La fría noche rodea mi presencia...
Corro, a la máxima velocidad que me dan mis piernas...
No puedo parar, he esperado años este momento, y ahora me parece irreal e inalcanzable.
Acelero el paso. Voy al máximo, necesito sentir de nuevo tu calor.
Han pasado ya 3 años...3 años de ese beso, que me devolvió a la vida...Sí, puede decirse que me devolvió a la vida...por que ese día pensé que iba a morir...
¿De verdad estabas dispuesto a quitarte la vida por mi ausencia? Jamás lo hubiera pensado.
Lo que tu no sabias, es que si tu mueres, yo muero, es así de simple.
Ya me queda poco. Solo tu imagen ocupa mi mente.
¿Soy patético no crees? No, se que tu no lo crees, por que me amas demasiado... pero yo puedo asegurarte que es así.
Cierro los ojos, en estos momentos de reflexión, e imploro perdón, con todas mis fuerzas.
Te pido perdón a ti...que has esperado por tanto tiempo, mi vuelta...
Siento tanto el haberte abandonado, se que tu lo comprendiste...pero eso jamás borrara, el dolor en mi corazón cuando me marche...y el dolor en el tuyo, cuando me viste ir...
Y aunque parezca mentira, han pasado 9 años desde que me fui con Orochimaru...tanto tiempo desperdiciado, tanto tiempo sin estar a tu lado...
Lagrimas resbalan por mis mejillas, no puedo evitarlo.
¿Sabes lo más gracioso? Que todo lo que he hecho en este tiempo, no me ha servido para nada.
Días, noches enteras persiguiendo a mis fantasmas, a Itachi.
¿Y para que? Para nada...porque, se que quizás resulte irrisorio, pero no he podido matarle...
En el ultimo momento, donde todo estaba decidido, cuando solo hacia falta un último golpe...lo mire a los ojos...y no fui capaz.
Esos ojos siguen teniendo la esencia de lo que un día fueron...los ojos de mi hermano mayor.
El es sangre de mi sangre, y por mucho que me pese, no manchare mis manos, con el líquido rojizo de mi familia...no voy a cometer su mismo error.
Se que es tarde, pero aun puedo enmendar mis errores.
Miro al cielo.
"Lo siento padre, se que tu no querías esta vida para mi, ahora comprendo el significado de tus palabras".
Sin darme cuenta, la puerta de entrada a la villa se alza ante mis ojos.
Pasó como si solamente fuera una corriente de aire. Los guardias duermen.
Sonrió para mí. Konoha baja su guardia, esta época de paz, la esta haciendo más blanda...
Bueno así mejor, no quiero tener peleas esta noche.
Mañana tendré que entregarme ante la aldea, pero esta noche no, esta noche es solo nuestra.
Salto de tejado en tejado. No se muy bien donde encontrarte.
Me dirijo a tu antiguo apartamento. Con sorpresa veo que está abandonado. Nadie vive allí.
Camino sigiloso por las calles, intentando rastrear tu chacra. Lo siento como una débil señal, y trato de orientar mi dirección hacia ella.
Llego a un punto, donde tu presencia se siente con infinita claridad.
Estoy al lado de un edificio enorme, con multitud de pisos. Lo reconozco, pero ¿Qué haces tú aquí a estas oras de la noche?
Desprendo algo de chacra para que puedas sentirme.
De repente escucho como alguien me llama. Miro hacia arriba y veo como una mano, asomada por una ventana, me hace un gesto, indicándome que suba.
Con agilidad trepo y me cuelo por la misma ventana, donde la mano estaba antes.
La luz de la estancia se enciende de repente y me quedo sorprendido.
Estoy en lo que parece ser un dormitorio, muy amplio y exquisitamente decorado.
De pronto mis ojos se paran en una figura que se encuentra de espaldas a mi, eres tu...
-Ya estaba cansado de esperarte...tardabas demasiado...-
-Lo sabias...-
-Sí, algo me decía que esta noche volverías a mí-
Guardo silencio, a pesar de todo, seguimos estando tan unidos...
Un nudo se forma en mi pecho, pensando que quizás, esta noche sea la única en mi vida, en que pueda tenerte a mi lado.
Es duro, pero tengo que pagar las consecuencias de mis actos.
-No esta bien, colarte en una villa sin decir nada...-
-Mañana anunciare mi vuelta, pero esta noche quiero pasarla contigo-
Te volteas y dejas que mire tus preciosos ojos azules. Esos ojos que son los únicos que me han guiado por tanto tiempo, y nunca han dejado que me rinda.
Me fijo en tu ropa, y empiezo a atar cabos...
-Tu...-
Tu sonrisa se ensancha y el brillo de tus ojos me dice, que no me estoy equivocando en mis conjeturas.
-Si, yo soy el Hokage-
Un calor me recorre el cuerpo. Sonrío, sonrío, como solo se hacer en tu presencia. Estoy feliz, por que se que al fin, has conseguido ese sueño, que tantos sacrificios te ha costado...
Nadie, se merece esto, tanto como tu.
Con parsimonia me voy acercando a ti y te abrazo, tú me correspondes, con tanta fuerza que parece que yo fuera a escapar de tus brazos de un momento a otro.
Pero sabes que no puedo, ya no aguanto seguir sin ti.
Ya no quiero volver a despertarme y ver que tu sonrisa no esta conmigo.
Te separas de mí y apagas la luz, que antes has encendido. No me hace falta verte, ni siquiera hablarte, para poder demostrarte lo mucho que te quiero.
Vuelves a mí y me agarras la cara con ambas manos.
-¿Se acabo?- Tu pregunta suena desesperada y siento que si digo la respuesta que no quieres oír, te partirás en mil pedazos...
Te agarro por la cintura, y te aprieto contra mi pecho.
-Se acabo- y mi voz suena firme, por que nunca he estado tan seguro de nada en toda mi vida.
Esta vez eres tu el que me besas. Y hoy por fin puedo corresponderte sin miedo. Ternura, dulzura, pureza, amor...
Tus besos describen totalmente tu personalidad.
Eres todo lo contrario a lo que soy, y al mismo tiempo tan igual, que es como si nuestros corazones latieran a un mismo ritmo.
Te siento. Tu lengua intenta entrar en mi boca, y yo le doy paso. Un calor comienza a recorrerme el cuerpo, y yo hago el contacto más húmedo, más apasionado.
Te recorro con mis manos por encima de la ropa.
Tú haces lo mismo, por mi espalda. Me estremezco.
Nos desnudamos a fuego, con rabia y anhelo.
Con el sentimiento de perdernos, cada uno en el cuerpo del otro.
Al final de la tarea, solo nos queda la ropa interior.
Me vas llevando hacia la cama. No paras de besarme, y yo no paro de corresponderte.
Me empujas bruscamente, y caigo sobre el colchón.
Te posicionas encima de mí, y vuelves a juntar nuestras bocas mezcla de pasión y ternura.
Bajas a mi cuello, y siento un escalofrió recorrerme todo el cuerpo.
Avanzas, y mis pezones sienten las caricias de tu lengua, haciendo que me sonroje por el calor.¿ Sientes como late mi corazón? Todo esto lo provocas tu...
Desciendes, llenando de besos fugaces mi torso, acercándote a una zona, de la que solo tú eres dueño.
Nunca he podido tocar a nadie, pensando que este momento, quería pasarlo contigo. Hoy por fin mi ilusión se está haciendo realidad.
En un movimiento rápido te volteo colocándote debajo de mí. Acabas de despertar un sentimiento desconocido hasta hoy: la lujuria. Ahora es mi turno.
Te beso. Y con ese único gesto, intento hacerte entender que estoy demandando tu cuerpo.
Mi boca sigue el mismo camino, que anteriormente la tuya sobre mi.
Beso tu cuello, tus pezones, tu abdomen...
Beso cada parte de tu piel. Eres mío.
Los suspiros saliendo de tu boca lo confirman.
Quiero hacerte perder la cordura entre mis brazos.
Con mis manos retiro tu bóxer, y lo lanzo lejos. Mis manos acarician tus muslos, mientras doy pequeños mordiscos por tus ingles.
Jadeas. El sudor baña tu cuerpo. Es...hermoso.
Empiezas a desesperarte, y he descubierto, que eso me encanta.
Comienzo a besar tu miembro, por toda su extensión. Doy pequeñas lamidas, mientras miro tu cara excitado. Tienes los ojos cerrados, mientras te muerdes el labio inferior.
Sólo de verte me excito, pensando que todo esto te lo estoy provocando yo...
No aguantas más. Hago caso a tu súplica silenciosa, y cazó de una sola vez, tu pene con mi boca.
-Ahhh...
No puedes reprimir un gemido. Vas ha hacer que pierda la sensatez.
Comienzo a moverme. Tus manos atrapan mis cabellos, indicándome el ritmo a seguir, y tus caderas hacen un suave vaivén para profundizar la felación.
Siento como te sacudes. Vas a llegar al clímax. Intentas apartarte, pero no te dejo.
Quiero tenerlo todo de ti.
Con un grito, más que gemido, te derramas en mi boca, y yo bebo hasta la última gota de tu esencia.
Me agarras del brazo, y haces que quede a tu altura.
Te observo, y mis ojos contemplan una imagen preciosa.
Estás sonrojado, con tu boca ligeramente entreabierta, tu pecho sube y baja agitadamente. Poco a poco tu respiración se relaja. Y yo no puedo evitar caer de nuevo en esta dulce tentación
Te beso. Mordiendo tu labio, haciéndote entender, que no durare mucho sin tenerte.
Me correspondes con deseo, y poco a poco nuestras respiraciones se hacen más agitadas, y el ritmo de nuestras lenguas más desesperado...
Otra vez tu erección está presente. Tus manos se deslizan por mi espada, y me agarras posesivamente el trasero, haciendo que nuestras erecciones se rocen furiosamente.
-Sasuke...- gimes mi nombre, y mi cuerpo siente un latigazo de excitación, vuelvo a besarte.
No aguanto más...
Acabo con el beso en ese momento, mientras llevo dos de mis dedos a la boca.
Tú interrumpes su camino, y los atrapas con tu lengua, lamiéndolos de, lo que me parece, una manera demasiado sensual, dándome a entender que estas dispuesto a hacer esto conmigo...
Terminas. Y yo llevo los dedos hacia tu entrada, introduciendo el primero, moviéndolo suavemente. Una mueca de dolor se refleja en tu rostro. Beso tus labios, para relajarte.
Tu cara cambia la expresión, mientras tu respiración se agita cada vez más. Sin darte cuenta ya tienes dos dedos en tu interior.
Tus caderas comienzan a moverse en un acto reflejo, haciendo que mis dedos entren y salgan de ti, con rapidez.
Jadeas, con esa expresión de placer contenido que tienes. ¿Por qué me tientas de esta manera? Quería ir despacio, pero no puedo mantener el control...y eso es por tu culpa.
No puedo más, necesito sentirte. Te deseo. Déjame, déjame poseerte. Te lo estoy rogando con la mirada, y tú me correspondes con un leve asentimiento.
-Quiero ser tuyo- me ruegas. Se que nunca ha habido nadie más que yo. Este es nuestro momento. Solo tu, solo yo... perdidos un mar de deseo.
-Siempre has sido mío- Y es así. Nunca pude sacarte de mi mente...y se que tu tampoco. Porque siempre te he amado...por que cuando nacimos, nos predestinaron para estar juntos. Así lo prometimos. Y hoy cerraremos esa unión.
Una sonrisa se dibuja en tus labios invitándome a entrar.
Poco a poco me introduzco dentro de ti.
Duele lo se, pero si he esperado tantos años, puedo esperar unos instantes. Yo no quiero hacerte daño.
-Naruto...- jadeo, por el placer que me provoca el hecho de estar en tu interior.
-Sasuke...
Tus músculos se relajan, y siento como tu entrada esta dilatada. Comienzo a moverme suavemente, contemplándote.
Tienes los ojos cerrados, y estas ruborizado, pareces un ángel. Mi ángel
Aumento el ritmo de mis embestidas. Mi corazón late muy rápido.
Tú comienzas a respirar cada vez más aceleradamente, y tu respiración se convierte en gemidos mal contenidos.
Empiezo a jadear inconscientemente. Necesito más de ti, mucho más.
-Ahhh...- gimes, y acabo de darme cuenta que he dado en el punto exacto de tu locura.
Penetro con más profundidad. Tus caderas se mueven a la par de mis movimientos, teniendo una lucha deliciosa. Entrelazo mis manos con las tuyas.
A cada embestida rozó ese punto que te hace evadirte del mundo...Gimes con desesperación...estás llegando al límite del goce...y estas haciendo que pierda el control.
Mi mano atrapa tu miembro. Te masturbo desesperadamente mientras tus piernas se enroscan en mi espalda haciendo que te penetre más intensamente.
El sudor baña nuestros cuerpos.
Abres los ojos para mirarme, y en ese momento tiemblas bajo mi cuerpo. Te recorren sacudidas de puro placer, y terminas derramándote en nuestros vientres.
Siento como las paredes de tu entrada se contraen, atrapando mi miembro en un contacto delirante, y yo también llego al clímax, viniéndome en tu interior, para que lleves mi marca de por vida.
Me dejo caer a tu lado para que mi cuerpo no te caiga encima. Rodeas mi cintura con tus brazos, y yo te correspondo, estrechándote contra mí.
-Te amo...- susurró en tu oído. Lo repetiría una y mil veces, para que el mundo se enterara de que me perteneces, de que nunca podré dejar de quererte.
-Yo también te amo Sasuke- dices mirándome a los ojos, con esos mares azules. Ojos de ángel, que me sacaron del infierno.
Tu mirada es tan sincera, que puedo ver a través de tus facciones, y corroborar que tus palabras son ciertas.
-Gracias...-susurró más para mí, que para ti... Me miras sorprendido.
Si pudiera demostrarte cuanto te he necesitado, cuanta falta me has hecho.
Si pudiera agradecerte todo lo que me has dado.
Si pudiera devolverte todo el tiempo que me has esperado...
Quizás nunca pueda darte todo eso...pero si puedo darte algo... y es el amor que tengo guardado en mi por tanto tiempo...y que solo es tuyo.
-No, gracias a ti...- me respondes, y esta vez el sorprendido soy yo. -Por cumplir nuestra promesa-
Te dedico una dulce sonrisa, de esas que solo puedo regalarte a ti.
Nuestra promesa...te dije que volvería, y aquí estoy.
Tenía que hacerlo, por ti y por mí. Por que sin ti no hay cabida para mí en este mundo...
-Sasuke Uchiha siempre cumple su palabra...- te contestó, con una mirada prepotente.
-Lo, se...-
Y poco a poco te vas quedando dormido en mis brazos, mientras yo contemplo, la paz de tu rostro y me pierdo con tu olor. Olor a vida...
-Te amo...-te susurro cuando ya estás completamente dormido, y mis ojos empiezan a cerrarse.
Ahora por fin me siento en paz... por fin estoy libre.
Tú eres la única persona que me hace sentir bien.
Tú eres la única persona que ha conseguido tocar mi alma, desde el principio...
Tú eres la única persona a la que le debo el estar aquí...
Por nada del mundo, me apartare de tu lado.
Nos necesitamos mutuamente para vivir... Por que somos almas iguales ¿Recuerdas?
Una promesa que hicimos de niños uniendo nuestras manos.
Una promesa cumplida, de adultos, uniendo nuestros cuerpos...
Una promesa que durara para siempre en nuestro corazón...
Lo juro....