EL LIBERTADOR
Por vITALY
PARTE 4
Mirage inspeccionó la piedra que tenia entre sus manos, con sumo detenimiento, poseía una forma especial, jamás en sus muchas expediciones había visto algo con semejante pieza, como había comentado Siena estaba rota, partida exactamente por la mitad, rozó el borde uniforme con la yema de sus dedos.
- había cumplido su misión…- recordó las palabras dichas por el androide- ¿A que se refería específicamente? Eso le causaba una gran curiosidad.
Colocó la pieza sobre su mesa de trabajo, la computadora escaneó la roca, analizándola, la imagen de esta apareció en la pantalla…
- Material desconocido…- leyó el resultado de la evaluación hecha.
Siempre era lo mismo, no encontraba en la base de datos ninguna información respecto a esa roca.
Se tocó la frente masajeándose levemente las sienes, sin conocer el nombre del material, se le dificultaría la búsqueda.
El sonido de la puerta al abrirse le sobresaltó, Mirage se meneó dando vuelta a su asiento giratorio, para enfrentar a la chica.
- Es tarde… ¿no piensas dormir?- cuestionó Unah interrumpiéndole.
- …- Mirage no respondió, la verdad es que poco le faltaba para caerse dormido ahí mismo, pero la incertidumbre podía mas que el cansancio- Necesito conocer el nombre del material que forma esta roca… pero parece ser un mineral desconocido.
La pelirroja se acercó para inspeccionar la roca, su entrecejo se frunció significativamente, conociéndola eso solo representaba una cosa.
- ¿Qué pasa?- cuestionó.
- No puede ser…- dijo sin salir del asombro- es Kalia…- murmuró.
- ¿Kalia?... ¿Qué clase de mineral es ese?
- No es un mineral… es una aleación…- tomó la roca solo un segundo y la dejó nuevamente.
- ¿Y tu como sabes eso?- nunca había escuchado de tal aleación.
- Como Teniente especial del Magnánimo, tengo acceso a ciertas áreas del Comité…
- Al grano, por favor…- comenzaba a desesperarse.
- Esta bien, esta bien… sintetizare, en una ocasión vi el experimento de algunos científicos, con un material sumamente resistente, aun mas que el Fandom, deseaban hacer nuevos trajes para el ejercito magnánimo, le llamaban Kalia…
- ¿Y que paso?
- Solo se formó un prototipo… pero el punto es que esta roca es Kalia y lo mas sorprendente es que esta rota… algo que consideraba imposible…
- Eso solo indica una cosa… o no es Kalia o que lo que la haya roto fue aun más fuerte que ella…
- El uso de un poder sorprendente…- agregó Ferguson.
- Siena…
- Es lo mas seguro… - resopló con preocupación
- Bien El tendrá que quitarme la duda…- finalizó con las especulaciones
- ¿Piensas preguntárselo abiertamente?- preguntó incrédula.
- A El le importa más que a mí, encontrar el resto de estas rocas, así que cualquier dato que pueda ayudarme para su búsqueda, seguramente no me lo negara.
- ¿A si que para eso te quiere?
- Así es…
- De todo lo que hables con Siena, debes hacerme un informe detallado, no se te olvide que nosotros estamos aquí para cumplir una misión, encomendada por la misma Madre- inquirió formal.
- No se me olvida…- sonrió irónico, tú siempre te encargas de recordármelo, pensó con fastidio.
- Bien, investiga todo lo que puedas sobre el propósito de encontrar esas rocas y…- dejó el autoritarismo para modular un poco su voz- descansa un poco.
- Gracias por preocuparte, supongo…- respondió con cierto recelo, para después volverse al computador, sin mayor preámbulo.
Unah iba a agregar algo más, pero no lo hizo.
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- Mirage…- le habló
Su nombre sonaba tan extraño en su voz…
La forma en que le miraba, con fuerza, con fijeza e incluso como si fuera una orden.
Su paso seguro y firme, caminaba directamente hacia El, Mirage extendió su mano para alcanzarle, pero sentía caer en un abismo sin fondo, una inmensa oscuridad se alzaba bajo sus pies, más cercana conforme descendía.
Cerró los ojos dentro de sueño, su cuerpo fue envuelto por una reconfortante calidez, ese hombre le estaba protegiendo… cuando los abrió estaba envolviéndolo con sus brazos, su cuerpo expedía una energía que los recubría como una esfera de concentrando poder…
Sus rostros estaban sumamente cerca, no podía dejar de mirarle… como si sus ojos fueran imanes…
Mirage se levantó ante lo incomodo de su posición, había pasado la noche frente al ordenador, hasta podía sentir los botones de mando marcados sobre la piel de su rostro.
Había soñado nuevamente con ese hombre, pero no era como antes, ahora podía verlo con una claridad absoluta.
Sus ojos negros tenían una profundidad en la cual podía perderse, que encerraban un misterio que le cautivaba.
Sentía que sus destinos estaban conectados de alguna manera, desconociendo completamente el porque, aunque tampoco podía asegurar que sus sueños fueran acontecimientos que ocurrirían en un tiempo cercano, igual que podía ser una visión, igual podía resultar solo eso, un sueño.
Meneó la cabeza negativamente, en su mano derecha descansaba un trozo de roca.
Se levantó del asiento sin mayor demora, debía dejar de lado aquellas interrogantes sobre el hombre de sus sueños y disponerse a investigar sobre aquella roca, solo Siena tenia respuestas y estaba dispuesto a pedírselas.
La puerta se abrió nuevamente, era Saron y Siena, como si le hubiese invocado.
Y la verdad es que si, Siena había sentido la necesidad de mirar al capitán del Italy, por eso se había dirigido a buscarlo.
- Bonito trasbordador…- inquirió Saron con desdén, Mirage lo ignoró completamente.
- Necesito hablar contigo Siena
El androide sonrió para sus adentros, Mirage era único, podía darse el lujo de despreciar abiertamente al perdigón, independientemente que El le apoyara o no, poseía carácter.
- Por supuesto- aceptó, una señal y Saron retrocedió unos pasos, para brindarles privacidad, aunque no de muy buena gana.
- ¿De qué clase de material esta formado esta piedra?- cuestionó mostrándola abiertamente sobre la palma de su mano.
- ¿No lo ha descubierto aun?- respondió con otra pregunta.
- Si fuera así, no le estaría preguntando…- cuestionó con desfachatez.
Saron se alertó.
- Guarda mayor respetó- ordenó con severidad el perdigón, a la espera solo de una seña de su comandante, para saltarle encima al adaptado, por su tremenda osadía.
Siena le indicó que no interviniera, con un solo movimiento de su mano, Saron volvió a colocarse en posición de firmes.
- Debería enseñarle a su soldado, a no meterse en la conversación de sus superiores.
La sangre le fluía como lava hirviendo, se contuvo.
- Si de algo aprecia su vida Mirage, valla al grano…- inquirió.
- Solo quiera una respuesta…- encaró, no le había agradado para nada el tono amenazador de su ultima frase.
- Es Kalia… una aleación de Fandom y Oro
Unah tenía razón, dedujo mentalmente.
- Por lo que puede ver es un material sumamente resistente, ¿Qué hizo que esta roca pudiera romperse?
- …- Siena lo pensó un poco- Yo lo hice…
- Entonces son ciertos esos rumores que cuentas con un poder descomunal…
- No se de esos rumores…- mintió
- Eso me hace suponer- volvió al tema anterior- que se han usado como contenedores de algo, por eso deben romperse y ese algo debe ser muy importante para que haya sido guardado, o quizás oculto, dentro una roca casi indestructible… indestructible porque casi nadie posee su poder – conjeturo- ¿Qué es lo que contienen estas rocas?- cuestionó interesado.
Siena sonrió para sus adentros, Mirage era un hombre de mente rápida.
- No puedo decirlo, además no es necesario para lograr su búsqueda.
- Se equivoca… mis hombres me acompañaran, no puedo exponerlos… debo conocer hasta el mínimo detalle.
- No se preocupe jamás expondría a su gente o la mía a algún tipo de peligro, además no serán abiertas en su presencia…- ¿Alguna otra cosa?- cuestionó.
- No…- resopló tajante, sino se lo decía lo averiguaría de igual manera, dándole la espalda para continuar con su trabajo de investigación.
- Muy bien… Ahora seré yo el que haga las preguntas- se acercó mas, era casi nula la distancia entre ambos, Mirage se volvió a mirarlo directamente, alzó la vista, Siena no era mucho mas alto que El, sus ojos quedaban a escasos centímetros de el cuadro de visión del robot.- ¿Cuándo cree que pueda comenzar la expedición?
- Trabajo en el radar…- fue claro y conciso.
- Fecha estimada…
- Un par de días, nunca aseguro fechas, lo único que puedo asegurar es el éxito de mi misión…- sonrió soberbio.
- Solo como ultima cosa… le informó que le acompañare a cada una de las expediciones…
- Pero- intentó refutar…
- Su condición fue trato directo conmigo… que mas directo que estar entre la comitiva de sus jornadas.
Le había matado, literalmente hablando, no agregó nada.
- Eso es todo… le dejó continuar con su trabajo…
Siena dio media vuelta para salir del lugar, Saron se marchó no sin antes mirarle despectivo.
Mirage odiaba a los entrometidos, además de estorbar no paraban de hacer preguntas e interrumpirle en todo momento, claro además Siena no era cualquiera, aparte de cumplir con su misión de encontrar las rocas, debía estarse cuidado las espaldas, y eso le estresaba, solo sus hombres sabían lo que era Trevor Mirage estresado, nadie deseaba estar cerca.
La sola idea comenzaba a estresarle, además ese maldito sueño no ayudaba mucho, estaba sumamente intrigado por ese hombre, como si estuviera íntimamente ligado a esta misión. No podía apartarlo de su mente…
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El soldado caminó de prisa por el largo pasilla, tocó solo una vez y la puerta se abrió.
- Tengo un mensaje para madre…- informó al guardia de la entrada, este solo se hizo a un lado para dejarle pasar.
Siguió su recorrido, Madre se encontraba sentada en el verde pasto, mirando al pequeño Padre crear el holograma de lo que alguna vez fue una mariposa, para después correr tras de ella.
El militar se detuvo a unos pasos, estaba algo nervioso era su primera vez ahí, cerca de los cabezas del comité.
Extendió el papel blanco propiamente doblado…
- Un mensaje para usted- se inclinó y en cuando la anciana lo tomó, se alejó rápidamente.
- Gracias…- agradeció sin mirarle, la verdad estaba mas interesada en leer aquello.
Madre lo desdobló con premura, eran las primeras noticias desde que la Comandante Ferguson y Trevor Mirage habían partido en su misión, esperaba buenas noticias.
Leyó:
Como se pensaba el robot Siena estaba buscando las siete rocas, una de ellas ya fue encontrada y utilizada, mañana iniciara la expedición… planeta Kihmé
Arrugó el papel hasta volverlo una bola, con una de sus manos.
- Ese desgraciado esta saliéndose con la suya…- arremetió con fuerza, tirando el papel sobre el pasto, al contacto se evaporó- pero no lo permitiré… no dejare que se apodere del universo…- crispó sus puños, un brisa formada por ella misma le hizo volar sus blanquizcos cabellos- Vengare tu muerte mi querido Farel… aunque sea lo ultimo que haga…- sus ojos vidriaron ante el recuerdo de su adorado nieto.
Padre se volvió hacia ella, al notar el repentino aumento de energía en el lugar, sus pequeños ojos lucían indiferentes a la escena de dolor de Madre, conocía a la perfección el reglamento del Comité, aquello que sean convocados como Elegidos deben olvidar todo aquello que los lleve a incumplir con su deber, incluso familia y afectos, estaba prohibido para ellos albergar cualquier tipo de sentimiento para con otra persona, mucho menos amor.
Madre incurría en un desacató, el robot Siena debía morir por la amenaza que representaba para el comité, no por revancha personal.
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El radar estaba listo, para mayor facilidad lo había colocado en su localizador portátil, así sabría su ubicación, tanto de la roca como propia y la distancia entre los puntos. Ya le había informado a Siena sobre ello, esa misma tarde, habían sido dos días de trabajo arduo, poco descanso, por lo tanto pocas horas para dormir…
Como si le hubiese espantado, con solo desearlo, los sueños con el hombre misterioso habían cedido, quizás eso fuera un buen augurio al final de cuentas, aunque interiormente sentía, que quizás su encuentro que con El, estuviese cercano.
Se levantó mientras se estiraba para desperezarse, los chicos le habían invitado al bar de la nave nodriza por unos tragos y bajo la promesa de alcanzarles en un corto rato, se habían marchado, la verdad si lo necesitaba para relajarse, mañana partirían hacia el planeta Kihmé, claro acompañado por algunos hombres del ejercito libertador y por Siena, había decidido no exponer a sus hombres en esa primera salida.
Salió del Italy sin prisas, algunos soldados pasaron a su lado saludándoles militarmente, al principio le había resultado raro, pero ya se estaba acostumbrando a que le trataran como un igual, quizás en el fondo si extrañaba esa época en la milicia, no por nada hacia sido casi 10 años siendo un soldado magnánimo.
Miró a Saron de lejos, en esos dos días no habían tenido mucho contacto, seguro Siena le había mantenido alejado de El, hasta esa mañana que le informó al robot sobre la conclusión del radar, siempre andaban juntos, nunca dejaba al robot Siena ni a sol ni sombra, por eso le extraño verle sin su comandante.
No supo porque pero le siguió, claro sin que el perdigón se diera cuenta, aunque tampoco resultaba tan difícil, lucia abstraído, perdido en sus pensamientos, caminó por varios corredores casi al trote, que por su falta de tiempo en el Gideon, no había visto, temió por perderse, aquello si era un verdadero laberinto.
Saron se detuvo frente a un de las puertas de acceso restringido, según señalaba la advertencia pegada en ella, un pequeño teclado estaba dispuesto para introducir la clave que le permitiera el paso, se escondió para no ser visto, asomándose solo lo necesario.
Dio gracias a uno de los maestros que le habían enseñado a fortalecer su sentido de la visión, así que a pesar de la distancia pudo ver los números que había marcado el nativo.
0120, memorizó.
La puerta se abrió y Saron entró sin demora, para segundos después cerrarse nuevamente.
Se quedó ahí, intrigado, esperando un momento la salida del perdigón pero después de una docena de minutos prefirió marcharse, no pasaría su noche libre de guardia de Saron.
Le preguntaría a Unah si sabia que se encontraba en aquella ala de la nave, seguro por la confianza que Siena tenía en ella, tuviera acceso a esa zona, aun así decidió que debía recordar la clave.
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Continuara…