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DESDE AQUELLA NOCHE por Gaia

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Notas del fanfic:

Bueno como lo prometi aqui esta la segunda parte de como aquella noche, si no lo han leido no se preocupenn eso no afecta la comprension de este fic, pero seria genial que lo leyeran, esta bonito no las desepcionara

Notas del capitulo:

BUeno sin más que agregar espero que lo disfruten mucho.

Ya saben los personajes no son mios, le pertenecen a Murakami-sama

   

DESDE AQUELLA NOCHE.

 

 

 

Se encontraba en el balcón de su lujoso departamento, el viento fresco llegaba hasta sus mejillas dándole una sensación sumamente agradable, sus rozados cabellos acariciados por esta suave brisa jugaban junto con ella; mantenía  sus ojos serrados y una gran sonrisa estaba en su rostro.

 

Yuki al verlo desde dentro del departamento no pudo evitar acercarse lentamente hasta él, lo rodeo por detrás con los brazos en un contacto delicado; Shu al sentir la acción se giró para encarar a su Koibito, perdiéndose en su penetrante mirada ambarina.

 

Sin pensarlo ni un minuto más Yuki robó un beso de Shuichi, éste, al sentir los carnosos labios de su pareja no dudo en corresponderle.

 

Lentamente Yuki metió una mano debajo de la camisa de Shu, sin romper el beso, acarició lentamente el abdomen del pelirrosa para después pasar a la espalda.

 

Shuichi enredó las manos alrededor del cuello del rubio, para después llevar una hasta el dorado cabello.

 

Luego de un rato sin aún desearlo tuvieron que separarse, pues tenían la necesidad de un poco de oxigeno.

 

Se miraron a los ojos, ambos estaban jadeantes, y con un tono carmesí en sus mejillas, el menor un poco más que el otro.

 

Se sonrieron mutuamente mientras Yuki tomaba la nuca de su koi para encontrarse nuevamente con sus labios, sólo que esta vez fue un encuentro fugaz, pues el escritor se concentró en comenzar a desabrochar la camisa de Shuichi, éste al ver la acción del rubio tomó su mano haciendo que el novelista se detuviera.

 

-Yuki... hoy no por favor- dijo suplicante Shu.

 

-Tú y tus tontas ideas de no hacerlo este día- respondió Yuki con aire de molestia.

 

-Yuki, no te enojes, mañana es la boda y será mejor que nos abstengamos de hacerlo, así será mas romántico.

 

-Me parece una idea muy estupida.

 

-¡Yuki!- expresó Shu en tono de molestia. 

 

-Ya, lo siento. Pero... mañana pagarás esto, y prepárate porque cuando lleguemos a ese hotel no saldremos de él por lo menos en una semana- ésta fue la sentencia del novelista.

 

-Entonces... estaré preparado- respondió el cantante en tono seductor.

 

Habían pasado ya dos meses desde que Yuki Eiri pidiera matrimonio a Shindou Shuichi en aquel parque, en el que se conocieron, y por supuesto que la respuesta que recibió fue afirmativa.

 

Un día después de aquel maravilloso acontecimiento Shuichi muy ilusionado se encargó de comunicar a todas las personas cercanas a él y a su pareja de la buena noticia, todos, auque sorprendidos, recibieron felices el comunicado del próximo casamiento.

 

Los preparativos comenzaron rápidamente, con ayuda de su mejor amigo y de sus demás compañeros de trabajo Shuichi estaba pudiendo organizar todo.

 

Yuki aparentemente se mantenía al margen de todo el alboroto que se estaba armando, aunque la verdad era que estaba al pendiente de todo, y sorpresivamente para todo el mundo, se mostraba bastante complaciente con Shuichi, aceptando todos las peticiones que él le hacía, por mas locas, extravagantes y, desde su punto de vista, innecesarias que éstas fueran.

 

Y, finalmente sólo faltaba un día para el tan ansiado momento, la cuenta regresiva había dado inicio. Cada minuto que pasaba ambos estaban cada vez más nervios y felices (aunque Yuki no lo demostrara en publico).

 

Por la mañana Shuichi había comunicado a Yuki la "grandiosa" idea de que por ese día no tuvieran relaciones sexuales, y que fuera así hasta que ya estuvieran casados, y, auque al novelista no lo agrado mucho la idea tuvo que aceptar, aunque en lo que iba del día ya había intentado hacer desistir a Shu de su idea. Y eso que apenas eran las tres de la tarde. Además había otra cosa con la que Yuki no estaba tan de acuerdo.

 

-Shuichi ¿Seguro que debe haber esa despedida de soltero?

 

-Sí, claro que sí, cada uno debemos tener nuestra despedida.

 

-Pero, la despedida que organizaste para mí... yo no considero eso una despedida digna de un soltero como yo... faltaron las bailarinas exóticas.

 

 -Yukiii... no quiero que estés con mujeres, y ni se te ocurra, que K-san me dirá si haces algo malo.

 

-Entonces esta fiesta no será divertida.

 

-¡Eiriii!- grito Shu a su Koi.

 

-Solo bromeaba amor, este bien iré a esa fiesta, y espero que en la tuya tampoco  haya mujeres- dijo con sonrisa seductora.

 

-Claro que no las habrá- dirigió una enorme sonrisa a Yuki, con sus mejillas algo sonrojadas, éstas habían quedado así después de que su sexy escritor lo llamara "amor".    

 

Shu había usado casi toda su fuerza de voluntad para no caer en las insistencias de Yuki, tenía miedo que por la noche ya estando cansado terminara sucumbiendo ante el escritor, así que pensó que lo mejor sería que ambos tuvieran una noche sana de diversión entre amigos.

 

Todo transcurrió sin mucha novedad, Hiro había impedido que Shuichi tomara siquiera una gota de alcohol, pues sabía lo mucho que esto le afectaba y no quería que su amigo estuviera con resaca a la hora de su boda.

 

Por otro lado Yuki síi había bebido una buena cantidad de alcohol, se lo permitía porque él sabía que tal cantidad no le afectaría en lo más mínimo, pues estaba bastante acostumbrado a beber, estuvo conversando con su hermano y con su cuñado y el loco manager de su Koibito por mucho tiempo, y, aunque incluso a él le pareció muy extraño, la verdad era que se estaba divirtiendo mucho.

 

Finalmente la mañana había llegado nuevamente, la ceremonia tendría lugar en una bella mansión propiedad de un amigo de Tohma, el lugar estaba adornado con diversas especies de flores, claveles, rosas, cerezos etc.

 

-Shuichi, ya estás listo, te ves perfecto- dijo Hiro a su amigo con un gesto de aprobación.

 

-Gracias Hiro, por ayudarme y por prestarme tu casa para arreglarme- Shu le daba los últimos retoques a su cabello. 

 

-No hay de que Shu, sabes que para eso soy tu amigo- decía mientras le cerraba uno de sus grises ojos al de cabellos rosados.

 

Mientras tanto Yuki ya iba en una de las limosinas de su cuñado rumbo al lugar de la ceremonia.

 

-Eiri-san, todo saldrá bien- dijo el ojiverde dirigiendo una de sus ya características sonrisas a su cuñado.

 

-Lo sé, no tienes que repetirlo- Yuki intentaba disimular su nerviosismo.

 

La boda se llevaría acabo al aire libre, un viento ligero y agradable se podía sentir en el lugar, los invitados conversaban divertidos entre ellos mientras esperaban el ansiado momento.  

 

En el hermoso lugar se percibía un ambiente que podría catalogarse como místico, como si supiera lo que estaba a punto de ocurrir.

 

Estaban cuatro columnas colocadas en las cuatro esquinas del lugar exacto de la ceremonia, cada una adornada con una bella cortina de color blanco y hermosas flores de este mismo color, de hecho prácticamente todo estaba cubierto por mantas blancas, desde las sillas hasta la mesa del juez.

 

El primero en llegar fue Eiri quien fue recibido con un caluroso aplauso, sobra decir que se sentía de lo más apenado, incluso en sus mejillas se pudo percibir cierto sonrojo; pensaba que eso sería lo más molesto de la ceremonia, pero lo toleraría porque también estaba más feliz que nunca, y sabía que eso igual aplicaba para su pequeño baka.

 

Yuki vestía con un traje en color negro,  una camisa en color vino y corbata azul marino, caminó hasta la mesa del juez y allí se quedó esperando el momento en que su futuro espeso por fin llegara.

 

Minutos más tarde de que el rubio hubiera llegado, el pelirrosa se vislumbró a la entrada del lugar, vestía un traje en color perla, con una camisa en el mismo color.

 

Nuevamente los aplausos por parte de los invitados  no se hicieron esperar, Shuichi se aproximó lentamente hasta su amante, éste por su parte lo veía detenidamente analizando cada gesto, el cómo era dado cada paso, la hermosa sonrisa en el rostro encendido en un carmesí intenso, como los hermosos ojos amatistas se incrustaban en los dorados suyos.

 

Para Shuichi Yuki se veía tan hermoso, aún más hermoso que un ángel, no podía creer lo que estaba pasando, todo parecía un sueño maravilloso, pero sabía que en realidad era mucho mejor que un sueño, por qué no estaba soñando, todo lo que sucedía era real; al llegar con su futuro esposo, éste lo tomó por la cintura y depositó un ligero beso en sus labios.

 

La ceremonia ocurrió sin ningún contratiempo, los hermosos novios no dejaron terminar al juez de preguntar cuando sus respuestas afirmativas se escucharon, la fiesta estuvo exquisita, al igual que la comida, todo en el menú era típico de Japón, pues Shu, en un afán por complacer a su suegro así lo quiso, el sake fue amenizando la fiesta ocasionando qué uno que otro invitado comenzaran a comportarse impertinentes.

 

Al final Yuki y Shuichi se dirigieron a una lujosa limosina la cual los llevaría hasta el aeropuerto, pues pensaban tener una luna de miel en varios países de Europa, su primera escala era Londres Inglaterra.

 

Tenían dos días de haber llegado al hermoso lugar, aunque aún no salían del hotel, pues estuvieron bastante ocupados en este lapso de tiempo.

 

-Yuki... todo esto me parece tan perfecto, que tú y yo estemos aquí, no sabes lo feliz que soy- dijo Shuichi, quien se encontraba sentado sobre la amplia cama cubierta con sabanas de ceda blanca.

 

-Lo sé Shu-chan, te prometí que sólo viviría para hacerte feliz y pienso cumplirlo, por todo el tiempo que tendré de vida- respondió el escritor sentándose al lado de su amado.

 

Shuichi no pudo evitar derramar lágrimas al escuchar las palabras de su ahora espeso, el caminar de éstas fue interrumpido por las labios de Yuki, quien comenzó a besar el rostro de su niño.

 

-No me agrada que llores.

 

-Lo siento Yuki, pero estas son lagrimas de felicidad, creeme.

 

-Te amo Shuichi, tú cambiaste mi vida, te cruzaste en mi camino para demostrarme que no todo estaba perdido, tú con tu manera de ser te fuiste adentrando en mi corazón, sin darme cuanta, un día ya me encontraba enamorado de ti, aunque tantas veces intente alejarte, pero tú seguiste a mi lado, y ahora te lo agradezco, que no te hayas ido, porque yo seguiría perdido, ahora se que yo vivo por ti y que quiero hacerte feliz siempre, porque tú me haces feliz cada que despierto y veo que tú te encuentras a mi lado.  

 

-Yuki... yo te amo, más que a cualquier otra cosa, llegaste a mí en el momento indicado, justo cuando yo te necesitaba, simplemente al verte ya no pude alejarme de ti, mi necesidad de tenerte cerca se hizo cada ves mayor, no me importaba cómo, yo sólo deseaba y deseo estar a tu lado eternamente, siempre, siempre, tú y yo, viviendo nuestro amor, mi vida te pertenece a ti, sólo a ti. Te amo Yuki Eiri, desde aquella noche en la que nos conocimos yo te amo.

 

Ambos se fundieron en un abrazo profundo, fuerte, diciendo que deseaban permanecer así por siempre, después se besaron por largo rato, sus labios sus rostros, sus hombros, mutuamente se probaban, en un ir y venir de caricias.

 

Yuki recostó suavemente a Shuichi sobre la cama, lentamente desabotono la mitad que le faltaba de la camisa, se deshizo de ella y comenzó a besar el abdomen del cantante. Después se concentró en quitarle el pantalón.

 

Por otro lado Shuichi también despojó al novelista de su camisa, le acarició los hombros para después besarlos, así hasta llegar a su bien formado pecho.

 

Yuki mismo se quitó el pantalón, para una vez más atrapar los labios de su amante, Shuichi correspondió al beso y permitió que Yuki introdujera la lengua, para que su contacto se tornara más apasionado, ambas lenguas iniciaron un combate por quién dominaría, finalmente el ganador fue Yuki, quien no dejo lugar sin inspeccionar, el beso finalizo y ambos amates quedaron jadeantes, tomaron todo el aire que les era posible.

 

Shuichi con su lengua lamió desde el mentón de Yuki hasta la punta de su nariz, haciendo que la excitación del mayor aumentara, el menor continuo acariciando con su lengua, ahora dirigiéndose al cuello, para después pasar al abdomen, para entretenerse en el ombligo a jugar un poco, provocando que su amante pronunciara su nombre en un gemido.

 

Finalmente ambos se despojaron de su ropa interior, por un rato sólo estuvieron abrazado, fundidos en apasionados besos, un hilo de saliva escurría por la boca de Shu, el cual fue completamente limpiado por los labios del escritor.

 

Así fue como, por toda la noche hicieron el amor, declarándose mutuamente lo mucho que se amaban, y su dedeo incontenible de poseerse una y mil veces más.           

 

Los dos se sabían en los brazos de la persona más amada, se sabían correspondidos, y, ambos sabían que deseaban estar juntos para siempre.

 

 

Fin.

Notas finales:

Lamento haber cortado el lemon así, si a eso se le puede llamar lemon.

Gracias por leer y espero les haya gustado dejen reviews por favor


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