Cornelius Fudge agitaba su sombrero con nerviosismo mientras la gárgola de piedra se apartaba para darle acceso al despacho de Dumbledore, no dejaba de pensar en los argumentos que utilizaría para explicar su repentino cambio de opinión con respecto a Lucius Malfoy, sabía que el director era un hombre muy inteligente y con toda seguridad encontraría muy extraña la petición que él pensaba hacerle. Pero ya estaba ahí a unos metros del despacho y no podía abandonarlo el valor cuando el éxito de todo aquello le abriría las puertas de su más anhelado sueño, tener finalmente a Lucius, el hombre con el que soñaba desde hacía mucho, pero que jamás creyó poder tener.
Antes de tocar siquiera la puerta esta ya se abría y dejaba ver la figura de Albus Dumbledore acariciando a su Fénix y al parecer también platicando con él. El director que ya estaba preparado para recibir tan ilustre visitante al escuchar la puerta se giró con lentitud y con una sonrisa amable acogió al Ministro, esto le dio ánimos al hombre.
- Buenos días Dumbledore – saludó Fudge
- Ah… Cornelius que sorpresa que me visite… hace mucho tiempo que no tenía el placer de su presencia –dijo el director con amabilidad
- Bueno así es Dumbledore y en verdad lo lamento pero ya se imaginará usted… todo está aún muy reciente. Tardaremos que el mundo mágico regrese a la normalidad… queda mucho por hacer –dijo Fudge hablando más rápido de lo normal
- Por supuesto tiene usted razón… pero por favor Cornelius tome asiento –dijo Dumbledore haciendo aparecer un cómodo sofá donde ambos se sentaron –creo que una taza de té nos vendrá de maravilla
Con un suave movimiento de varita el director hizo aparecer una mesa donde descansaba una bandeja con dos humeantes tazas y bizcochos.
- Estupendo Dumbledore estupendo… como en los viejos tiempos –celebró Fudge con animación
- Por supuesto Cornelius… a pesar de las diferencias que hemos tenido en el pasado sigo sintiendo mucha estima por usted –dijo Dumbledore mirando al mago por encima de sus lentes de media luna
- Y yo agradezco eso Dumbledore… reconozco que hubo momentos en los que fui un hombre muy intransigente y obstinado… creo que todos merecemos segundas oportunidades en la vida.
- Sin duda alguna –dijo Dumbledore sin abandonar su sonrisa amable
Fudge sonrió torpemente mientras se llevaba la taza de té a los labios, resultaba embarazoso para él estar frente a Dumbledore teniendo que fingir de ese modo una simpatía que el director no le inspiraba en lo absoluto y lo peor era tener que recurrir a él para pedir su influencia en ese asunto que era para él de vital importancia.
- Cornelius… presiento que ha venido hasta aquí para hacerme algún tipo de petición… puede hablar con toda confianza –dijo el director –yo siempre estoy dispuesto a colaborar en toda lo que me sea posible
- Pues sí la verdad es que el asunto es un poco complejo pero tengo esperanzas en que se puede encontrar una solución.
- Cuente con mi ayuda estoy seguro que por más difícil que sea encontraremos una solución.
- Bueno Dumbledore… me enteré de aquel joven Malfoy regresó a la escuela.
- Ah sí… es cierto finalmente el muchacho decidió volver… bueno no tenía más alternativa puesto que lo perdió todo.
- Es cierto una situación muy lentamente… me parece que ha sido una víctima en toda esta historia –dijo Fudge
- Sí… ha sido una víctima… ha pagado por los errores de su padre… algo a mi parecer totalmente injusto.
- Sin duda alguna… Dumbledore yo he estado conversando con alguna gente en el Ministerio y muchos piensan que la expulsión de Lucius Malfoy de nuestro mundo no fue una medida del todo justa.
- Bueno usted sabe Cornelius que yo fui una de esas personas que estaba en contra de esa medida tan drástica.
- Y aunque no lo crea Dumbledore yo comprendo su posición… usted aprecia muchísimo a ese muchacho Potter y como sin duda fue aquella acción de Lucius la que desbarató los planes del Innombrable y salvó al chico.
- Algo que pese a todas nuestras diferencias del pasado agradeceré eternamente a Lucius.
- Yo también he pensado que es mucho lo que le debemos en realidad… ahora que las cosas han comenzado a calmarse y nuestra comunidad retoma un ritmo más relajado pienso que quizá nos precipitamos un poco en relación a Lucius Malfoy –dijo Fudge tratando de darle a su tono una tranquilidad que no sentía
- ¿A qué refiere Cornelius?
- Bueno quiero decir que quizá el haber cambiado su sentencia en Azkabán por la expulsión no fue buena idea.
- ¿Quiere usted decir que hubiese sido mejor que Lucius fuese llevado a Azkabán?
- No… no quise decir eso… me refiero a que quizá el tribunal debió absolverlo.
- ¿De verdad piensa eso? –preguntó Dumbledore fingiendo perfecto asombro
- Sí… la verdad es que creo que no dimensionamos con total justicia la importancias de lo que hizo Lucius, de lo mucho que arriesgó al traicionar al Innombrable… bueno muchos fuimos testigos de cómo él quiso matarlo cuando comprendió la traición, por fortuna este muchacho Potter evitó que Lucius muriera.
- Naturalmente Harry jamás permitiría que sucediera eso… él comprendió desde el principio el sincero arrepentimiento de Lucius y por eso quiso protegerlo.
- Sí, sin duda Potter es un buen muchacho, noble a más no poder eso nadie lo niega… él siempre ha creído que todos merecen una segunda oportunidad… supongo que por eso habló a favor de Lucius ante el Wizengamot.
- Naturalmente así es –dijo Dumbledore sonriente
- Dumbledore la verdad yo creo que Potter es un joven bastante sabio a pesar sus diecisiete años… creo que las cosas mejorarían mucho en nuestro mundo si nos inclináramos más a oír a los jóvenes.
- Totalmente de acuerdo con usted Cornelius… nosotros los mayores tendemos a dejarnos llevar más por la razón y escuchamos poco lo que dice el corazón.
- Sí, es cierto… muy cierto Dumbledore, por eso he pensado muchísimo en todo este asunto… quizá sería justo que le diésemos otra oportunidad a Lucius.
- ¿Otra oportunidad?... ya veo… y en qué consistiría esa segunda oportunidad.
- Pues quizá si aunamos nuestras voluntades podamos convocar nuevamente al Wizengamot para que el caso de Lucius sea revisado.
- ¿Realmente estaría usted dispuesto a hacer eso?
- Sí… como dije Dumbledore creo que nos precipitamos un poco en relación a Lucius, quizá estemos a tiempo de reparar una injusticia.
- Sí… ¿pero usted cree que los demás miembros del tribunal estén dispuestos a absolver a Lucius?… usted mismo dijo que sus delitos del pasado eran de una gravedad que el Tribunal no podía ignorar.
- Sí es cierto, pero usted es un hombre muy respetado en el tribunal estoy seguro que podría convencer a los que aún estén reticentes y quizá Potter esté dispuesto a aportar su testimonio otra vez… su intervención en aquella ocasión fue algo precipitada quizá haya olvidado decir alguna cosa que ayude a convencer a todos… inclusive podríamos escuchar al joven Malfoy ya que no le dimos la oportunidad antes –dijo Fudge con entusiasmo
Dumbledore meditaba cada palabra pronunciada por Fudge, le parecía asombroso como aquel mago que él había considerado un poco torpe y fatuo resultara ser un hombre bastante inteligente, con una sutileza que jamás antes mostrara había llevado aquella conversación al punto que él deseaba, los argumentos utilizados eran muy razonables y hasta creíbles para cualquier otro que no conociera como él lo que verdaderamente se escondía tras esa fervorosa defensa en pro de justicia para Lucius que acaba de lanzar el Ministro.
- Cornelius no necesita decir usted nada más… estoy en completo acuerdo con usted, cuenta con mi apoyo para este asunto y puedo también asegurarle que contará con la disposición de Harry para ayudar en todo lo necesario a la causa de Lucius Malfoy.
Fudge casi saltó de alegría, había resultado bastante fácil convencer a Dumbledore, con su apoyo estaba seguro de que su suerte estaba hecha, agradecía enormemente la influencia que el mago tenía en la comunidad, si en el pasado aquello le había molestado enormemente ahora eso era totalmente favorable a sus planes. Estaba seguro que inclusive ese mocoso Potter sería muy útil, la evidente admiración o embobamiento que sentía por Lucius ayudarían para conseguir hacer realidad el ofrecimiento que le había hecho al rubio.
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En cuanto Fudge se marchó Dumbledore se fue en busca de Harry, sin duda que esa locura apasionada del Ministro sería ventajosa para que el chico de ojos esmeraldas pudiera estar por fin junto a Lucius y concretar esa familia que soñaban, no le cabía ninguna duda que ese hombre llevado por su delirio pondría todo su empeño en apresurar esa reunión con el Wizengamot, era necesario que también él apresurara sus planes, tenía la seguridad de que las cosas se precipitarían y era necesario estar dispuestos.
Harry estaba en clase de Transformaciones cuando de pronto apareció en el aula la figura del director, luego de pedir el consentimiento de la profesora McGonagall pidió a Harry que lo acompañara, a nadie en la clase eso le pareció extraño sabían que Harry mantenía una relación muy estrecha con el director, pero lo que sí asombró a todos fue que al mismo tiempo fuera llamado Draco Malfoy. Ambos muchachos se miraron algo asustados, el asunto tenía relación con Lucius eso era seguro, esto no pasó inadvertido para nadie, los alumnos comentaban unos con otros el extraño hecho de que fueran llamados al mismo tiempo los dos rivales más famosos de Hogwarts, pero nadie recordaba haber presenciado algún altercado entre ellos, pero el murmullo acabó en cuanto la profesora levantó la voz para que todos hicieran silencio. Draco dirigió a Harry una mirada medio preocupada, sin embargo, mantuvo su pose arrogante hasta salir del aula tras Harry.
En cuanto estuvieron fuera ambos se atropellaron al preguntar si le sucedía algo malo a Lucius, el director los tranquilizó al decirles que nada malo sucedía, pero que había sido visitado por Fudge para hacerle una propuesta que debían oír. Siguieron a Dumbledore hasta el despacho de la profesora McGonagall que estaba más cercano, una vez ahí los tres se sentaron y ninguno de los dos chicos se atrevió a preguntar que había sucedido.
- Bien señor Malfoy… Harry… aunque no han preguntado que sucede supongo que ya habrán concluido que este asunto se relaciona con Lucius.
- Sí profesor creo que eso ya lo sospechábamos –dijo Harry –no ha sucedido nada malo cierto
- No claro que no Harry… pero es importante que hablara con los dos… acaba de estar aquí Cornelius Fudge para hablarme de la situación de Lucius.
- ¿Qué dijo? –preguntó Harry –qué quería
- Calma Harry… ahora lo explico… Cornelius me ha dicho que desea convocar otra vez al Tribunal para que revise el caso de Lucius… ahora piensa que esa condena fue precipitada e injusta.
- ¡Miserable!... ¿Cómo se atreve?... él era el más interesado en que Lucius fuera a Azkabán… sino lo hubiese amenazado aquel día Lucius estaría encerrado en ese horrible lugar –dijo Harry sin poder controlar su rabia
- No te alteres Harry… eso no es bueno –reconvino Dumbledore
- Es cierto Potter… cálmate eso le puede hacer daño al bebé.
Dumbledore miró sonriente a Draco, le alegraba ver la preocupación que mostraba el chico rubio por el nuevo integrante que llegaría a la familia Malfoy a pesar de su rivalidad con Harry.
- Me dijo Severus que estuvieron conversando… espero que eso ayude a mejorar las cosas y aclare malos entendidos.
- Creo que Potter y yo nos llevaremos un poco mejor… al menos lo intentaremos –dijo Draco
- Me alegro eso es un buen comienzo –dijo Dumbledore –es necesario que dejen las diferencias en el pasado, si todo lo que planeó sale bien en unos días ya serán parte de la misma familia
- No entiendo profesor –dijo Harry
Draco miró a Harry arrugando el entrecejo al mismo tiempo que movía la cabeza en señal de negación.
- Potter quiere decir que tú y mi padre se casaran.
- ¡Qué! –exclamó Harry emocionado mientras un leve tinte rosa subía a sus mejillas
- A dicho bien señor Malfoy –dijo Dumbledore sonriendo –Harry no sé cuanto tiempo demore el Ministro en convocar otra vez al Wizengamot, pero seguramente con el interés tan “personal” que tiene en todo esto no tardará mucho, mi idea es que para cuando eso suceda tú y Lucius ya estén casados… estoy seguro que con el entusiasmo de Cornelius Fudge se logrará revertir la sentencia de Lucius.
- Sí… eso profesor cuando Fudge quiera hacer algún reclamo ya será tarde porque Lucius ya será mi esposo –dijo Harry emocionado
- Eso si no exige el pago por adelantado –dijo lacónicamente Draco
Harry lo miró con indignación.
- Lucius jamás haría eso.
- Por supuesto Potter… mi padre tiene mal gusto, pero ese Ministro es… un espanto.
- Si dices eso por mi Malfoy…
- Ya basta jóvenes… no es el momento para discusiones tan poco productivas nos convoca un asunto más importante –dijo Dumbledore con tono serio
Draco y Harry guardaron silencio al instante.
- Harry… el mago que es mi amigo y tiene licencia para realizar la boda me ha escrito diciendo que estará de regreso en unos días…
- Menos mal…
- En cuanto llegue se llevará a cabo el enlace… como dije antes Cornelius pretende reunir pronto al tribunal… él quiere que tú des un nuevo testimonio Harry en el que puedas aportar alguna información que hayas omitido antes y que sirva para convencer del todo al tribunal.
- Bueno creo que lo principal ya lo dije… Lucius no sólo me salvó a mí, también a Malfoy y al profesor Snape.
- El tribunal ya sabe eso no hay otra cosa que puedas agregar Harry.
- ¿Cree usted que les interese saber que Fudge hizo un trato con Voldemort para entregarle el Ministerio?
- Sin duda Harry esa información me temo que nadie la creería, no hay pruebas… tú eres el único que pudo ver aquellos recuerdos de Voldemort.
- Pero yo amenace a Fudge con revelar esa información aquel día de la sentencia… él me dijo lo mismo pero yo le recordé que con un pensadero era fácil estudiar los recuerdos de alguien.
- Harry la verdad me temo que eso podría ser perjudicial para ti… es cierto que se pueden extraer los recuerdos para revisarlos en un pensadero, pero también creo que los magos que son adeptos a Fudge vean en esa información una manipulación de recuerdos… tu incursión al Ministerio hace dos años fue con la intención de salvar a Sirius que supuestamente era torturado por Voldemort… pues ya viste que no era cierto, él te manipuló… creo que cualquiera podría pensar lo mismo ahora.
- Pero profesor aquella vez casi nadie supo que hacía yo en el departamento de Misterios, bueno salvo los miembros de la Orden, todos quedaron con la idea de que yo fui para evitar que Voldemort robara la profecía que se guardaba en ese lugar y no todo el mundo creyó que eso efectivamente había sucedido, el mismo Fudge se encargo de negar todo, muy pocos sabes que caí en una trampa porque mis sueños fueron manipulados.
- Bueno Harry es cierto en eso tienes razón… pero aún así creo que no debemos recurrir a esa información que está en tus recuerdos, creo que debemos seguirle el juego a Fudge todo lo que sea posible.
- No han pensado que ese Fudge cuando se de cuenta del engaño, de que sólo fue utilizado estará furioso y querrá vengarse.
- Por supuesto que lo he pensado señor Malfoy, le aseguro que no pretendo arriesgar a ninguno de ustedes…
- Pues yo creo que cuando ese hombre vea la realidad no creo que se conforme así nada más… podría intentar hacer daño a mi padre… o al mismo Potter.
- No se atrevería a lastimar a Harry, no estando yo cerca… ni el mismo Voldemort lo intentó… las veces que trató de hacerlo siempre fue alejando a Harry de protección, creo que Cornelius no tendrá más remedio que resignarse.
Draco miró algo incrédulo a Dumbledore, no estaba tan seguro ni confiado como el mago, él creía que la locura de Fudge se desataría como nunca al saberse engañado y ninguno de ellos estaría a salvo pese a lo que decía el director.
- Profesor usted dijo que nos prepararíamos –dijo Harry
- Sí, por lo pronto enviaré una carta a Lucius explicándole todo el asunto que me planteó el Ministro, también el asunto del matrimonio, creo que esa será una feliz noticia para él.
- Sí lo será de eso estoy seguro –dijo Harry sin poder ocultar su felicidad
- Ya pueden regresar a clases, los mantendré informados de todo lo que suceda –dijo el director
Draco y Harry se levantaron y salieron del despacho para regresar al aula de Transformaciones, hicieron el camino en completo silencio ninguno quería dejarle saber al otro que la situación les preocupaba más de lo que habían aparentado.
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Aquella noche Kingsley visitaba a Lucius otra vez para darle noticias sobre los últimos acontecimientos de ese día. Lucius por primera vez en meses vislumbró una verdadera esperanza de cambiar su situación, Kingsley le informó de manera oficial la conversación sostenida por el Ministro con el director de Hogwarts, el rubio apenas podía creer que Fudge ante la remota promesa que él había hecho ya hubiese puesto en movimiento lo mecanismos necesarios para hacer realidad su regreso a la comunidad mágica.
- Lucius la verdad no comprendo muy bien porque el Ministro ha cambiado de idea así de manera tan abrupta.
- Existe un motivo Kingsley… quizá te cueste trabajo creerlo pero… Fudge está haciendo todo esto a cambio de que yo sea suyo.
- ¿Cómo?, ¿Qué quieres decir?
- Quiero decir eso… que sea suyo… Fudge me confesó su amor.
- ¡El Ministro te ama!
- Exacto.
- Pero es increíble –dijo Kingsley abismado
- Quien lo creería… con todo lo que hizo para enviarme a Azkabán.
- Justamente por eso me parece increíble.
- Dijo que lo hizo porque me quería lejos… para de esa forma olvidarse de mí.
- Vaya… Fudge enamorado de ti… ahora comprendo porque siempre te tuvo tanto aprecio –dijo Kingsley en tono burlón
- Es una locura realmente, pero puede ayudarme a recuperar mi lugar en la comunidad mágica… eso es lo importante quizá pronto pueda estar con Harry… lo necesito tanto.
- Esa es otra cosa increíble Lucius… como acabaste enamorado de Harry.
- El amor es algo muy misterioso… lo único que podría decir es que quizá admiré el valor con que enfrentó su secuestro… no te imaginas todos los problemas que me causó, jamás se doblegó… era insufrible –dijo Lucius sonriendo pero luego la seriedad volvió a su rostro –yo no merezco la fortuna de ser amado por Harry, nunca seré digno de él
- No digas eso… el corazón no elige a quien amar… sólo ama… tienes suerte de ser amado por alguien tan especial como Harry.
- Es cierto… si todo sale bien dedicaré cada segundo de mi vida a hacerlo feliz.
- Supe que tu hijo regresó a Hogwarts y están llevándose muy bien con Harry.
- No te imaginas lo que me tranquiliza eso… tengo tantas ganas de ver a Draco… hay muchas cosas que debo explicarle aún.
- Quizá podamos hacer algo al respecto.
- No creo que él quiera verme.
- Yo creo que sí, además sería bueno que aclararán todo antes de tu boda con Harry.
- Lo dices como si me casara mañana… falta tiempo para que se revise mi caso y quizá pueda regresar al mundo mágico.
- Dumbledore quiere que se casen lo antes posible… antes de que se revise tu caso.
- ¿En serio?
- Sí… aquí esta la carta donde te explica el asunto –dijo Kingsley sacando el sobre y poniéndolo en la mesa.
- ¡Por Merlín!... yo casado con Harry…
- ¿Te asusta la idea?
- Asustarme… no al contrario… es lo que más deseo… estar a su lado y cuidarlo, estar ahí cuando nazca el bebé.
- Estoy seguro que todo saldrá bien… debemos confiar en Dumbledore, él sabe hacer las cosas –dijo Kingsley
- Por supuesto que confió en él.
Una vez que Kingsley se marchó Lucius leyó la carta donde el director le decía que su matrimonio con Harry se llevaría a cabo en tres días, el corazón le saltó de emoción al prensar en ello, todo lo que le había sucedido era tan increíble y, sin embargo, estaba seguro de ser feliz como jamás antes lo fue, no podía evitar soñar en su vida junto a Harry con ese bebé que anhelaba tener en sus brazos, sólo soñaba con ser libre para dedicar todo su amor y vida a hacer feliz a ese chico que con una inocente y apasionada frase que el aún recordaba “hágame lo que quiera” había cambiado su destino para siempre.
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