El mundo puede ser un lugar terrible para alguien solo, o eso dice la gente, yo nunca lo sabré muy bien, ¿cómo diferenciarlo?, ¿acaso alguien como yo sabría una respuesta a esa pregunta?, yo que siempre he estado solo, jamás encontré diferencias, porque para mi todo era igual.
Desde el día que entendí que era no era como los demás, que sus miradas así me lo decían cada vez que nos cruzábamos, no lo sabía, pero yo era un monstruo para ellos, aún para la persona que me había aceptado años después de conocernos, yo seguí siendo una amenaza para todos, por esa misma razón, es que decliné mi empeño de ser reconocido como un ser humano mas en este mundo, por esa misma razón les dí de que hablar, al menos de esta forma, supe que reconocerían mi existencia.
O así lo creía, hasta el día en que tope tus ojos, esa mirada que me hizo desear ser igual a tí, ser parte de tí, ser uno contigo, por esa misma razón que he entrenado tanto, solo por el hecho de que me mires a mí, no a mi pasado, no a mi presente, que notes mi existencia, por mas pobre e insignificante que sea para los demás.
¿Qué ironía verdad?, que ambos compartamos tanto, las mismas crisis existenciales, las mismas tristezas, no me digas que no es así, sabemos muy bien que nuestro pasado en un miserable espejo de nuestras almas, de lo débiles que eramos en espíritu, pero ahora que estábamos tan lejos, seguimos siendo los mismos por dentro, solos en el mundo que enfrentamos, a nuestra manera luchamos contra nuestro cruel destino, aquel que decidió que fuéramos rivales, pero yo no lo quería ¿sabes?, dime ¿por qué confrontarte si eres lo mejor que ha pasado por mi vida?.
Pero los cielos así lo han querido, ¡Malditos ellos que nos han hecho esto!, ellos que nos empujaron al borde del horrible abismo delante nuestro, ¿quienes tienen el derecho de decidir por nosotros?, de convertirnos en los monstruos que somos.
Se que las cosas no pueden cambiar con solo desearlo, eso lo puede ver cualquiera, pero no pierdo nada con hacerlo, de todos modos, nunca nada fue mío totalmente, ni siquiera tú, que te fuiste de mi lado sin decirme nada, haciéndome entender que mi opinión no valía para ti.
La vida es cruel con aquellos que no son favorecidos, y al parecer ni tu ni yo lo somos, y de por sí, estamos aquí por nuestra cuenta, ¿cierto?, luchando desesperadamente por ser alguien en este mundo tan absurdo, por ver hechos una realidad nuestros sueños, por mas perversos que sean estos, nunca fuí un santo ni planeo serlo, al igual que tú, yo persigo mis mas profundos deseos, arriesgándolo todo en el camino que he decidido seguir, sin importar ya nada lo que diga o piense la gente, ya antes no me me había interesado en ello, no deseo comenzar ahora.
Es curioso como las cosas toman su propio rumbo, sin consultarnos nada mientras avanzan en su empeño de llevarnos la contraria, odio eso y lo conoces muy bien, odio que las cosas no salgan como quisiera, que de todos modos, nunca ha sido así, ¿por qué debería ser distinto?, la respuesta es fácil, porque soy yo quien así lo quiere, porque a los demás les gusta verme sufrir, aún tu has disfrutado con ello, pero ya me he acostumbrado a pelear por todo, aún lo mas miserable tiene su valía.
Odio que las personas se den por vencidas tan pronto se les presenta un desafío delante, que crean que lo han perdido todo por la mínima cosa mala que les pasa, ¿es que no saben lo que es luchar por la vida?, nosotros que hemos luchado por existir, ¿dónde quedamos entre ellos?.
Malditos bastardos, todos aquellos que lo han tenido todo y lo han dejado ir sin pelear.
¿Soy hipócrita por sonreírle a la gente?.
Eso no lo se, o no quiero saberlo.
¡Oh Dios!, ¿por qué no puedo quitarme este dolor?, me persigue cada segundo, cada vez que cierro los ojos, cada vez que pienso en ti, eres un desgraciado por dejarme atrás, por no pensar que las cosas hubieran sido diferentes a mi lado, por no confiar en mis posibilidades, pero así lo quisiste cuando decidiste alejarte, ahora no puedes reclamarme por tomar mis propias decisiones, por estar cansado de estar solo en esta maldito mundo irreal.
¿Y que he decidido?.
Mírame aquí a tu lado, acariciando tus suaves y negros cabellos, pasando mis dedos por tus lizas mejillas aún sonrosadas, una visión que jamás experimenté, lo he dejado todo por ti.
Sabes que nunca te dejaré ir, siempre lo dije, aunque no lo creas, soy parte de tu vida, parte del extraño futuro que decidió por ti.
No dejaré que nada ni nadie nos separe de nuevo, aunque nos consumamos en el fuego del odio y la venganza, nada ya me importa, con tal de estar a tu lado de nuevo, ni el mismo demonio que habita en mi interior puede hacer algo en contra, ni la sombra del legendario fantasma que te desea podrá enfrentar mi verdadera ira.
Ahora puedo sonreír con verdadero júbilo, sabía que estaba ligado a tu alma de alguna forma, mira como he cortado los lazos que te ataban al pasado y al presente, ahora solo quedo yo para ti, para aliviar tus penas.
Olvídalo todo, menos mi presencia en esta terrible oscuridad, yo seré la luz que te guíe fuera de este mundo de sufrimientos y angustias, aférrate a mi mano, que no te dejaré ir nunca mas.
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-¡Naruto escúchanos!- a sus oídos le llegó el grito de alguien conocido, pero su mente se negaba a reaccionar.
-¡Sasuke esta muerto!- Kakashi hacía hasta lo imposible para que sus palabras fueran escuchadas por su antiguo pupilo -¡Déjalo ya!-.
Naruto se hayaba sentado en medio de lo que alguna vez fue la fortaleza del Akatsuki, entre sus manos estaba el cuerpo sin vida de lo que creía era la persona mas importante de su mundo, abrazándolo con fuerza, mientras sonreía mirando a la nada.
-¡Por favor reacciona!- sus amigos estaban allí, hasta la misma Sakura trataba de acercarse, pero el enorme chacra de fuego los envolvía como si vida propia tuviera.
-Ustedes no saben nada- escucharon una voz profunda y poderosa -Es el deseo de este chico, una eternidad con el ser que mas ama, y yo se lo concederé, a cambio de romper nuestro pacto, ambos moriremos, pero cualquier cosa es mejor a estar encerrado de por vida- unos ojos rasgados les miraba con verdadera furia, mientras que una macabra sonrisa emanaba de sus labios, viéndose tan sobrecogedor, helando la poca valentía que sentían los presentes -Largo-.
-Naruto, ¡ese no es Sasuke-kun!- Neji arriesgándolo todo logró acercarse lo suficiente para hablarle -Tu mataste a Sasuke hace un par de días; para vengarle y que descanse en paz, viniste por su hermano-.
El rubio kitsune fijo sus ausentes ojos en el chico frente suyo, lo conocía bien, recordó que alguna vez fueron amigos, pero cada vez era mayor la forma de fuego delante, aún cuando cerraba los ojos, estaba allí imponiéndose a cualquier cosa, y en medio de las llamas, estaba Sasuke.
-¿Sasuke?- susurró apenas audible, sintió que sus pies se movían hasta alcanzarlo.
-¿Vienes conmigo?- le extendió la mano, en espera de su decisión.
Naruto vio como las llamas se cerraban a su alrededor -Espérame, ¡Voy contigo aún al infierno!- se le tiró a los brazos, mientras eran consumidos por aquellas flamas enormes que les abrazaban con lujuria, se fundían en un profundo beso.
Cuando todo hubo terminado, los que alguna vez fueron amigos de Naruto se reunieron alrededor del cuerpo del chico.
-Murió con una sonrisa en los labios- Sakura lloraba con histeria, mientras que Lee cerraba aquellos ojos azules que siempre expresaron optimismo, y que ahora no volverían jamás a pasar tristezas.
-Por lo menos sabemos que lo vio del otro lado- Neji se quitó el protector de la aldea y la puso entre sus manos inertes, unas lágrimas resbalaban por sus mejillas -Espero que ahora los dos sean felices, después de todo lo que han pasado, se lo merecen-.
-Créeme que así será- Gaara que había escuchado de los acontecimientos en Konoha, dejó todo en Suna para buscar a su amigo, tal como lo había hecho él tiempo atrás.
-Parece que no hay lugar para gente como nosotros- Sai le miraba sin expresión definible en el rostro -Al menos encontraran algún lugar a donde pertenecer, donde quiera que esten-.
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Ahora soy yo quien cuidará de ti, Uzuratonkachi, por que no dejaré que ya nada te toque nunca, salvo mi alma que te desea desde la primera vez que te vi, porque aunque no lo sepas, desde siempre has sido mío.
Dices que un mundo sin mí no es mundo, pero yo te digo, que eres tú quien le da ese brillo al mío, sin ti nada tiene sentido.
Y ahora en la eternidad, déjame fundirme contigo, como siempre lo has querido, para ser un solo ser, para que sepas que jamás has estado solo.
Nunca lo dije, porque son palabras muy difíciles para pronunciarlas simplemente, pero eso ya no tiene importancia alguna, lo que si es que yo realmente....
Te amo.