Jamás imaginó que la noche le resultaría tan plácida le había preocupado no poder conciliar el sueño como suele ocurrir al estar por primera vez en un lugar que no es el habitual, sin embargo luego de aquel relajante baño que le había recomendado Snape se había sentido muy somnoliento y en cuanto había puesto la cabeza en la almohada se había dormido. Después de pensar un rato en lo extraño que era todo lo que vivía finalmente decidió levantarse ya eran más de las siete, le había prometido a sus amigos que estaría puntual para el desayuno, sin prisa buscó su uniforme ya no era necesario correr tanto estaba mucho más cerca del vestíbulo, sólo debía subir unas cuantas escaleras, el camino era mucho más corto al Gran Comedor.
Al salir de la habitación notó que el lugar estaba algo frío una característica propia de las mazmorras, no había ruido alguno se preguntó si Snape ya se habría marchado, pero en aquel precioso instante la puerta de la habitación del profesor se abría, a Harry le resultaba extraño pensar en que era el profesor de Pociones a quien vería a primera hora todos los días.
- Ah… Potter… buenos días creía que no se levantaría tan temprano –dijo el profesor mientras dirigía su varita hacia la chimenea y hacía crepitar un suave fuego.
- Buenos días profesor…
- ¿Cómo pasó la noche?
- Bien… muy bien pensé que tardaría más en dormirme pero no fue así.
- Eso tiene explicación.
- ¿Sí?
- Anoche le recomendé que tomara un baño.
- Si creo que eso me ayudó a relajar ni siquiera recuerdo como me dormí.
- Bueno aquellas sales de baño son especiales… una invención mía relajan al punto de provocar sueño.
- ¡Vaya no me lo imaginé!
- Pensé que le costaría conciliar el sueño la primera noche, este ha sido un cambio muy drástico.
- Lo ha sido… gracias por pensar en ello profesor –dijo Harry con reconocimiento
- ¿Ya esta listo para ir a desayunar?.
- Sí… bueno debo recoger mi mochila.
- Hágalo después… su primera clase de hoy es conmigo… vendremos luego aquí… yo deberé recoger las redacciones de la clase anterior.
- ¿Quiere que vaya con usted al comedor?
- ¿Qué tiene de malo?... ¿A caso no vamos los dos hacia el mismo lugar?
- Sí claro.
- ¿Qué pasa Potter teme llegar demasiado temprano?
- No… no es eso.
- Potter me parece que si le preocupa que lo vean conmigo me parece que…
- No… no es eso profesor, no me importa, es sólo que llamará la atención.
- Potter usted siempre ha llamado la atención… todo lo que hace llama la atención desde el primer día que pisó la escuela.
- Yo nunca quise que eso sucediera.
- Ya lo sé, pero es inevitable desde que él… usted sabe quien lo marcó con esa… usted me entiende –dijo Snape
- Sí me hubiera gustado que no…
- Potter no se queje, si muchas cosas no hubiesen sucedido de cierta forma usted no estaría viviendo la mayor alegría de su vida, ya sabe a que me refiero –dijo Snape señalando con su dedo índice en dirección al vientre de Harry.
Harry comprendió y naturalmente le dio la razón, de no haber sucedido todas esas cosas tampoco ahora viviría la mayor dicha de su vida. Finalmente dejaron el despacho del profesor y en la salida hacía el vestíbulo se toparon con varios alumnos pertenecientes a Slytherin que miraron a Harry con recelo lo mismo que al profesor, pero ambos sabían aquello apenas comenzaba. Junto a las escaleras que llevaban a la torre Harry encontró a sus dos amigos, se acercó a ellos mientras que Snape entraba directo al Gran Comedor, junto con unos cuantos Slytherin que dejaron caer sobre los tres chicos sendas miradas de desprecio que ello ignoraron por completo.
- ¿Cómo amaneciste hoy? ¿Cómo estuvo esa primera noche con Snape?
- ¡Ron!... lo dices de una forma que puede prestarse para malos entendidos –le reconvino Hermione
- ¡Bah!... Harry sabe a que me refiero…
- Pero los demás no lo saben… cualquiera que te escuchara podría malinterpretar tus palabras –dijo Hermione
- ¿Y qué?... de todas formas pensaran mal… eso es inevitable –dijo Ron encogiéndose de hombros
Harry esperó con paciencia a que terminarán aquella discusión.
- ¿Todo bien Harry? –preguntó Hermione
- Sí, fue algo extraño pero supongo que es cosa de acostumbrarse.
- ¿Y Snape? ¿Cómo se comportó?
- Fue amable, creo que se esfuerza para que yo me sienta cómodo.
- Eso es sospechoso –dijo Ron con tono malicioso
- No digas tonterías Ron –dijo Harry –ya vamos a desayunar… tengo hambre.
- Sí vamos de una vez –dijo Ron
Cuando entraron al Gran Comedor no había muchos alumnos parecía que unos cuantos se habían retrasado, antes de sentarse Harry dirigió su mirada hacia la mesa de profesores, el director y la profesora McGonagall hablaban muy interesado con Snape, era probable que hablaran de él. Poco a poco la mesa de Gryffindor comenzó a llenarse cuando llegaron los compañeros de habitación de Harry lo primero que hicieron inclusive antes de darle el buenos días fue preguntarle donde había pasado la noche, esto despertó los nervios de Harry, podía decir que sí había dormido en la torre pero que había llegado muy tarde y que se había levantado temprano, pero imaginó que sería una mentira tonta, puesto que sus compañeros ya habrían notado que su baúl había desaparecido. Pensó que inventar mentiras no era lo apropiado en este caso, tarde o temprano todo el mundo sabría que él se alojaba en las habitaciones del jefe de la casa Slytherin y fue justamente Neville quien formuló la pregunta más difícil de responder.
- Harry… ¿Por qué no está tu baúl con tus cosas?... ¿es que ya no habitarás la torre?
Harry ahogó un suspiro miró a Neville y notó que varias miradas caían sobre él más que curiosas.
- No Neville… ya no habitaré la torre –dijo Harry escuetamente
Esta respuesta que Harry dio con el tono más tranquilo que le fue posible provocó lo que él ya había imaginado, un gran revuelo. Los que estaban más cerca se miraron unos a otros con extrañeza y por supuesto que esto despertó una tremenda curiosidad en todos lo que habían escuchado la respuesta de Harry.
- ¿Y por qué Harry?... ¿Dónde te quedarás entonces?... no me digas que fuiste expulsado –dijo Dean Thomas muy asombrado
- No… no fui expulsado, es una disposición del director
- Pero ¿por qué? –Insistió Dean
- No lo sé, no me lo explicó.
- Eso es muy raro Harry y ¿dónde te alojas ahora?
Harry le dio una mirada a Ron y Hermione que hacían esfuerzos por aparentar que no pasaba nada extraño.
- Pues… con Snape…
Los que habían preguntado y los que escuchaban se quedaron mudos y se miraron unos a otros incrédulos.
-¿Con Snape? –Preguntó Neville con tono débil y asustado -¿Pero Harry que hiciste para que te impusieran ese castigo?
Harry se quedó mudo sin saber que responder no se le ocurría nada, puesto que no había hecho nada que fuese lo suficientemente grave como para decir que efectivamente aquella medida era un castigo.
- Harry ¿estás bromeando cierto? –dijo Dean
- No… claro que es la verdad –dijo Harry comiendo cereal con leche más ganas que nunca
Todos los más cercanos se miraban atónitos ante la tranquilad que mostraba Harry.
- No sé porque les parece tan extraño –dijo Hermione –creo que Dumbledore a querido apartara a Harry porque… bueno todavía algunos piensan que es peligroso… ya saben sobre eso dicen él ”El Profeta”.
- Pero eso fue durante las vacaciones –dijo Neville
- Si pero aún siguen publicando cosas y todavía haya gente que piensa que Harry tiene algo malo –dijo Ron
- Pero si no tiene nada de malo porque Dumbledore lo sacó de los dormitorios de Gryffindor –preguntó Seamus –no será que le sucede algo y están tratando de ocultarlo
- ¡Ya basta!... dejen de hablar de mí como si yo no estuviera presente –dijo Harry de pronto perdiendo la calma –quieren saber que me sucede pues se los contaré… estuve secuestrado durante tres meses sin saber si sobreviviría sin saber que sucedía con la guerra, sin saber si los que me importaban estaban vivos o muertos, sólo esperando el final… no saben lo que fue eso y luego he tenido que soportar que todos piensen que todos digan que quizá estaba poseído por Voldemort y ya estoy arto… piensen lo que quieran.
Harry no se había dado cuenta pero a medida que hablaba levantaba más y más la voz, en cambio los de la mesa de Gryffindor se había quedado en silencio al oírlo y lo mismo había ocurrido con las demás mesas, cuando se percató todo el Gran Comedor estaba silencioso, inclusive desde la mesa de los profesores le miraban expectantes. Sólo cuando se percató de esto se cayó abruptamente, Ron y Hermione miraban sus platos, entonces comprendió que su reacción no había sido muy sensata; no pudo evitar sentirse abochornado y un calor le subió al rostro, hasta ese momento estaba seguro que ya había pasado aquella etapa en que se comportaba como un adolescente irracional, sólo la pasada noche Snape le afirmó que había madurado muchísimo pero con lo que acababa de hacer demostraba que después de todo seguía sin controlar sus emociones.
Se levantó de la mesa porque ya no soportaba las miradas de sus compañeros y salió hacia las mazmorras con toda la rapidez que sus pies le permitieron.
Hermione tuvo la intención de levantarse y seguirlo, pero Ron la retuvo diciendo que lo dejara, que Harry necesitaba calmarse, la chica se quedó en su asiento muy a pesar suyo, luego de esto todos en la mesa recuperaron el habla, lo mismo ocurrió en las demás mesas, Hermione se fijó en la mesa de profesores donde Dumbledore le dirigía unas palabras a Snape y el profesor asentía con la cabeza.
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Harry llegó hasta la puerta del despacho del profesor de Pociones y trató de abrirla pero estaba cerrada, sus libros para la clase estaban dentro, se apoyó en la pared nervioso debería esperar la llegada del profesor. No pasó mucho tiempo hasta que vio llegar a Snape, el profesor no dijo una palabras sólo procedió a introducir la llave en la cerradura, abrió la puerta y entró, Harry le imitó en completo silencio, Snape caminó hacia su escritorio.
- Siéntese Potter –dijo Snape con tono que a Harry no le pareció molesto, obedeció al instante.
- ¿Qué sucedió en el comedor? -preguntó mientras reunía las redacciones de los alumnos esparcidas en su escritorio.
- Lo siento…
- No le he dicho que se disculpe, le pregunto ¿qué sucedió?
- Bueno mis compañeros comenzaron a preguntar por qué no dormí en la torre… y les dije la verdad que me había trasladado aquí por orden del director y… luego…
- Sí, sí todos oímos su desahogo Potter, pero dígame ¿estaba tan molesto como parecía?... o fue algo así como una actuación.
- En parte.
- Ah… ¿Y qué parte fue la actuada?
- Pues el final… cuando dije que estaba arto de que todos me miraran raro.
- Muy ingenioso la verdad… creo que es mejor que piensen que está mal de la cabeza a que se sepa el motivo verdadero de su salida de la torre –dijo Snape sin darle importancia
Harry lo miró con la boca abierta sin saber que decir.
- Vamos Potter… no me miré así ya sabe lo que quiero decir.
- Bueno… sí… supongo que es mejor, pero creo que con mayor razón muchos pensarán que estoy poseído.
- Creo que eso es lo de menos Potter, lo importante es que su secreto se mantenga a salvo.
- Sí, es lo más importante.
Un crack sonó de pronto y apareció un elfo que llevaba una bandeja con comida, Harry lo reconoció enseguida por el cubretetera que llevaba en la cabeza.
- ¡Dobby!
- Buenos días señor Harry Potter, le traje su desayuno.
- Se fue del comedor sin terminar su desayuno y eso es algo que no debe suceder Potter.
- Ah sí –dijo Harry sin poder evitar sentirse culpable antes no le importaba quedarse sin comer pero ahora eso afectaba a alguien más.
- Ya debo irme a clases… Potter termine su desayuno, lo espero en clase –dijo Snape tomando sus cosas, saliendo del despacho.
- Si profesor –dijo Harry mirando sonriente a Dobby
- Dobby, me da mucha alegría verte otra vez.
- Dobby esta honrado de traerle el desayuno al señor Harry Potter.
- Gracias de verdad Dobby.
- El profesor Dumbledore a encargado a Dobby que se ocupe de que el señor Harry Potter coma todas sus comidas… dijo que era muy importante.
- Sí… eso dijo… y dijo porque.
- Sí él lo dijo… porque cuando Harry Potter estuvo secuestrado pasó mucha hambre y fue mal tratado y ahora debe estar muy bien.
- Sí Dobby es verdad… si yo te cuento algo podrías guardarlo como un secreto, nadie puede saberlo.
- El señor Harry Potter… ¿Quiere contarle un secreto a Dobby?
- Sí… tú eres mi amigo.
El elfo se puso a llorar a lágrima viva haciendo mucho ruido.
- No llores Dobby por favor.
- Perdón señor es que Dobby se emociona cada vez que dice que somos amigos.
- Y lo somos… por eso quiero contarte un secreto muy importante.
- Puede confiar en Dobby señor… yo jamás le diré a nadie su secreto.
- Dobby voy a tener un bebé –dijo Harry sonriendo feliz
El pequeño elfo agitó sus grandes orejas de murciélago nervioso y sus grandes ojos verdes parecían que saldrían de sus cuencas.
- ¿El señor Harry Potter espera un bebé?
- Sí Dobby, no es increíble, soy fértil y no lo sabía.
- Dobby se alegra mucho por el señor Harry Potter… sí por eso se ve tan feliz.
- Sí es cierto por eso estoy feliz.
- No tiene que preocuparse yo voy a guardar su secreto.
- Gracias Dobby yo sabía eso, hay algo más que me gustaría decirte sobre el padre de mi bebé… él es una persona a la que yo amo muchísimo…. y bueno…
- ¿El señor Harry Potter tiene un novio secreto?
- Sí Dobby… muy pocos saben quien es el padre de mi bebé… ahora tú también lo sabrás… su nombre es Lucius… Lucius Malfoy.
Al oír aquel nombre los ojos de Dobby se desorbitaron y se tapo la boca horrorizado.
- El señor Harry Potter no puede amar a ese hombre malo… es malo el trató de hacerle mal señor… él se lo llevó al que no debe nombrarse.
- Sí es cierto Dobby, pero créeme Lucius ahora es diferente, el cambió él se arrepintió de hacerme daño… el me protegió de Voldemort, él me salvó la vida porque me ama.
- ¿El señor Harry Potter esta seguro de eso?
- Sí muy seguro… ¿me crees Dobby?
- Sí señor… Dobby sabe que el señor no mentiría… Dobby tejerá muchos calcetines para su bebé.
- Gracias Dobby… eso me hará muy feliz.
- Ya debo irme señor espero que le guste el desayuno que preparé.
- Sí Dobby me gustará gracias.
- Ya me voy señor.
- Sí adiós Dobby y gracias por todo.
El elfo hizo una gran reverencia a Harry cosa que provocó mucha gracia en el chico y salió rápidamente. Harry tomó su desayuno y comió todo lo que fue capaz, esperaba que no le hiciera daño no era conveniente sentirse mal en clase de Pociones.
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Draco ya tenía su baúl preparado había decidido que se presentaría en Hogwarts por la noche, ya no necesitaba viajar en el expreso podía utilizar la aparición. Había recibido la carta del director en la que le decía que era muy bienvenido en la escuela y que su antigua habitación en el dormitorio Slytherin estaba a su entera disposición, jamás espero que Dumbledore lo acogiera tan amablemente, pero estaba seguro que quizá en algo influía el hecho de que era hijo de Lucius, que ahora estaba involucrado con el alumno favorito del director. Lo único que le molestaba un poco era el hecho de tener que estar tan cerca de los que habían sido sus amigos, Pansy y Blaise no eran hijos de Mortífagos como él, pero tampoco el mundo ignoraba que sus familias simpatizaban con la causa del Señor Tenebroso, su otros compañeros habían abandonado la escuela tras el encarcelamiento de sus padres.
Lo asaltaba una pequeña inquietud que no alcanzaba a manifestarse del todo, pero no negaba que estaba ansioso por ver la cara de todos cuando a la hora de la cena lo vieran llegar al comedor, sobretodo quería verle la cara a Potter, le causaba mucha curiosidad saber que actitud tomaría el Gryffindor cuando lo viera, le manifestaría el desprecio de siempre o sería diferente en el trato con él ahora que estaba locamente enamorado de su padre. Otra cosa que lo intrigaba mucho era si ya estaría enterado de que él y Lucius se habían distanciado por su causa, de todas formas mantendría su plan original calibraría la actitud de Potter en relación a él, no estaba seguro de que por el hecho de que ahora amara a su padre su actitud hacia él fuera a mejorar, seguro que ahora era mucho más arrogante que antes.
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Ya casi caía la noche cuando cruzó las rejas de la escuela, con decisión se dirigió hacia la escalera de piedra y avanzó hacía el vestíbulo, era extraño llegar de esa forma a Hogwarts cuando ya casi se cumplía un mes desde que había iniciado el nuevo curso, le encantó la idea de no cruzarse con nadie en su trayecto hasta el despacho del director, aquella mañana había recibido una lechuza con la indicación de que debía presentarse en el despacho de Dumbledore en cuanto llegará y así lo hizo. Pudo comprobar una vez frente al director que era recibido con más amabilidad de la que nunca había recibido de parte de Dumbledore, estaba seguro que eso se debía sólo a la relación de su padre con Potter.
- Señor Malfoy… estoy muy contento de que finalmente regresara a la escuela ha tomado una gran decisión –dijo Dumbledore sonriente
- Gracias señor… pero le aseguro que hubiese preferido ir a otro lugar… lamentablemente no hay ningún otro.
- Lo importante es que aquí usted estará seguro, nunca fue mi deseo que usted dejara la escuela.
- No estoy muy seguro de eso… los Malfoy nunca fuimos muy de su agrado –dijo Draco con tono poco amable.
- Le aseguro que esa es una apreciación equivocada… usted nunca me desagradó.
- Pero mi padre sí.
- Bueno usted sabe que tenía sobrados motivos para que no me agradará Lucius, no creo que sea necesario que le recuerde con detalle dichos motivos.
- Tiene razón no es necesario, sin embargo ahora parece que lo tolera bastante bien… sobretodo desde que mi padre se involucró con Potter.
- Ah veo que ya está enterado.
- Pues sí ya me enteré… y no entiendo como puede usted avalar una relación que le podría traer muchos problemas a Potter.
- Por eso no debe preocuparse señor Malfoy.
- No me preocupa… ni siquiera me importa… mi padre es libre de hacer lo que le plazca… allá él si lo descubren y va a para a Azkabán otra vez.
- No puedo creer que piense de esa forma tan dura con respecto a su padre.
- Yo nunca le importé demasiado a mi padre… él siempre buscó su bienestar personal, inclusive ahora lo hace.
- ¿A qué se refiere con eso?
- Nada… no me haga caso.
- Draco… si estás pensando que Lucius está junto a Harry con el afán de sacar algún partido déjame aclararte que estás completamente equivocado.
- Yo no he dicho eso… no conozco lo motivos de mi padre y tampoco me interesan. Usted dijo que ocuparía mi antigua habitación….
- Sí así es… tus cosas ya están ahí… espero que con el tiempo tu percepción de las cosas cambie.
- No lo creo señor –dijo Draco poniéndose de pie –bueno creo que he llegado justo a tiempo para la cena, si me disculpa iré al comedor.
- Por supuesto.
Draco no se despido sólo le otorgó una leve inclinación de la cabeza al directo y dando un elegante giro salió del despacho. Dumbledore luego de verlo salir movió negativamente la cabeza, tenía el presentimiento que la presencia del chico podía provocar problemas con Harry, esperaba que no fuera así, lo último que necesitaba Harry era pasar malo ratos.
Luego de su breve conversación con el director Draco dejó el despacho y se dirigió al Gran Comedor, la cena ya había comenzado, saboreaba de antemano la gran conmoción que su presencia causaría en todo el alumnado, pero a quién más deseaba tener en frente era a Harry Potter, anhelaba verle la cara al héroe, deseaba conocer la actitud que tendría Potter cuando viera a su odiado rival, que ahora era además el hijo del hombre que amaba. Sin duda que sería muy divertido aquel encuentro, nadie imaginaba que el héroe del mundo mágico se había enamorado de un ex Mortífago, parecía que aquello había sido un castigo para Potter por su tremenda arrogancia, por mirar a los Malfoy como lo si fueran lo peor del mundo y sin embargo ahora moría de amor Lucius, era gracioso sin ninguna duda.
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