Aquel fue un día lluvioso. Acabábamos de terminar al fin el rodaje de nuestro último PV, Burial Applicant, tras una larguísima sesión… Tantas tomas seguidas acaban haciendo que uno se vuelva loco. A pesar del agua que caía, los chicos y yo decidimos salir a tomar unas copas para celebrar lo bien que salió este último trabajo, así que fuimos todos en el coche de Ruki a un pub cercano al estudio. Como de costumbre, Uruha fue el primero en pedir una copa, siempre sabía qué tomar. En cambió a mi me costó decidirme, por lo que Uruha pidió para mí. Era algo que nunca había probado, pero se veía fuerte… Nunca supe lo que contenía. Al fin y al cabo, era Uruha el que entendía de bebidas. Kai por su parte decidió no tomar nada con alcohol, ya que se encontraba bastante cansado y no quería levantarse a la mañana siguiente con resaca y estrés, y Reita y Ruki tomaron solamente un par de copas. Los tres decidieron marcharse antes, al parecer porque tenían planes para la mañana del día siguiente, y yo me quedé con Uruha. No podía dejarle sólo allí, llevaba demasiado alcohol en el cuerpo como para quedarse solo… Alguien debía controlarlo un poco, y como de costumbre ese fui yo. Aunque como ya era habitual, no había nadie que consiguiese hacer que dejase de tomar y tomar más alcohol, así que, para evitar que bebiese tanto, comencé a tomarme yo sus copas. Era la única forma de evitar que siguiese bebiendo… Tanto alcohol no podía ser bueno ara él.
Llegaron las 4:00 de la madrugada, hora a la que cerraron el local, por lo que tuvimos que salir. A decir verdad… Mis recuerdos sobre aquellos momentos son algo borrosos, puesto que al haberme tomado las copas de Uruha, creo que iba algo pasado de más. A pesar de mi estado, decidí acompañar a Uruha a su casa, ya que él iba muchísimo peor que yo. Llovía mucho, y no teníamos paraguas, así que caminamos refugiándonos de la lluvia bajo los salientes de los edificios, pero aún así no pudimos evitar quedar completamente empapados. Creo que aquello nos vino bien, el agua hizo que nuestra borrachera bajase de nivel, y al menos ya sabíamos por dónde caminábamos.
Llegamos a casa de Uruha sobre las 4:30, empapados. Nada más entrar, Uruha se quitó gran parte de su vestimenta, quedando ante mí en ropa interior. Su torso estaba mojado, así que fue al baño a por una toalla, trayéndome otra a mí. No quería dejar su casa sucia, así que yo también me quité algo de ropa, aunque no quise quedarme en ropa interior por ser algo educado.
-¿Por qué no te quitas nada más? – me dijo Uruha. Su cara se veía con una expresión algo extraña, algo colorada, incluso parecía que me miraba con deseo… Sería cosa del alcohol.
-No quisiera ser mal educado. Además, no tardaré en marcharme a casa – contesté, desviando la mirada hacia otro lado.
-Esta noche te quedarás aquí – me dijo con un tono bastante fraternal.- Está cayendo una buena, podría pasarte cualquier cosa si sales así…
Asentí con la cabeza mientras secaba mi cabello, aún húmedo. Me dirigí al cuarto de baño a lavar mi cara, ya que el agua de la lluvia dejó en mi piel un tacto algo extraño e incómodo. Me sequé la cara, y me mire al espejo. Me sorprendió ver en el reflejo a Uruha tras de mí, no le había oído llegar. Se acercó a mí por la espalda, lentamente, hasta quedar completamente pegados. Estando tras de mí, me lamió la parte izquierda del cuello mientras miraba dicha escena en el reflejo del espejo.
-U… Uruha… ¿qué haces? – dije algo escandalizado, pero sin apartarme.
-Te sienta muy bien la lluvia… ¿No quieres jugar un rato?
Su tono descarado hizo que el corazón me diese un vuelco… Siempre me pareció un hombre muy atractivo, pero nunca pensé que llegase a ponerme nervioso teniéndolo tan cerca…
Me agarró por la cintura, y comenzó a subir sus manos por fuera de mi camiseta húmeda, tocando todo mi torso. A su vez, lamía mi cuello, y me daba mordiscos en él con sus carnosos labios. Sus manos volvieron a mi cintura, y una de ellas se metió por debajo de mi camiseta, tocando de nuevo todo mi torso. Al estar tan pegado a mí, note cómo su miembro se tornaba duro como una piedra, y no pude evitar que pasase lo mismo con el mío… Él lo notó, así que metió su otra mano por dentro de mi ropa interior… Sin percatarme de ello, solté un pequeño gemido de placer, cosa que pareció excitar a Uruha, y éste comenzó a tocar mi miembro con más insistencia… Mis jadeos le excitaron aún más, y los besos y lametones que daba a mi cuello cogieron un ritmo más acelerado. En un arrebato, me di la vuelta y lo besé. Metí mi lengua en su boca, a lo que él respondió acariciándola con la suya. Hubo una pelea de lenguas, pero él dominó la situación y metió la suya en mi boca. Nunca me habían besado así… Sin pensar, le cogí por el cuello y me pegué aún más a él. Mientras nos besábamos, noté como me arrastraba hacia su cuarto, pero eso no impidió que yo disfrutase de aquel eterno beso.
Cuando llegamos a la habitación, Uruha me tiró a la cama, poniéndose encima de mí de rodillas, besándome con más insistencia que antes. Me quitó la camiseta, dejando mi torso al descubierto, y comenzó a lamer y a besar mi cuello al completo… Más tarde bajó a mis pectorales, y comenzó a lamerme un pezón. Nunca me habían hecho algo así, pero fue una sensación agradable, por lo que gemí de nuevo. Uruha se percató de mi gemido, y, mientras seguía lamiendo mi torso al completo, me quitó toda la ropa que me quedaba de golpe, dejando mi miembro erecto al descubierto. Acto seguido, bajó más por mi torso, parándose a juguetear con mi ombligo. Las cosquillas que eso me provocaba hicieron que mi excitación en aquel momento fuese mayor. Sin pensárselo dos veces, bajo la cabeza hasta mi miembro, y sin agarrarlo lo metió en su boca al completo. Eché mi cabeza para atrás, ya que sólo el calentor de su aliento hizo que sintiera muchísimo placer. Al notar mi gesto, comenzó a subir y bajar la cabeza con mi miembro en su boca, jugueteando a la vez con la lengua en mi glande. Paró justo a tiempo, ya que unos segundos más y habría terminado en su boca. En ese momento, se quitó su ropa interior, quedando completamente desnudo delante de mí. No pude evitar mirar su miembro con deseo, y sé que lo notó, pero lo único que hizo fue besarme de nuevo, con más intensidad que antes. Se puso tan encima de mí que nuestros miembros se rozaron. La calidez que desprendía su aparato sobre el mío me dio tantísimo placer que no pude evitar terminar ahí mismo, dejando el abdomen y el miembro de Uruha impregnados de mí. Extrañamente, no sentí ninguna vergüenza por ello, es más, creo que me excitó verle manchado de mi esencia. Le cogí fuertemente por la espalda, haciendo que quedase más pegado a mí. A raíz de mi acción, Uruha tocó su abdomen, y sus dedos quedaron cubiertos por mi esencia, antes derramada sobre él, y metió uno de sus dedos impregnados de ella por mi entrada, utilizándolo a modo de lubricante. No pude evitar gemir de placer, así que se decidió a meter otro dedo más, jugueteando con mi entrada.
-U… Uruha… yo… Quiero que entres dentro de mí… - dije con tono de excitación.
Él no dijo nada, siguió jugueteando un poco más… Hasta que finalmente acarició mi entrada con la punta de su miembro. Yo estaba algo nervioso, pero a la vez deseaba que lo hiciera. Sin darme tiempo a reaccionar, empujó, metiendo la mitad de su miembro por mi entrada. Grité de dolor, pero me gustó… Empezó a empujar más, alternando sus movimientos para quedar dentro y fuera de mí, y cada vez metía su miembro más hondo en mí… Noté enseguida cómo el dolor que sentía se transformaba en placer, y me derramé de nuevo, esta vez manchando mi propio abdomen. Cuando quise darme cuenta, Uruha había terminado dentro de mí… Al instante, cayó encima de mí, quedando apoyado sobre mi torso. Se le veía cansado, así que no dije nada, me limité a acariciar su suave pelo…
Desperté de repente, por un rayo de sol que cayó justo en mi cara a través de las cortinas. Efectivamente, me encontraba completamente desnudo junto a Uruha en su cama… Pensaba que todo aquello fue un sueño, pero no era así. Uruha estaba completamente dormido, así que ni siquiera me levanté. Esperé a que se despertara, y cuando lo hizo, no me dirigió una sola palabra. Tal vez fue porque de la propia resaca no se dio cuenta de que estuviese allí, así que me levanté y me puse algo de ropa encima. Me dirigí a la cocina, y me senté, esperando a que él viniese. Cuando lo hizo, me miró, pero su cara sólo expresaba un “me duele la cabeza”. Decidí preparar su desayuno junto al mío, y tras tomarlo, volví a casa. Tal vez él no recordase lo que pasó anoche, ya que seguramente iría bajo los efectos del alcohol… Pero yo nunca lo olvidaré. Sé que no le amo, ni él a mí… Pero siempre deseé que su cuerpo se fundiese con el mío…
Pasaron unos días, durante los cuales no ví a Uruha ni al resto del grupo, pero ya era tiempo de reunirse, puesto que comenzaba nuestra gira por Japón. Tras la primera reunión que hicimos con todo el equipo para informarnos sobre todo lo referente a dicha gira, salimos de la sala para ir cada uno a nuestra casa, y recoger nuestras cosas, pues el primer avión saldría ya pronto. Entré al baño antes de salir del edificio, quería lavar mi cara. Cuando me miré al espejo, ví a Uruha tras de mí, igual que aquella vez…