CAPITULO III
Despertó, le dolía la cabeza y no tenía ganas de levantarse, seguramente su hermano estaría esperando para hacerle un interrogatorio en toda regla, así que simplemente se acurrucó más y se abrazó a otro cuerpo que yacía a su lado, era tan suave y placentero, fue en ese momento que reaccionó, se incorporó rápidamente para ver que no se encontraba en su habitación. Ahora si que su hermano lo mataría, había pasado la noche fuera, bueno no estaba tan seguro de que ya fuera de día, la habitación estaba oscura, miró a la persona que dormía tranquilamente a su lado, no le distinguía bien sus rasgos, pero debía de ser la persona de anoche, pensando se acordó de todo lo que pasó desde que salió, había pasado la noche fuera de casa y besado a otro chico. Tocó sus labios, había sido su primer beso, había sido tan dulce, deseaba que volviera a besarlo y lentamente se acercó al rostro del chico a su lado y deposito sus labios sobre los otros. Era un roce suave y poco a poco se profundizó ya que el otro chico comenzó a despertarse.
Había sentido el movimiento en la cama, sintió la confusión en su compañero y después el deseo, sólo lo dejó actuar y ahora le correspondía, le atrajo hacia su cuerpo y abrazó fuerte, no pensaba dejarlo escapar. Despacio se fue colocando encima del otro cuerpo, el podía verle perfectamente en la oscuridad, apoyo su peso sobre sus codos y beso sus labios, no se cansaba de mirarle, tanta belleza junta era muy difícil de encontrar. Se recostó totalmente sobre él, procurando no dejar todo su peso, pero necesitaba sentirlo, la separación había sido demasiado larga. Acarició el rostro del muchacho, ya que empezó a sentir que el miedo se apoderaba de él. Sus manos comenzaron a acariciar por encima de la ropa primero para introducirse después bajo ésta. Primero acarició el pecho, tan diferente físicamente a su pequeña, pero tan iguales las sensaciones, sus manos ya habían tomado vida propia y ya no podía detenerse, bajaron hasta el abdomen, acariciando suavemente, despacio, no había que apresurar lo que había tardado tantos siglos en llegar. Sentía el cuerpo debajo suyo estremecerse, sólo se dejaba llevar por las sensaciones, las caricias del más joven eran tímidas. Comenzó a desabrochar la camisa retirándola lentamente descubriendo el bien formado pecho, no pudo resistirse y lo besó.
Eran las 8 de la mañana y la vida comenzaba en la mansión, Hyoga bajo las escaleras sorprendiéndose de ver a Ikki dormido en un sillón junto a la entrada. Se acercó y sacudiéndolo despacio lo despertó, se miraron y una sola pregunta acudió a la mente de ambos:
-¿Dónde esta Shun?-Dijeron al unísono.
Los nervios de Ikki empezaban a desbordarse, estaba muy preocupado por su hermano, era muy responsable aun en su corta edad, algo tenía que haberle pasado, y no sólo él pensaba así, aunque trataban de disimular. Habían llamado a casa de sus compañeros de clase, estos sólo pudieron decir que a mitad de la noche Shun se marchó, con esto sólo consiguieron que la situación empeorara más.
-Tranquilo Ikki, ya veras como aparece sano y salvo. …l también es un caballero.-Trato de tranquilizarlo Seiya.
-Tan sólo es un niño de 17 años y últimamente ha estado muy raro-Contestó- No habla con nadie, nos esquiva, se que para él es difícil ser el portador del alma de Hades, y eso me asusta, su psique es muy frágil.
No sabía como explicarles a sus compañeros que Shun nunca superó la difícil infancia, ni el tener que quitar la vida y el ser Hades, sólo un caballero lo comprendía, porque al igual que él, había aprendido a leer y amar esos tristes ojos, el frío caballero de hielo.
-Deberíamos salir a buscarlo-dicho y hecho, Hyoga ya se dirigía a la puerta, Ikki lo imitó, los otros se quedaron esperando por si llegaba alguna noticia del pequeño.
-Lo buscaremos por separado, así tendremos más posibilidades.
-Gracias-Fue lo único que le dijo antes de separarse.
-No hay de que-Contestó y añadió en un susurro-yo también lo amo-Esto ultimo no fue escuchado por el otro que ya estaba retirado de aquel lugar.
La búsqueda duro unas horas, y no encontraban rastro del chico, ya casi eran las 2 del medio día, los nervios estaba por estallar en cualquier momento. Decidió volver a la mansión y cual fue su sorpresa que en el camino se encontró con él, caminaba como ausente y sin rumbo, se acercó y lo abrazó fuertemente.
-Tu hermano va a matarte-dijo sin soltarlo-Nos tenías muy preocupados.
-Lo se.-La respuesta fue mecánica y sin vida, por su mente sólo pasaban los últimos momentos vividos.
De camino a casa, recordó como el moreno lo acariciaba y besaba dulcemente, como si estuviera hecho de cristal y con cualquier movimiento brusco pudiera romperse. Fue tan suave mientras tomaba su cuerpo inexperto, no sintió dolor cuando se adentro en él. Sólo pudo disfrutar de ese momento. “Dion” fue lo único que pudo decir cuando llegó el clímax, y vio felicidad en esos ojos ámbar, fue justo ahí cuando sintió ese dulce dolor en su cuello. Se asustó, pero no hizo nada para impedir que una parte de su esencia pasase a formar parte del otro.
-Psique, tenemos que hablar.-Le dijo susurrando en su oido.
-¿Quién eres?
-Me llamo Dion, y nos conocemos desde hace mucho tiempo.
CONTINUARA…
Siento haber tardado tanto en continuarla, pero es que me bloquee al intentar pasarla de mi cabeza al papel. Bueno este capitulo esta dedicado a mi Chibi Koji deja de comerte la cabeza lo que tenga que pasar, pasará y también a todos los que leéis el fic, porque espero que haya chicos. Bueno dejar comentarios para saber si os esta gustando la historia o e-mail a eressëa_elda@yahoo.es o eressea_telleri@yahoo.es
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