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Maldito Mocoso por kuma chan

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Notas del capitulo:  

Este fic ya había sido publicado en Slasheaven, pero no habia tenido tiempo de subirlo aquí,  ahora ha sido corregido y editado, lo releí y  agregue partes ( no quite nada) asi que viene siendo nuevo en ambas paginas, es un Ooc, y tiene lemon, estan advertidos. ^^

 

 

Maldito Mocoso

-Harryyyy… -¡¡No de nuevo!! –Un chico moreno claro, de ojos verdes, estatura media y bonita sonrisa alias “Harry Potter”, salvador del mundo mágico, y estudiante de  universidad en el mundo muggle estaba decidiendo el mejor auto-castigo, si el avada o el cruciatus. 

Ya no hallaba donde esconderse.

 -Harryyyy… ¿dónde estáaas? –Se escuchó de nuevo la vocecilla. Se quitó por un momento los lentes, frotándose las sienes. Era la séptima vez en el día que pasaba eso: ¡se estaba escondiendo! Y no de cualquiera, no lo perseguían mortífagos. Voldemort había muerto por una caída; sí, aunque sonara estúpido. En realidad había vencido a Voldemort varias veces pero él siempre revivía y revivía, y al final ambos terminaron aburriéndose. Así que el-que-no-debe-ser-nombrado se consiguió una vida, un amante y murió de una caída. La profecía se fue por un caño y todos felices y contentos. Sí, felices y contentos hasta hace unos meses… 

-Harryyy… -Condenado mocoso, cómo te odio –murmuró a lo bajito.

Se encontraba escondido en el baño, para ser más exactos en la regadera, sentado con su laptop tratando de hacer su trabajo.  Pero no, de nuevo ese maldito mocoso, mal-di-to-y-jo-di-do mocoso que lo había acosado desde el primer día que lo vio, hace más de ocho meses. 

-¡Te encontré! –Una voz alegre y juvenil retumbó por todo el baño, erizando los cabellos del moreno, y por fin lo vio de nuevo: ojos grises vivos y temperamentales, tez blanca haciendo competencia a la leche, casi todos los cabellos rubios peinados pulcramente y unos que se revelaban cayendo despeinados por su frente, y la sonrisa de autosuficiencia que le daba su estilo. Y ahí estaba de nuevo, Draco Malfoy, diecisiete años, estudiante de preparatoria en la comunidad mágica (ahora que Hogwarts se manejaba por niveles), ingenioso, peleonero, y autodeclarado acosador de Harry Potter. 

-Draco... –dijo Harry tratando de contener la desesperación que sentía, respirando profundamente -. ¿Ahora qué quieres? Cuando dije que podías estar en mí casa, ¡no quise decir que te pegaras como lapa cuando yo estoy aquí! El rubio hizo un pucherito.

 -Pero Harry, es que yo te extrañaba… 

-¡Me viste hace una hora! –exclamó el moreno exasperado, pasando a tirar su laptop, pero volviéndola a atrapar en un malabar de sus manos. 

-¡Pero no importa! ¡Necesito ver a mi novio! Te extrañaba mucho. ¿Tú no… –Su voz comenzó a cambiar por una más insinuante-, me extrañaste?… –Con pasos felinos caminó hasta acorralarlo, sin importar que  fuera más pequeño que el otro-. ¿Eh Harry? –Una mano traviesa se coló por la camiseta que traía el pelinegro.

 -No –fue todo lo que atinó a decir. Ya estaba cansado, a ese maldito mocoso en todos los lugares se lo encontraba, ¡en la puerta, en el parque, en el baño! Inclusive una vez quiso seguirlo a la universidad. La mano del rubio siguió subiendo hacia el pecho del mayor, quién en un gesto brusco se desprendió del chico.   

-Draco entiéndelo, ¡tú NO eres mi novio! No sé como puedes decir eso, en primera, ¡somos hombres! En segunda, ¡no soy pedófilo! Y en tercera… –Lo pensó por un momento-. Creo que con dos es suficiente –finalizó su argumentación. 

-¿Pedófilo? –preguntó con aire inocentón, Draco-. Pero Harry, si solo me llevas siete años. No más que pequeños detalles –afirmó moviendo su mano hacia arriba y hacia abajo restándole importancia, mientras un tic nervioso cruzaba la cara de Harry,- ¡cómo que solo siete años! Ese chiquillo estaba loco y si el papá del rubio se entraba, definitivamente Voldemort sería un juego de niños-.

¡HARRY! –grito el rubio tomándolo por los hombros-. ¿¡ERES HOMOFÓBICO!? El moreno casi se va para atrás mientras Draco mostraba facciones preocupadas. 

-¡Qué diablos te importa eso! ¡Eres un mocoso! ¡Júntate con gente de tu edad, consíguete una novia o novio..un perro si quieres , y sé feliz! Pero el rubio parecía no haberse inmutado con la respuesta del mayor, de hecho se encontraba recargado en la pared mirándolo fijamente. Su mirada era extraña, no parecía estar molesto ni triste. Por primera vez vio en la cara del chico una mirada ilegible, así parecía todo menos el chico molestoso de diecisiete años que siempre era. 

-Ya estoy cansado –dijo sin perder contacto visual-. ¿qué es lo que quieres? ¿Qué necesitas para estar conmigo? Por que yo solo quiero estar contigo... y no creo que eso esté mal –No perdía aún su mirada-. Si en verdad no pretendes nada conmigo, entonces recházame… -Eso es lo que he estado haciendo –apuntó Harry, molesto. -Me has estado evitando, nada más –siguió impasible, inclusive hasta podría notarse un tono helado en su voz-, sino me quieres cerca, entonces desparéceme de tu vida. Yo no quiero ser tu amigo, yo quiero ser tu amante, no me basta con mirarte y apoyarte, te deseo… es tonto para alguien de mi edad decir eso, pero nadie despierta eso en mi, la belleza no me atrae sino eres tu, hombres y mujeres me dan igual, únicamente tengo ojos para ti. 

Él otro se quedó boquiabierto. Eso había sonado un poco obsesivo, hasta cierto punto irrealista viniendo no de un chico de solo 17 años, si no de el niño que lo molestaba diariamente. 

-No, no voy a cortarme las venas si me rechazas, eso sería algo muy estúpido. –La comisura de sus labios se curveó denotando una sonrisa fría y vacía, no como las que le solía regalar-. Tengo demasiado potencial, solo quería que supieras mi forma de pensar, si me rechazas entonces simplemente no me volverás a ver, sería lastimarme más, el amor… Bajó la mirada unos momentos como aclarando sus ideas y lo volvió enfocar. -Dicen que en el amor das todo por que tu pareja sea feliz… eso dicen, ¿no? Yo te amo, y soy egoísta a la vez, y nunca cambiaré. Por eso jamás podría ser feliz viéndote con alguien más, es mi verdadera naturaleza, soy un mocoso como tú dices… pero sé que eso es algo que jamás va a cambiar, incluso podría ser feliz con alguien más, pero no sería lo mismo.

 Y entonces se detuvo unos segundos, como cavilando todas las ideas que pasaban por su cabeza. Tomando aire para volver a hablar 

-¿Qué es lo que no tengo? ¿Belleza? ¿Dinero? ¿Fama? ¿Modales? ¿Cariño? O, ¿simplemente es por ser soy yo? –Suspiró-. Bueno esa era todo lo que quería decirte. –

Volvió a sonreír y vio la cara estupefacta del moreno-

. No soy bipolar ni nada solo que no me gusta bromear cuando hablo de mis sentimientos. Fue un placer convivir contigo Harry, estudia, prometo no molestarte más para que puedas hacer tu trabajo tranquilo. Ojalá continúes con tus buenas notas. Extráñame mucho.  Le lanzó un besito con la mano y le guiño el ojo , comenzando  a caminar hacia la salida, dejando a Harry en el baño sin nada que decir.

Se puso a recorrer, tranquilo, la casa por última vez; en realidad estaba buscando su mochila, hasta que la encontró y cuando se agachó para agarrarla, sintió que lo jalaban del cuello de la camiseta hasta aporrearlo en la pared. Se asustó un poco por la brusquedad del golpe y le tomó unos segundos entender la situación. Harry le tenía acorralado entre su cuerpo y la pared.

 -Manipulador, eso es lo que eres. –Sus cuerpos se pegaban casi herméticamente, sin embargo ninguno se movía ni un milímetro, la mirada del moreno destilaba furia o confusión, era imposible reconocer cual, su cuerpo estaba tenso, inclusive la fuerza que estaba aplicando sobre el chico era dañina

-. ¡Mi casa, MI novio, mis reglas! ¿Quedó claro? –No dijo más, lo soltó y se encaminó hacia su estudio-. Voy a trabajar, no me molestes por ahora. Ya sabes donde está todo. –

Y estrelló la puerta casi destartalando la pared, dejando al rubio pasmado unos minutos,  hasta que por fin pudo recuperarse instalándose una sonrisa boba en su boca. -

Cuatro horas después

- Harry salió de la habitación, por fin después de días de no tener paz y tranquilidad había podido trabajar. Estaba todo a oscuras pero conocía el lugar a la perfección. Se dirigió a la sala donde estaba la televisión prendida, y observó a Draco dormido. Se quedo analizándolo y de nuevo vino a su mente los sucesos de antes.

Definitivamente eso había estado raro, de hecho pensaba dejar que el rubio se fuera, a él nadie lo controlaba. Pero hubo algo que se negó a eso, “una fuerza” que no tuvo ganas de averiguar qué era. Así que salió como alma que lleva el diablo a buscarlo, y ahí estaba el resultado de su decisión, echado en el sofá, silencioso y sin acosarlo como hacia desde hace tiempo. 

-Hasta pareces angelical, mocoso –susurró, a sabiendas de que el chico estaba dormido. Era seguro de que pasaban de las once pero inclusive sus padres ya estaban acostumbrados a que se quedara a dormir (para su desgracia). 

Le siguió observando fijamente, observando los detalles de ese mocoso embustero y manipulador: su cabello despeinado, labios entreabiertos, mejillas sonrosadas por el frío que comenzaba a hacer, brazos y piernas largas, un poco del abdomen que se apreciaba gracias a la camiseta que estaba alzada.

De nuevo apareció “esa fuerza” que le obligaba a acercarse, sentándose a su lado y acariciando los mechones rubios. Definitivamente no amaba al chico, pero fuera de lo fastidioso que podía ser en realidad era una buena persona y hasta tierno en cierto punto. “Su novio”, así lo había declarado apenas unas horas atrás. Harry sabía que él no era feo ni nada por el estilo, de hecho muchas chicas se le arrojaban en la universidad pero simplemente ellas no eran de su interés; y de nuevo volvió a sus pensamientos el chico, acariciando sus mejillas y labios. 

-Dra… mocoso despierta. –Lo movió un poco-. ¡Mocoso! Nada. Después de varios minutos se cansó de tratar de despertarlo, se dio por vencido y terminó cargándolo hasta llevarlo a la cama. Lo dejó recostado, pero cuando iba levantarse el rubio lo agarró firmemente por el cuello.

 -¿Qué demonios? –Volteo enojado a ver al rubio pero se llevó una sorpresa al ver que el chico aún seguía durmiendo. 

-Mh… Harry… -musitó Draco entre sueños, mientras el moreno se quedaba en una posición algo incómoda y trataba de soltarse del agarre sin conseguirlo-

. Te quiero. –Una linda sonrisa se formó en los labios del rubio pero su fuerza se incrementó. Harry no supo cómo pero se vio tendido bajo el otro, quien estaba a cuatro patas; sus ojos no podían estar más abiertos por la sorpresa.

 -Además actúa dormido, eso me faltaba. ¡Bravo Harry! –se dio una reprenda mental. Tenía que controlar eso, o eso intentó hasta que sintió una pierna rozando su miembro mientras los labios del menor jugueteaban en su oreja

-. Mocoso, explica qué diablos intentas –exigió con un leve tono de desesperación y entrecerrando los ojos. No hubo contestación, sólo siguió el sintiendo toqueteo en su cuerpo. Después de unos minutos estaba excitado, perdiendo el control de sus sentidos lentamente, y es que, el aliento del chico rozando desde su oreja hasta su cuello y el movimiento suave sobre su entrepierna lo estaba dejando estúpido, siguió intentando safarse logrando solo rozarse mas contra el chico quien emitió un leve gemido inconsciente, unos minutos mas y bastó para que su cordura decidiera irse  a un lugar muy lejano del cual no regresaría hasta saciar sus instintos ,con un rápido movimiento lo dejo bajo de sí mismo -. 

Ahora sí mocoso. –Harry en unos movimientos certeros había cambiando las posiciones y en ese instante estaba a cuatro patas con el rubio debajo. Para su buena suerte, Draco, acababa de despertar. 

-¿Harry? –Parpadeó un momento intentando moverse y rozando involuntariamente más el miembro del chico, quien gimió levemente. Draco abrió los ojos a gran velocidad reconociendo la posición en la que estaba. 

-Tú, maldito mocoso, ¡me acosas, me amenazas, te duermes, me provocas!… Ahora.... lo solucionas. –La voz de Harry ahora era más ronca e incluso en su mirada había un brillo diferente. -

¿Harry? ¿De qué diablos estás habland…? –Pero la oración que intentaba decir se detuvo por el tremendo beso que le plantaron en la boca. El rubio quedó en shock unos momentos sintiendo la lengua del mayor juguetear por sus labios y luego abriéndose paso en su boca. Gimió al sentir el contacto de ambas lenguas calientes, una inexperta y la otra más que dispuesta a enseñarle. Esa si que era una situación rara, se duerme y despierta con Harry encima besándolo hasta robarle el aire. Pero sus pensamientos se vieron interrumpidos y alejados rápidamente  por las acciones del pelinegro.  Mientras las manos del mayor se deslizaban por su cuerpo como mantequilla tocando por aquí y por allá, dejándolo en un estado critico muy rápido.

 No se molestaba en oponer resistencia, a pesar de no saber como así había empezado todo, o en qué era culpable; porque darle su cuerpo a Harry era algo que había planeado desde hace mucho, y ¿por qué desaprovechar la oportunidad? Pasó ambos brazos por el cuello del otro, enterrando sus dedos en el revoltoso cabello negro.

Minutos después un camino de besos y mordisquitos había marcado su barbilla, cuello, pecho y actualmente ombligo, dirigiéndose a la ya muy excitada zona baja del rubio. El moreno no dio tiempo libre uno y dos dedos entraron en el cuerpo del rubio, quien gimió ante el contacto, el moreno siguió en su trabajo hasta notar como levemente el placer iba aumentando y los gemiditos también con el movimiento de sus dedos, el chico hacia un vaivén con las caderas que le incitaba a tomarlo ya, y guiado por sus instintos así lo hizo, se introdujo en él. Aunque el rubio al principio sintió como si lo estuvieran partiendo en dos y atinó a soltar una sola lagrima , pero ese dolor desapareció pronto, y se dejo en un rincón del olvido al verse correspondido por unos besos cariñosos del moreno, reconfortándole y siendo gentil. 

El vaivén comenzó suave, ambos ya fuera de si se frotaban uno contra el otro, el rubio enroscando las piernas en las caderas el moreno, y este ultimo embistiéndolo una y otra vez,  haciéndolo más apasionado y salvaje conforme posaban los segundos, sacando gemidos de ambas bocas, intercalando besos y caricias, el moreno no olvidaba ser gentil con ese muchachito rubio, ese mocoso odiable que era capaz de cumplir la amenaza de seguirle hasta el fin del mundo con tal de estar con él, si así se lo pedía; Eso le había dicho una vez, cuando aún no lo tomaba en cuenta.

 El vaivén de ambos aumentaba  entre jadeos y palabras cariñosas provenientes de ambos, así llegaron al clímax, el menor primero y Harry después. Estaban agitados, Harry se dejó caer encima , dejando pobre chico casi sin aire. Cuando este se puso casi morado, y Harry lo notó, rápidamente se quitó y se colocó al lado. Se le quedo mirando fijamente y las orbes grises le devolvieron la mirada. 

-Tonto, me hubieras dicho que pesaba demasiado –dijo dándole un ligero golpe en la cabeza. 

-Tengo que aprovechar que te tengo cerca,  ¿qué tal si no vuelve a pasar? –contestó cruzándose de brazos y mirando hacia el techo, haciendo un puchero que quería intentar mostrar molestia, pero lo que en realidad el chico era tan legible como una hoja, “inseguridad” era lo que se veía en su rostro.

 -Ya te lo dije, ahora eres mío, ¿no? Mi novio, mis reglas... Draco quedó estupefacto por unos segundos. 

-En verdad lo acabo de hacer contigo –comentó segundos después, mirando sus manos ahora, como si tuviera algún misterio por revelar. 

-No quería que tu primera vez fuera así, me descontrole… y dudo que sea la última vez –dijo evitando mirarle y es que eso era una vergüenza, siendo el mayor debía de tener algo más de control.- dios soy un pedófilo violador de menores – dijo tapándose la cara, hasta que escucho la risa del rubio y se decidió a sonreír también.

 -No importa, fue… genial. –Se podría jurar que habían corazones en sus ojos.

El rubio iba a acercarse para abrazarlo y eso atrajo la atención de Harry  pero al primer intento de acomodarse no se pudo sentar, le dolía el trasero, y le dolía bastante. -Tonto, no te muevas.

 –Se acercó, recostándose pegado él y pasando un brazo por su cintura- Será mejor que descansemos. Draco no dijo nada, solo intento robarle un beso silencioso, logrando su objetivo y siendo correspondido dejándolo en la luna de nuevo, y de paso recostado, ya que esa era la intención del moreno. Unos minutos pasaron.

El silencio ahora dejaba escuchar las respiraciones acompasadas y la luna era la que delineaba las figuras enlazadas en la cama. 

-Harry… –llamó el chico rubio meloso  -¿Mh? –masculló el otro en tono adormilado. 

-¿Podemos hacerlo de nuevo? –preguntó escondiendo una risa traviesa al decir eso. 

-Mocoso… no tientes tu suerte, - mascullo el moreno en un tono de advertencia. 

-¿Harry? -

¿¡Qué!? 

-¿Me das un beso? 

El chico de ojos verdes no respondió sino que lo jaló más contra él dentro de lo posible y le dio un beso, de esos que deja sin aliento. Mientras sus labios devoraban los del chico , su mano libre acariciaba su mejilla con cariño, hasta que sintió que el aire hacia falta, maldijo al mocoso entre sus brazos por dar esas ideas, ya que sinceramente había despertado en él aun sin quererlo, el deseo para una ronda mas y muchas mas esa noche. 

-Una frase más, maldito mocoso, y te hecho de una patada en el culo para siempre de mi casa, de mi vida y de mis sentimientos, ¿entiendes o te lo explico con manzanitas? 

-Sí–respondió abrazándole y mostrándole una sonrisa, porque aunque eso sonara duro, él conocía demasiado a Harry y solo podía estar feliz-.

 Yo también te quiero. 

Fin

 ******

 Con dedicación a Natty chan, y a mi beta Neu  “obsesionada con la ortografía xD y que llora sangre corrigiendo todo pero igual lo hace con gusto” Espero les haya gustado  Creo q eso es todo, como siempre, háganme feliz dejándome un comentario y de paso me dicen que tal está mi primer one-shot de Hp.  Por ahora es todo, =),

nos vemos en otro fic T.B.M. -

 


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