Birthday Delight~
ONE SHOT
-¡Sorpresa!- fue el grito que resonó en aquella aula de clases ninja en cuanto un chico de rubios cabellos y mirada tan pura como el cielo, aterrado, encendió las luces pues le habían dejado una notita escalofriante, firmado con "sino vas, eres gallina" y podría estarse cagando del miedo, pero él era Naruto Uzumaki y nadie...¡nadie! le llamaba gallina.
Menos aún en su cumpleaños número 16.
-¿qué...que pasa dattebayo?- preguntó sin salir de su estupor, pues un montón de chicas- y chicos se habían lanzado contra él para felicitarlo, abrazarlo y poder manosearlo.
-¡Feliz cumpleaños Naruto!- gritó una rubia, abrazándole por la espalda y bajando sus manos peligrosamente a su trasero. Una pelirrosa se acercó con la misma intención y no era la de felicitarle precisamente.
-Etto...feliz...cumpleaños...Naruto-kun...- habló la tímida Hinata entregándole una pequeña cajita de regalo, seguido por un abrazo a la velocidad de la luz. Luego, la Hyuuga se fue a un rincón de aquella aula a murmurar "he abrazado a Naruto-kun, he abrazado a Naruto-kun, he abrazado a..."
El rubio estaba anonadado. Después del regalo de Hinata, le siguieron los de Ino y Sakura y una que otra manoseadita más. Luego le tocó el turno a ese nuevo compañero suyo, Sai, mirándole pervertidamente y felicitándole muy efusivamente.
-Naruto kun...si con dieciséis estás así... ¡no me imagino al otro año!- un hilillo de sangre le colgó de la nariz a su pervertido compañero.
-Arigato...Sai-kun...- susurró Naruto, mirando el regalo de Sai. Una perfecta obra de arte al desnudo, de los dos teniendo sexo. El rubio se sonrojó y empujó a Sai a un lado, ese tipo y sus regalos, se quejó.
Neji, Lee, Kiba, Shino, Shikamaru, Chouji, Iruka-sensei, Tsunade, Jiraiya, Shizune y otro grupo de ninjas más lo felicitaron y la pequeña fiesta que le organizaron dio inicio. La habían celebrado en la escuela ninja de primeros pasos para recordarle a Naruto todas aquellas vivencias que pasó allí y recordarle, también, lo excelente y casi perfecto ninja que era ahora.
Iruka fue el que propuso la idea. Y Naruto se lo agradeció, abrazándole con cariño y dejándole un beso a su casi padre. Iruka-sensei también horneó el pastel del kitsune y preparo la fiesta, con ayuda de las chicas y de Neji y Lee.
-Iruka-sensei...- habló el rubito, mientras se mordía el dedo índice.- ¿Quién fue a pegar esa nota a mi casa ttebayo?-
-Ese fue Kakashi...- Iruka suspiró y hasta parecía sonrojarse.
-A propósito... ¿Dónde está Kakashi sensei ttebayo?- Naruto ignoró el sonrojo de su primer sensei, estaba claro que le gustaba Kakashi.
Es que...¿a quién no le gustaba Kakashi? Era tan alto, tan fuerte, tan inteligente.
Tan pervertido.
-Llegará tarde, como siempre...- y el castaño soltó un suspiro, luego corrió hasta detrás de su escritorio pues Neji y Lee estaban a punto de hacer cositas indecentes. Sumado a eso, Tsunade y Jiraiya bailaban cumbias sobre las bancas, ambos con una dotación enorme de sake entre sus venas.
Naruto también suspiró. La fiesta parecía terminarse en unos minutos más, pues Iruka estaba punto de colapsar de nervios. Se comenzaron a retirar, no sin antes avisarle al rubio que la fiesta seguiría en un bar de allí cerca. El sensei castaño ya tenía ganas de llorar, al ver todo el desastre que tenía que limpiar.
Y el cumpleañero, bondadosamente se ofreció a limpiar todo. Después de todo había sido una fiesta a su honor ¿no? El Umino no parecía querer aceptar la propuesta, pero después de que Naruto inflara sus mejillitas y dejará escapar unas cuantas lagrimitas, tuvo que aceptar.
-Iré por unos calmantes. Recoge lo que puedas, ¿vale? Ya mañana limpiaré bien...que pena que pases tú cumpleaños así y no en el bar festejando y...-
-No importa Iruka-sensei ttebayo...- cortó el rubito, sonriéndole angelicalmente.- En los cumpleaños de cualquiera siempre acaban en el bar haciendo barbaridades y usted siempre acaba a punto de morir...ttebayo...- lo empujó fuera del salón.- Buenas noches Iruka-sensei...descanse y no se altere ¿nee?-
El otro asintió y comenzó el camino a su casa.
El rubio miró todo el desastre.- yo y mi bocota dattebayo...- hizo un sello con las manos y un montón de copias de él comenzaron a recoger el desastre. No le tomó más de cinco minutos y sonrió satisfecho.
Igual y se iba al bar...o a ver como seguía su sensei...pero no. Un ¡puf! Lo hizo saltar de la sorpresa y pegarse a la pared maldiciendo y diciendo mil oraciones para alejar a lo que acababa de aparecer.
Quien no era otra persona que su sensei peligris y sexy.
-Hola...- saludó el sensei, levantando una mano.- ¿qué pasa?-
-Pensé que eras un fantasma dattebayo...-
-Sí yo también lo he pensado...- afirmó el jounin poniendo una mano en su mentón, pensativo, echándole una mirada a su alrededor.- ¿me equivoqué de salón?-
-No.- negó Naruto, acercándose a su sensei.- Te tardaste tanto que a esta hora Iruka tiene arranques de nervios y todos los demás están borrachos dattebayo...-
-Al menos me guardaste pastel... ¿nee?- el peligris bajó su máscara y dejó al descubierto su rostro de marfil.
Naruto se quedó sorprendido. Sin habla, sin movimientos en sus manos ni piernas.
¡Kakashi era más sexy de lo que se imaginaba!
-Etto... ¿pastel?- se volteó sonrojado y le dio la espalda a su sensei.- Si, por ahí dejé un poco...- y la duda lo atacó. ¿Por qué se había bajado la máscara? ¿Y por que había llegado tan tarde...? - ¿y tu excusa del día es...?- preguntó Naruto, volviéndose hacia su sensei nuevamente.
-Verás...- comenzó el Hatake, con expresión solitaria en su rostro.- No encontraba el regalo perfecto para ti, me has costado trabajo pero...- le extendió una cajita de terciopelo rojo, decorada con bordes dorados, quizá con un poco de oro en ellos.
Naruto se abrazó de su sensei mientras estrujaba la cajita contra su cuerpo.- Arigato, Kakashi...- susurró, enterrando su rostro en el cuello del mayor que no huyó al contacto sino al contrario, lo profundizó.
-Naruto...abre tu regalo por favor...- pidió el peligris, susurrándole en el oído al kitsune, al cual se le erizaron todos los vellos en su cuerpo.- Onegai...- repitió el peligris, soplando en la oreja del rubio.
Naruto se separó. Tomó la cajita y vaciló para abrirla, pero la abrió y...
...
...
-¡¿UN CONDÓN?!- gritó histérico, sacando un paquetito metálico de la hermosa cajita de regalo.- ¿Pero qué coño...?-
-¡Naruto-kun! ¡No es cualquier condón! ¡Huele y sabe a durazno...!- Al Hatake casi se le escurren las lagrimas al ver como su pupilo analizaba el regalo casi con asco.
-Pensé...yo pensé... ¿para que quiero un condón?- se preguntó así mismo el rubio, imaginándose desde luego escenas poco puras con su sensei y él de protagonistas.
-Para que se te resbale mejor...- contestó con una sonrisa enorme el peligris y Naruto le asestó un puñetazo en la cara.
-¡Será para que a ti te resbale mejor!- se quejó casi chillando.
-Bueno...- se sobó la mejilla y tomó al rubio de la cintura, pegando sus caderas lo más que pudo al cuerpo del otro.- Lo bueno es que ya aceptaste tu puesto de uke...- y volvió a sonreír, solo que esta vez no recibió un puñetazo sino un beso en los labios.
-Maldito sensei pervertido...- siseó Naruto separando sus labios.- ¿Desde cuando lo sabes...?- preguntó ruborizado, aferrando sus manitas a la ropa de su sensei.
Kakashi sonrió ahora, tiernamente. Le acarició unos mechones de cabello dorado. -Aquella vez en las saunas, cuando se te paró al verme...-
-¡PERVERTIDOOOOOO!- gritó Naruto, alertando a media de aldea de un posible ataque del Kyuubi...
Pero si supieran.
En el momento de la confesión de Kakashi, le pasó descaradamente la mano por el paquete del rubio. Provocando una "tienda de campaña" en el kitsune.
-Naruto no me digas pervertido. Soy sexualmente abierto a cualquier posibilidad...- y echó al rubio contra una de las bancas del salón, con la cara dando en la madera.
-Pervertido y nada más, mierda...- se quejó Naruto, mientras su sensei estaba a punto de abrir el paquetito y sacar el condón.- ¡Eso sí que no! ¡Es mi regalo!- y se incorporó, quitándole el condón de las manos.- Ya lo haré yo...- e imitando una de esas pervertidas miradas de Sai, se lanzó contra el peligris que ya se había bajado los pantalones.
Y ese día, en aquel salón de clases, Naruto pasó su mejor (y más pervertido) cumpleaños de toda su vida. Y al otro día al llegar al salón, Iruka tuvo que ser intervenido por un ataque de nervios (y pérdida de sangre, hemorragias nasales ustedes saben) al encontrarse un condón lleno de semen, encima de su escritorio.
Owari~