-mírate... - susurró para que el menor se diera cuenta de lo que había pasado - ¿que...que hicimos, Uruha?...
-¿a-aoi..., te estas...arrepintiendo?... - preguntó adolorido, las lágrimas comenzaban a aflorar en sus ojos
El moreno no respondió, se incorporó y se sentó a la orilla de la cama, con la cara entre sus manos y los codos apoyados en sus piernas, parecía arrepentido de todo...de todo...
-no puedo creerlo... - dijo Uruha con rabia, se paró y recogió sus prendas rápidamente, vistiéndose y saliendo de la habitación y del departamento con un portazo, mientras Aoi estaba en la misma posición.
Corrió hasta el ascensor, una vez ahí dentro, se deslizó por la pared esta el suelo, en donde estalló en lágrimas...sin poder creer la actitud de quien había amado esa mañana...
-como mierda fui a creer que...podríamos ser más que amigos... - susurró para él mismo - como mierda me ilusioné así...todo eso fue...todo eso fue..su puta calentura... - sus propios comentarios lo hacían soltar cada vez más lágrimas y más sollozos, hasta que tubo que calmarse y levantarse al llegar al primer piso - ya nada será igual...lo perdí todo... - susurró mientras cruzaba la puerta de cristal del edificio
Sentado recordaba todo lo de ese día, ¿estaba realmente arrepentido? O ¿solo tenía miedo de empezar algo con el castaño?...Sin pensarlo dos veces, arrepentido de su actitud...deseando hablar con Uruha, marcó el número del menor en su móvil, dispuesto a llamarlo. Sentía con desesperación e impaciencia el tono insoportable, esperando que contestaran de una vez.
No sabía que mierda hacer...no quería ir a su casa...eso le recordaría a Ruki, y no quería acordarse de eso...decidió quedarse en un parque cercano. Se percató de que Aoi lo llamaba, pero no contestaría...ya no quería nada más con él...
-mierda...que hice... - maldijo al viento, saliendo de su habitación directo a buscar a Uruha
Llegó al primer piso, mirando al exterior por si había alguna señal de Uruha, al no encontrarla, salió y corrió, pasando por el parque que estaba cerca del edificio donde vivía, en ese parque donde él y uruha se habían juntado ese día. Y efectivamente ahí estaba el castaño, sentado en el césped con la cabeza gacha y al parecer llorando disimuladamente. Se acercó en silencio y se arrodilló a su lado, sin saber que decir...
-yo no me arrepentí de lo que paso, Aoi... - susurró dolorosamente Uruha para él, sin saber que Aoi estaba a su lado, solo lloraba...diciendo cosas al viento
-...tampoco yo...perdóname... - dijo el mayor, sobresaltando al castaño con su presencia y haciéndolo sonrojarse
Uruha se hecho hacia atrás por el susto, pero en cuanto vio al mayor a su lado, una sonrisa apareció, sin querer, en su rostro. Bajó la cabeza sacando de sus labios esa sonrisa
-pensé que si...por lo de esta mañana... - dijo tímido
-...no sabía que pensar..., pero...ahora se lo que de verdad siento por ti... - dijo mientras estrechaba entre las suyas una de las manos del castaño, suavemente, besándola - te amo...mucho, Uruha... - dijo sin despegar la mano del menor de sus carnosos y suaves labios
-Aoi... - susurró y, sin pensarlo dos veces, se lanzó a los brazos del otro guitarrista y lo abrazó como si fuese la última vez que lo hacía
-¿podrías disculparme?... - pidió en un sollozo
-también te amo...y...siempre te amé...siempre te ame, Aoi...solo que nunca...nunca lo vi...nunca me di cuenta... - lloró en los brazos de su amante, mientras Aoi lo apretaba más contra su pecho - y...no tienes porque pedir perdón...t-te entiendo...- se separó un poco para limpiarse las lágrimas y mirar al mayor de frente - por un momento...también estuve a punto de enloquecer por esto... - rió - pero...no me arrepiento...quiero estar contigo...
Se acomodaron un poco, Uruha acostado en el vientre de Aoi, y este sentado contra un árbol cercano. Pasó así un poco más de media hora, hasta que uno de ellos sintió hambre, habían dormido demasiado, es más, eran cerca de las 17:00 p.m. y no habían comido nada. El moreno intentó levantarse pero se arrepintió al ver que Uruha dormía
-... ¿Uru? - preguntó en un susurro moviendo un poco al castaño para despertarlo
Este gruñó y se acomodó más, solo unos momentos hasta que las cosquillas que Aoi le propinaba le impidieron seguir con su sueño
-agh...un ratito más... - gimoteó acomodándose de nuevo en el regazo de su amante
Aoi rió enternecido y lo movió un poco más para desperezarlo - hey, perezoso...a levantarse - lo llamó una y otra vez hasta ver que Uruha se resignaba y abría los ojos - arriba, Uru...no quiero enfermarme ni que te enfermes aquí... - le dijo acariciándole el cabello mientras el otro se estiraba - ¿vamos?
-vamos... - dijo en un bostezo y levantándose con la gentil ayuda del moreno - molestoso...- susurró divertido para hacerlo enfadar
-ja, mira quien habla... - rió el mayor
Ambos de la mano con sus dedos entrelazados, un Aoi feliz de haber aclarado too con la persona que más amaba, y un Uruha con cara de enfado porque lo habían despertado, pero, por dentro, saltaba de alegría por estar al final con su Aoi en paz...
-¡Ruki, apresúrate! ¡No vamos a modelar, vamos a ver a Reita! - le gritaba Kai a Ruki para que se apurara -agh... - gruñía el batero una y otra vez por cada segundo que pasaba sin que Ruki saliera de la habitación - ¿listo? - preguntó esperanzado al transcurrir un rato
-no - se escuchó al vocal
-agh... - volvía a gruñir el moreno
Pasaron cerca de diez eternos minutos para el moreno, pero Ruki salió, salió maravillosamente vestido con una camisa negra que tenía desabrochados los dos primeros botones, sus gafas de sol, sus infaltables collares y anillos, zapatos negros y un bello pantalón ajustado de un color fucsia muy llamativo
-¿c-como me veo?... - preguntó sonrojado y tímido
-muy bien - respondió Kai con una sonrisa
-¿crees que...a Reita le guste?... - preguntó más sonrojado aún, no estaba cómodo preguntándole esas cosas a su baterista, se sentía como una chica de 15 años preguntándole sobre su apariencia a su mejor amiga
-¡claro que si, Ruki! Y si quieres que lo vea...apurémonos - dijo tomando a Ruki de la muñeca, no bruscamente, yéndose así hasta el auto
Entraron en el departamento, Uruha se tiró el sillón en cuanto lo vio y se quedó ahí de ojos cerrados, pero sin dormirse, se le hacía imposible...
-desgraciado... - dijo enojado en broma - ¡me despertaste y ahora no puedo dormir! - lloriqueó cerrando los ojos fuertemente y con sus manos empuñadas sobre sus parpados, como un niño
-¿y que querías que hiciera? - preguntó desde la cocina calmadamente, como si nada le importara, claro que lo hacía para molestar al otro
-mmm...cargarme - dijo disimulando una risita
-¿me viste cara de niñera? - preguntó riendo mientras entraba en el salón con una bandeja, la dejó en la mesita que estaba frente al sofá en el que estaba Uruha, mientras este se incorporaba aún somnoliento - ¿tienes hambre? - preguntó cariñosamente mientras le daba un beso en la frente y se sentaba a su lado
La bandeja traía dos tazas de leche -como aquella vez en la que Uruha lo molestaba con que era un niño aún- y dos trozos de pastel con cobertura de frutas, lo que Uruha miró embobado
-¿de donde sacas tanta comida? - preguntó mirando aún lo que sería su delicioso desayuno
-come y calla - dijo tomando un sorbo de su leche
Uruha rió al darse cuenta de lo que tomaba Aoi, no se había percatado de lo que contenían las tazas, así recordó la noche en la que Aoi le dio leche para calmarlo, sonrió enternecido y se volteó para mirarlo...¿Cuándo iba a pensar que llegaría a pasar momentos como pareja con el mayor? Estaba feliz, tan feliz que una perfecta sonrisa se formó en sus labios mientras no paraba de mirar a quien tenía a su lado bebiendo leche
-te amo... - dijo casi sin intención, Aoi lo miró medio extrañado de tan repentino comentario, pero aún así se sonrió y acercó su rostro al del mayor, Uruha solo se dio cuenta de lo que dijo al ver al moreno tan cerca suyo
-eres tan tierno cuando estas perdido en mi belleza - dijo de forma egocéntrica en broma, se acercó por completo y juntó sus labios con los del castaño
-eres un engreído... - rió al terminar al amoroso beso, mientras le acariciaba la mejilla con dulzura
Aoi rió también, acariciando la mano que Uruha usaba para acariciarlo. Tomó nuevamente un sorbo de leche, al hacerlo, miró los trozos de pastel que seguían intactos sobre sus platos, tomó uno y lo acercó a la boca del menor, desviándose un poco hasta que la crema manchó un poco la punta de la nariz de Uruha
-no hagas eso... - dijo mirándolo divertido, viéndose terriblemente adorable con esa sonrisa y su nariz manchada de blanco, lo cual enterneció el corazón del mayor - entonces yo también lo hago - dijo con la boca llena después de morder un trozo, luego de tragar se acercó a la cara de Aoi haciendo que rozaran la punta de sus narices, quedando el otro manchado también - ja! - rió con superioridad al ver que ya no era el único manchado con crema
-¿te gusta? - preguntó refiriéndose al pastel, sin limpiarse la crema de la cara
-mmm... - dijo, como aprobándolo, con cara de goloso -ahora me toca - sonrió tomando el trozo que quedaba en la bandeja para Aoi - abre la boca... - dijo como padre que alimenta a su pequeño, llevando el pastel hasta la boca del mayor, donde Aoi mordió y sacó un pedazo, luego lo alejó llevándolo a los labios de este, luego esparciéndolo por las mejillas también, dejando un Aoi completamente manchado de crema, acercándose luego y lamiendo una de las mejillas - mmm, Aoi...eres dulce - dijo mirándolo entre divertido y lascivo
-¿a si? - dijo luego de tragar, parándose y yendo a la cocina, de donde trajo una fuente llena de la misma crema que tenía el pastel - esto es la guerra Takashima Kouyou... - hundió unos dedos en la espesa y dulce crema blanca, los sacó y, ante la mirada divertida de Uruha, los paseó por la cara y parte del cuello del castaño, dejándolo embarrado por completo, viéndose ambos terriblemente graciosos e infantiles
-agh... ¡pagarás! - comenzó un forcejeo de parte de ambos para quedarse con la crema, sin querer soltar la fuente ya que eso significaría la desgracia de quién perdiera la batalla. Finalmente, triunfó el guitarrista menor, quien se manchó un poco de la camisa cuando, por la inercia, salpicó un poco de la crema al quitársela a Aoi. Bajó la mirada hacia su embarrada prenda y luego la subió, viendo como Aoi escapaba escaleras arriba para no resultar víctima del furioso e infantil castaño - ¡vuelve! - gritó y salió corriendo tras el otro en busca de su venganza
-¡nooooo! - gritó Aoi al verse acorralado entre la pared y el guitarrista que se aproximaba con mirada diabólica y una dulce venganza entre sus manos
Corrió hacia él moreno antes de que se escapara, mientras hundía toda la mano en la pegajosa crema. Aoi lo miraba aproximarse con ojos asustados pero a la vez riendo con ganas ante lo que le esperaba, que era la mano de Uruha, cubierta por completo de crema, deslizándose a gran velocidad por su cara, cuello y camisa. Aoi también sacó más crema y embarró a Uruha, mientras este nuevamente lo hacía en todos los espacios que quedaran limpios en la ropa del moreno, los cuales, a estas alturas, eran pocos. Terminaron tirados en el piso, despeinados, embarrados, sin aire por la risa y con una fuente vacía a lo lejos
-te ves...bellísimo, Uruha - dijo riendo sarcástico al ver su obra de arte
-tu no te quedas atrás, amor... - dijo de la misma manera mirando la crema que cubría hasta los calcetines del moreno - hey, Aoi... - lo llamó al recuperar el aire que había perdido con la risa - ¿de...de donde sacaste la crema? - preguntó un poco más serio, lanzando una energética carcajada después, riéndose de su propia pregunta, la verdad era que, a esas alturas, no importaba de donde había sacado la crema Aoi
El moreno igual rió, aunque de forma nerviosa, y, aunque trataba de disimularlo, Uruha se dio cuenta
- A-aoi...no me digas que...tu hiciste ese pastel - lo miraba incrédulo, apunto de estallar en risas ante el sonrojado y divertido rostro del mayor, el cual, así, lo confesaba todo - no lo creo - fue lo último que dijo antes de no poder aguantar más la risa.
Aoi puso cara de furia en broma y se lanzó sobre el menor a hacerle cosquillas - ¡si, si! ¡Soy pastelero a mucho honra! - dijo riéndose de si mismo y de la situación, ambos riendo a no poder más
Llegaron al hospital y entraron, Ruki alegremente y Kai sujetándolo de la mano para que no saliera corriendo hacia donde Reita. "Parece un niño..." Pensó el baterista mirándolo con dulzura. Subieron al ascensor y esperaron en silencio hasta llegar al piso del bajista.