Lo que estaba sucediendo era demasiado extraño sólo faltaban unas horas para que terminara el día, en unas horas comenzaría el ataque al Ministerio de Magia, en unas horas su fachada de espía quedaría al descubierto, cuando el Señor Tenebroso por fin comenzara el ataque final, el que definiría el futuro de todos en el mundo mágico. Hacia media hora que luchaba por imaginar que era lo que pretendía Lucius Malfoy al citarlo en el bosque prohibido, cuando estaban a puertas de una batalla, que objeto tendría ese mensaje tan urgente, ya estaba oscureciendo dentro de media hora debían encontrarse en el bosque, no estaba en su naturaleza sentir miedo, pero no negaba que la situación le preocupaba mucho nadie podía a ciencia cierta apostar cual de los bandos sería el ganador.
El enfrentamiento no sería fácil seguramente habría bajas en ambos bandos eso era inevitable, sería que Lucius a última hora pretendía cambiar de bando, el lo conocía bastante bien, era un hombre frío, ambicioso, un hombre sin escrúpulos y sobretodo creía ciegamente en las razones del Señor Tenebroso, con mayor razón ahora que había recuperado su puesto de confianza al llevarle a Potter, aquello había ayudado a borrar el error cometido al perder la profecía. Realmente sólo deseaba que el muchacho tuviera oportunidad de cumplir con su destino, y les diera a todos la posibilidad de vivir sin la amenaza constante del Señor Tenebroso y sus Mortífagos, ese era también el deseo de Dumbledore y de todos los miembros de la Orden, aún no le había informado al director del mensaje tan extraño que le había enviado Lucius, el rubio le había pedido total discreción, pero y si todo era una trampa, la verdad no tenía motivos para pensarlo pero todo era posible.
Decidió no pensarlo más y dejó su despacho en dirección hacia el bosque prohibido, era mejor oír lo que Lucius le diría primero antes de decirle algo a Dumbledore. Con paso presuroso se encaminó hacia el lugar mientras dentro del castillo se organizaba a todos los alumnos para lo que sucedería en cuanto comenzara el 1 de agosto, a pesar de estar en pleno verano la mayoría de los alumnos seguían habitando el castillo, muchos padres habían preferido dejar a sus hijos en la escuela y no llevarlos de vuelta a sus hogares durante las vacaciones, creían que sus hijos estarían más seguros en la escuela junto a Dumbledore, el Señor Tenebroso no atacaría directamente la escuela a pesar de todo el poder que había alcanzado no estaba interesado en enfrentarse directamente a Dumbledore.
Llegó al límite de los terrenos del colegio donde comenzaba el bosque prohibido la noche era templada sólo una leve brisa agitaba las hojas de los árboles, varita en mano se adentró en la espesura del bosque, sólo oía sus propios pasos todo estaba demasiado calmado esto le preocupó, le volvió a asaltar la idea de una trampa, pensó que después de todo sí debió decírselo a Dumbledore, pero ya era tarde, escuchó un ruido tras él, se volvió precipitadamente una figura oscura se presentaba ante el
- ¡Lumus! – Dijo en un susurro
Todo en rededor se iluminó y la figura frente a el permaneció inmóvil
- Temí que no vinieras Snape – dijo Lucius mirándole con cierta frialdad -
- Una cita muy extraña Malfoy… sobretodo en momentos como estos – dijo Severus
- Eso no lo niego… seré directo puesto que no queda mucho tiempo –
- ¿Qué sucede Malfoy? – preguntó Severus – algún mensaje del Señor Tenebroso
- No… él ni siquiera sospecha que estoy aquí –
- Me estas diciendo que has venido por tu cuenta –
- Así es –
- ¿Por qué? –
- Snape… el Señor Tenebroso sabe que eres un espía al servicio de Dumbledore –
- Querrás decir que finjo ser un espía al favor de Dumbledore –
- No… no Snape, finges estar del lado del Señor Tenebroso pero en realidad eres fiel a Dumbledore –
- Eso es completamente ridículo… pensé que mi lealtad con el Señor Tenebroso ya no era cuestionada –
- El lo sabe Snape… el Señor Tenebroso sabe que no le eres fiel –
- Eso es absurdo, si no fuera fiel hace rato le hubiese dicho a Dumbledore donde tienen oculto a Potter –
- No puedes decírselo y lo sabes… hiciste un juramento…
- Malfoy no sé que pretendes con esto pero…
- Todo es una trampa – dijo Lucius de un golpe
Severus no respondió nada no sabía que pensar, pero estaba seguro que debía mantenerse inmutable
- ¿De qué hablas? –
- El Señor Tenebroso… no atacará el Ministerio de Magia… vendrá de inmediato hasta aquí –
- ¿el te envió a decirme eso? –
- ¡Maldición!... entiéndelo de una vez… él no sabe que estoy aquí… Snape el Señor Tenebroso averiguó hace tiempo que eres un espía de Dumbledore… no me preguntes cómo lo averiguó sólo lo hizo… por eso toda la información que te ha dado es falsa no habrá ataque al Ministerio –
Severus se mantenía impasible frente al hombre rubio aún no estaba dispuesto a creer lo que Lucius le decía
- Escucha… el Señor Tenebroso enviará unos cuantos señuelos al Ministerio… te dijo que él mismo se presentaría allí y que llevaría a Ha… a Potter con el, pero no es cierto sólo pretende hacer salir a Dumbledore de la escuela y cuando eso ocurra la escuela será tomada… está seguro que de esa forma obligará a rendirse al Ministerio –
- ¿Y si ideó nuevos planes por qué estás tú aquí… a mi parecer traicionándolo ¿qué pretendes ganar con eso? –
- Tengo motivos para hacer esto…
- ¿Estás haciendo esto por Draco? – preguntó dudoso Severus
Lucius guardó silencio un momento, lo correcto hubiese sido decir que sí, que hacía eso por su hijo, pero el sabía que no lo hacía por Draco, aunque este acto de traición salvaría a su hijo de convertirse en Mortífago y en amante de su señor, la verdad era que no lo hacia por él. Lo cierto era que había aceptado no alegre, pero si resignado el destino de su hijo y el suyo, pero eso había sido antes, antes de Harry. No hacia ni un día que el era un fiel servidor de su señor pero aquella noche de amor con Harry lo había cambiado todo y, se atrevía a llamarla noche de amor porque era eso lo que había experimentado aunque no lo había comprendido en el primer momento, Harry con su inocencia y dulzura le había hecho vivir y sentir el amor como jamás antes lo había conocido.
Sabía que su traición le acarrearía una muerte segura, pero no podía soportar la idea de seguir viviendo a costa de la vida de Harry, no toleraba la idea de verlo morir por el Avada de su señor, aquella mañana cuando le había visto llorar sentado en la bañera había comprendido que esa imagen tan dolorosa le perseguiría eternamente si es que permitía que los acontecimientos siguieran el curso que había planeado su señor, prefería morir el antes que ver como su señor mataba a Harry, mientras le quedara un aliento de vida no lo permitiría.
- Los motivos no son importantes… sólo el objetivo final - dijo finalmente Lucius
Severus guardó silencio otra vez no podía imaginar cuales eran los motivos de Lucius para semejante traición
- No sé si debo creerte Malfoy… puesto que no me das nada… ninguna razón de peso que explique este cambio –
- Esta bien… Snape… me creerías si te digo que hago esto por mi hijo Draco… además de convertirse en Mortífago como yo… deberá ser el amante del Señor Tenebroso después de que este gane la guerra –
Esta respuesta si que consiguió desequilibrar el ánimo de Severus, pero naturalmente supo esconderlo con maestría, sintió una punzada en el corazón al oír aquello, el sólo imaginar a Draco siendo obligado y sometido por el Señor Tenebroso le horrorizaba, prefería morir antes que ver al chico rubio al que amaba en secreto desde hacia tiempo siendo víctima de un destino tal cruel, sobretodo por que el mejor que nadie sabía que Draco a pesar de su orgullo y arrogancia era un chico de buen corazón .
Sabía que no tenía derecho a sentir aquello, había luchado muchísimo por apartar ese amor de su corazón, pero al no ser posible había terminado rindiéndose al sentimiento, a pesar de saber que ese amor era imposible, primero porque jamás se atrevería a confesárselo al chico y segundo porque no veía ninguna posibilidad cierta de ser correspondido; para que echar a perder su relación con Draco, seguro perdería la estimación que el chico rubio sentía por el, perdería su respeto y eso era mucho peor a vivir con el dolor de saber que jamás sería correspondido. Qué meritos tenía el para aspirar al amor de ese chico, el más bello que había conocido, con un corazón noble a pesar de su aparente dureza, ninguno, absolutamente ninguno, era demasiado viejo para amar a un chico de diecisiete años, no era un “sangre pura”, no poseía ningún atractivo físico y para empeorar todo era demasiado pobre.
- ¿Desde cuando sabes que eso ocurriría? –
- El Señor Tenebroso me lo dijo hace unos días – respondió Lucius sin mirar a Severus
- Esta bien Malfoy… te daré el beneficio de la duda… pero debes darme una prueba para poder…
- ¡Prueba!... no tengo tiempo para eso… si el Señor Tenebroso se da cuenta de que no estoy en el castillo…
- Esta bien… dijiste que no irán al Ministerio que vendrán directo aquí…
- Así es… el Señor Tenebroso espera que la escuela esté menos protegida…
espera que Dumbledore vaya al Ministerio seguro de que el chico estará ahí –
- ¿Qué pasará contigo cuando se de cuenta de que lo has traicionado? –
- Realmente no lo sabes…
Severus no respondió en realidad sabía como castigaba el Señor Tenebroso la traición
- Por favor Snape… dile a Draco que… dile a mi hijo que lamento todo esto… y que espero que me perdone y que sea feliz…
- Malfoy yo…
- No… Snape sé que nunca hemos sido amigos, pero sé que aprecias a mi hijo y por eso te pido que lo protejas y lo ayudes… no lo abandones… su madre murió y yo pues…
- Tal vez no sea necesario que yo…
- Snape de todas maneras aunque sobreviviera a esto… no me libraría de Azkabán de ningún modo… nada borra mis delitos anteriores… estoy marcado para siempre -
- Está bien le daré a Draco tu mensaje – dijo Severus
- Dile a Dumbledore que protegeré a… que no permitiré que lo lastimen… ya debo marcharme -
Sin una palabra más Lucius desapareció del bosque y Severus se quedó un instante perdido en sus pensamientos con la varita aún levantada iluminando el lugar donde acababa de tener esa conversación con Lucius Malfoy el más fiel Mortífago hasta hace unas horas atrás, con un susurro apagó su varita y caminó deprisa fuera del bosque, una vez que salió de la espesura y alcanzó otra vez el límite del bosque prohibido se detuvo para tomar aire, sus nervios estaban alterados lo que sucedería en unas horas nadie podía predecirlo, pero no temía por el sino por el hijo de aquel hombre que acababa se sellar su destino, un destino que sin duda no sería otro que la muerte, debía decirle a Dumbledore, quizá aún hubiese tiempo para cambiar el destino de Lucius, podía existir aún una posibilidad de librarle de esa suerte, torcer el curso de los hechos, apartarlo de ese camino que sería su perdición.
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