Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El secreto de Linnordil por Lindonar

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí llego con el segundo capitulo!! Espero que os guste y un saludo!!

Lindonár

Segunda parte – Extraño Nacimiento

Fue pasando el tiempo, y todo siguió su curso natural con el elfo y su embarazo. Linnordil se dedicaba por entero a sus plantas... y tan centrado estaba en lo que hacía que no fue consciente de los acontecimientos que pasaban a su alrededor pues extraños sucesos comenzaron a verse por toda la ciudad y una angustia y un temor crecientes se sentían en el aire.

Algo estaba a punto de ocurrir. 

... y ocurrió que un día hubo toda una serie de disturbios en la ciudad, cosa que nunca había pasado, y que muchos de los que allí vivían partieron hacia un nuevo hogar... aunque también muchos fueron los que permanecieron...

Pero nada de aquello afectó ni le importó a Linnordil. 

También sucedió que un nuevo poder comenzó a sentirse en Ost-in-Edhil. 

Era un siniestro poder sin rostro, sin nombre... fuerte... inmenso... claustrofóbico... 

Pero él no se percató de nada de lo que allí ocurría, tan grande era su angustia, tan profundo su dolor que no veía lo que ocurría a su alrededor. 

Hasta que una mañana alrededor del siglo XVII de la Segunda Edad un rumor comenzó a surcar la ciudad y una noticia se extendió por sus calles como si de una sombra se tratase y fue así conocido por todos que el que se hacía llamar Annatar en realidad no era otro que un acólito de Morgoth. 

Y cuando aquello sucedió una locura comenzó a anidar en Linnordil apoderándose de su voluntad. Escapó de la ciudad, huyó a los bosques, hacia el sur, en una loca carrera sin futuro. Así, sin sentir el dolor en sus pies desnudos, volaba saltando entre los árboles, esquivando las ramas en el suelo, corrió y corrió y corrió... 

Pero su carrera se vio frenada de forma repentina. De pronto sintió un dolor agudo en sus entrañas y una luz comenzó a surgir de su cuerpo... el dolor le hizo doblar las rodillas y, ya sin fuerzas, se dejó caer en el suelo del bosque. Y es que en aquellos días se cumplía el tiempo de su embarazo, y aquella carrera había precipitado el suceso, y lo que estaba a punto de ocurrir era lo que estaba establecido por la naturaleza. 

Y fue de este modo como Linnordil se puso de parto en medio del bosque donde tan solo las criaturas del lugar fueron testigos del nacimiento. 

No había nadie allí que pudiese ayudarle. Linnordil gritaba de dolor con todas sus fuerzas... mientras la luz aumentaba de intensidad rodeándole por completo... hasta que el dolor cesó... no sabía cuanto tiempo había transcurrido, y no le importaba. Linnordil se atrevió a mirar. 

Entre luz y dolor en medio del bosque había nacido una niña que lloraba a pleno pulmón. Linnordil, con sus últimos vestigios de cordura logró abrir el capullo que había emergido de su cuerpo convertido en luz y cortar el cordón que unía a la niña con dicha bolsa y envolverla en un paño de la tela verde de sus vestiduras. 

Agotado y exhausto se dejó caer nuevamente dejando a la pequeña sobre la hierba. La pequeña miraba a su alrededor, con una atenta y despejada mirada en sus pequeños ojos, y lo cierto es que parecía que veía mucho más de lo que le correspondía a un recién nacido... 

Linnordil comenzó a llorar desconsoladamente ya que el dolor de su corazón no había cesado ni un solo día... pero no se había dejado a su mismo libertad para llorar en todo este tiempo. Resistiéndose a ello con tozudez. Pero allí, en la soledad del bosque explotó finalmente... 

Sucedió entonces algo extraño. Apareció una pantera de brillante pelaje negro. Ella nunca había visto ninguna y miró al animal sorprendida, dejando de llorar, pero lo más sorprendente es que iba acompañada de un halcón... la pantera miró a Linnordil a los ojos mientras se acercaba con su pausado y suave caminar. La pantera clavó sus ojos amarillos en los azules de Linnordil que temblaba ya que no esperaba nada bueno de todo aquello. 

<<¡¡No nos mates!!>> pensó la desesperado Linnordil en silencio. Suplicando con la mente. 

Bajo la mirada de la pantera Linnordil permaneció inmóvil, tendido en el suelo, observando lo que allí ocurría. No podía moverse. Estaba cómo clavado en el suelo. 

La pantera levantó la cabeza repentinamente, como si escuchase algo por un instante, y rápidamente tomó a la niña recién nacida entre sus fauces abandonando el lugar corriendo en silencio y llevándose a la pequeña con ella. El halcón, por su parte, tomó la bolsa de la había nacido la pequeña y alzó el vuelo con un grito que surcó el aire. 

<<¡¡¡No!!! ¡¡No hagas eso!!! ¡¡¡No te lleves a mi pequeña!!!>> gritaba la mente de Linnordil que no podía hablar pues se encontraba bajo el control de los mágicos ojos de aquella pantera. 

Un estremecimiento recorrió a Linnordil al ver a la pantera salir corriendo, volvió a sentir sus miembros y pudo incorporarse un poco. Respirando pesadamente. Todavía no podía hablar. No comprendía que estaba pasando, y aquel extraño animal se había llevado a su pequeña recién nacida... 

<<¿¿Porqué?? ¿¿Porqué se la ha llevado??>> pensaba en silencio. Con el corazón y la mente destrozados. 

Las lágrimas luchaban por salir nuevamente de sus ojos, pero entonces el dolor comenzó de nuevo. Una nueva criatura estaba por nacer, pues no estaba esperando una sino dos. Y, aunque muy cansado, consiguió sacar fuerzas de algún lugar desconocido para dar a luz a esta segunda criatura... 

Un niño. 

Linnordil sabía que estaba allí, a su lado pero tenía ya un brillo extraño en su mirada. Su razón se marchaba por momentos. Ya no tenía fuerzas para nada más. 

"El brillo de los árboles se alza hacia el suelo –pensaba Linnordil- mientras yo caigo hacia arriba, arriba del sendero que nunca comienza... el sendero que nunca termina..."

Y allí, tendido en la hierba comenzó a tararear una incomprensible canción... 

- Meeee laaaa daaaa dose ga to maaa caaa ternugomeeee hi ji liiiii oooo oooo oooooooo.... 

Una figura oscura apareció en el bosque en aquel momento. Su cabello negro ondeaba al viento, mientras sus ojos verdes les miraban serenamente. 

Linnordil le miró y le reconoció ¡¡era él!!

Se quedó callado contemplándole, con la boca abierta y una mirada de desconcierto en sus ojos. 

Su amante allí... después de tanto tiempo... 

Linnordil miraba a su amante con un brillo de esperanza en sus ojos. 

¡¡Él estaba allí!! 

Su razón luchaba por volver a su mente...-


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).