Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

adiós por Grissina

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Esta carta contiene más de mí de lo que la persona a quien iba dirigida sabrá jamás.

(Per tu, una constant a la meva vida)
Tan cerca y tan lejos. Así me siento cuando estoy a tu lado. Aún no he averiguado cómo pero a tu lado mi vida pierde importancia, todos los pequeños problemas del día a día son olvidados con tanta facilidad! Eres mi constante, mi centro, mi eje, mi todo y mi nada. Sin tu saberlo te has metido en lo más profundo de mí; mi ser, mi vida, todo tiene algo tuyo. ¿Puedes imaginar tan gran sentimiento? ¿Cómo pudo suceder? Y eso que solo me das tu amistad. El resto, lo que yo anhelo, deseo, por lo que suplicaría, pelearía y esperaría hasta la eternidad; eso, eso mi amor, no me lo darás jamás. Lo sé. Te conozco, y sé que no me amas, del mismo modo que sé que yo sí te amo. Creo que esto dura desde que te conozco.

¿Sabes? Aún recuerdo la primera vez que te vi. Ya a esa tierna edad, pues tendríamos unos 6 años, tu belleza me dejó sin habla. Tú jugabas en el jardín de la guardería, yo iba a la escuela pública y te vi por la verja. Tu pelo castaño cubría tus preciosos ojos azul-grisáceos, grandes como dos faros. En tus mejillas un ligero rubor por el calor de la primavera.

Al año siguiente empezamos a ir a la misma clase. Desde entonces siempre juntos. En menos tiempo del que nunca creerías, te convertiste en la persona capaz de hacerme más daño. Primero porque te veía como aquél amigo al que todos quieren. Es así, todo el mundo te aprecia. Eres inteligente, ¡oh sí!, pero eso no te hace arrogante. Eres buen deportista, tocas el piano y cantas como los ángeles. Tienes una bonita caligrafía, escribes, pintas, bailas, cocinas, te gusta la naturaleza, los gatos te adoran. La imaginación y el buen gusto están de los primeros en la interminable lisa de tus cualidades. Pronto descubrí que tu interior es dulce y tierno, pero frágil. Una coraza bastante hostil lo cubre para los que no se conforman con la primera capa de perfección. Llegarte al corazón cuesta trabajo, sobretodo si tú no quieres que suceda. Tú valoras tu libertad como el aire que respiras. No podrías vivir bajo el constante dominio de otra persona. Eso sí, necesitas que esa persona esté ahí para y por lo que quieras. Sea o no su deseo en ese momento. Ese es el pequeño toque amargo de ti. Pero el mejor chocolate es el amargo, dicen. ¿No? Así eres y así te querré siempre.

Sabes, jamás había escrito lo que siento por ti. Pensé que sería mucho más difícil. Pero lo difícil va a ser terminar esta carta. Pues su final indicará un punto y a parte en mi vida. Hace hoy más de trece años que te conozco, te admiro, y te comparto con el mundo. Más de cinco que soy realmente consciente de lo que siento por ti. Viviendo a tu lado buenos y malos momentos. Tocando por ti el cielo, y el infierno. Más de cuatro que te sé enamorado de alguien que te corresponde, y que para colmo de males, me cae bien.

No creo que ni siquiera sospeches nada. Quizá esta carta te caiga encima como un jarrón de agua fría. Sé de sobra que no te gustará. Pero por una vez pensaré en mí antes que en ti. Por eso me voy. Porque mi vida debe continuar. Los pocos que saben de mi marcha no lo entienden muy bien. Creo que lo atribuyen a mis ganas de conocer mundo. Bien ese motivo también es cierto. Me parece que no sabes de mi viaje. Hace unos seis meses que no nos vemos. Te he llamado para felicitarte tu cumpleaños, la navidad, por vacaciones de pascua, para invitarte al teatro, al cine, para hablar, para quedar, para salir a dar una vuelta. Pero tienes demasiado trabajo. La universidad te adsorbe, verdad? No me fui antes porque pensé que la distancia me haría olvidar. No fue así. Solo he conseguido hundirme y marchitarme. Y aunque por ti lo daría todo, no mi vida. Si amarte me mata será cuestión de olvidarte. De no buscarte en cada nueva persona que conozca, reprimir mis ansias de llamarte solo para oír tu voz. Enterrar todas las cosas que guardo de ti. Evitar los lugares que me recuerdan a ti. E intentar retomar las riendas de mi vida. Por ello no puedo quedarme. Aquí lo he intentado todo. Pero fue en balde, pues creo que lo único que consigo es hacer crecer mi amor por ti, y con ello mi pesar, mi dolor, mi angustia, y más aún esta sensación de soledad.

A estas alturas, si aún sigues leyendo (confío en que tu curiosidad no te deje parar), debe haber un sinfín de preguntas en tu mente. Pero seguramente no encontrarás respuestas en este trozo de papel. Eso es porque tampoco yo las tengo. Después de tanto tiempo no tengo un “porqué” ni un “desde cuando” –quizá porque es un “desde siempre”- Pero puedo decirte por qué no te lo dije antes. Aunque creo que ya lo intuyes. ¿Sabes lo aprisionado que me sentía cada vez que me preguntabas por mi vida sentimental? ¿Como responder a tus lógicas peguntas sin contarte nada, sin mentirte? Porque decírtelo no era una opción. Antes muerto que cambiar tu amistad por repulsa e indiferencia. Quizá habría sido el modo de cortar esto de raíz. ¿Pero a que precio?

Además no quiero que pienses que mi amistad fue una burda farsa, porque no lo fue. No lo es. Tan solo que en ella había un poco más de entrega, adoración, preocupación, felicidad, ternura, y devoción de lo que nunca supiste notar.

Necesito pensar que aún sabiendo lo que te estoy contando, en un futuro –espero que no muy lejano- puedas recordarme como aquel amigo incondicional que siempre estuvo allí para ti. No quiero que ninguna mueca de disgusto estropee tu cara cuando me recuerdes. Para mí siempre serás mi otra mitad, mi alma gemela, mi amigo y mi persona especial.

Hemos vivido muchas cosas juntos. Me gustaría pensar que haber formado parte de tu vida no es una lacra para ti. Sé que la homosexualidad nunca te hizo gracia. No eres homo fóbico. Lo sé. Pero también sé, tu mismo me lo dijiste, ¿recuerdas? “a mi lo que hagan me da igual, siempre que no se enamoren de mi”. Esa respuesta me rompió por dentro. La respuesta a una pregunta que te hice acerca de cómo reaccionarías si un amigo o amiga te contara que era homosexual. Ya nunca saqué el tema de nuevo. La pequeñísima luz de esperanza se apagó. Nunca podría decírtelo. Yo, tu amigo, enamorado de ti. Desde aquél día mi vida fue cuesta arriba. ¡Joder! ¡¡Yo tan solo tenía quince años!! Estaba muy pero que muy confundido, créeme.

Si aún ahora no lo entiendo, por aquél entonces fue una dura carga. Un secreto muy, muy pesado, muy valioso, muy poderoso, y peligroso.

Y cuando empezaste a salir con ella fue demasiado para mí. Te veía radiante, feliz, tus ojos tenían un brillo especial y no era por mí. No sabrás nunca la de lágrimas que derramé por ti. Incluso una vez en frente tuyo. Hacía muy poco que salías con ella. Y yo os vi esa tarde. Había tenido un día pésimo y me estaba muriendo por dentro. La clase de música empezó tarde. Al final de ésta te sentaste al piano y tocaste una bella melodía. Yo me senté al suelo, recostado en la pared, al lado del piano. Y no lo pude evitar. Un par de lágrimas traicioneras se escaparon de mí. Lloré en silencio hasta que un pequeño gemido te hizo parar. Me miraste muy extrañado. Te dije que ésa era una de las melodías preferidas de mi hermano. Aunque en ese entonces hacía ya más de cinco años de su muerte, tú sabías que todavía lloraba por él. Hiciste el intento de venir a abrazarme. Pero te pedí que no, que siguieras tocando. Me miraste y volviste a empezar. El tiempo que duró la canción me obligué a mí mismo a sobreponerme y dejar de llorar. Lo conseguí, pero no lo hubiera hecho si llegas a tocarme. Una vez alguien me dijo que soy frío. Que no doy muestras de cariño. Ahora creo que quizá en general sea cierto, pero contigo más aún. Tu proximidad física me era tan grata que el miedo a extralimitarme me frenaba en seco. Pocas veces te abracé espontáneamente o tan siquiera tocarte. Y cuando lo hacías tú, me apartaba. Quizá lo notaste alguna vez. Espero que no.

Sé que tu mente trabaja a marchas forzadas para asimilar lo que digo. Pero debo decírtelo. Muchas veces te deseé con toda mi alma, pero nunca, nunca, me pasó por la cabeza aprovecharme de nuestra amistad. Las veces que dormí en tu casa, o tú en la mía, incluso en los vestuarios tras cada entrenamiento, me controlé, lo sabes. Yo te veía, tú me veías. No me imagines como un depravado o un obseso sexual por decirte que te deseé. Que te deseo. Porque no lo soy. Pero te amo. Como todo el mundo he tenido mis fantasías, y he soñado miles de veces contigo. Pero todavía sé separar la realidad de mis propios sueños, y te respeto, lo sabes. ¡Además, no eres la única persona del planeta que me atrae físicamente!

Por primera vez te abro mi corazón sin quedarme nada dentro. Quizá hubieras preferido que lo hiciera en persona. Pero eso no puedo hacerlo. Quizá debería haber confiado un poco más en tí y haberte dicho que estaba enamorado de un chico. Pero pronto te habrías dado cuenta que ése chico eras tú. ¿Que hubiera hecho entonces? Seguramente pensarás que soy un cabrón y un cobarde que no merece tu amistad. Quizá tengas razón. Pero ahora eso ya no importa. En unas horas habré salido del país.

Me voy. Me marcho. Muy lejos y ni siquiera sé si volveré. He encontrado un buen trabajo, y un piso. Es pequeño, pero sabes que me gustan los espacios reducidos. A más espacio más cosas inútiles acumulo. No me llevaré a Rayo Cósmico. Siempre fue más tuyo que mío. Ese gato te adora, así que si quieres quedártelo lo dejo en casa de mis padres. No les digas nada por favor. Ellos todavía no saben nada y debo ser yo quien se lo cuente. Pero cuando esté preparado.

No sé que más decirte. Que no sea darte las gracias por tu amistad. Te pediría perdón por haberme enamorado tan tontamente de ti, pero eso es algo que no pude evitar. Créeme cuando digo que si hubiera podido lo habría hecho. Pero como dije antes, eso ahora ya no importa.

Ya es hora que me despida supongo.

Te quiero, pero espero poder olvidarlo, sobreponerme y así poder volver desando de ti sólo tu amistad. Que espero no perder.


Por siempre tu amigo




Paul



PS: Si durante este tiempo necesitas mi amistad, para lo que sea, sabes que sigo aquí. Mamá te dará mi nueva dirección. Pero por favor, no me busques para pedir respuestas o explicaciones. No las tengo, y dudo que nunca las encuentre. Verte otra vez si no estoy preparado puede hacerme más daño de lo que imaginas. Así que antes de hacer nada piensa en mi pobre corazón y en el poder que ejerces sobre mi persona. Recuerda que por ti haría casi cualquier cosa. Incluso alejarme de todo. Luego actúa como creas conveniente. Al fin y al cabo eres la persona más inteligente que conozco.

Ahora sí:



adiós.



Paul


Notas finales:
Grissina

Sant Vicenç de Castellet
Primavera 2004


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).