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De nada a novios por sasulee

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Notas del fanfic:

 

Disclaimer: Los personajes de Shaman king son absoluta propiedad de… de… ¡Mierda no se quien coño hizo esa serie!... en fin, no son míos pero igual los uso para mis perversiones XD  

Notas del capitulo:

 

Hellooooooo!! Ok, sólo e visto la serie una vez en mi vida y fue hace mucho tiempo y cuando la pasaban por tv, o sea no me acuerdo de nada, pero igual los personajes están bien buenos para mi mente corrupta y por eso aquí les lanzo esta vaina escrita por mua Sasulee…

 

De nada a Novios   

 

¿Arriba o abajo? ¿Cuál sería la posición que tomaría el chino gruñón?... eso no lo sabía, pero de lo que si estaba seguro era de que quería gozar y mucho.   

 

El Len se encontraba sentado de piernas cruzadas mientras bebía café, esperaba al muchacho con el peinado alocado y que le faltaba media masa cerebral, llevaba media hora de retraso y ni un mensajito se molestaba en mandarle, cerró los ojos dorados y mantuvo la calma.   

 

Horo Horo se encontraba tomando el bus que de por si estaba lleno, por lo que quedó como sardina en lata, tenía descargada la batería del celular y sabía que iba retrasado, pero no era su culpa, su hermana Pilika le había quitado la alarma al despertador para que no le arruinara su sueño de belleza.        

 

- “De lo que si estoy seguro… es que yo no voy a ser el uke y seguiré siendo el seme” – pensaba el chico mientras lo aplastaba la multitud.              

 

El chico de cabello azul logró llegar entero al sitio en cuestión, se puso a buscar con la mirada y por fin halló la aleta de tiburón que tanto le fascinaba.       

 

- Llegas tarde – le replicó el Tao con carita de sifrino.    

 

- ¿Ya estoy aquí no es así?    

 

- Si, pero creo que ya me arrepentí.    

 

Al Hoto esto lo cabreó, tomó al pelivioleta por el brazo y lo levantó de su bendito asiento.      

 

- No me toques así – se quejaba el chino viendo que le dejó el brazo marcado por la presión.     

 

- ¿Qué no te toque así? Pero si ayer me pedías a gritos que te tocara ¿No te acuerdas?      

 

Al Tiburcio aquello le sorprendió, no porque fuera cierto sino porque al chico por fin le había funcionado la cabeza y se acordó de algo, Len comenzó a agitar la mano como intentando alejarle humo del cráneo.    

 

Vamos a recordar que paso el santo día aquel…                                              

 

Flash Back XD    

 

En la pensión aquella Horo y Len estaban siendo amaestrados por la sexy generala Ana.    

 

- ¡¡A ver gusanos!! Cuando regrese quiero ver el piso pulidito, los baños limpios, la ropa lavada y planchada y la comida preparada ¿Me oyeron?         

 

- ¿Y por qué carajo hay que hacer lo que a ti te de la gana? – respondía el Len quien no movía ni una servilleta.       

 

- Si, el chino tiene razón ¿Por qué?     

 

Yoh recargado en la puerta avecinaba problemas…   

 

- ¡¡POR QUE A MI ME DA LA PERRA GANA!! ¡¡POR QUE ESTAN EN MI CASA!! O SEA QUE SI YO LES ORDENO QUE SE COJAN LO HACEN ¿ME ENTENDIERON? – A los dos muchachos les dio un corrientazo – ¡¡Y NUNCA VUELVAN A CONTESTARME DE ESA MANERA O LES JURO QUE LES CORTO LOS MIEMBROS Y LOS EXHIBO COMO TROFEOS!!        

 

- ¡¡Si señor!! Digo… ¡¡Si señora!! – respondieron al mismo tiempo ante la amenaza y sudando como desgraciados.    

 

- A si me gusta, pórtense bien y si van a hacer una porquería que sea después de los deberes.    

 

La rubia se acercó a su novio y lo jaló del brazo como si fuera una cartera.   

 

- Adiosito Len y Horo Ji, ji – el pelicastaño se despidió con su típica sonrisita de drogadicto mientras era arrastrado al exterior.        

 

Al quedarse solos los muchachos se dieron una mirada para luego exclamar    

 

¡¿Yo? ¿Contigo? Ni loco!     

 

A unos pocos minutos…    

 

Las manos del de ojos negros abrazaban por detrás al chino mientras le besaba el cuello, debido al contacto el gruñón lanzaba gemiditos irresistibles para el Hoto, volteó al cabeza de tiburón y comenzó a besarlo en esa boquita con que le decía siempre estupido, burro o cabeza hueca, en fin eso no le importó, mientras su lengua jugara con la de él, los insultos no saldrían.    

 

- um… Hoto Hoto… déjame              

 

- Pero… ¿Por qué? Sabes que me gustas pero siempre me esquivas “¿Dejarlo? Ni loco, con lo que me costó botar a todo ese gentío de esta pocilga, no, este no se me escapa”          

 

- Pues… ya te dije que... mmm – el peliazul continuaba besándole el cuello – no me volvería a rebajar a tener algo contigo “Dios, quítamelo que no aguanto y me le tiro encima”     

 

- “¿Así? ¿Ya veremos chino?”     

 

Como el Horo sabía que lo que el Ren supuestamente quería era conservar su orgullo, dignidad o cualquier valor, decidió hacerle frente a esos principios a ver si se resistía al placer o los botaba por la ventana.               

 

No pudo resistirse a tomarlo por la cintura, aquella tan apetecible a la vista que le daba un cierto aspecto de mujer debido a la forma tan curveada que tenía su figura, tenerla entre sus brazos era una sensación demasiado placentera, con ambas manos la acercó a la suya para en cierto modo juntar sus miembros, Horo Horo colocó su frente con la del pelivioláceo quien se mantenía totalmente manso, aquel contacto le gustaba así que… ¿Por qué carajo tenía que deshacerlo?... ¿Por qué no estaba bien?... entonces no quería hacer nada bien, sólo quería “cariño” y el ainu se lo daba de gratis.       

 

- ¿Por qué eres tan cabeza dura Hoto Hoto?     

 

- Que más da, te gusta que sea así ¿O no?      

 

El Tao no se molestó en contestar porque sabía que discutir con el muchacho era tiempo perdido, además que los labios de este le bloquearon el paso a las palabras, las lenguas se enrollaban y daban el aspecto de estar unidas, Horo desabotonó con una mano la chaqueta que traía el Len sabiendo que debajo descubriría el tan ansiado pecho, la otra la dirigió al trasero del chico y masajeaba las esponjosas nalgas por encima del estorboso pantalón.           

 

Al terminar de desabrochar la costosa prenda de Len, se la quitó y la lanzó como tratando de hacer que se perdiera para que el chino nunca la hallara y se quedara así por siempre, el Tao profundizaba el beso con ambas manos, empujando la nuca del peliazul, Horo se dispuso a bajar los pantalones del pelivioláceo, éste al notar el acto se apartó dejando caer saliva en la barbilla del Hoto.    

 

- ¿Qué coño te pasa ahora? ¿No quieres moverte conmigo muñeco? – le replicaba el ainu.         

 

- No es eso estupido, si lo hacemos aquí no meteremos en líos, la última vez se antojaron de llegar y nos descubrieron ¿Acaso no te acuerdas o se te tapó el cerebro?     

 

- Mierda, esta bien, vamos a mi habitación pero… Deja de interrumpir que me estoy arrechando chino.       

 

Horo Horo agarró al pelivioláceo por el brazo y prácticamente lo arrastró hasta el cuarto, el peliazul trancó la puerta con seguro y tomó al muchacho entre sus brazos en un caliente abrazo, metía la nariz en el cuello y aspiraba cada centímetro de la dulce piel, Len mantenía los ojos cerrados porque la respiración del ainu le excitaba, Horo dirigió sus labios a la oreja del Tao y comenzó a susurrar sin dejar de abrazarlo y tomarlo de la cintura.    

 

- Tengo el miembro duro por tu culpa…dime… ¿No te gustaría tenerlo entre las piernas… chino?… ¿No quieres sentirlo?... – el peliazul sabía que el Len se excitaba con eso y no estaba equivocado - ¿No te provoca?... ¿ah? – una sonrisa “derrite Len”.       

 

- Umm… “Si, si quiero”… quédate… ah… quieto cabeza de cepillo – El Tao hacía un esfuerzo sobrehumano por mantenerse ante la tentación (N/Sasulee: le daré un empujoncito ^.^)           

 

El Horo no lo escuchó y continuó suspirándole en el oído, poco a poco fue empujando al pelivioláceo hasta la cama, lo tiró de una para encaramarse encima suyo, el Len tenía las mejillas rojas, quería hacerlo pero debido a la educación que había recibido digamos que… veía el sexo como un acto vergonzoso (N/Sasulee: entonces yo soy un sinvergüenza ^.^)     

 

- No tengas pena chino, ya vas a ver que te va a gustar.    

 

- ¿Quién tiene pena? Sólo eso me faltaba, que sienta pena delante de un necrófago como tú.         

 

El ainu para que dejara de decir insultos que él no entendía, volvió a besarlo, el Tao correspondía el beso mientras sentía al Hoto pellizcándole las tetillas, apachurrándolas un poco, en eso el peliazul comenzó a quitarle los pantalones al Len, éste por la excitación le ayudaba a que lo hiciera lo más rápido posible.    

 

- Como se ve que quieres hacerlo Tiburcio.         

 

- Cállate y apúrate que hay que arreglar la casa antes de que regresen Ana e Yoh.     

 

Tomando el tiempo como máxima prioridad, Horo terminó de quitarle el pantalón y lo lanzó por ahí, rápidamente introdujo unos dedos en la boca del chino quien con un poco de rareza los lubricó con su saliva, el ainu abrió las piernas del chico y metió los dedos en la entrada para ensancharla.     

 

- Ag… ah… au Hoto Hoto     

 

- Sólo un poco y te doy lo tuyo     

 

Después de sacar los dedos el peliazul se bajó los pantalones, el miembro ya lo tenía más que erecto por lo que lo introdujo en el ano lentamente, Len aferraba sus piernas a las caderas del ainu mientras que este se impulsaba con las suyas dando embestidas lentas.    

 

- Aaah… ah … Horo … Horo … más rápido que pareces tortuga…               

 

- Esta bien… ah… pero después no te quejes…     

 

Horo aumentó la velocidad y la profundidad de las embestidas, entraba y salía en ese cuerpo suculento perteneciente al chico.     

 

- Ah ah ah … ah … ah ah ah – las mejillas de Len continuaban rojas, aquel ritmo le fascinaba.

    

 

 

- Ah… Len… que rico eres… ah ah – la suculenta entrada hizo que el Horo aumentara la velocidad en un ritmo casi desenfrenado.

    

 

 

- Ooooh… Horo… así…. Ahí ahí…. Tócame ahí…  Si sigue… ah ah ah – con sus manos apretaba las sabanas, mantenía los ojos cerrados y sudaba a mares - ¡¡Dios!!... no pares… toca ahí… ah ooooh        

    

 

 

- Bien … ah… ahora que ya se donde darte… voy a hacerte gozar chino – el ainu continuó dándole en aquel punto con más profundidad y fuerza.     

    

 

 

- Ah ah ah ah … dame más… más… ahí ahí … no pares … ah ah    

    

 

 

- ¿Así Lencito? – Empujaba su miembro con fuerza y atraía las caderas.

    

 

 

- Aah… um si ah ah si ah… um umm… - las mejillas parecían que se iban a incendiar.

    

 

 

-  mmm… eres muy sensible chino… ah   

   

 

 

Para poder irse a arreglar la casita, el ainu decidió darle un poco más hondo para terminar de eyacular en su interior. 

   

 

 

-  Ah mmm… - el líquido tibio lo llenaba por dentro, la excitación lo hizo eyacular él también bañándose en semen.

   

 

 

- Siii…ah… ¿ves que fue… rápido? – Horo sacaba el pene del ano del chico dejando caer un poco de semen en las sabanas. 

 

  

 

 

- Ah… cállate y búscame el pantalón – decía Tao tratando de recuperar la respiración y limpiándose el abdomen – hay que arreglar la pocilga y ¡¡RAPIDO!! 

   

 

 

- Bueno, bueno – Horo buscaba el dichoso pantalón mientras se limpiaban el sudor de la frente con la manga de la camisa, lo encontró arriba del televisor y se lo pasó al chino – Ana nos dijo que cualquier cosa que hiciéramos que fuera después de arreglar la casa… ¿Pero no te podías esperar a sentirme dentro verdad Len?

   

 

 

- ¿Pero que dices? si fuiste tú el que empezó la vaina diciendo que se te endureció el miembro y que era por mi culpa – Len se subía los pantalones indignado.

   

 

 

- Ash que importa, lo hicimos y ya… vamos a apurarnos para hacerlo otra vez

   

 

 

El pelivioláceo no le hizo caso y se dirigió a abrir la puerta, quitó el seguro y la abrió, se dirigió al chico antes de salir.

   

 

 

- Si no te mueves… entonces no lo haremos.     

    

 

 

- “Yo sabía que quería más, bendito orgullo el de algunas personas ¿No puede simplemente decirme que quiere que le siga metiendo el pene en el culo?, sabe que no se lo negaría” – Horo lo acompañó con una sonrisita.  

    

 

 

Con la escena de la cama en la cabeza, los chicos comenzaron a intentar a hacer limpieza, el ainu era un poco bruto para algunos deberes porque simplemente no sabía un coño de eso, mientras que el Len no sabía nada porque en su casa ni la cama la tendía, en fin, se volvieron un ocho y más porque la  desesperación por tener sexo de nuevo los tenía más que enredados, para cuando terminaron de limpiar el piso, lavar la ropa y preparar la comida, estaban hechos polvo.

    

 

 

- Ya… terminé de hacer mi parte y estoy molido – Horo Horo se agarraba la espalda con una mano.       

   

 

 

- Dímelo a mi, esa bendita maquina que lava la ropa de broma no me come, no entiendo un comino para que funcionan esos botones – Len tenía el cabello lleno de espuma.  

    

 

 

- ¿Te refieres a la lavadora? “Estos niños ricos lo único que saben es insultar y usar su plata para hacer lo que les da la gana” – pensaba el chico peliazul mientras veía al ojidorado – “Aunque… para las cuestiones del sexo si que saben… supongo que eso nace con uno”    

   

 

 

- Horo… - Len se acercaba al chico y lo miraba asombrado - ¿Estas pensando?... Dios, van a llover insectos.  

    

 

 

- Ja, ja que gracioso – el segundo asalto se proyectó en el ainu, puso cara pícara – Oye

Len…

    

 

 

- Dime cabeza de cepillo – El Tao hablaba con indiferencia, pero sabía lo que le quería decir el chico… Si él también estaba a punto de mencionarlo…

    

 

 

- Ya que terminamos los deberes… - acercó al chico tomándolo de las caderas.  

    

 

 

- Mmm…

    

 

 

En eso…

    

 

 

- ¡¡BUENAAASSS!! – Ana y el batallón esperaban a que le abrieran la puerta. 

    

 

 

- ¡Coño de su madre! – Horo hizo un berrinche – Y ya que estábamos en lo bueno.

    

 

 

- Cállate y vamos a abrirles, no vayan a pensar que estamos en plena sesión ¿no? – el pelivioláceo se acercó a la entrada.  

   

 

 

- Esta bien ¬3¬ “Y yo que quería gozar con esa cadera T.T ¿Por qué?”  

     

 

 

Len abrió la puerta y se encontró con Ana, Yoh, Liserg (N/Sasulee: creo que se escribe así), Manta, pilika, Ryu y chocolove, se alegró de que preparó bastante comida porque esos seres eran unos barriles sin fondo, por su parte Horo trataba de ocultar su erección con una sonrisita mientras se asomaba por la cocina.

   

 

 

- Espero que hallan hecho lo que les mandé – la rubia con su mirada fría e inexpresiva examinaba la casa, pasaba los dedos por las repisas en busca de polvo – Bien, tengo hambre, vayamos a comer.  

   

 

 

Todos pasaron al comedor a esperar a que les sirvieran para comenzar la hartazón, cuando Len estaba apunto de entrar al sitio de reunión Horo le jaló del brazo.

    

 

- ¿Y ahora? 

 

 

   

- No se, ahora déjame quieto que Ana tiene hambre y si no se llena el buche la va a coger conmigo – intentó irse pero el ainu estaba arrecho y lo volvió a jalar – ¡Carajo Horo!  

    

 

 

- No te dejo hasta que me digas chino cuando vamos a follar otra vez.

    

 

 

- Coño no se, este… esta noche… - le lanzó para que se quedara quieto, pero al intentar irse de nuevo lo jalaron.  

   

 

 

- Aja, esta noche ¿Y que explicaciones damos cuando empieces a hacer tus ruidos chino?, eres muy escandaloso y será imposible que no nos oigan.

   

 

 

- Huevon yo…

 

 

 

- ¡¡COÑO MARICAS DEJEN DE PARLOTEAR SOBRE LO BUENO QUE LO HICIERON!!  ¡¡MUEVAN EL CULO A LA COCINA Y DENME MI COMIDA!! – Ana gritaba dejando sordo al pobre de su futuro esposo, todos los presentes sudaban y se encogían de hombros. 

 

     

    

- ¿Lo ves? ahora la chama esta furiosa – hizo ademán de irse… pero Horo insistió en que se quedara (N/Sasulee: si fastidio ¿verdad?) 

 

  

   

- ¿Cuándo, en donde, a que hora?

 

 

    

- Mmm, mañana, en… el local ese nuevo que abrieron… a las nueve

 

 

    

- ¡Que bien lo vamos a hacer en un lugar publico! – decía sarcásticamente el chico de los ojos negros.

 

 

   

- ¡¡NO COÑO!! Ahí vemos, Dios… - El Tao se arregló el cabello molesto. 

 

  

    

- ¡¡LEN TAO HIJO DE TU MAMA ¿QUE NO ME OYES?!! – Ana continuaba gritando desde el comedor mientras estrangulaba a Yoh por la furia que le provocaba el hambre.

 

 

   

- ¡¡Ya voy!! “desgraciada zorra, algún día me la vas a pagar”   

 

 

    

- “Eso debe ser que el Yoh todavía no le da lo suyo, por eso siempre esta tan cabreada ¬3¬” – Horo seguía al Len al comedor con ambos brazos por detrás de la cabeza.  

 

 

      Fin del Flash Back T.T 

    

- ¿Con que piensas? ¿Con la cabeza o con el pito? - El ojidorado estaba más que arrecho - ¿Cómo es posible que se te olvide mi cumpleaños pero te acuerdes de eso? 

 

  

   

- Ash… please Len esas cosas no se olvidan además… - Tomó al Tao por la cinturita – Yo te pedí perdón por olvidarme… o ¿se te olvidó la nochecita que te regalé?… si quieres te hago un resumen a ver si te acuerdas chino…

 

 

   

- A ver… recuérdame que pasar tiempo contigo me atrofió la memoria y no me acuerdo…  

   

Las miraditas de los chicos se fijaron en un callejón oscuro, rápido y sin pensarlo dos veces se tomaron de las manos y se metieron al agujero. 

   

Las manos del ainu comenzaron a rodear la cintura una y otra vez de Len, provocando pequeños gemiditos, Horo besaba como loco el cuello de su amante, lo mordía un poco y lo llenaba de saliva, el Tao revolvía el cabello azul y tocaba a donde le llegara la mano, su desesperación le hizo agarrar el miembro del Hoto con rudeza, sintió lo duro que estaba este.

 

 

   

- Coño Len yo se que quieres que te lo meta pero espérate que me baje los shorts – decía el ojinegro medio enfadado.

 

 

   

- Pero… muévete que pareces tortuga… - el ojidorado se bajaba los pantalones e intentaba hacer lo mismo con los del otro chico.  

 

 

   

Horo sabía que había que aprovechar cuando el chino estaba caliente, debido a que siempre se la pasaba gruñón y cascarrabias, difícilmente se le sacaba un besito, por lo que se bajó el pantalón lo suficiente para sacar al mini Horo erecto que le gustaba al Len.

 

- ¿Quieres que te lo meta chino?... je, je – el ainuu agarraba al Tao por el mentón y le susurraba al oído mientras se frotaba al pene preparándolo para entrar.    

   

- ¡¡Si, métemelo rápido que no aguanto!!... “Que puto estoy sonando pero… no importa ¡¡quiero que me lo meta al diablo la dignidad!!”  

 

  

   

- Bien – Horo volteo al chico, lo inclinó un poco y comenzó a penetrarlo lentamente provocando que el chico se quedara.

 

 

   

- Ah… apúrate… mételo bien Horo ¿No sabes hacer nada bien?  

 

 

   

- “Ah, así que quiere que se lo meta bien” – el peliazul sonreía sádicamente – “Vamos a ver si no hago nada bien”

 

 

    

Horo Horo agarró impulso y le dio duro provocándole un espasmo al chico.

 

 

    

- Aaaaaahg… Coño Horo

 

 

    

- ¿No dijiste que… te lo metiera bien?

 

  

   

- Si, esta bien… así pero… no pares  

 

 

   

- ¿Te sigo dando así chino?

 

 

   

- Si carajo, dame así… ah ¿Estas sordo coño?

 

  

    

Al ainu no tuvo que pedírselo más, siguió metiendo y sacando el trozo de carne con aquella rudeza, poco a poco fueron bajando hasta quedar el Tao abajo y el Horo arriba de él con las mejillas calientes, el peliazul iba y venía fuertemente una y otra vez.

 

 

    

- Ahh ah ah… ooooh por toda la dinastía Tao… que dolor ah ah no pares, no pares – el Len estaba sumamente excitado con el miembro del peliazul en su ano, su rostro no podía estar más rojo.

 

 

   

- Mierda… ah… Len deja de chillar que yo no voy… a parar todavía – el ainu se impulsaba con las caderas de su compañero, comenzaba a sudar al igual que el otro.                  

 

  

- Ah… ah… ah ah “nunca en toda mi vida pensé que este acto vergonzoso y doloroso… me gustara tanto” – Len movía su cuerpo al compás del Hoto.   

 

 

    

- Ahm… mm uf – el peliazul continuaba sudando por la estrechez del chico.  

 

 

    

- aah asiiii ah…. Mmm ah – se mordía los labios por el placer.

 

 

    

Tras andar un poco más ante este ritmo, el ojinegro vio que llegaría al final, Len cerraba fuerte los ojos mientras sentía aquella parte del Horo entre sus paredes internas, aquel callejón oscuro debido a lo vacío que estaba estuvo devolviéndole los gemidos con eco todo, por lo que no sería raro que los descubrieran en cualquier momento, pero estaba oscuro y tardarían en encontrarlos, el peliazul dio una última estocada al cuerpo de su amante para comenzar a eyacular en su interior.

 

 

   

- Ah… Len… ah – el peliazul trataba de recuperar la respiración – quieres… ah… ¿Quieres ser mi novio?         

  

- … ah – el ojidorado estaba medio shokeado por la proposición y por el semen inundándolo, siempre habían sido amigos con derecho o cualquier nombre que recibiera lo que hacían  – Si, quiero ser tu novio pero… sal de mi para poder besarte…

 

    

El ainu lo obedeció y el chico se giró a como dijo a besarlo, la lengua juguetona se ligaba a la de su nuevo novio, pensaba en que al llegar a la pensión se cambiaría de alcoba y se arrejuntaría a la de Horo, mientras que el peliazul pensaba en que ya podrían besarse en frente de todo el mundo sin que el chino se arrechara, ya estaba cansado de recibir golpes y de ver al pelivioláceo haciéndose el ofendido.

 

 

   

Pasaron los días…

 

 

    

- ¡¡HORO, LEN COÑO YA SE COJIERON BASTANTE ANOCHE BAJEN DE UNA VEZ A DESAYUNAR QUE TAMAO PREPARO EL DESAYUNO!! – La rubia se preparaba para ir al cole – Yoh ¿A dónde vas? – preguntaba Ana al ver al palicastaño subir las escaleras.

 

 

    

- Voy a decirle a los chicos que el desayuno esta listo, tal vez no te escucharon o están durmiendo.

 

 

    

- ¡No coño, si no bajan los novios se quedan sin comer, ahora mueve ese culo y Vámonos!

 

 

   

- Pero Anita…

 

 

   

- Pero nada, ven que eres el complemento que me falta para estar lista – decía la chica como si el Asakura fuera una prenda.

 

 

   

- Si Ana… “¿Qué estarán haciendo que no bajan?” (N/Sasulee: el Yoh es TAN ingenuo XD, apuesto a que se cogen frente suyo y dice que están jugando al caballito XD)

 

 

   

En la habitación del Horooo….

 

 

    

- Horoooooo, suéltame que hay que ir a clases… - el pelivioláceo estaba desnudo en la camita con el peliazul agarrándose a su cintura.

 

 

   

- ¿Quieres recibir clases chino? – El ojinegro metía las manos y tocaba las nalgas del Tao – Yo te doy las clases de sexo que me pidas Tiburcio pero esas las doy aquí en la cama… ¿Te apuntas?

 

 

   

- Mmm… ¿Y das premios por aprender la lecciones?

 

    

  

- Claro, mi muñeco, todos los que quieras mientras vayas aprendiendo “A este no se le escapa nada”

 

 

   

- Bien, me apunto profesor Horo   – el Len se acomodaba en la cama entusiasmado - ¿Cuál es la primera clase?

 

 

    

- Es… Como practicarle sexo oral a tu novio, yo voy primero porque tú eres un burro y no sabes, la otra vez lo hiciste nefasto – replicaba el Horo.

   

- Así, ya vas a ver puercoespín – al pelivioláceo se le despertó el espíritu competitivo – enséñame que yo aprendo rápido.

  

- Bien, primera lección… - el ainu levantó la sabana para descubrir sus hermosos cuerpos desnudos.

 

 

    

Abajo en la puerta…

 

 

   

- mmm… Ana ¿Crees que Len y Horo vayan a clases hoy? – Yoh, levantaba la mochila de su novia y se la montaba.

 

 

   

- No, creo que hoy van a aprender en otro lado otras cosas – decía la chica haciéndose referencia a lo que sabía que pasaba en la alcoba.

 

 

   

- ¿Se puede aprender en otro lado que no sea el cole? Eso suena divertido ji, ji ^.^

 

 

   

- Ay Yoh… nunca vas a cambiar – la rubia salía de la casa - “Tremendo esposo el que me tocó, a este paso tendremos relaciones el día de nunca” – Ana suspiró resignada.  

 

 

 

       

            

 

 

Notas finales:

 

Muy bien, tomen en cuenta que es lo primero que saco de Shaman king, además que de vaina me acuerdo de los nombres, bien mis colegas dejen reviews que yo como pana que soy de ustedes se los contesto, digan lo que quieran que estoy abierto a TODA clase de comentarios, sean buenos o malos, decentes e indecentes, cortos y largos, en fin, no se conformen con solo leer y opinen… gracias por leer y por los reviews que dejen… hasta la próxima  

  

Sasulee…   

 

 

 


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