La noticia había sido contundente, y en la habitación solo se escuchaba la agitada respiración del rubio.
-¡¡¿L ha muerto?!!- La voz del rubio sonaba quebrada y nerviosa, como si en cualquier momento pudiera romper en llanto.
-Eso me temo…-. Roger lamentaba tanto como el la perdida.
-Y… ¿Ha quien ha elegido? ¿A Near o a mi?
El hombre bajo la mirada cansado.
-A ninguno de los dos… y, una vez muerto, no puede elegir…
Las rodillas le temblaron y creyó que caería al suelo, pero hizo acopio de valor, no quería mostrarse débil ante su máximo rival.
-Mello… Near… ¿Por qué no unís vuestras fuerzas?
-si, sería lo suyo.- Por primera vez, en el rato que llevaban en la sala, el chico habló.
-¿Cómo? ¡¡Ni hablar!! ¡Near y yo nos llevamos a muerte, eso no funcionara de ninguna de las maneras!
La pelea duro mucho rato, no recordaban cuanto, pero cuando esta dio fin, el rubio sentía q sus ojos se inundaban de cristalina agua. Miró al chico que había a su lado. Nada. Ni una sola lagrima, ni un solo indicio de que fuera a derramar una sola gota de esa cristalina agua.
-Te odio Near… pensaba que admirabas a L… y aún… aún no has llorado si quiera…
El blanquecino chico entornó los ojos para mirarle mientras jugaba con un mechón de su pelo.
-Eso es… por que yo no se llorar…
No había derecho a aquello, ¿Por qué siempre tenía que quedar por detrás de Near? ¿Por qué las cosas parecían no afectar a el pequeño albino? Quería comprender por que el chico era siempre tan frío y distante. El rubio giró furioso contra el.
-¡¿Qué no sabes llorar?! No seas ridículo Near… es la peor excusa que he oído…
Mello giró y se alejó del otro chico lo mas rápido que pudo. Necesitaba pensar, pensar en tantas cosas… y lo mas importante… necesitaba llorar, llorar hasta cansarse, hasta que no le quedaran lagrimas en los ojos….
Mientras Near veía como el chico desaparecía en el pasillo, sentía como algo en su interior se iba haciendo más grande, tan grande que le oprimía el pecho y no le dejaba respirar… puede que el no supiera como expresarlo, pero eso que sentía en su interior, eso que dolía tanto… era pena, desesperación… ¿Por que siempre tenia que herir a Mello? Quería poder mostrarle que el no era como este pensaba… No quería que Mello le odiara.
*.*.*.*.*.*.*.*.*.*
En la solitaria habitación… el chico de ropas oscuras descargaba su lamento, gritaba, lloraba, desconsolado pensando que la persona que mas admiraba en esta vida no volvería…
¿Cuántos días debían haber pasado ya? Había perdido la cuenta… las clases carecían sentido para el… ya no había nadie que fuera a valorar su trabajo como lo hacía L…
Se escucharon unos temerosos golpecitos en la puerta.Mello se incorporó a toda velocidad y secó sus la grimas lo mas rápido que pudo al tiempo que daba permiso para entrar a que había llamado.
-¿Mello?-. La voz de Matt era inconfundible.- ¿Qué tal estas amigo?
-estoy bien no te preocupes…
Se quedaron un rato en silencio. Ninguno de los dos sabía que decir en esa situación, a Matt también le había dolido la muerte de L, pero dudaba que tanto como a Mello.
-¿Sabes?
La voz del pelirrojo sacó a Mello de sus pensamientos.
-Estoy preocupado por el blanquito.
Mello abrió mucho los ojos por la sorpresa.
-¡¡¿Por Near?!!
-Así es Mello… hace días no que viene a clase… no le he visto por la Wammy’s House desde que recibió la noticia.
El rubio se quedó unos segundos meditando… quizás había sido duro con el gritándole en un momento tan delicado como ese... no, Near no era de los que le afectaban esas cosas… pero aún así, no podía dejar de pensar en el pálido chico y en que debería estar pasando pro su cabeza…
Se levantó de golpe de la cama.
-¿Pasa algo Mello?
-No, nada, creo que voy a dar una vuelta…-. Dijo esto mientras salía de la habitación.
-Claro…-. El chico respondió ocultando una sonrisa en los labios.
Mello no entendía nada, nada tenía sentido, sus pies se movían solos, sin obedecer a su cabeza.No entendía por que necesitaba ver a Near con tanta urgencia… saber por que no había asistido a las clases y por que no había salido de su habitación en todo ese tiempo…
Sentía una inmensa preocupación, ¿De veras sus palabras habían podido llegar a tener efecto sobre el chico? Caminó por el pasillo tan rápido como le permitían los pies, hasta plantarse delante de la habitación del albino.Alzó la mano con la intención de llamar a la puerta, pero no se atrevió a hacerlo.
Se quedó unos instantes ante la puerta, observándola fijamente, como si a través de ella pudiera ver algo. Aquello era una tontería, no tenía por que hablar con Near, y mucho menos pedirle perdón por nada. Bajó la mirada al suelo, era un tonto, claro que tenía que pedirle perdón a Near, por todo, por todo lo mal que le trataba, por el desprecio que le mostraba, mientras este no se lo reprochaba en ningún momento.
Suspiró fuertemente y cerró los ojos mientras llevaba sus nudillos hacia la superficie de madrea y la golpeaba con ellos.Aguantó la respiración, parecía que nadie fuera a contestar al otro lado, pero al cabo de unos instantes que para el fueron eternos, la voz de Near habló al otro la do dando permiso para entrar.
Mello agarró el pomo de la puerta y lo hizo girar lentamente para después abrir la puerta.
El peliblanco se quedó de piedra al ver aparecer la figura de mello en el umbral de la puerta.
-¿Mello?
-Em… Hola…
Ambos se quedaron en silencio, mirando fijamente al suelo, querían decir tantas cosas, y sin embargo, no podían articular palabra alguna.
-Esto Near… me han dicho que no ha estado asistiendo a tus clases últimamente… ¿Puedo saber el motivo?-. Volvió a adoptar su mirada de superioridad ante el chico, no pensaba mostrarse débil delante de él nunca más.
Near se quedó pensativo, mientras montaba el blanco puzzle que no había dejado de armar en ningún momento.
-No lo sé… en mi vida predomina la lógica… y esto se escapa a mi pensamiento, es algo que no puedo comprender… algo que no puedo explicar, que no puedo expresar con claridad.
El rostro de este no había cambiado pese a lo que estaba confesando en estos momentos.
-Eso quiere decir… que la murete de L… te afecta después de todo.
-… No sabría decírtelo… Yo no sé como llorar, sin embargo, sé que lo que siento en mi interior es pena.
-No seas ridículo Near… todos los humanos saben expresar sus sentimientos.- Mello dejó asomar una sonrisa amistosa en su rostro mientras se acercaba un poco a Near.
El peliblanco se quedó mirando fijamente al rubio.
-En ese caso… puede que yo no sea humano al fin y al cabo.
Esto enfureció a Mello mucho, no conseguía entender a Near, y quería hacerlo, ¿Por qué Near siempre sabía tanto sobre el y el no sabía nada sobre Near?, ¿Por qué demonios no podía conocerle?, ¿Por qué Near no dejaba que le entendiera?
-En ese caso… voy a hacer que sientas… que expreses lo que sientes…
El peliblanco le miró sin comprender, o al menos eso creyó Mello, por que el inexpresivo rostro de near no le dejaba saber que era lo que pasaba por su cabeza en esos momentos.
-Si crees que puedes conseguirlo, inténtalo.
-“Maldito Near, crees que lo tienes calculado, que nada puede fallar a tus esquemas… yo voy a demostrarte que estas equivocado.”
El rubio se dirigió hacia el albino, mientras este le miraba atentamente sin perderse ninguno de sus movimientos.Cuando estuvo a su lado, se arrodilló hasta estar a la altura de Near lo empujó haciendo que cayera al suelo por completo, y haciendo que el puzzle que hasta hace un momento estaba montando, quedara esparcido bajo el blanquecino cuerpo.
-Near… vas a ver como llego a odiar esa superioridad tuya…
-Yo nunca me he mostrado superior a nadie, debes de ser tu el que te causas ese complejo de inferioridad…
Otra vez ese rostro inexpresivo mirándole, hablando de esa manera tan gélida, ¿Qué es lo que llevaba a Near a actuar de esa forma? ¿Por qué tenía que ser tan frío?
Agarró al peliblanco por el cuello y comenzó a hacer presión sobre el, buscando cerrar las vías respiratorias de este.
-¿Puedes sentirlo? ¡¿Puedes sentirlo?! ¡Te odio Near!¡¡Te odio!!
Near miraba fijamente, sin apartar la vista de los ojos de Mello, sin mostrar ningún cambió en su albino rostro.
-“¿Por qué nea? ¿Por qué siempre me pasa esto a mi?”
Mello soltó repentinamente el cuello de su rival y le observó fijamente.
-Te odio… por que cuando te miro… no puedo tener el control sobre mi mismo… Te odio por no poder tenerte…
Sin mediar palabra mas, Mello bajó hasta estar a escasos milímetros de la cara de Near, mientras este le miraba con sus ojos bien abiertos, y sacó su lengua lamiendo tímidamente la comisura de los labios del peliblanco.
Pudo sentir como el cuerpo debajo de él temblaba y se tensaba, pero no se detuvo. Su corazón latía como un loco, como si fuera a reventar en cualquier momento.
Poco a poco, los labios de Near se fueron abriendo, dejando vía libre a aquella intrusión que se apoderaba de su boca de una manera tan dulce y suave. El beso era húmedo y torpe, pero aun así intenso, y transmitía millones de sensaciones que con palabras, jamás hubieran podido expresar.
Mello se sentía morir, deseaba que ese contacto con Near no acabara nunca, sentía que por primera vez, este le dejaba estar a su lado, le dejaba conocerle y formar paste de el.La falta de aire comenzaba a hacerse presente, y muy a su pesar, se separó de los labios de Near.
Cuando abrió los ojos, pudo ver a Near, completamente sonrojado, y puedo escuchar su respiración agitada.
-“su… su respiración ha cambiado…”
En ese momento, en el interior de Mello, comenzó a expandirse un perverso deseo… quería verlo, quería ver a Near respirar de ese modo, escuchar esa voz que nadie había escuchado. Que fuera solo suyo, quería conocer todas y cada unas de las expresiones de Near y guardarlas como un tesoro en su interior.
Con sus manos temblorosas, comenzó a desabrochar la camisa de Near, mientras este le observaba sin saber muy bien que hacer. Por primera vez, podía sentirse cercano con otra persona, y le gustaba, aunque esa sensación, seguramente, solo la despertaba el rubio.
En a penas unos segundos, el torso blanquecino y delicado de Near quedó al descubierto. Mientras este le miraba completamente avergonzado.
El rubio tragó saliva mientras recorría con la vista ese hermoso cuerpo.Bajó su cabeza hasta poder apoyar sus labios contra la clavícula de Near y aspiró su aroma, quedándose embelesado, pero eso no fue suficiente, necesitaba más.
Comenzó a lamer el cuello del blanquecino chico lentamente, mientras observaba sus reacciones.Pronto, de los rosados labios de near surgió un suspiro de placer.
-Nh… No, Mello…-. Esto le estaba haciendo mostrar su debilidad, no quería mostrarse así ante Mello, no quería que viera el delicado y desvalido chico que era en el fondo.
-“Vamos Near…”
Continuó lamiendo con insistencia hasta que Near no pudo reprimir un pequeño gemido.
-Ah…
-“si, así, justo esa voz…”
Las caricias de Mello no cesaban ni un segundo, a lo que el pobre cuerpo de el peliblanco no podía resistirse, estremeciéndose, sin poder parar de gemir bajo el cuerpo que le proporcionaba tal placer.
-Tienes un cuerpo muy sensible… ¿Sabias?
-Yo… nunca me han tocado… tu eres el primero que... Se ha acercado a mi lo suficiente.
El rubio no pudo ocultar el sonrojo de sus mejillas delante de las palabras de Near.
-Bueno, lo tomaré como un cumplido.- Mientras decía esto, se acercó mucho a la cara de near, buscando desafiarle con la mirada.
-“Dudo que pueda engañarlo mas...”
La mano de Mello fue bajando poco a poco por el torso de Near hasta deslizarse hábilmente bajo el pantalón de Near. Este, al notar este contacto, enrojeció al completo, mientras intentaba retirar la mano del rubio, cosa que no dio resultado.
-“…Pero deseo verle en el mismo estado en el que me he encontrado muchas veces por su culpa…”
Sin previo aviso, la mano de mello se cerró entorno al miembro del peliblanco, haciendo que este dejara escapar un gemido muy cerca del oído de Mello.Los movimientos iban incrementando el ritmo, Mello necesitaba mas, esa voz… era una droga para su mente... le hacía perder la noción de la realidad y de si mismo.
-Justo así… Near, puedes decir que eres humano….
El peliblanco no hacia mas que retorcerse bajo el rubio, sin poder ocultar el enorme placer que las acciones llevadas a cabo por él le provocaban, pero pudo reunir suficiente aire como para poder hablarle.
-No... Es… eres tu, quien me hace ser humano…
El rubio quedó petrificado ante esta respuesta, no comprendía, ¿Por qué tenía que hacerle esto? ¿A caso sabia el efecto que causaba sobre el?
Mello se inclinó para poder susurrar en el oído de Near.
-Mihael Kehhl… Recuerda el nombre del hombre que te hará llorar.
Y sin esperar respuesta alguna, aceleró sus movimientos haciendo que Near dejara escapar un gran gemido.
-No lo olvides… Near….- Besó con fiereza los pálidos labios, obligando a el dueño de estos a seguir su ritmo.
Con la mano que le quedaba libre, abrió un poco mas la boca de Near, dejando espacio para que su lengua entrara, moviéndola dentro de la boca del chico, obligando a la suya a corresponder el movimiento.La respiración de Near estaba tan agitada, que Mello deshizo la unión temiendo poder ahogar a este.
-Mello yo…. Ahh... no puedo…
El rubio apoyó su frente contra la de Near y acariciando su mejilla con su mano libre.
-Tranquilo, está bien… te vas a sentir mejor…
Notó como el pequeño cuerpo debajo de él se tensaba, y un blanco líquido manchaba su mano. El cuerpo de Near se relajó y se quedó como débil entre los brazos del rubio.
-Mello… yo… -. Su respiración aún estaba agitada, y su alborotado pelo y el sonrojo que encendía sus mejillas le daban un aire más infantil aun, nadie diría que los dos tenían la misma edad.
Mello sonrió ante esa imagen que le ofrecía Near y volvió a besarle, pero estas vez de manera suave y delicada, solo buscando el contacto con el.
-Near, tengo que irme… he... he tomado mis propias decisiones…
-Mello, ¿Qué intentas decirme?
Este solo sonrió al otro, mientras le ayudaba a ponerse en pie y recostarse sobre la cama.
-Solo prométeme que te vas a acordar de mi…- La cara de Mello en este momento podía demostrar que estaba intentando sonreír aunque en el fondo estuviera deseando ahechar a llorar.
-Claro Mello… Creo que solo puedo pensar en ti.
Este, complacido sonrío de nuevo, con dulzura.
Mello salió por la puerta, y Near, tubo la sensación, de que tardaría mucho en volver a ver la silueta del rubio cruzar el umbral de la puerta.
CONTINUARÁ...