Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Juunigatsu No Hana por Saiyi chan

[Reviews - 75]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +




JUUNIGATSU NO HANA



Capitulo 2.-



*********************************************



/// ¿En que momento descubres que tus sentimientos por otra persona son altamente peligrosos?

Hasta ese momento todo parecía estar bajo control, pero el más mínimo roce, la mirada más casual o quizás la más inocente acción, podría desencadenar una situación irreversible y con consecuencias.

Así comenzaba a sentirme. Como una tonta marioneta en manos del más experto titiritero, el cual resultaba no darse cuenta de que me tenia atado de pies y manos sin que yo pudiera hacer algo por evitarlo... ///


Las clases habían finalizado, los exámenes habían llegado a su fin y el instituto Ouran se encontraba prácticamente desierto.

Los estudiantes se preparaban para ir a pasar aquellos soleados días a sus mansiones en las playas del extranjero. Aunque algunos optaban por el fresco ambiente de las montañas, así como otros tantos se dedicarían a conocer países principalmente exóticos.

De cualquier modo, las esperadas vacaciones de verano habían comenzado y con ellas, el itinerante Host Club se trasladaba una vez más a la playa para durante una semana, hacer las delicias de las clientas que quisieran disfrutar de su compañía. Claro que no todo seria “trabajo” durante las vacaciones de verano...

Lo miró... una vez más clavó sus ojos azules en el rostro relajado de su amigo. El muchacho de gafas dormía tranquilamente y junto a él, un examinante Tamaki le dedicaba un gesto de desaprobación.

Suspiró resignado, y esbozando una sonrisita decidida, tiró de las sabanas destapando así el cuerpo de su amigo que tan cómodo se encontraba enredado entre las mismas.

-¡Kyouya buenos días!- su voz sonó con total vitalizad, lo cual provocó una punzada en la cabeza del somnoliento moreno. -vamos, ya es hora de levantarse dormilón. Son las ocho de la mañana, ¡y hoy nos vamos de vacaciones!- corrió hacia las ventanas para plegar las cortinas, dejando entrar así los rayos de sol de la mañana.

-Uhm…- se quejó el joven Ootori volviendo a cubrirse hasta la cabeza ante tanta claridad.

-¡No Kyouya! ¡No tienes que cubrirte otra vez!- Tamaki corrió de nuevo hasta su amigo destapándolo una vez más.

El muchacho de gafas se removió sobre la cama dejando escapar un bufido molesto. Entreabrió sus ojos oscuros, y entonces pudo enfocar la visión del rubio que con sus manos sobre un costado de su cuerpo, lo zarandeaba en un intento por despertarlo.

-Aun tienes que ducharte y desayunar, tenemos que cargar tu equipaje y después tenemos que recoger a los demás para estar en la playa a la hora del almuerzo.- la voz de Tamaki comenzó a retumbar en la cabeza de Kyouya como si de un fuerte dolor se tratara.

El joven presidente del Host Club palideció cuando la mirada de su amigo se clavó en él con toda la intención de matarlo… no le dio tiempo a retroceder ni siquiera un paso cuando el moreno cerró el puño para propinarle un coscorrón en la cabeza.

Tamaki se quejó llevándose ambas manos a la zona golpeada y cuando entreabrió un ojo para mirar de nuevo a su amigo, la expresión que vio en él le hizo temblar.

-Te advierto que si no me dejas dormir haré que Nekozawa te maldiga de por vida.- más que una advertencia, fue una amenaza en toda regla pronunciada por la voz más terrorífica que el rubio había escuchado en su vida.

Llevándose un dedito a la boca mientras que de sus ojitos azules salía un par de lagrimones, Tamaki se quedó en silencio mirando como su amigo, o más bien “el demonio de sangre fría”, volvía a dormirse como si nada.

Transcurridas tres horas…

Kyouya se movió entre las sabanas a la vez que fue abriendo los ojos poco a poco. Enfocó la mirada en el interior de su habitación, y llevándose una mano a la cabeza, se echó el cabello hacia atrás.

Sintió una leve punzada en la frente, como si hubiera tenido alguna especie de dolor de cabeza. Pero haciendo caso omiso a aquello, se incorporó tomando sus gafas de la mesita de noche para ponérselas.

El moreno se sobresaltó cuando al girar la mirada a un lado se encontró con un sombrío Tamaki agachado en un rincón, mirándolo con un gesto de resentimiento y miedo en su rostro.

-¿Ya te has despertado?- preguntó en un notable tono enfurruñado.

-Tamaki... ¿que estás haciendo aquí?-

-Esperar a que te despiertes…- le informó el joven presidente del Host Club bajo un infantil tono molesto. –¡y esto es la prueba de ello!- poniéndose en pie señaló su frente, donde una tirita en forma de cruz cubría lo que parecía ser un pequeño chichón.

Kyouya se mantuvo en silencio por un momento, tan solo mirando a Tamaki. Creía recordar algo… algo como la voz del rubio taladrando sus oídos y seguidamente, alojándose en su cabeza sin dejarlo dormir.

-Lo tienes merecido, por intentar despertarme.- y dicho esto, se puso en pie frente a la mirada de los ojos azules.

-No lo volveré a hacer…- murmuró el rubio bajando la mirada, golpeando sus deditos entre si en señal de arrepentimiento.

-Eso dices siempre.-

-Bueno... eso ahora no importa.- caminó hacia el muchacho de gafas, apoyando sus manos en los hombros desnudos de este. –Kyouya, hoy por fin empiezan las vacaciones de verano, ¡vamos a divertirnos!- ante la amplia sonrisa en los labios de Tamaki, el joven Ootori le respondido con un gesto despreocupado.


*********************************************


Era un poco más tarde de lo que habían acordado, pero allí estaban… el Host Club al completo se encontraba frente al modesto hotel que los hospedaría durante toda una semana.

La estructura se veía algo vieja pero igualmente bien cuidada; un hotelito al más puro estilo típico japonés cerca de una pequeña pero bonita playa, que a pesar de no ser privada, poca gente la conocía.

-Señor… ¿estás seguro de que hemos llegado?- preguntó Hikaru sin poder dejar de mirar aquel lugar tan poco lujoso con desaprobación.

-Te has confundido de dirección, nuestro hotel está allí ¿lo ves?- Kaoru señaló a lo lejos, donde un lujoso hotel a pie de playa destacaba por su llamativa y bien construida estructura.

-Claro que no.- negó el rubio mostrando una sonrisa segura de si mismo. –nos quedaremos en este típico hotel japonés.-

-Bye bye.- corearon los hermanos Hitachiin ante tal respuesta con la clara intención de marcharse de allí.

-¡Alto!- Tamaki los detuvo sujetándolos por sus ropas mientras estos seguían en su intento por escapar. –¿es qué no os dais cuenta que si nos hospedamos en ese hotel junto a las clientas del club Haruhi no podrá vestirse como una chica?-

-Tampoco es que vaya a hacerlo aquí…- musitó la muchacha bajo una expresión desinteresada.

Ante las palabras del rubio, los gemelos se detuvieron girándose a mirar al joven presidente del Host Club.

-Entonces es por eso…- la mirada de Kaoru se clavó traviesa en Tamaki, quien adoptó una expresión algo asustada ante aquellos gatunos ojos.

-Señor siempre serás un pervertido.- y ante las palabras del otro gemelo, el rubio se sonrojó de inmediato.

-¡Eso no es cierto!- protestó ante la actitud burlona de ambos hermanos.

-Señor pervertido…-

-Uhm… al menos así se ve más grande que en las fotos de Internet.- satisfecho tras analizar la estructura, Kyouya se llevó una mano a la barbilla en un gesto aprobatorio.

-Kyouya-sempai, ¿cómo es que has escogido este lugar?- preguntó una interesada Haruhi, recibiendo una sonrisa por parte del moreno.

-Porque así recortamos gastos.- aquella escueta y conclusiva respuesta hizo que la chica de cabellos castaños sonriera con nerviosismo.

-*Lo imaginaba…*-

-A mi me gusta mucho este sitio, es bonito ¿ne Takashi?- Hani abrazó a Usa-chan, dedicando una amplia sonrisa a su fiel primo.

-Si.-

-Eso es Hani-sempai, me alegra que te guste.- Tamaki apareció tras el muchacho que sostenía al conejito de peluche. –¡nos quedaremos todos aquí como una familia unida!- entusiasmado y en una pose triunfante, alzó el puño para seguidamente volver su mirada al muchacho de gafas. –¿verdad oka-san?-

-Claro, oto-san.-


*********************************************


-Bienvenidos.- saludó la recepcionista bajo una sonrisa cuando se abrió la puerta principal del hotel.

Era una mujer de mediana edad y semblante amable; dueña junto a su marido, un hombre algo mayor que ella, de aquel modesto lugar.

-¡Ah! Pero que muchachos tan guapos.- comentó la mujer una vez que los chicos del Host Club cruzaron el umbral.

Ante aquellas palabras, los ojos azules de Tamaki brillaron, y adoptando una actitud principesca, se acercó a la mujer tomando las manos de esta entre las suyas.

-Siempre a sus pies mi hermosa dama.- le dijo con galantería bajo la mirada divertida de la señora.

-Que muchachito tan gracioso, aun jugando a los príncipes.-

-¿Gracioso?- aquella palabra atravesó el pecho del rubio. –jugando a los…- soltando a la recepcionista, Tamaki se llevó ambas manos a la cabeza y quedando completamente blanco, se tambaleó de un lado a otro.

Ante las ocurrentes palabras de la señora los gemelos rompieron en una sonora carcajada, y con dificultad ante el dolor de barriga que eso les provocaba, señalaron al rubio en un gesto de burla.

-Tama-chan, ser gracioso es bueno, así que no te preocupes ¿ne?- Hani trató de reconfortarlo con una amplia sonrisa, consiguiendo tan solo sumirlo un poco más en su desgracia.

–Señor, que “gracioso” eres ¡jajajajajaja!- se burló Kaoru con un aire completamente descarado.

-Es el Rey de la comedia jajajajajaja.- aquellas palabras por parte de Hikaru, fueron las que mandaron definitivamente a Tamaki a un rincón….

-¿He dicho algo que no debía?- preguntó la mujer dirigiéndose a Haruhi, dejando ver preocupación en su rostro.

-No se preocupe... él es así.- contestó la muchacha dedicando una mirada despreocupada al rubio, bajo la cual acabó suspirando.

Permaneciendo inalterado junto a la mesa de recepción, Kyouya observaba la escena con los brazos cruzados sobre su pecho. Si aquella buena mujer no se dignaba a atenderle y dejar de lado las estupideces de Tamaki, se vería obligado a tomar alguna que otra represalia contra ella; como por ejemplo... marcharse a otro lugar con un poquito más de clase donde seguramente, no le haría esperar tanto.

-¡Oh! Siento mucho haberle hecho esperar.- finalmente, la señora se dirigió al muchacho de gafas al percatarse de la seria mirada de este sobre ella.

-Teníamos reserva para una semana completa, a nombre de Ootori Kyouya.-

-Ootori Kyouya…- murmuró mientras se giraba para alcanzar el libro de reservas, leyendo seguidamente en él. –si, aquí está… cuatro habitaciones ¿verdad? una de ellas individual.-

-Así es.- la mujer adoptó un gesto preocupado ante la mirada de Kyouya. -¿ocurre algo?- preguntó con seriedad, captando así las miradas de sus compañeros.

-Me temo que hay un pequeño problema.- con la vista fija en el libro, se llevó una mano al rostro algo apurada. –hemos tenido un problema esta misma mañana con la instalación de la habitación individual.- ante aquellas palabras, las miradas de los miembros del Host Club se centraron expectantes en ella. –lo siento, no podrán usar esa habitación, y el hotel ya esta completo.- finalizó haciendo una reverencia principalmente ante el muchacho de gafas.

-Entiendo.- el joven Ootori se mantuvo en silencio un momento. –en ese caso, Haruhi tendrá que compartir habitación.- sus ojos oscuros se centraron en la chica. –¿te parece bien?-

-No hay problema...- contestó la muchacha de cabello castaño mostrando una expresión resignada. –además, no hay otra opción ¿no?- y ante aquella clara deducción, Kyouya le sonrió conforme.

-Bien, entonces... ¿hay algún inconveniente en añadir un futon más a una de las tres habitaciones restantes?- esta vez su mirada se centró en la mujer, quien le sonrió en respuesta.

-Claro, añadiremos un futon a la habitación que deseen.-

-En ese caso….-

-¡Haruhi dormirá con nosotros!- gritaron los gemelos interrumpiendo a Kyouya y a su vez, rodeando a Haruhi en un posesivo abrazo.

Alterado ante las palabras y la acción de los hermanos Hitachiin, Tamaki corrió hacia ellos, encarándolos con la clara intención de apartar a la chica de aquellas manos indecentes.

-¡Ni hablar! ¡No dejaré que mi querida hija duerma con vosotros!-

-¿Sabes Haru-chan? si duermes con Takashi y conmigo podremos comer muchos pasteles por las noches junto a Usa-chan.- entusiasmado, Hani tiró levemente de la mano de la chica.

-Eh… no gracias Hani-sempai, preferiría no comer pasteles por la noche.- esbozó una sonrisa nerviosa.

-Si no os ponéis de acuerdo lo echaremos a suertes.- Kyouya se subió las gafas y los cristales brillaron.

A decir verdad, sabía perfectamente que eso mismo ocurriría en el momento en que sus compañeros tuvieran que ponerse de acuerdo para “quedarse” con Haruhi. Precisamente por eso había aceptado el que a última hora faltara la habitación individual que había reservado para la muchacha. Así que... ¿por qué negarlo? aquello le divertía... pero sobre todo, seguramente obtendría algún tipo de beneficio para el club una vez que las clientas supieran lo ocurrido a pesar de no saber la verdad sobre el sexo de Haruhi.

-¡Pero Kyouya! No hay nada que echar a suertes, Haruhi debería quedarse a dormir con oto-san y oka-san.- imploró un desolado Tamaki tomando de los hombros al muchacho de gafas.

-Tamaki...- cerró los ojos por un momento, tratando así de controlar una leve sensación de irritación que comenzaba a envolverlo. -¿Quieres hacer el favor de no llamarme eso delante de personas ajenas?-

-Pero...-

–No pienso estar aquí todo el día, así que se echará a suertes y no se hable más.-


***********************************************


Una aniñada mueca de enfado podía apreciarse en el rostro de Tamaki. Ataviado con un fino yukata de color blanco, el joven presidente del Host Club parecía no tener intención alguna de moverse del futon que había extendido junto al de Kyouya, donde permanecía sentado desde hacia unos escasos diez minutos.

-No es justo...- refunfuñó captando la mirada del moreno vestido de igual forma. –¿Por qué Haruhi tiene que dormir con esos dos?- y sin cambiar aquella expresión de su cara, se cruzó de brazos en un gesto molesto.

-Solo ha sido suerte.- comentó Kyouya sin prestar verdadera atención al rubio.

Ante aquellas crueles palabras, los ojos azules del joven presidente del Host Club se clavaron amenazantes en el muchacho de gafas. Kyouya tan solo se limitó a esbozar una sutil sonrisita divertida, ya sabia lo que venia ahora...

-¡Ha sido culpa tuya!- señaló al moreno poniéndose en pie. –¿a quién se le ocurrió eso de echarlo a suertes?- le recriminó de un modo completamente autoritario.

-Como comprenderás, no pensaba estar todo el día discutiendo sobre en qué habitación dormiría Haruhi.- Kyouya se mantuvo pasivo ante el rubio, mostrándole una expresión seria y algo cansada.

-¡Pero Kyouya! ¡No podemos desentendernos de nuestra hija así como así!- haciendo caso omiso a las palabras de Tamaki, el joven Ootori se sentó sobre su futon. -¿me estas escuchando?- y como respuesta a tal pregunta, una mirada amenazante por parte de los ojos oscuros hizo temblar al rubio.

-¿Que querías que hiciera? ¿Secuestrarla y traerla a dormir con nosotros a la fuerza?-

-¡Pues si! .................- hubo silencio por una milésima de segundo... -¡No! ¿Pero qué estoy diciendo? ¡Ahhhgg Kyouya! ¡Me estas confundiendo!- alterado, se llevó ambas manos a la cabeza, revolviendo el cabello rubio entre sus dedos.

-Te confundes tú solo.- dejando las gafas a un lado, el moreno se abrió paso entre la cobertura del futon, acomodándose en el interior del mismo. –buenas noches.- sin más que decir, se acurrucó con la clara intención de dormir.

Un exasperado Tamaki trató de mantener la calma ante la actitud tan poco interesada que Kyouya mostraba frente tal asunto. Cerró los ojos y tomó una bocanada de aire para soltarlo en un sonoro suspiro ante el cual, el moreno entreabrió un ojo.

-Voy a por un vaso de agua.- dijo tranquilamente, haciendo el intento de ponerse en pie cuando la mano se Kyouya sujetó la manga de su yukata impidiéndoselo.

El rubio acabó cayendo justo al lado del joven Ootori. Se incorporó apoyándose sobre un antebrazo con la intención de encarar a su amigo.

-¿Kyouya que estas haciendo?-

-¿Donde crees que vas?- le preguntó aun sin soltarlo, dejando ver una mirada intimidante en sus ojos.

-A por un vaso de agua, te lo he dicho.- Kyouya se mantuvo en silencio ante una respuesta tan poco convincente, y su mirada se acentuó un poco más sobre el muchacho. -... a... a ver como esta Haruhi...- confesó finalmente bajando la mirada, provocando una sonrisita satisfecha en el rostro del muchacho de gafas.

Las miradas de ambos se tornaron serias una sobre la otra, y tan solo hubo silencio... hasta que Tamaki intentó escaparse nuevamente y Kyouya una vez más se lo impidió.

-¡Kyouya déjame ir!-

-Tienes que aprender a ser un padre menos autoritario.- y sujetándolo de la muñeca, tiró del rubio hacia si.

Se miraron, sus ojos se encontraron demasiado cerca y por un momento un incomodo silencio se hizo dueño de la habitación.

-Haz el favor de dormirte ya.- murmuró el joven Ootori bajo un leve sonrojo en sus mejillas, dejando libre la muñeca de su amigo para darse la vuelta quedando de espaldas a él.

En ese momento se le hizo difícil enfrentar esos ojos azules, ¿pero que podía hacer? ¿Huir de ellos? Imposible... no podía dejar que aquel sentimiento saliera a la luz bajo ningún concepto y mucho menos, que Tamaki se diera cuenta de ello.

El rubio pestañeó confundido y seguidamente, volvió a adoptar una leve mueca enfurruñada ante la actitud de su amigo. Lo miró, y aquel gesto en su rostro pasó a convertirse en un suspiro resignado.

Al igual que Kyouya, el joven presidente del Host Club acabó por entrar en el futon, y sus ojos azules se clavaron en el moreno con cierto sentimiento de confusión que disimuló con una suave sonrisa.

-Buenas noches Kyouya.-


****************************************************


Acababan de dar las diez y cuarenta. La brisa fresca de aquella mañana golpeaba levemente el rostro concentrado del joven Ootori, a la vez que su cabello oscuro se mecía al compás de la misma.

Sentado en la terraza de su habitación, la cual daba a un pequeño jardín interior, Kyouya repasaba el plan de las vacaciones. En un par de horas, el Host Club recibiría en la playa a las clientas que pasarían unos días de verano en su compañía. Aun debía ultimar un par de detalles antes de bajar a la playa junto a sus compañeros, quienes seguramente, ya estarían de camino hacia el mar.

A pesar de haber resultado una noche un poco pesada, se había despertado extrañamente pronto sin poder volver a conciliar el sueño. Sonrió para si mismo con ironía; al parecer, el simple hecho de saber a Tamaki durmiendo tan cerca de él y pudiendo casi sentir la respiración del muchacho sobre su nuca, no le había ayudado en absoluto.

Suspiró, y su rostro adoptó una expresión pensativa. Tendría que hacer algo respecto a ese sentimiento. Ya comenzaba a resultar un poco incomodo; como si quisiera escapar fuera de su control y eso no era para nada bueno.

Los pasos de alguien corriendo por el pasillo al cual daba su habitación lo sacaron de su estado distraído, y enseguida se percató de cómo esos pasos cada vez se hacían más sonoros, más cercanos hasta detenerse justamente antes de que la puerta de la habitación se abriera de golpe.

-¡Kyouya!- gritó un alterado Tamaki, arrancando una sutil sonrisita por parte del moreno.

El joven presidente del Host Club entró en la habitación, corriendo hasta quedar frente al muchacho de gafas quien pendiente de nuevo de su portátil, ni si quiera se volvió a mirarlo.

-Pensaba que ya estarías de camino a la playa.-

-¡Ha ocurrido algo terrible!.- ante aquellas palabras, Kyouya lo miró, percatándose así de la expresión de pánico del muchacho. –esos... esos...- bajo la mirada de los ojos oscuros, el rostro de Tamaki fue cambiando a un gesto de irritación. -...esos hermanos demoníacos se han llevado a Haruhi a la playa esta mañana temprano, ¡y no me han dicho nada!- finalmente, sus ojos azules brillaron en una expresión infantil.

El joven Ootori entrecerró los ojos mirando a Tamaki con cierta molestia. Debía estar volviéndose loco... por un momento había pensado que de verdad había ocurrido algo grave.

-¿Y qué haces aquí que no has ido corriendo a buscarlos?- preguntó finalmente tras soltar un suspiro.

-¡Porque tienes que venir conmigo! ¡Tu eres oka-san!- alcanzando el brazo del moreno, Tamaki tiró de él con el propósito de que su amigo se pusiera en pie.

Se miraron sin decir nada, y los ojos azules del joven presidente del Host Club se encontraron con una mirada amenazante por parte de su amigo. De inmediato comprendió que Kyouya no se movería de allí...

-No vas a venir conmigo... ¿verdad?-

-Lo has entendido enseguida.- sonrió, notando su brazo libre cuando las manos de Tamaki lo soltaron. –Tengo que acabar algo antes de que lleguen las clientas.- y de nuevo sus ojos oscuros se centraron en la pequeña pantalla.

-¡Entonces me quedaré a esperarte!- y cruzándose de brazos, se sentó en una silla frente a su amigo.

********************************************

Habían pasado veinte minutos en los que el rubio había cambiado su posición por lo menos treinta veces, consiguiendo que Kyouya lo mirase de reojo otras tantas y ocasionando así tan solo el retraso del moreno.

-Eh Kyouya, ¿te queda mucho?- acabó por preguntar cansado, mirando a su amigo con desgana.

-Te dije que podías marcharte, no es necesario que me esperes.- comentó sin apartar la mirada de lo que estaba haciendo.

-¿Así me agradeces que este haciéndote compañía?- una expresión de fingida molestia se hizo notar en su rostro a la vez que se cruzó de brazos.

Kyouya levantó la vista para mirar al otro muchacho, observando aquella estupida expresión ante la cual tuvo que disimular una sonrisa volviendo a ocultarse tras su portátil.

-No te lo he pedido, estas aquí por tu propio interés. Ya te he dicho que puedes irte si quieres.- ante las palabras del muchacho de gafas, Tamaki frunció el ceño acabando por suspirar.

El rubio se mantuvo en silencio durante el par de minutos siguientes; tan solo oyendo el teclear al compás que los dedos de su amigo marcaban. Kyouya era muy rápido y hábil escribiendo… Nunca se había percatado de ello. Por un momento su mirada se clavó en el rostro del moreno, observó los ojos oscuros de este a través de los cristales de las gafas que los cubría. Escasas veces había tenido la oportunidad de ver aquella mirada sin un cristal de por medio, así como lo hizo la noche anterior tras aquella tonta caída.

El portátil se cerró haciendo un leve “clic” que hizo sobresalta al joven presidente del Host Club, sacándolo de aquellas divagaciones ante las cuales creyó sentir un leve calor en sus mejillas.

-¿Nos marchamos ya?- el muchacho de gafas se puso en pie dedicando una rápida mirada a su amigo.

-¿Ya has acabado? En realidad te quedaba poco por hacer.- sonrió rascándose la mejilla con nerviosismo.

En ese momento una pregunta pasó por su cabeza… ¿en realidad había sido poco trabajo el que Kyouya debía acabar? o de lo contrario… ¿había estado demasiado tiempo mirándolo?

-Habría tardado menos de no ser por la cantidad de veces que me has hecho distraerme.- le regañó mientras recogía todas sus cosas, ocasionando una risita tonta por parte del otro.

-Por cierto Kyouya…- Tamaki se levantó de un salto, atrayendo la mirada de los ojos oscuros de su amigo. –¿Podría pedirte un favor?- preguntó acercándose al moreno, dejando ver en su rostro un leve tono rojizo. –¿podrías hacer algo para que Haruhi y yo coincidamos como pareja en la prueba de valor?- bajando la mirada con algo de timidez, golpeó sus deditos entre si.

Kyouya se mantuvo inalterado ante la pregunta a pesar de que su interior se removiera haciendo que de nuevo sintiera aquel molesto calor punzante. Miró a Tamaki, y de sus labios escapó una leve risita un tanto burlona.

-¿Me estas pidiendo que haga trampas? Eso no es propio de ti Tamaki.- la mirada de los ojos oscuros se clavó con intensidad en la de los azules.

-No seria hacer trampas, tan solo seria…- su voz se entrecortó en el mismo momento en que sintió al muchacho de gafas demasiada cerca de su cuerpo. -…seria ayudar a tu mejor... amigo…- ante tal cercanía, el rubio retrocedió inconscientemente un par de pasos hasta que tropezó con algo.

Tamaki miró hacia atrás, percatándose de que había sido la mesa la que lo había frenado en su intento por ¿huir? ¿Por qué tendría que huir de Kuouya? Y ante aquella pregunta creyó sentir su corazón latir un poquito más acelerado de lo normal.

Sintió calor ante la cercanía del muchacho de gafas; era como si este lo desprendiese o más exactamente... como si aquel extraño e inesperado calor se hubiera creado entre ambos. Enseguida su atención se centró en la mano del moreno, la cual avanzó hasta alcanzar el teléfono móvil que se encontraba sobre la mesa.

-Lo pensaré, pero no te prometo nada.- sin que Tamaki apenas se diera cuenta, el muchacho de gafas se alejó de él, acabando por guardar el móvil en el bolsillo de su pantalón.

-Uhm…- fue el único sonido que emitió el joven presidente del Host Club a la vez que asintió con la cabeza.

Se mantuvo en silencio con la mirada fija en Kyouya. ¿Que le había pasado? ¿Por qué esa reacción? No era la primera vez que ambos tenían algún tipo de acercamiento, ¿por qué ahora parecía un poco diferente? Aquello resultaba un tanto extraño.

-Tamaki, ¿Vas a venir?- preguntó Kyouya desde la puerta, notando un ligero sobresalto por parte del rubio.

Dejando aquel pensamiento a un lado sin intención de darle más importancia, el joven presidente del Host Club esbozó una amplia sonrisa y corriendo alcanzó al otro para juntos, salir de la habitación.


***************************

El sol relucía en lo más alto de un cielo completamente azul, llegando a mezclarse en el horizonte con el mar ondeando en unas perfectas olas que rompían en la orilla en un relajante sonido.

Bajo la sombra de una palmera, un muchacho rubio se encogía dando la espalda al resto de sus compañeros en un evidente estado de depresión.

-Señor... ¿cuanto tiempo piensas estar así?- preguntó Kaoru, adoptando una expresión cansada ante la actitud del presidente.

-Ya resultas demasiado cargante.- y en respuesta a las palabras de Hikaru, los ojos azules de Tamaki dedicaron una mirada fulminadora a ambos gemelos.

-¡Es todo vuestra culpa! ¿Que derecho tenéis de secuestrar a Haruhi?- alterado, señaló a ambos hermanos en un gesto acusador, a lo que estos tan solo se miraron.

-¿En realidad han secuestrado a Haru-chan?- un preocupado Hani mostró sus ojitos brillosos ante Mori.

-No creo.- ante la respuesta del moreno, el mayor de los Haninozuka sonrió aliviado.

-Haruhi ha corrido un grave peligro.- y bajo unos ojitos llorosos, el rubio abrazó a la chica quien suspiró en respuesta.

-No exageres tanto ¿quieres?- contestó ya cansada ante su primer día de vacaciones con el grupo.

-Solo queríamos jugar con nuestra hermanita.- en un gesto de indiferencia, los hermanos Hitachiin dieron la espalda ante su señor acabando por encogerse de hombros.

-¡Kyouya! ¿No piensas regañar a estos dos pequeños delincuentes?- y liberando a Haruhi, el joven presidente del Host Club encaró a su amigo.

-No es algo en lo que creo oportuno tomar medidas.- contestó tranquilamente, dejando a Tamaki con la boca abierta ante su evidente falta de interés. –eso si... tomaré unas medidas bastante importantes si esto sigue así una vez lleguen las clientas.- la sonrisa que se dibujó en los labios del moreno hizo temblar al resto de los muchacho. -por cierto... ya están llegando...- Kyouya cerró su libreta una vez hizo un ultimo apunte, y con una amable sonrisa, se encaminó a recibir a las muchachas.

-............... ¿Como puede dar tanto miedo una sonrisa?- comentó Tamaki, y al igual que al resto, una gotita bajó por su frente.

*******************************************

La jornada del Host Club en la playa transcurría sin problema. Parecía llevar el mismo ritmo que en la tercera sala de música a excepción de los numerosos modelitos de trajes de baño que llevaban las clientas y los constantes chapuzones en el agua que tanto ellas como los host, se daban ante tal caluroso día.

Aun así, Haruhi permanecía sentada a la sombra de las palmeras, disfrutando de la agradable brisa marina que mecía sus cabellos al igual que disfrutaba de la compañía de sus clientas.

-Haruhi-kun, ¿no te estamos molestando verdad?- preguntó una de las chicas algo apurada.

-Claro que no.- una sonrisa se dibujó en el rostro de Haruhi. –solo que me da lastima que no vayan a bañarse por estar aquí conmigo.- y ante aquellas naturales palabras, las chicas dejaron escapar un suspiro.

Algo alejado de ella, Tamaki no le quitaba la vista de encima. Sabia que seria un problema si Haruhi accedía a bañarse con alguna de sus clientas, lo cual era muy poco probable pero a su parecer, no imposible. Por un momento se quedó embobado mirándola. Aquella sonrisa tan natural y el brillo de sus labios con cada movimiento de estos consiguieron que un leve sonrojo cubriera sus mejillas.

Kyouya permanecía sentado en una tumbona, y junto a él, un refrescante vaso de te helado. Desvió la mirada hasta encontrarte con el rubio, no haciendo mucha falta adivinar en quien estaban clavados esos ojos azules. Se mantuvo serio observando cada gesto de Tamaki adornado por la tonta sonrisita que el rubio presentaba.

En ese momento y para su sorpresa, Tamaki lo miró. Sus ojos oscuros se cruzaron con los azules del rubio, y esta vez, una amplia sonrisa dedicada a él fue la que acarició los labios del muchacho.

-¡Kyouya!- agitando la mano en el aire corrió hacia el moreno, deteniéndose frente a este. –¿qué crees que estas haciendo?- Tamaki se llevó ambas manos a la cintura adoptando una expresión algo enfadada.

-¿Como que qué estoy haciendo?- El muchacho de gafas parpadeó confundido ante aquella especie de regañina.

-Llevas mucho tiempo en el sol ¿te has puesto crema solar?-

-Pues... no...- respondió subiéndose las gafas.

-¡Lo sabia! ¿En que estabas pensando? ¿Quieres quemarte?.- ante la actitud sobre protectora del rubio, el muchacho de gafas lo miró con fastidio. -Eso es muy malo para la piel, ¡y sobre todo para la salud Kyouya! Deberías saberlo.- entre regañadientes el rubio alcanzó la crema solar. –vamos, date la vuelta.- llevando ambas manos a los hombros de su amigo, le obligó a voltearse sobre la tumbona, sentándose él tras el moreno.

-¿Pero qué estas...? ¡ah...!- no pudo evitar sobresaltarse ante el contacto frío de la crema sobre su espalda, avergonzándose de inmediato ante aquel estupido quejido que había dejado escapar.

-Pues... ponerte un poco de crema...- respondió algo nervioso ante la reacción de Kyouya, comenzando a extender la crema sobre la espalda del otro. –es que no quiero que te quemes.- contestó el rubio bajo una sonrisa aniñada que el otro no pudo ver pero si adivinar.

El joven Ootori se mantuvo en silencio. Sentía las manos de Tamaki acariciar su espalda, refrescando con la crema la piel que comenzaba a quemar por el sol. Por un momento creyó que eran las mismas manos del muchacho las que quemaban realmente... Sus ojos oscuros se cerraron y tragó saliva, su respiración quiso escapar agitada de sus labios pero el moreno no la dejó salir.

La mente se le nubló por momentos y sus mejillas se sentían arder. Pensó en la posibilidad de estar sonrojado y aquello le inquietó, obligándose a cerrar los puños con fuerza y pensar en cualquier cosa menos en el contacto que los dedos de Tamaki ejercían sobre su piel algo enrojecida.

-Estas muy callado... ¿pasa algo?- preguntó Tamaki con la intención de romper aquel silencio que extrañamente le resultó algo incomodo.

-Nada...- murmuró ocultando un suspiro, abriendo los ojos para volver a entrecerrarlos.

De nuevo silencio... las manos del rubio se pasearon una vez más sobre la piel del muchacho de gafas; sintiendo bajo sus dedos el calor que el cuerpo de este desprendía. Le pareció que su propia respiración se había vuelto un poco más pausada; como si tuviera que tener cuidado al respirar para ocultar ante Kyouya el hecho de sentirse un poco acelerado.

-Ya he acabado.- poco a poco sus manos se separaron de la piel del otro, y este cerró de nuevo los ojos suspirando calladamente.

Tamaki se puso en pie, dejando nuevamente al moreno solo sobre la tumbona. Kyouya no se movió de aquella posición. Por primera vez sintió miedo ante el simple hecho de volverse a mirar a Tamaki y que este descubriera que se había ruborizado notablemente.

Miró al joven Ootori confundido. Estaba demasiado callado e incluso distante. Pero esbozando una amplia sonrisa, encaró al moreno consiguiendo que este se sobresaltara.

–¿Vienes a nadar un rato?- preguntó tranquilamente una vez estuvo enfrentando la mirada de los ojos oscuros.

-Iré en un momento.- trató de ocultar su nerviosismo con una fingida sonrisa que sintió temblar en sus labios.

-Bien, te espero en el agua, ¡no tardes!- y agitando una mano en el aire, echó a correr dejando solo al muchacho de gafas.

-Solo dame cinco minutos y podré levantarme de aquí...- murmuró para si mismo sintiéndose abochornado, acabando por suspirar pesadamente.

En ese momento, un poco de revuelo por parte de las clientas del club le hizo desviar la mirada hacia ellas, al igual que Tamaki se detuvo en la orilla antes de entrar al agua.

Tanto el resto de los Host como las clientas, se voltearon a ver lo que ocurría, descubriendo así como un muchacho de cabello rojizo en una media melena hasta los hombros, hacia acto de presencia en aquella playa bajo una expresión un tanto nerviosa.

-Casanova-kun...- murmuró Haruhi ante el recién llegado, notando seguidamente la mirada de este sobre ella. –¿qué estas haciendo aquí?- preguntó con desconcierto bajo las miradas de los presentes.

-Yo... supe que el Host Club se trasladaba a la playa por unos días y...- agachó la cabeza bajando así la mirada, volviendo seguidamente a mirar a Haruhi de reojo. -...pensaba que podría venir yo también y estar contigo, Fujioka.- finalizó recibiendo una sonrisa por parte de la muchacha.

-Claro, será divertido.- ante la respuesta de Haruhi, Kasanoda sonrió tímidamente y las muchachas allí presentes enrojecieron al instante.

-¡MOEEEE!- gritaron entusiasmadas.

Tamaki los miró desde la orilla con un aire algo abatido. A pesar de que los sentimientos del pelirrojo no eran correspondidos por la muchacha, una extraña sensación le obligó a adoptar una mueca preocupada.

-Parece que vas a tener competencia.- Kyouya se detuvo a su lado, captando la mirada de los ojos azules.

Tamaki no dijo nada ante aquel comentario. Tan solo se mantuvo mirándolos por un momento más y finalmente, una amplia sonrisa se dejó ver en sus labios.

-Pero tú me ayudaras a ganar ¿verdad Kyouya?- preguntó guiñándole un ojo en un gesto cómplice.

El moreno lo miró con desconcierto y seguidamente adoptó una expresión irónica. Lo reconocía. Los celos comenzaban a hacerse presentes. ¿De que servía ocultárselo a si mismo si ya lo sabia? ¿Pero que podía hacer? No podía negarle nada a Tamaki y aquéllas sonrisas por parte del muchacho eran su mejor recompensa. Así que finalmente, sus labios se curvaron en una amigable sonrisa ante el rubio.

-Claro, te ayudaré.-




Continuará…





****************************************************

Notas: Pues hasta aquí el segundo capitulo ^^ parece que las cosas en el host club empiezan a ser un poquito diferentes ne? (y más que van a cambiar XD) ya tenemos a nuestros chicos en la playa, y aunque pueda resultar algo repetitivo respecto al famoso capitulo de "la playa", prometo que no tendrá nada que ver ^^ solo que en su momento preferí centrar esta parte del fic de esta forma ^^ tambien hay que tener en cuanta que cuando escribi esto estaba en pleno verano y hacia mucha calor.. asi que aqui estan los resultados; sol, mar, cremita...  XDD  ahora ya hace frio ^^u

Bueno, quiero agradecer por todos los reviews que me habéis dejado, y siento no haber subido el capitulo antes.. pero dependo de mi niña Cath para que me ayude a subirlo por que yo soy un autentico desastre ^^u así que entre una cosa y otra, pues estoy tardando mas de lo que pretendo -_- aun así, prometo contestar a cada uno de los reviews que me dejéis, así que gracias de nuevo ^^

No tengo mas que decir, solo adelantar que en el capitulo siguiente ocurrirá algo bastante interesante que le dará un empujoncito al fic ^^ así que espero que lo leáis!!! Nos vemos en el próximo capitulo!!! Kisu!! ^^ una cosita mas!!! Si hay algún fallo a la hora de subir el fic… gomen!!! >_<


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).