Otro día, otro amanecer, otro sueño y otro amor… ¿Qué más da vivir si al final todo va a acabar quieras o no?, ¿de qué vale terminar las 24 horas si después tendrás que volver a empezarlas?, dime… ¿para qué enamorarse si vas a sufrir si o si?, todo esto no tiene sentido, la vida es algo cruel que va a jugar contigo como se le pegue la regalada gana y lo peor cuando quiera, el destino es el niño y tú lamentablemente eres la marioneta…
Hoy no sé para qué sigo en este mundo, mi ser ya debería estar en otro lugar, muy lejos de esta inmundicia que me tocó, lo único que tengo valorable ahora eres tú… un simple y viejo cuaderno de colegio, donde escribo mi sentir, pensamientos y algunas que otras canciones que llegan en mis momentos de mayor inspiración si es que se le puede llamar así, por suerte nadie te ha descubierto aún pequeño y confiable amigo… si llegara a pasar eso algún día de estos creo que moriría, por suerte eres tan insignificante a vista de cualquier persona que nadie te toma en cuenta más que yo, debo mi existencia a ti… creo que si no estuvieras en mi horrorosa vida ya me hubiera quitado la capacidad de respirar hace tiempo.
Te tengo que dejar confidente… en 15 minutos más tengo que juntarme en la plaza con Shima, no quiero llegar tarde a clases, tengo un examen muy importante a primera hora. Nos vemos cuando llegue y te narre para tu mala suerte mi tedioso y cotidiano día.
Reita.
-¡¡¡Akira-sempai!!!
Una alegre y por no decir hermosa chica un año menor que yo se me acercaba rápidamente corriendo por los pasillos del colegio con intenciones de abrazarme y no muy luego la manada que le seguía, esto de ser “popular” dentro de todo el establecimiento no me agradaba en lo absoluto, saber que a cada cinco segundos alguna estudiante te “sicopateaba” era bochornoso por lo menos para mí, pero me he enterado que a más de la mitad del colegio le gustaría ser como yo, esto de que el fotolog apenas subías foto llegara al tope de veinte comentarios, tener que editar el tuyo propio para que alcancen a postear todos los que querían era algo que me llegaba incluso a desagradar, más aún cuando tenía que subir, borrar y volver a subir otra foto a peticiones de mi club de fans, ¿les dije que también hay un fotolog que pertenece a mis fans?, bueno eso es tema aparte, cualquiera diría que tengo la vida que todos quisieran tener, pues les digo a ustedes que piensan eso, ¡se las regalo!, estoy más que seguro que siendo una persona que pasa desapercibida y normal sería mucho más feliz, no un desgraciado que a pesar de ser “apuesto”, buen estudiante y popular no está a gusto con la vida que lleva.
Continuando con lo relevante Shima es mi mejor amigo, tiene 16 años al igual que yo y vamos en el mismo curso, he escuchado por ahí que algunos dicen que somos pareja por lo unidos que estamos siempre pero ellos no saben que yo soy bien heterosexual y que además ya no soy casto, que lo perdí con una mujer hace dos años a tras, bueno ahora no tengo novia si es que se lo están preguntando, realmente nunca me he enamorado, si he tenido otros noviazgos como todos pero no han durado más de dos meses ya que me aburro y encuentro que no tiene sentido seguir si no sientes nada por esa persona.
Pasando a otro tema… hoy la primera semana del segundo semestre de clases avisaron que iba a llegar un nuevo alumno, todos andan muy revolucionados con la noticia y la verdad es que a mi no me afecta en nada, siempre he sido distante de toda la gente y ellos son los que intentan acercarse a mi y yo les cierro el camino, eso al parecer les atrae más y quedan como “hipnotizados” y no me quitan la mirada de encima, ¿será por esta venda que llevo en la cara?, creo y es lo más lógico, todos me preguntan por qué me tapo la nariz y el único que sabe es Shima, no le voy a contar a cualquiera que me cuestione, mi confianza no se la entrego al primero que se me pase por delante y eso me hace un misterio andante entre los que me rodean.
-Aki-chan ¿cómo dormiste?- con una sonrisa de oreja a oreja el castaño claro preguntaba.
-Bien Shima-chan, gracias- respondí con la misma sonrisa que me había otorgado él, era siempre tan alegre y preocupado por mi… quizás por eso seamos mejores amigos.
-Dicen que hoy llega el nuevo, ¿no te emociona?- con brillitos en los ojos saltaba de un lado a otro y finalmente se agarraba de mi brazo mientras caminábamos a la sala de clase.
-La verdad es que me da exactamente lo mismo Uru…- serio y mirando hacia delante contesté.
-¿Uru? ¡¡Me llamaste Uru!! ¡Wiiiii, Uruha es feliz Reita-chan!- con un tierno beso en mi mejilla demostró su felicidad del haberlo llamado por ese apodo tan singular y como era de esperarse él me puso uno a mi también, para que mentir… me gustaba ese “Reita”.
El tranquilo y por no decir aburrido sonido que indicaba que debíamos entrar a clases para comenzar el día me sacó de mis pensamientos.
Todos dentro de la sala murmuraban acerca de la buena nueva, lo único que quería era poder ir a mi casa y dormir.
Toc toc, el llamado que hacían a la puerta dejó a toda el aula en un silencio tenebroso.
-Bien chicos, como ya todos sabrán hoy llega un alumno nuevo al curso, su nombre es Shiroyama Yuu- dijo el viejo ese de matemática escribiendo el nombre del mencionado en la pizarra.
Un chico de más o menos el mismo porte que yo, tez blanca, ojos marrones y cabello negro entró muy altaneramente a la sala, deteniéndose justo frente a la fila donde me sentaba, su mirada cayó para mi desagradable opinión en la mía, que lo observaba sin vacilar.
-Un gusto, me pueden decir solamente Aoi- con una sonrisa cínica a mi parecer habló dejando a todos con la boca semiabierta.
No sé por qué, pero ese tal “Aoi” no me agrada en nada… creo que no nos llevaremos muy bien que digamos.