* EL CALOR DE TU CUERPO *
Hace tiempo que Ginji había iniciado junto a Ban un servicio de recuperación.
No era secreto que Ginji se divertía y se sentía feliz al lado de Ban ya que era su mejor amigo y el único que de verdad lo compendia. Pero, últimamente se sentía distinto, cuando estaba cerca de Ban su corazón se aceleraba y no podía evitar el sentirse atraído por tan perfectos labios.
Una noche en la que habían decidido pasarla en una casa abandonada ( ya que nuevamente habían perdido su auto ) que parecía estuviera apunto de caerse Ban le mostró a Ginji un colchón viejo donde podían dormir, Ginji no quería dormir junto a su amigo por miedo a no poder controlarse y acabar haciendo alguna "estupidez" pero, se vio obligado a aceptar pues no se le ocurrió una buena excusa.
Esa noche hacia mucho frío y aunque tenían una manta con la cual taparse esta no evitaba que tuvieran frío.
Ban pudo ver como su compañero temblaba de frío así que se recostó, lo tomo por los hombros, llevo la cabeza de Ginji a su pecho y lo abrazo para así calentarlo.
Ginji se sonrojo y noto como los latidos de su corazón eran cada vez mas fuertes y rápidos, entonces subió su cabeza y miro a Ban.
- Todavía tienes frío? - pregunto Ban en tono tranquilo y con una mirada dulce.
- Un poco si. . .
Ginji no pudo soportar por mas tiempo el mirar esos dulces ojos y sentir que su corazón iba a estallar en cualquier momento de la rapidez en que latía, mas aun no soportaba la idea de tener tan perfectos labios tan cerca y sin embargo no poder tocarlos con los suyos propios, así que bajo la cabeza y trato de apartarse de Ban lo antes posible.
- Te pasa algo Ginji? - pregunto preocupado mientras lo abrazaba con mas fuerza impidiendo que se apartara.
- Perdona Ban pero - susurro con gran tristeza - no puedo estar cerca de ti. . . . . ya no. . .
Antes de terminar la oración Ban levanto cariñosamente su cabeza hasta poder ver sus ojos los cuales estaban llenos de lagrimas.
- Por que lloras Ginji? - continuo mientras lo agarraba de la cintura con la mano derecha y le secaba las lagrimas con la otra - últimamente te haz estado comportando de un modo extraño, y ahora dices que no puedes estar con migo. Que tienes?
En ese momento no respondió ninguna de sus preguntas, en ese momento sin pensarlo mas acerco sus labios a los de su amigo y, por fin lo beso suavemente.
Tan pronto termino el beso Ginji salió disparado hacia la puerta pensando: '' que estúpido soy seguro después de ese beso Ban no querrá volver a verme nunca mas.''
- Espera Ginji! - se levanto rápidamente y antes de que Ginji cruzara la puerta lo agarro de la muñeca.
El silencio se había apoderado de la habitación hasta que, por fin Ginji decidió hablar.
- Perdóname Ban. . . se que no debí de hacer eso, seguro me odias pero. . . . no pude evitarlo porque yo - voltio a verlo y termino de decirle - yo te. . . . yo te amo.
Ban se quedo paralizado, tenia que procesar aquel beso y ahora también la declaración de Ginji.
- Por favor Ban déjame ir.
Terminadas estas palabras hizo un esfuerzo por safarse pero, antes de lograrlo sintió como Ban lo jalaba hacia el.
Estaban cara a cara, sus cuerpos pegados uno contra el otro. Ginji no lo entendía, no entendía porque Ban seguía viéndolo con esos ojos tan dulce en vez de verlo con desprecio pero, pronto lo comprendió.
Ban lo abrazo por la cintura y lo beso. Esta vez era un beso apasionado en el que los dos participaban, duro aun mas que el anterior y, cuando por fin se separaron sus labios se quedaron callados viéndose el uno al otro.
- Idiota. como podría odiarte si yo también te amo.
Al escuchar esto la cara de Ginji se lleno de felicidad.
- De verdad no me odias? - pregunto con una gran sonrisa.
- Como podría odiar a la persona que mas amo? - lo volvió a besar, esta vez fue un beso con lengua.
- Me alegra que los dos sintamos lo mismo.
- A mi también pero, por que no me lo dijiste desde un principio?
- Si te lo decía tenia miedo de que me dejaras solo y, aun mas miedo de escucharte decir que no sentías lo mismo por mi.
- Idiota, no seria capas de dejar solo, porque entonces yo también estaría solo.
- Lo se, ahora lo se.
Vamos a dormir, mañana hablamos - mientras lo decía caminaba hacia la cama.
- Claro o. . . - dijo Ban abrazando a Ginji por detrás - podemos hacer "otra cosa"
Ginji sonrió sonrojado, Ban lo beso y ambos se dejaron caer en aquel colchón viejo quitándose la ropa el uno al otro.
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A la mañana siguiente cuando despertaron felices de la vida, acostados en el colchón sin nada que los cubriera mas que la manta Ban le pregunto a Ginji :
- Dormiste bien? No tuviste frío?
- No, tu cuerpo me calentó.
FIN.