Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Muñeca de Porcelana por Persephone

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Sexta parte de "Divina Blasfemia".

Notas del capitulo:

Para desgracia mía, GW no es de mi autoría y tampoco quiero sacarle partido (o sea cash), solo quiero deleitar a la gente bonita que le gusta leer fanfics de este género. Aparte, la canción es de la "Pau" Rubio, "NI UNA SOLA PALABRA". Pero les haré maldición gitana si lo llegan a plagiar, capicchi?

Heero ha venido muy raro de sus vacaciones; y si no he llorado desde entonces es porque no lo creí necesario...

 

Está malgeniado... ¡Mucho más que de costumbre! Y por primera vez, me ha levantado la voz, olvidando que soy su jefa y protegida. Por primera vez, el oso polar ha decidido atacar, sin ningún recato.

 

Está gritando
ya sé que no se entera.

 

"Malcriada, engreída, petulante, víbora..." Así se dirigió a mí, y yo, con la mandíbula hasta el suelo, dejé de respirar por segundos mientras caía, pedazo por pedazo, mi frágil corazón.


El corazón escucha tu cabeza

 

Mi primer sollozo fue dedicado a rogarle, a suplicarle que me explique... Como si eso lo fuera a conmover... A veces olvido su mejor apelativo: "El soldado perfecto", el más frío de los guerreros Gundam...

 

Sin la más mínima pizca de delicadeza me dijo que renunciaba, sin permitirme saber qué camino tomaría.


¿pero a dónde vas?
¿Me estás escuchando?

 

Aunque no era difícil adivinar... Solo Maxwell podía desatar aquella tormenta que, para mi jodida suerte,.. Sí, jodida. Es el único calificativo que le sienta perfectamente. Es, sencillamente, increíble lo que Heero podía sentir por ese hablador, dejando atrás todo...

 

¡Dios, lo envidio tanto...! ¡Maldito seas, Maxwell!


¿Que hay de tu orgullo?
¿Qué habíamos quedado?

Ahora, sola, a oscuras, en mi oficina, releo la carta de renuncia de mi amado príncipe. Todavía no me lo explico... ¿Por qué a él? ¿Por qué no yo?

 

Para mi desgracia, debo aceptar la cruda realidad, por lo que debo decidir entre perseguirlo o hacer mi propia senda.


La noche empieza y con ella mi camino

 

Meses han pasado desde tu partida, mi amado Heero.

 

Nos hemos reencontrado en una de las tantas recepciones que suelen ofrecer los diplomáticos con los que me codeo.

 

Por lo visto, eres asesor de Winner. Me alegro, eres extremadamente inteligente.

 

Como desde que me conociste, intento acercarme, vestida elegantemente, como lo requiere este evento, mas tu indiferencia me hace aterrizar y logra herirme el alma.


Te busco a solas con mi mejor vestido

¿Pero a dónde estás?
¿Que es lo que ha pasado?

Termino con una copa entre mis manos preguntándome si vale la pena tanto rechazo, ya que es obvio que el tiempo no ha sido benévolo conmigo y no quiso que en él creciera algo bonito por mí.

 

¿Qué es lo que queda después de tantos años?

Y es cuando, en mis devaneos de ebria despechada, al fin comprendo: No soy nadie para ti.

 

Sin embargo, el mundo no piensa lo mismo.

 

Por eso es que no podías ignorarme como habías querido. Por eso te apoyaste en el protocolo y la cortesía para escudar tu antipatía hacia mi persona.


Miro esos ojos que un día me miraron;
busco tu boca, tus manos, tus abrazos
pero tú no sientes nada
y te disfrazas de cordialidad.


Esto es patético.

 

Jamás comprendí tus silencios. Creía que era por introversión.

 

Ni una sola palabra

 

¿Cómo aspirar a una caricia tuya? ¿Cómo es que me bloqueé e ignoré la falta de interés en tus ojos?


Ni gestos ni miradas apasionadas

 

Es una lástima que el Heero con el que sueño ya no quiera aparecer y consolarme en mis más arrolladoras utopías, antes de que el día llegue.


Ni rastro de los besos que antes me dabas
hasta el amanecer.

¡Y como olvidar todas las madrugadas que había desperdiciado llorándote! Todo, por ilusa. Nunca llegaré a llenar tus ojos como lo hacía el trenzado. Siempre lo supe... Siempre lo ansié...


Ni una de las sonrisas
por las que cada noche y todos los días
sollozan estos ojos
en lo que ahora, te ves.

Año y medio ha pasado desde aquella "fiesta". Sí... Salí tan ebria de allí que no supe cuando di a parar a casa de Winner.

 

Tan grata sorpresa me llevé al saber que había sido Heero quien me rescató que no pude evitar el descontrol de mi alma.


Como un juguete que choca contra un muro,

 

Y, como siempre, tenías que hablar unos cuantos segundos para despedazar mi espíritu. ¿Qué no pudiste dejarme a merced de cualquiera? Créeme, hasta un desconocido sería más indulgente conmigo que tú. Respetaría mis sentimientos mucho más que tú, y, sin duda, no encontraría el modo más efectivo de volverme una muñequita de porcelana como tú lo logras.


Salgo a encontrarte
y me pierdo en cuanto busco
una oportunidad, un milagro o un hechizo:
volverme guapa y tú, guapo conmigo.

 

- Al fin me harté. He aprendido mi lección de vida gracias al champaña, así que no perderé el tiempo contigo. - lo encaré en la sala de la mansión del árabe.

- ¿De qué hablas? - y frunzo el ceño de la rabia. Como si no supiera...

- No pienso rogarte, mucho menos esperar algo que no va a llegar. Y creo que en eso Maxwell fue más inteligente que yo. - apenas lo mencioné y noté su cuerpo temblar. - No quiero que te me acerques si no piensas corresponderme. Prefiero dejarme matar de cualquiera antes que seas tú quien me rescate.

- No seas tonta... - lo hice callar con mi mano.

- Exactamente. Ya no quiero ser la tonta que mendiga tu cariño. Eso, ya no va conmigo. - di media vuelta, a la salida.

Frente a los ojos que un día me miraron
pongo mi espalda y aquí unos cuantos pasos
y me apunto otra derrota
mientras mi boca dice "nunca mas".


Se acabaron los ruegos...

 

Ni una sola palabra

 

Se acabó la pasión a flor de piel...


Ni gestos ni miradas apasionadas

 

Ni mi amante imaginario me queda... Ya no sé lo que es dormir, definitivamente.


Ni rastro de los besos que antes me dabas
hasta el amanecer.

¿Por qué él?

 

¡Yo no pedí sufrir por semejante imposible! No se me hace justo... ¡No quiero seguir llorando por esos ojos azules! Ni que no hubiese más hombres...


Ni una de las sonrisas
por las que cada noche y todos los días
sollozan estos ojos
en lo que ahora, te ves.

¡¿Pero qué demonios pasas conmigo?! Fui criada para ser princesa. Ser tratada como tal. No para arrastrada... ¿En qué momento me volví tan patética?

 

¡Qué vergüenza!


No puede ser, no soy yo.
Me pesa tanto el corazón

 

¡Ser tan ingenua debería ser pecado! Con gusto me iría derechito al infierno, pero esa sería la salida fácil y yo soy una Darlian Peacecraft... No es mi estilo.


Por no ser de hielo cuando el cielo
me pide paciencia.

Y así, dos años más han pasado.

 

Mi corazón decidió serenarse y esperar a quien realmente lo merezca...

 

Hasta hoy.

 

Recibí un informe sobre los agentes de Preventers que estarían encubierto para mi visita a Lago Victoria.

 

De entre esos nombres, resaltó el de mi viejo rival. Él único que podría recibir todo lo que añoraba de mi amor platónico de adolescente:

 

- Duo Maxwell.

 

Sin rencor, marqué a Winner Corp. Heero debía saber sobre el paradero de su amado.


Ni una sola palabra
ni gestos ni miradas apasionadas
ni rastro de los besos que antes me dabas
hasta el amanecer.

Casi 24 horas después, recibí a Yui en mi oficina. Su expresión, por vez primera, hablaba más que lo que pudiera pronunciar.

 

Es posible que algún día deje de llorar por las noches, pero lo único que me consuela es que ya no es por el desamor de Heero, sino por Duo...

 

¡Cómo me gustaría que alguien pensara tan fervorosamente en mí, tanto como yo lo haría!


Ni una de las sonrisas
por las que cada noche y todos los días
sollozan estos ojos
en lo que ahora, te ves.

- Reelena... - está pasmado, es obvio. ¿Quién lo culpa?

- Ve con él. Llevas tiempo buscándolo. - le dije con una sonrisa sincera.

- Pero...

- No. No digas nada.

 

¿Qué podría decir en este momento? Las palabras son solo eso... Palabras.


Ah-ah-ah-ahha
Ah-ah-ah-ahha
Ah-ah-ah-ahha
Palabras.

Notas finales: Y como siempre: ¡MANDEN REVIEWS, PLEASE!

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).