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Juunigatsu No Hana por Saiyi chan

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JUUNIGATSU NO HANA


Capitulo 3.-



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/// Un impulso es algo que no puedes controlar por mucho que lo desees. Algo que no está al alcance de uno mismo por mucho que crea que esta bajo control.

Si fue simplemente por las circunstancias de aquella tarde, o tal vez porque inconscientemente necesitaba hacerlo, aquello dejó de tener la más mínima importancia en el preciso momento en que dejé ver ante él esa parte de mi que hasta el momento, había estado ocultando… ///


El sol ya se había puesto y la noche comenzaba a caer sobre la playa tras una jornada de juegos, risas y por supuesto… para las chicas quienes ya habían vuelto a su hotel, la más agradable compañía.

-Vamos Haruhi, ahora puedes ponerte el traje de baño.- sonrieron traviesos los hermanos Hitachiin, dedicándose a acosar a la muchacha con varios modelitos que según ellos, eran ideales para su cuerpo.

-He dicho que no.- repitió cansada. –no voy a meterme en el agua estando ya a oscuras, así que no veo necesidad alguna de ponerme un traje de baño.- les explicó lo más tranquilamente que pudo, a lo que Hikaru y Kaoru se miraron con desgana.

-No hay nada que hacer con esta chica.- comentó Kaoru con pesadez, casi resignado ante el comportamiento de ella.

-Es una heroína pésima.- y un gesto de fastidio se dejó ver en el rostro del otro gemelo mientras su hermano asentía corroborándolo.

-Bien dicho Haruhi, oto-san esta muy orgulloso de ti.- un sonriente Tamaki posó una mano sobre el hombro de su pequeña hijita en señal de halago, alegrándose de la dedición de esta. –haces bien en no usar trajes de baño delante de otros hombres, y mucho menos delante de estos dos.- los ojos azules del rubio miraron amenazantes a los gemelos.

-Mira que bien… ¿delante tuya si puede?- preguntaron los hermanos Hitachiin bajo la clara intención de molestar al rubio quien pareció ponerse un tanto nervioso.

-¡Naturalmente! No hay nada de malo en que un padre vea a su hijita en traje de baño.- orgulloso del rango que él mismo se había asignado, alzó la mirada sobre los otros dos con cierto deje de prepotencia.

Haruhi los observó sin decir una sola palabra, acabando por suspirar cansada ante aquel habitual duelo entre ambos hermanos y el presidente del Host Club. Aunque tratara de tomárselo con calma y simplemente pasar de ellos, había veces que a la muchacha le resultaba difícil ignorarlos y no sentirse crispada. Finalmente se volvió a mirar al resto del grupo, encontrándose así la mirada de cierto muchacho pelirrojo que de inmediato y ante aquellos grandes ojos castaños, no pudo hacer más que desviar la mirada avergonzado.

-Casanova-kun, ¿no deberías volver ya a tu hotel? Es tarde.- comentó sin intención alguna de echar al muchacho a pesar de poder parecer lo contrario.

-Esto… veras Fujioka…- nervioso se llevó una mano tras la nuca, atreviéndose finalmente a encarar a la muchacha. –Hay un pequeño problema…- ante esas palabras, Haruhi lo miró desconcertada. –en el hotel no quedan habitaciones libres.-

-¿No reservaste una habitación antes de venir?- preguntó la muchacha ante un avergonzado Kasanoda debido a su falta de prevención.

-No…-

-Uhm… eso es un problema.- en un gesto pensativo, Haruhi se llevó una mano a la barbilla volviéndose seguidamente a mirar al muchacho de gafas. –Kyouya-sempai... ¿habría algún problema si Casanova-kun se queda en nuestro hotel?-

-No hay problema por mi parte, me encargaré de hablar con la propietaria.- finalizó con una amable sonrisa, la cual ocasionó cierto escalofrío al pelirrojo.

-Eso no es un hotel…- en un tono despectivo, Hikaru pasó un brazo sobre los hombros de Kasanoda.

-Seria mejor si durmieras bajo una palmera, Bossa nova-cchi.- bajo aquellas palabras, Kaoru hizo lo mismo que su hermano.

-Es Kasanoda.- refunfuñó ante los gemelos.

-Además, nuestro “hotel” también esta completo.- el mayor de los hermanos sonrió divertido, atrayendo la mirada del pelirrojo.

-No hay sitio.- y ante las palabras del menor de los hermanos, Kasanoda esbozó una mueca preocupada.

-Eso quiere decir que… ¿molesto?-

-Pueeeeeeeeeees…-

-Hikaru, Kaoru, ya basta.- Haruhi les regañó tomando a cada uno de una oreja, apartándolos así del otro muchacho. –Será divertido si Casanova-kun se queda con nosotros.- una suave sonrisa se dibujó en los labios de la chica cuando se giró a mirar a un sonrojado pelirrojo.

-Gracias... espero no causar problemas.- sonrió levemente, algo más tranquilo tras la intervención de Haruhi y la aprobación por parte de Kyouya.

-Así podremos comer pasteles con Bossa nova-cchi. ¿ne Takashi?- Mori asintió ante la amplia e infantil sonrisa de su primo.

Un poco más alejado del grupo, Tamaki los observaba sin perder detalle de la conversación. Haruhi parecía muy contenta con la presencia del pelirrojo, quizás demasiado… El rubio optó por tomar una profunda bocanada de aire y esbozando su mejor sonrisa, el joven presidente del Host Club se dirigió hacia el resto, formando parte de la absurda conversación que se había originado entre ellos.

Kyouya suspiró. Se sintió algo más aliviado tras ver como Tamaki volvía a integrarse con el grupo. A decir verdad, comenzaba a preocuparle… probablemente, el rubio no podría seguir ocultando sus sentimientos a Haruhi ante la “amenazante” presencia de Kasanoda Ritsu; quizás esa “amenaza” le daría a Tamaki el empujón que le hacia falta. Para alguien tan extrovertido como lo era ese muchacho, seria prácticamente insoportable callárselo y no gritarlo a los cuatro vientos, y sobre todo… disimularlo por mucho más tiempo.

Eso lo sabía bastante bien, y aun más, cuando él mismo se estaba viendo en una situación tan similar. Solo que él era diferente a Tamaki; pudiendo así guardarse sus sentimientos para si mismo, aunque comenzaba a temer la posibilidad de que quizás no podría ocultarlos eternamente. Decidió olvidar aquella cuestión por el momento, y sonriendo levemente, se hizo notar entre sus compañeros.

-Bien, ya es hora de volver al hotel.-


*************************************

Oscureció completamente en el tiempo en que volvían al hotel. El cielo se dejaba ver claro y estrellado; en unos días habría una hermosa luna llena reflejándose en las aguas tranquilas del mar nocturno.

Unos ojos azules permanecían abiertos de par en par, dedicando más de una mirada al camino que dejaba sus pasos de regreso al hotel. Tragó saliva con nerviosismo, y la expresión en su rostro se mantenía expectante al igual que su mirada.

-¿Qué ocurre Tamaki?- preguntó Kyouya al percatarse del nerviosismo por parte de su amigo.

-Tengo un mal presentimiento…- murmuró sin volverse siquiera a mirar al muchacho de gafas, quien suspiró sin hacerle mayor caso.

Se encontraban frente al hotel. Pero algo parecía haber cambiado en la entrada del lugar, lo cual obligó a que el grupo entero se detuviese antes de cruzar la puerta.

-Esto… ¿no se ve algo diferente a esta mañana?- cuestionó Haruhi bajo una expresión extrañada y bajo la mirada confundida de Kasanoda.

-Está más oscuro…- Hani se llevó un dedito cerca de la boca, recibiendo una mirada inexpresiva por parte de Mori.

-Eso es porque ya es de noche.- le informó el mayor de los Morinozuka, arrancando una sonrisa divertida al más pequeño.

Instintivamente y ante el acelerado latido golpeando en su pecho, Tamaki se escondió detrás de Kyouya, asomando la cabecita sobre el hombro de este con algo de miedo. El muchacho de gafas tan solo lo miró re reojo, volviendo seguidamente sus ojos oscuros hacia el extraño lugar.

-Hikaru, ¿esto no te recuerda a algo?-

-Si, es como la peli de terror que vimos la semana pasada.- ambos hermanos entrelazaron sus manos juntando igualmente las mejillas, sin poder apartar sus miradas temerosas de la entrada.

Una sombra pareció moverse en el interior, y un inevitable escalofrío se hizo notar en los allí presentes. Unos pasos… acercándose cada vez más desde el interior… y cuando la luz de la leve luna de aquella noche acarició aquella silueta, pudo verse claramente como un muchacho de cabello claro y ojos azules sonreía portando en su mano una marioneta con forma de gato…



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-Lo sabia… lo sabia… sabia que algo malo iba a ocurrir…- hablando entre dientes, un nervioso Tamaki se paseaba de un lado a otro de la terraza.

-¿Quieres tranquilizarte de una vez?- Kyouya lo observaba de brazos cruzados, dejándose caer sobre la puerta de papel que separaba la terraza de la habitación.

-¿Cómo quieres que me calme?- se detuvo frente al moreno, tomándolo de los hombros y zarandeándolo levemente debido al mismo temblor de sus manos. –¿Por qué me toca compartir habitación con Nekozawa-sempai?- Kyouya lo observó pasivo, sin decir una sola palabra, seguramente Tamaki tenia algo más que añadir... –¡no es suficiente con que Haruhi duerma acompañada por esos gemelos demoníacos, si no que yo, tengo que dormir en la misma habitación que Nekozawa-sempai y su muñeco! Esto es imperdonable, ¡inaudito!.- ante esas ultimas palabras, la puerta corredera se entreabrió y un par de ojos brillantes consiguieron que un intenso escalofrío erizara la piel del rubio.

-Suou-kun, ¿tienes algún problema respecto a dormir con Beelzenet?-

-No… no… ninguno…- Tamaki esbozó una sonrisa forzada mientras su rostro se perlaba por un sudor frío. –¿y tú Kyouya? ¿Tú tienes algún problema? No, ¿verdad?- como si fuera un robot, se giró a mirar a su amigo, clavando una mirada suplicante en los ojos oscuros de éste para que no lo delatara.

-Ninguno…- sonrió finalmente, haciendo a Tamaki a un lado para entrar en la habitación.

Manteniendo aquella circunstancial sonrisa, el joven presidente del Host Club miró nuevamente a Nekozawa y a su adorado beelzenet. Ante los ojos azules del muchacho, la marioneta pareció sonreír maléficamente, y la falsa sonrisa del joven presidente se borró dando paso a una mueca de pánico.

-¡¡¡Kyouya no me abandones!!!.-


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Sus ojos azules se mantenían bien abiertos. Abrazando a su osito de peluche, Tamaki permanecía con la mirada clavada en el techo y el cuerpo completamente en tensión.

A su lado derecho, dormía un tranquilo Kyouya. Y a su lado izquierdo, lo hacia Nekozawa. Pero lo que de verdad le inquietaba no era aquel oscuro muchacho… si no la marioneta que según en que momentos, parecía tener vida propia y no sabia por qué, pero esos momentos no eran otros que los que él estaba cerca.

Era como si desde el día en que pisó a beelzenet por accidente, este hubiera jurado venganza contra él.

Con miedo dedicó una mirada al muñeco, éste lo miraba. Tragó saliva sobresaltándose y de inmediato, volvió a clavar en el techo sus ojos azules prácticamente vidriosos.

Al igual que Kasanoda, Nekozawa tampoco había conseguido una habitación de hotel donde dormir durante esos días en los que el Host Club estaría en la playa organizando actividades para sus clientas. Aunque a decir verdad... el mismo muchacho no había hecho algo por conseguirla, argumentando el hecho de que si iba a ayudarles con la prueba de valor, seria mucho mejor compartir con el Host Club el lugar de descanso.

Tamaki no sabia si aquello era pura coincidencia o una jugarreta del destino… o quizás simplemente se trataba de una especie de diversión por parte de Nekozawa. Pero allí estaba… compartiendo habitación con el oscuro muchacho y su “mascota”, justamente a su lado. Ni siquiera se le permitió cambiar su futon de lugar, nunca podría contradecir a Beelzenet…

Tamaki abrazó a Kuma-chan con fuerza contra su pecho y suspiró cerrando los ojos por un momento. Los abrió de inmediato, ¡era imposible dormir con esa cosa mirándolo fijamente! Sus ojos azules se volvieron a mirar a Kyouya. El muchacho dormía tranquilo, ajeno a todo lo que le estaba ocurriendo.

Esbozó una mueca de fastidio. ¿Y él resultaba ser su mejor amigo? Según recordaba, el muchacho de gafas no había movido ni un solo dedo por “salvarlo” de aquella situación.

En ese momento sintió un calor frío recorrer hasta el ultimo pelo de su cabeza a la vez que un cosquilleo subió por su brazo, justo en el lado donde se encontraban Nekozawa y Beelzenet.

Ni siquiera lo miró para saber de que se trataba… y sin saber como, había pasado sobre el cuerpo de muchacho de gafas acabado metido en el futon de éste.

Kyouya se movió, y al hacerlo notó como el espacio en su futon parecía haberse reducido. Sintiendo sobre sus parpados todo el sueño que una persona podía sentir a las cuatro de la madrugada, entreabrió los ojos encontrándose así con el rubio acurrucado contra su pecho.

-Tamaki…- sobresaltado ante la inesperada presencia, el moreno apoyó su peso sobre un brazo, incorporándose así levemente –¿qué estas haciendo aquí?- en respuesta recibió una infantil mirada por parte de los ojos azules.

-Kyouya… déjame dormir contigo.- murmuró en un tono suplicante, ante el cual, el joven Ootori se mantuvo en silencio dedicándole una mirada confundida. –no puedo dormir, Beelzenet no deja de mirarme.- bajo la mirada del moreno, el muchacho tembló al pronunciar ese nombre.

Kyouya buscó al susodicho con la mirada, percatándose de cómo la marioneta estaba muy cerca del futon de Tamaki; como si efectivamente, estuviera velando misteriosamente por los sueños del joven presidente del Host Club.

Miró de nuevo al rubio, esos ojos azules lo miraban suplicantes y el temblor en el cuerpo del muchacho le indicaba que de verdad estaba asustado. No podía hacerlo… compartir su futon con Tamaki… eso era una amenaza a su integridad, incluso podía decirse que era casi un suicidio.

El rubio lo miraba esperando una respuesta positiva. Y cuando ante la falta de la misma, Tamaki bajó la mirada comprendiendo la silenciosa negativa, Kyouya suspiró resignado dejando escapar su voz en un susurro.

-Está bien.- de inmediato los ojos azules lo miraron de nuevo, brillantes. –Puedes dormir conmigo, pero no te acostumbres.-

-Kyouya… ¡muchas gracias! ¡Por eso eres mi mejor amigo!- alzó la voz bajo una amplia sonrisa, abrazando a su vez al muchacho de gafas con entusiasmo.

A Kyouya no le dio tiempo de advertirle cuando ambos se giraron hacia Nekozawa tras sentir que éste se movía entre el futon. Un nuevo escalofrío recorrió el cuerpo del rubio y la expresión en su rostro volvió a tornarse asustada.

-Si no quieres que se despierte, no grites.- le advirtió el joven Ootori, deshaciéndose del abrazo que Tamaki le había impuesto con la intención de volver a acurrucarse bajo el futon.

Rió nervioso, y antes de que por mala suerte Nekozawa y Beelzenet despertaran, el joven presidente del Host Club se encogió junto a su amigo, dejando a Kuma-chan aprisionado entre los cuerpos de ambos.

-Buenas noches Kyouya.- sonrió ampliamente ante el moreno, sintiéndose mucho más tranquilo, sin percatarse del largo suspiro que escapó de los labios de este.

-Buenas noches…-


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Sus ojos ligeramente hinchados por la falta de sueño se ocultaban tras los cristales de sus gafas, no obstante, ese par de lentes no era suficiente para disimularlos del todo. A su lado, Tamaki sonreía de forma tontorrona manteniendo una mano tras su cabeza, dejando ver entre su cabello rubio algo revuelto lo que parecía ser una tirita en forma de cruz.

-Kyou-chan, Tama-chan ¿estáis bien?- preguntó Hani con la misma inocencia de un crío.

Un “gracias Hani-sempai” pasó por la cabeza del resto de sus compañeros, quienes ni siquiera se atrevían a preguntar al rey de las sombras sobre su deplorable estado en esa mañana.

-Jeje… si, estamos perfectamente.- ante la respuesta de Tamaki, los ojos oscuros de Kyouya se clavaron en él amenazantes, rezumando fuego de ellos.

Al igual que el resto, el joven presidente del Host Club no pudo evitar sobresaltarse ante tal mirada, acabando por esconderse detrás de Haruhi quien sintió toda la ira del rey de las sombras recaer sobre ella ante la acción del rubio, obligándola a retroceder un par de pasos.

Recuperando la compostura a duras penas, el joven Ootori se subió las gafas, y apartando la mirada esta vez algo más serena de ambos muchachos, se adelantó ante el resto.

-Vamos, las clientas nos esperan.- tambaleándose levemente ante la mirada de sus compañeros, se encaminó hacia la playa.

-Tamaki-sempai... ¿Qué ha pasado?- preguntó Haruhi con curiosidad, girándose a mirar al muchacho que seguía tras ella.

-Pues... creo que no ha dormido bien, y ya sabéis que tiene muy mal despertar…- esbozando una sonrisita nerviosa, el rubio se llevó una mano a la cabeza, justamente sobre el golpe que se ocultaba entre su cabello.

-Es decir… Kyouya-sempai está así por culpa de nuestro señor.- se burlaron ambos gemelos, rodeando al rubio uno a cada lado de este.

-Hikaru, Kaoru, esta vez no conseguiréis molestarme.- les dijo mostrando una amplia sonrisa prepotente ante los hermanos Hitachiin, abriéndose paso entre ellos. –¡el ultimo en llegar a la playa es un pobretón!- y sin más, salió corriendo seguido por el resto a excepción de Haruhi quien suspiró resignada.

-Fujioka, ¿no vas con ellos?.- la muchacha se giró ante la voz de Kasanoda, sonriendo amablemente ante él.

-Mejor vamos andando.-


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Kyouya cerró los ojos para descansar la vista durante un momento, momento en que sintió como daba una cabezada tras quedarse ligeramente dormido.

Llevándose una mano a la cara apartó las gafas de sus ojos oscuros, pasándose seguidamente la mano sobre su rostro para acabar deslizando los dedos por su cabello.

No había podido pegar ojo desde que Tamaki se metió en su futon. Le había sido simplemente imposible. Al principio, un intenso nerviosismo se apoderó de su cuerpo ante la presencia tan cercana del otro muchacho, agradeciendo en ese momento que el osito de peluche del rubio estuviera entre ambos disimulando así la cercanía.

Había conseguido calmarse tras varios minutos, consiguiendo respirar al compás que le marcaba la suave respiración de su amigo. Tamaki se había quedado dormido como un niño en el mismo momento en que se sintió tranquilo tras huir de Beelzeneb y cobijarse junto a él.

Hasta ahí todo parecía estar controlado. Pensó que finalmente podría dormir, pero aquello tan solo quedó en un mero pensamiento. Aunque a decir verdad… si, había dormido. Había conseguido quedarse dormido justamente veinte minutos antes de que a Tamaki se le ocurriera la brillante idea de despertarlo gritando “¡ya es de día!”. El resto, fue completamente previsible.

Kyouya tomó un sorbo de su refresco con la intención de espabilarse, centrando seguidamente la mirada una vez más en su cuaderno. Pronto se percató de que ya estaban hechas todas las anotaciones por el momento. No podía negar que la falta de sueño y el agobiante calor de ese día le tenían algo trastocado, por no decir bastante...

-¡Ah! Que calor hace.- Haruhi se acercó al moreno, quien la miró de reojo.

-¿Tomando un descanso?- preguntó sin prestarle atención, perdiendo sus ojos oscuros un las palabras escritas en su cuaderno.

-Más o menos…- La muchacha se sentó a la sombra, justamente en la tumbona ubicada junto al muchacho de gafas. -Hani-sempai ha organizado un juego para las clientas, y ya me han eliminado.- alcanzó su bebida y antes de llevársela a la boca, dedicó una mirada curiosa sobre Kyouya.

-Sempai... ¿no crees que deberías ponerte un rato a la sombra?-

-Ya lo hago.- ante la cortante respuesta, Haruhi lo miró con recelo.

Ya sabia del mal despertar del joven Ootori y ya una vez tuvo la oportunidad de presenciar y comprobar por ella misma, hasta que punto podía llegar el mal humor del moreno... pero desde que el muchacho de gafas se despertara esa mañana, habían trascurrido unas… ¿cinco horas? Quizás Kyouya seguiría de mal humor todo el día…

-Esto... creo que no te has dado cuenta… pero llevas mucho rato al sol.- comentó bajo una sonrisita nerviosa, temerosa de que el rey de las sombras pagara su furia con ella.

Kyouya no dijo nada. Efectivamente. Pudo percatarse de que estaba al sol, seguramente lo había estado por mucho rato al juzgar por el calor que sentía sobre su cuerpo y el dolor de cabeza tan insoportable que se había alojado en sus sienes.

Bajo la mirada silenciosa de la muchacha, el joven Ootori se puso en pie con la intención de cambiarse a otra tumbona que se encontrara a la sombra. Definitivamente… iba a matar a Tamaki aunque este no supiera que indirectamente tenia la culpa de todo aquello.

Se agachó para sentarse, pero en ese momento la vista se le nubló, atinando tan solo a apoyarse torpemente sobre la tumbona y quedar sentado pesadamente sobre ella.

-Kyouya-sempai, ¿estas bien?- alertada por aquel torpe movimiento, Haruhi se acercó al muchacho de gafas posando una mano sobre el hombro de éste.

-Si…- el moreno se quitó las gafas, pasando de nuevo una mano sobre su rostro bañado en sudor.

-Pues no me lo parece.- los ojos oscuros se abrieron con sorpresa cuando sintió como la mano de la muchacha se posaba sobre su frente. –Lo que imaginaba... tienes fiebre.- comentó algo preocupada.

-Haruhi, no es na…-

-¡Haruhi! ¡Tienes que venir a ver lo que hemos descubierto!- entusiasmado, Tamaki se acercó a la muchacha tomándola de la mano.

-Esto... Tamaki-sempai…-

-¿Que ocurre Haruhi? ¿No vas a venir? Vamos, seguro que te gusta.- el rubio tiró del brazo de la chica, pero esta le mostró una mirada un tanto severa.

-Kyouya-sempai tiene fiebre.-

-¿Qué?- gritó alterado, volviéndose de inmediato a mirar a su amigo. –¿estas bien Kyouya? ¿Te duele algo? ¿te ha picado una medusa?.- preguntaba a la vez que se movía con nerviosismo alrededor del moreno. –¿Tienes mucha fiebre?- alzó la mano con intención de tocar la frente del muchacho de gafas, pero éste se lo impidió sujetando antes su muñeca.

-Estoy bien, no tienes que exagerar tanto.-

-Pero... podría ser una insolación o quizás…-

-Tamaki.- le interrumpió bruscamente, provocando que el rubio se sobresaltase. –no es nada…- murmuró más calmado tras percatarse de la mirada sorprendida de los ojos azules.

-Yo creo que deberías descansar, sempai.- la muchacha lo miró manteniendo un aire preocupado. –Estaría bien que regresaras al hotel.-

-Eso es. Vuelve al hotel, nosotros nos encargaremos de todo el trabajo.- Tamaki dedicó una calmada sonrisa a su amigo, dándole a entender con ella que todo estaba bajo control.

-Gracias pero no es necesario.- esta vez fueron los labios del moreno los que se curvaron en una fingida sonrisa. –se me pasará en un momento.- y pese al leve mareo que sentía, se puso en pie.

-Eres un cabezota…- refunfuñó Tamaki cruzándose de brazos.

-Y tú un pesado.-

-Pues tú… tú eres un tonto que no es capaz de dormir por las noches y después tienes un mal despertar- ante aquellas palabras, Kyouya se detuvo en seco, sintiendo una fuerte punzada sobre su nuca.

Se giró a mirar a Tamaki, mostrándole al rubio la mirada más maléfica que jamás había visto, ocasionándole un intenso escalofrío y obligándole a tragar saliva con dificultad.

-¿Quieres saber por qué no dormí anoche?- preguntó pausadamente en un tono de voz ronco, el cual hizo temblar a Tamaki e incluso a Haruhi. –no he dormido porque ALGUIEN se metió en mi futon asustado de un estupido muñeco.- ante aquellas hirientes palabras, el rubio retrocedió unos pasos, llevándose una mano a la boca completamente ofendido.

-Esto... Tamaki-sempai, Kyouya-sempai…- Haruhi trató de intervenir con la intención de poner calma entre ambos, pero enseguida comprendió que era algo inútil.

-¡Si tanto te molestaba habérmelo dicho!-

-Je… ¿como querías que te lo dijera con lo asustado que estabas?.- se burló, consiguiendo que Tamaki se sonrojara.

-Pues… pues muy fácil, ¡diciéndomelo!.-

-*Son como crios…*- bajo aquel pensamiento, Haruhi suspiró resignada, optando por limitarse tan solo a observar la discusión.

-Por dios Tamaki… ¡si estabas muerto de miedo! si te hubiera dicho que no, hubiera tenido que aguantarte deprimido y lloriqueando durante toda la noche.- el moreno dejó escapar una risita divertida, ganando con aquello un punto sobre su abochornado amigo.

-Eso no es cierto, yo no…- sus ojos se abrieron y la expresión de su rostro cambió a una preocupada cuando Kyouya se tambaleó llevándose una mano a la cara. –Kyouya, ¿estas bien?-

-Kyouya-sempai, no tienes buen aspecto.- y en el mismo momento en que la muchacha se acercó a ambos amigos, el cuerpo del moreno se desplomó.

-¡Kyouya!- Tamaki alcanzó a sujetarlo, dejándolo caer con cuidado sobre la tumbona.

-Solo esta dormido.- Haruhi sonrió algo más tranquila ante el rubio tras comprobar el estado del muchacho de gafas. –debe estar bastante cansado.-

-Uhm…- ante el comentario de la chica, el joven presidente del Host Club no pudo evitar sentirse culpable.

Percatándose de la evidente preocupación del rubio, Haruhi alzó una mano posándola sobre el hombro de este, llamando así su atención y ofreciéndole una sonrisa tranquilizadora.

-No te preocupes, estará bien cuando descanse.- en respuesta, Tamaki le sonrió igualmente.

-Haruhi, ¿podrías hacerte cargo de explicárselo a todos?, iré a llevar a Kyouya al hotel.-

-¿Podrás tú… solo…?- entrecerró los ojos bajo una sonrisa irónica cuando comprobó como Tamaki cargaba a Kyouya sobre su espalda sin ningún problema. –vaya… ya veo que si puedes…-

-Esta no es la primera vez.- y ofreciéndole una sonrisa un tanto divertida, se encaminó al hotel.

Los observó alejarse. Al parecer nadie más se había percatado de lo ocurrido, así que ahora le tocaría explicárselo a los demás… suspiró y dibujó una nueva sonrisa en sus labios, dándose así media vuelta para dirigirse a donde estaban sus compañeros.


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Calor... sentía bastante calor en su rostro y en su cuerpo en general. Sabia que no estaba dormido o eso creía… pero tampoco podía despertar. Los parpados le pesaban y aquella extraña sensación de calor-frío le obligaba a seguir en aquel estado de aturdimiento.

Sintió algo frío, muy frío sobre su frente; una humedad que entraba en contacto con su piel aliviando levemente el calor de su rostro. Sentía su propia respiración calmada, escapando pausada de entre sus labios y junto a él, una presencia por más conocida.

“Tamaki”. Fue lo primero que le vino a la cabeza. Creía empezar a entender que se encontraba en un estado febril y que a causa de ello seguía dormido, o mejor dicho... sin poder despertar completamente.

Tras la fría humedad la cual no tardó demasiado en calentarse, notó como unos dedos apartaban el cabello oscuro de su frente. Los pudo sentir suaves en un leve roce que erizó su piel ocasionándole un escalofrío. Sin duda era Tamaki. No había necesidad de abrir los ojos para comprobarlo; hasta ese día, ese muchacho había sido la única persona que había conseguido estremecerle con tan solo una simple sonrisa.

En lo que al joven Ootori le parecieron segundos, el calor fue desapareciendo, devolviendo a su cuerpo la temperatura normal. Deseó seguir así un poco más, sintiendo ese leve contacto y la presencia del rubio junto a él. Pero sus ojos oscuros comenzaron a entreabrirse despacio, enfocando poco a poco la imagen de la persona que se hallaba a su lado.

Enseguida distinguió unos claros ojos azules en la penumbra de la habitación, y seguidamente pudo ver una suave sonrisa un la mueca algo preocupada que le dedicaba su amigo.

-¿Kyouya... estas bien?- preguntó en un susurró, pasando una vez más el paño húmedo sobre el rostro del moreno.

-Tamaki…- ni siquiera hizo el intento de incorporarse, tan solo cerró los ojos de nuevo para volver a abrirlos escasos segundos después.

Kyouya se encontró una vez más con la mirada preocupada de Tamaki. Se incorporó sentándose sobre el futon, llevándose seguidamente una mano a la frente sintiendo como la temperatura parecía estar normal y la piel ya no se sentía húmeda.

-¿Ya te sientes mejor?- el muchacho de gafas asintió en respuesta, dedicando una mirada aun algo aturdida al rubio.

-¿Cuánto tiempo he dormido?-

-Pues… unas seis horas.- le informó bajo una sonrisa. –Has tenido fiebre por culpa de haber estado tanto tiempo al sol.- le regañó en un tono infantil, lo cual provocó una mueca divertida por parte del moreno. –y también por mi culpa…- el rubio bajó la mirada, mirando de reojo al joven Ootori.

-¿Por tu culpa?- preguntó confundido sin poder entender esas recientes palabras.

-Si... porque no pudiste dormir bien anoche.- ante la aclaración del rubio, el muchacho de gafas se mantuvo en silencio.

Claro… ya no se acordaba... durante la discusión en la mañana no se le había ocurrido otra cosa más que echarle en cara a su mejor amigo el hecho de no haber dormido por su culpa... pero lo más grave, era la causa real de no haber podido dormir. Por supuesto... en ese momento no podía decirle a Tamaki el verdadero por qué de su insomnio, teniendo así que ocultarlo con aquella estupida excusa que puso ante el rubio.

-Dime una cosa Tamaki…- el joven presidente del Host Club lo miró expectante. –¿Has estado aquí todo este tiempo?- preguntó, esperando inconscientemente una única respuesta positiva.

-Si…- efectivamente... aquella respuesta provocó un sobresalto por parte del moreno. –tenias bastante fiebre, no podía dejarte solo. ¡Ah! Pero no te preocupes… le pedí a Haruhi que se hiciera cargo de las clientas.- sonrió tratando así de tranquilizar a Kyouya respecto al Host Club. –es tan linda… intentó tranquilizarme cuando te desmayaste.- un evidente sonrojo adornó las mejillas del joven presidente, haciéndole adoptar una expresión tontorrona.

-Supongo que todo lo que haga Haruhi esta bien para ti…- Kyouya dejó escapar esas palabras en un susurro, pensando que su amigo no las oiría pero realmente, queriendo que si las oyera.

Tamaki lo miró confundido. No entendía a que había venido ese comentario, y sobre todo el tono y el modo en el que las palabras escaparon de los labios del moreno.

-Kyouya… ¿ocurre algo con Haruhi?- se atrevió a preguntar, percatándose de la sonrisita irónica por parte del otro.

-Dímelo tú.-

-¿Qué quieres decir?-

-¿Ya te has decidido?- le preguntó ofreciéndole una falsa sonrisa que trató de parecer calmada.

En realidad no había entendido la pregunta. Pero en ese momento lo que más le preocupó al rubio fue la expresión en el rostro de Kyouya; lo conocía demasiado bien… y también sabia cuando el moreno sonreía de verdad o tan solo esbozaba una fingida sonrisa ante cualquier tipo de situación comprometida, y aquella tenia toda la pinta de querer disimular algo.

-¿A qué se supone que tengo que decidirme?- el joven presidente del Host Club parpadeó confundido.

-A decirle a Haruhi lo que sientes por ella.- sin saber por qué, aquellas palabras fueron como un jarro de agua fría para Tamaki, quien bajó la mirada rápidamente.

-No… no me he decidido.- por un momento se creó un incomodo silencio ente ambos, silencio en el que sus miradas se cruzaron inevitablemente. –Kyouya... ¿a ti también te gusta Haruhi?- ante la pregunta, el muchacho de gafas lo miró completamente sorprendido.

¿De donde se supone que sacaba Tamaki aquel supuesto sentimiento por su parte hacia la chica? ¿Es que acaso había hecho o dicho algo para que el rubio le preguntara tal cosa? Tomando una bocanada de aire, Kyouya enfrentó la mirada de los ojos azules, y ofreciéndole esta vez una sonrisa divertida, se dispuso a aclarar la duda del muchacho.

-Si.- ante la respuesta, los ojos azules se abrieron de par en par. –Haruhi me gusta... pero no de la forma en la que te gusta a ti.- esta vez observó como el muchacho lo miraba algo confundido. –es una chica muy interesante, es imposible que pase desapercibida ante alguien… en mi caso, si podría decirse que la quiero como a una hermana pequeña, pero nada más.- aclaró ante el silencio de Tamaki.

-Pues me dejas más tranquilo, ya comenzaba a pensar que tendríamos que batirnos en duelo por ella como hacían antiguamente jajajajaja.- bajo una infantil expresión, el presidente del Host Club comenzó a reír divertido.

Kyouya no pudo hacer otra cosa más que mirarlo embobado. Sabia que él saldría perdiendo con todo aquello, y la verdad... se sentía incapaz de pensar “si él es feliz con ella, yo también lo soy” aquello era algo que nunca le había parecido del todo creíble en las personas que solían decirlo… ¿como puede alguien ser feliz sabiendo que la persona a la que quiere esta con otra? Le resultaba demasiado contradictorio. Y si, podía resultar egoísta por su parte, pero era realista y eso al menos conseguía hacer que no se engañase a si mismo.

-Tamaki… sobre lo que te dije antes… que no dormí por tu culpa… no quise decir eso.- desvió la mirada algo avergonzado, rascándose la mejilla un tanto nervioso.

A decir verdad, Kyouya no estaba acostumbrado a tener que disculparse, y sobre todo... se sentía fastidiado consigo mismo por haber dicho tal cosa sin pensar en las consecuencias.

Tamaki lo miró sin poder reprimir una sonrisa. Ya sabía muy bien el trabajo que le costaba al moreno disculparse, aunque rara vez tuviera la necesidad de hacerlo.

-Kyouya… tu también eres muy kawai.- le guiñó un ojo en complicidad, provocando que el moreno se ruborizara notablemente ante esas palabras. –¿eh? Estas muy rojo de repente… ¿no será que vuelves a tener fiebre?- y acercando su rostro al del muchacho de gafas, apoyó su frente contra la de su amigo.

El joven Ootori se quedó paralizado ante la cercanía entre ambos, tan solo sintió su cuerpo sacudirse en un intenso temblor y el calor volver a concentrarse en su rostro.

-Pues no parece que ahora tengas fiebre…- se separó del muchacho de gafas, quedando aun cerca de su rostro cuando notó que su respiración se mezclaba con la de éste.

De nuevo sus miradas estaban enfrentadas. Tamaki no pudo decir nada más, pero tampoco pudo apartarse. Era como si el cuerpo del otro lo atrajera de una forma incontrolable, más fuerte que cualquier fuerza magnética.

- ¿Sabes Tamaki? Ya hay alguien… a quien quiero de una forma especial…- los ojos oscuros de Kyouya miraron directamente a los azules de Tamaki, e instintivamente el rubio tembló ante esas palabras. –…alguien muy cercano a mi…-



Continuará…





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NOTAS: gomen!!! Siento mucho haber dejado el fic en este punto!!!! >-< (en realidad no lo siento tanto :P) bueno, parece que empiezan a andar las cosas ne? Que pensara Tamaki después de lo que Kyouya le ha soltado? ^^ a mi parecer ha sido un capitulo interesante y divertido ^^

Seguimos en la playa, y ahora ha aparecido Nekozawa XDD y como no… le toca dormir con Kyouya y Tamaki XDD la verdad es que me diverti muchisimo escribiendo esa parte, cuando Tamaki no puede dormir por culpa de la mirada de Beelzenet y acaba saltando al futon de Kyouya XD con razón después el otro pobre no puede dormir... yo tampoco dormiría si Tamaki se metiera en mi cama ^///^ esto.. ya empiezo a desvariar, gomen!!! XD por cierto.. me encanta cuando Kyouya y Tamaki discuten como dos crios ^^ es algo que se puede ver muy bien en el manga y simplemente me encanta!!! >///< 

Pues espero que os haya gustado este capitulo, estoy muy contenta con vuestros review, me hace mucha ilusión leerlos y me encanta contestarlos ^^ así que ojala sigáis leyendo y os siga gustando el fic ^^ por cierto.. aprovecho para decir que este fic solo lo voy a centrar en esta pareja, si metiera alguna más necesitaría el doble de fic ^^u pero bueno, habrá más ocasiones de escribir otras cositas ^^ (aunque ahora no tengo mucho tiempo con el trabajo…)

Sin nada más que decir, me despido hasta el capitulo siguiente, espero poder subirlo el fin de semana que viene ^^ kisu!



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