Shun negó lentamente con la cabeza, sonrojándose a un mas. Sorrento solo lo vio con infinita ternura.
-¿Ves? Sigues siendo un niño. Te sonrojaste solo por que te dije un cumplido. -¡No es cierto!-repuso Andromede, sonrojándose a un mas-A de ser que estoy recuperando el calor o… -Si, si, lo que digas… “Niño”-puso cierto énfasis en la ultima palabra, para después echarse a reir. -No es gracioso-dijo un poquito molesto-Pero, dime, como yo ya te conté algo de mi, ahora es tu turno ¿Qué has estado haciendo estos últimos…?-Shun se detuvo, pues ya no recordaba con exactitud, cuantos años habían pasado desde que lo vio la ultima vez. -¿…Últimos cinco años…?-completo Sorrento -Si- -Pues, me he estado dedicando a la música, la segunda cosa más importante en mi vida. -¿Así?-Shun comenzaba a interesarse mas en ese hombre mayor, pues el a su lado, seguía viéndose como un niño -Aja, de hecho, la razón por la que me encuentro en Japón, es por que voy a dar un concierto. -¿En donde?-pregunto al instante, curioso -No te puedo decir, pero conoces el lugar a la perfección…-sonrio, misterioso -Bueno-se resigno-Pero espera, hace un momento dijiste que esa es la segunda cosa mas importante en tu vida, entonces ¿cual es la primera? -Pues, la primera es Julián Solo…-su semblante cambio de pronto a uno mas serio. Shun entendió la realidad de esas palabras… -Mira, llegamos-dijo Sorrento, cuando el coche se detuvo -o lo detuvo Sorrento, como lo quieran ver- en la puerta de un edificio. El coche avanzo, hasta dirigirse a un estacionamiento, vacio de gente, pero lleno de coches lujosos.Shun se sintió como un intruso en ese lugar. ******* Al llegar al departamento, Shun no dejo de sentirse como un “Bicho raro, por lo lujoso de este lugar.En la sala, se encontraban unos sillones de color negro, ya que eran de piel; algunos cuadros pendían de al pared color crema, decorada solo son estos. Shun no pudo distinguir de quien era la firma, pero no le dio importancia.Mas al fondo se encontraban dos puertas, una de ellas entreabierta y la otra cerrada, supuso que ese era el cuarto de Sorrento. El cantón se encontraba en un quinceavo pisos, por eso se podia ver toda la ciudad de Tokyo, desde ahí, incluso la Torre de Tokyo. -Siéntete como en tu casa-dijo Sorrento, para dirigirse hacia una puerta.-No te preocupes Shun, voy por algo de ropa, para que puedas cambiarte, si sigues así, te podrías enfermar- -Gracias, Sorrento-dijo el niño, con una voz muy sincera. Tratando de no arruinar el alfombrado piso, se acerco a un cuadro que le habia llamado la atención. Estaba más que seguro de haberlo visto en otra parte antes, pero no recordaba exactamente en donde… ¡Ya lo tenia!- Ese cuadro, lo habia visto en le Guerra de Athena contra Poseidón, al final de esa temible batalla… Y la firma era de… -Shun, toma te traje esto para que te cambiaras, se que es mi ropa, pero no creo que te quede grande, por más que seas un niño. -Gracias-dijo simplemente. Aun trataba de identificar esa firma. -Te gusto, ¿Cierto?-pregunto, mientras le pasaba la ropa: una camiseta y una toalla. -Si, es hermosa. -Fue un regalo de una persona muy querida para mi… ¡Ah!, pero bueno, dime Shun ¿Te gustaría escuchar algunas de mis melodías?-pregunto dirigiéndose a un estéreo que se hallaba sobre una mesa de fina madera.-Creo que esta no te matara-bromeo -Bueno, solo espero poder regresar en mis cinco sentidos- Pronto la música empezó a escucharse, y Shun se sorprendió, de lo hermosa de esta. No era como la que habia escuchado tiempo atrás, bueno, tal vez igual de hermosa, pero esta transmitía un mensaje de paz… De serenidad… Y de Amor… -¿Te gusta?-pregunto al chico que aun seguía con la misma ropa mojada-Esta es al obra y composición más bella y a la vez triste que he hecho… -¿Por qué lo dices?- -Pues, por que esta se la dedique a alguien a quien yo amaba mucho…-La expresión de ese rostro volvió a cambiar, pero esta vez se recupero sola-Ne, Shun, si te da pena puedes ir a cambiarte en el baño.-dijo al ver que el peliverde seguía igual que al principio -No, no es eso, solamente me quede pensando en que, todos los que somos artista, generalmente dedicamos nuestra creaciones mas bellas, a la persona que mas amamos en este mundo… -Si, es cierto…- Los dos chicos se quedaron escuchando el ritmo de la canción, una tonada tan bella, que parecía no tener fin…Hasta que un estornudo de Shun, los trajo de vuelta a la realidad… -Ya cámbiate rápido, antes de que te pegue un resfriado-le aconsejo Sorrento. -Si, lo siento…-se disculpo el de cabellos verdes -Ahora veo lo empapado que estas, déjame ir por una toalla más, para que te seques el cabello -No, descuida…-pero el otro ya se habia ido de nuevo a su cuarto. Shun decidió cambiarse, mientras seguía escuchando la bella canción. Se fue a uno de los sillones de piel, y se sentó sobre el. Con sumo cuidado se fue despojando del suéter que traía, lo dejo a un lado. Iba a proceder con los tirantes de su pantalón, hasta que… Sorrento, iba saliendo de su cuarto, con toalla en mano, pero no pudo evitar sonrojarse, al contemplar tan bella imagen:El peliverde, sentado de espaldas a el, quitándose con cuidado la camisa, dejando ver su perfecta complexión, sus brazos blancos llenos de heridas y su espalda de igual color, su cintura tierna y frágil y sus bellos cabellos color esmeralda, que caían sobre esta… -Shun…-apenas murmuro, y el otro chico se volteo apenado, tapándose el pecho con la camiseta que se habia acabado de quitar. El otro se acerco a el, y con una sonrisa le dijo: -Vamos, destápate, ambos somos hombres, no hay nada que temer-Shun dudo unos instantes pero obedeció.Eso fue una mayor tortura para el de Cirene… Sobre su blanco pecho, lleno de cicatrices, se encontraba unas gotas de agua, que logrando traspasar la tela de la camisa y el suéter, lo habían mojado también.Trato de no ver los rozados pezones de Shun, que debido al frio, se encontraban erectos.Sobre su blanca cintura se encontraba el elástico del pantalón blanco que siempre usaba; al estar este mojado, parte de su anatomía se transparentaba… -¿Sabes, cual es la mejor forma de dar calor a una persona?-murmuro Sorrento, sentándose atrás del niño, posando la toalla y sus manos sobre el blanco cuerpo de Shun. -N-- No ¿Cual?-pregunto temeroso el peliverde -Es esta…-acto seguido, abrazo a Shun, mientras comenzaba secar sus verdes hebras… La música que habia puesto Sorrento -prácticamente desde la llegada- seguía sonando en el estéreo, mientras Shun, medio desnudo, estaba siendo atendido por Sorrento… El mayor, secaba sus cabellos, dando un suave masaje, con una mano hacia esto; mientras que con la otra, acaricia el albo cuerpo del conejito, atrayéndolo un poco mas hacia si mismo. Shun no pudo evitar sonrojarse primorosamente, al tiempo que sentía como el aliento cálido de Sorrento se hacia cada vez mas cercano a su oreja, su mano jugando con sus verdes mechones, y la otra, pegándolo mas a un cuerpo maduro… Shun, en un momento lanzo un suspiro, que llego al oido de Sorrento, como un canto celestial…Con esta acción, el mayor decidió dejar sus cabellos para después, y dedicarse solamente a su pecho. Paso la cálida tela de la toalla, por sobre sus pezones, masajeándolos con extremo cuidado, con sumo placer, acelerando cada vez que lo oía gemir… Bajo hasta su cintura, acariciando su delicada piel, escuchándolo gemir… Y sin palabras, pedir por más… En cierto momento, Shun pregunto: -¿Cómo se llama? ¿Cómo se llama la canción que has puesto desde que llegamos…? -…Only You…-susurro en su oido, provocándole escalofríos… -Me gusta, me gusta mucho… ¿A quien se la dedicaste…? -A… A Julián…-con eso ambos habían puesto el dedo en la llaga. Sorrento se detuvo, y unas lagrimas habia empezado a caer de sus bellos ojos… -El me amaba tanto como yo a el…-dijo, lento como en una poesía-…Creí que su corazón solo me pertenecía a mi… …Que sus cuadros eran la muestra de su amor… …Hasta el dia en que se fue… …Me dejo y me abandono… …Dejándome en una eterna tristeza…-termino, pero aun así, no habia soltado al niño… Este se volteo, sin soltarse del abrazo, y lentamente subió hasta quedar frente a Sorrento, hasta alcanzar su boca, y besarlo en los labios… Cuando se separo, se excuso diciendo: “Me la debías”Ante tal provocación, Sorrento no aguanto más… Con sumo cuidado, lo bajo del sillon, para quedar sobre ese albino cuerpo, que tanto lo provocaba… La toalla habia quedado debajo de Shun, que solo se limitaba a gemir bajo las caricias de su experto amante. Sorrento, se dedico a pasear sin recato alguno sus manos y su lengua, por todo el torso desnudo de su niño, lamiendo primero su cuello, mordiendo y gimiendo cerca del oido del otro para “calentarlo”, beso y mordisqueo la blanca piel de ese lugar, probando ese delicioso sabor, dejando las marcas finas de sus dientes blancos… Bajo un poco mas, trazando un camino de besos y mordidas hasta sus rozadas tetillas, que esperaban ansiosa el bello contacto. La espalda de Shun se arqueo, y su boca despidió un tímido gemido cuando Sorrento mordisqueo esos dos deliciosos botones, provocándole una descarga eléctrica al Japonés. Sorrento, seguía entreteniéndose con su pecho, lamiendo y provocando sensaciones maravillosas en su Virgen amante, quien se le cedía sin más… Sorrento se separo un momento de el, para quitarse su camisa y quedar parejo con Shun… Durante un momento…Desde donde estaba, el austriaco pudo ver claramente el rostro de placer de su niño: Sus verdes cabellos revueltos y mojados, sobre su espalda; sus erectos pezones, recién humedecidos; sus mejillas sonrojadas y su boca lanzando pequeños gemidos, pidiendo por más, al igual que sus ojos… Arrojo la ropa a un lugar lejano, donde no estorbarse, y se dio a la tarea de quitarle el pantalón a su niño, pantalón que, también fue a parar al mismo lugar que su camisa… Al dejarlo descubierto, Sorrento, pudo notar como, bajo el boxer de su pequeño, ya habia una inminente erección… El también se despojo totalmente de su pantalón, y de su ropa interior, para echarse sobre su niño y rozar su hombría contra la del peliverde… Volvió a besar su cuello, pero ahora con el “plus” de que su erección estaba siendo atendida, pero necesitaba por más… Shun no estaba en mejores situaciones, pues era incomodo y muy doloroso estar así, hasta que en un momento en que el de Cirene, dejo sus labios, suplico por que diera el siguiente pasó… -Por favor Sorrento, quiero que me hagas totalmente tuyo…-gimió… -¿Estas seguro de que eso es lo que quieres?-su afirmación, fue como una fantasía hecha realidad… Sin más, bajo hasta su entrepierna, para quitar el calzoncillo con los dientes, pues la siguiente tarea, consistía en utilizar la boca. Alzo las piernas de su niño sobre sus hombros, y dirigiendo su cabeza, hasta la intimidad del niño, comenzo a lamer ese espacio, de una forma enloquecedora, para así poder penetrarlo con menos dolor… Cuando considero que estuvo listo, coloco la punta de su miembro en esa entrada, suavemente empezó a empujar, haciendo que a la mitad de su miembro quedara entre esas cálidas paredes… Tan húmedas y exquisitas… Con la mirada, Shun le pidió que continuase, con esa tortura tan placentera… Al son de al bella música, Sorrento, movió sus caderas de atrás para adelante, metiendo y sacando ese enorme pedazo, que pedía por más acción… Shun también lo estaba disfrutando, pues su masculinidad anunciaba que pronto se iba a correr. Sorrento, se arrojo sobre esos carnosos labios, para atrapar entre su boca, los gemidos que provocaban sus movimientos. Ahora, con mayor rapides, movia sus caderas, adentrando más su pedazo, queriendo llegarle hasta el fondo, queriendo unirse con el, en ese alocado vaivén de emociones… El peliverde, sintió su miembro que se rozaba entre la piel de ambos, y que se estimulaba mas, al ritmo de esas alocadas embestidas. En ningún momento el conejito se separo de su hombre, al contrario, lo abrazo cada vez más fuerte, mientras cerraba sus bellos ojos, debido al placer de la lujuria… Sorrento supo que ya no podia mas, por más que quisiera seguir disfrutando de su niño. El tiempo se acabo, justo cuando ambos alcanzaron el orgasmo más placentero de sus vidas… Ambos, ese dia, tocaron el cielo… El liquido blanquecino salio delos miembros de ambos; Sorrento se vacio dentro de Shun y este, en medio del estomago de ambos… Atrapando ese momento, en un beso lleno de amor… Los dos cuerpos se hallaban cansados ha mas no poder. Pero sus corazones felices y llenos de amor… Jadeando aun, el Conejito hablo. -Sorrento ¿Tu?-Pero antes de terminar la frase, este se le adelanto: -Yo, en verdad te amo como el tesoro mas valioso de mi vida…-Y lo beso, para dejarle en claro sus sentimientos… Ambos, se amaban y terminaron demostrándoselo por toda la vida, de una u otra forma… Shun se enojo con el por hacerlo faltar a clases, pero le pidió que lo hiciera faltar mucho mas… Sorrento, toco en el colegio de Bellas artes de Tokyo, la canción “…Only You…” ¿Y que creen? Que esa era la razón por al que se encontraba en Japón… Y ya no se al dedico a Poseidón, si no a su niño… Shun: ejem, ejem… cof… cof… Sorrento: No podrías cambiarlo? Esta bien. Y ya no se la dedico a Poseidón, si no a su amado Conejito… (^^) Shun y Sorrento a coro: MUCHOO MEJOR… OWARI…