Parejas: Harry/Lucius
Disclaimer: Solo la historia me pertenece, los personajes son de propiedad de J.K. Rowling. No percibo beneficio económico por esto.
Advertencias: Universo Alterno. Mpreg. Muerte de personajes.
Capítulo 2. Invitación
Las vacaciones de Navidad ya comenzaban y todos los alumnos en Hogwarts se encontraban alborotados, todos regresaban a sus casas para estar con sus familias durante de dos semanas y volver con renovados bríos a retomar los estudios. Los alumnos de séptimo curso eran los más ansiosos, anhelaban el descanso, porque ellos precisamente serían quienes más trabajo tendrían al regreso de vacaciones.
La cena en el Gran Comedor aquella noche era más animada que nunca, inclusive en la mesa de profesores. Harry venía retrasado en compañía de su amigo Draco Malfoy, se despidieron y el chico rubio se fue a la mesa de su casa, Slytherin. Harry antes de sentarse dirigió una mirada a la mesa de profesores, ahí estaban su padrino Sirius y Remus, el chico les hizo un saludo con la mano, al que ambos contestaron con gesto alegre. Harry se sentía afortunado por tenerlos cerca, aunque no había conocido a sus verdaderos padres, jamás se sintió solo, Sirius y Remus supieron llenar ese vacío. Harry pensaba con cariño en sus padres muertos, por supuesto que le hubiese gustado tenerlos, pero a pesar de ello era feliz con el cariño de sus padres adoptivos, que como él sabía, lo amaban incondicionalmente.
Muchos de sus compañeros le decían que no era muy bueno tener a los padres en la misma escuela como profesores, siempre vigilando sus pasos. Harry solo se reía al escuchar esos comentarios, sabía perfectamente que ni Sirius ni Remus vigilaban sus pasos, de ser así hubiesen descubierto hacía mucho tiempo «su secreto», además le encantaba tener a Remus como profesor de Defensa y a Sirius como profesor de Encantamientos.
Aquella Navidad sería muy especial para Harry, estaba completamente decidido a revelar a Sirius y Remus el secreto que guardaba hacía casi dos años. Él ya era mayor de edad, por lo tanto, no podían oponerse. Pero sabía que no lo harían, confiaba en que ellos comprenderían que amaba a Draco Malfoy, para todo el mundo su mejor amigo, para él, el amor de su vida, su primer amor con el que se casaría en cuanto acabara el séptimo curso.
A la mañana siguiente ya todos los alumnos se arremolinaban en la entrada para tomar los carruajes que les llevarían al expreso. Harry la noche anterior se había despedido de Draco, diciéndole que aprovecharía las vacaciones para decirle a Sirius y Remus que lo amaba y los planes que tenían para cuando acabara el curso. Draco estuvo de acuerdo, el también hablaría con su padre, ya que este pasaría aquellas vacaciones en la mansión donde vivían, con estas alegres promesas ambos chicos se despidieron prometiendo escribirse todos los días durante las vacaciones.
Por la noche Harry llegó a la casa donde vivía con Sirius y Remus, estaba más contento que nunca, era víspera de Navidad y la casa estaba adornada como todos los años, se respiraba alegría en el ambiente, Harry pensó que eso era porque amaba y era amado, estaba en la edad de las alegrías y de las ilusiones cuando el porvenir se muestra color de rosa, esa edad dichosa aún no humillada por la vida, en la cual lo presente se ilumina con esperanzas y luz de lo futuro.
La mañana siguiente Harry tuvo una gran sorpresa, mientras desayunaba junto a Sirius y Remus, recibieron un sobre entregado por Uvarka, el elfo doméstico que trabajaba para ellos. Sirius recibió el sobre extrañado en un principio, pero luego cuando vio el sello comprendió de quién era, venía de la mansión Malfoy, lo abrió lentamente y sacó la tarjeta que venía dentro, la leyó en silencio y luego la dejó a un lado de la mesa, sus alegres facciones cambiaron con la sola lectura de la tarjeta cosa que no dejaron de advertir Harry y Remus.
-¿Quién la envía? -preguntó Remus.
-Viene de la mansión Malfoy, es una invitación a cenar -informó Sirius.
-Malfoy -dijo Harry asombrado.
-¿Invitación a cenar? ¿Cuándo? No será hoy, es Navidad, siempre cenamos en casa -se extrañó Remus.
-Lucius Malfoy nos invita a cenar a su mansión esta noche -repitió Sirius sin matices en su voz.
-¿Lucius? Pero desde cuándo hace eso, no somos amigos, es cierto que Harry y su hijo son muy cercanos, pero nosotros apenas lo hemos tratado -dijo Remus.
Harry estaba impactado estaba seguro que aquello era obra de Draco, seguro había convencido a su padre de que los invitase a cenar, esta idea lo llenó de alegría, pensó que esa sería una gran ocasión para revelar el secreto ante sus familias, tal ves el señor Malfoy ya estaba enterado de la verdad y por eso los invitaba.
-Supongo que no debemos rechazar una invitación a cenar de Lucius Malfoy -dijo Sirius.
-La cena Navideña es cosa de familia, no tenemos nada que hacer en ese lugar -sentenció Remus.
-Yo quiero ir, me encantaría pasar la Navidad con Draco -pidió Harry entusiasmado.
-¿Realmente quieres ir Harry? -preguntó Remus.
-Sí, claro que sí -respondió el chico.
-Bueno si es así... Supongo que podemos ir entonces -dijo Remus resignado.
-Gracias Remus, esta será la mejor Navidad de mi vida -agradeció Harry con tanta alegría que asombró a los dos hombres mayores.