo Harry con tono soñador
- Harry crees que exista la posibilidad de que Lucius alguna vez sea perdonado y pueda regresar a la comunidad mágica y puedan vivir una vida normal-preguntó Hermione
- Sí… creo que eso podría suceder alguna vez.
- Vaya Harry… tú casado con Lucius… cuando mamá y papá lo sepan… ¿por qué se los contarás cierto? –preguntó Ron
- Claro que sí Ron… tú familia es como si fuera la mía… por supuesto que deben saberlo y también lo del bebé –dijo Harry
- Cuando mamá sepa lo del bebé estoy seguro que se desmayará.
- Seguro que sí –dijo Hermione -pero cuando se recupere se pondrá a tejer como loca
- Es verdad… no había pensado en eso… seguro que teje un ajuar con los colores de Gryffindor… ay Harry… lo que te espera… si mi madre te ha mimado estos años sólo por cariño ya me imagino lo que hará cuando sepa lo del bebé –dijo Ron con cara de preocupación
- No te preocupes Ron… tendré fuerza para resistir… quiero que mi bebé crezca rodeado de mucho amor.
- Así será Harry… sobre eso no tengas dudas –dijo Hermione sonriente
Después de aquella conversación se fueron al dormitorio, Harry se durmió pensando en lo vivido esos últimos dos días, eran tantas las emociones que embargaban su corazón, su felicidad era total, el saber que era dueño inequívocamente del corazón de Lucius lo inundaba de una alegría sin igual, consideraba su felicidad perfecta a pesar de las adversas circunstancias que deberían enfrentar, pero Lucius lo había dicho, ya no habrían más errores y malas interpretaciones, se amaban y lo sabían y la certeza de aquello se las daba ese bebé que dentro de unos meses él podría acunar en sus brazos. Se durmió soñando con el momento en que se uniría a Lucius por un lazo que jamás nadie podría romper.