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Angel of mine por Bellatrix

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Notas del fanfic:

Espero que te guste Imoto mia, sabes que te quiero!!!

 

Se escondía entre las miles de formas rocosas que guardaban ese inhóspito lugar. No sabía muy bien como se había atrevido a llegar hasta ese punto por algo que quizás nunca alcanzaría. Le pidió permiso a El y aunque fue reacio a ello se lo concedió. Bajaría a los infiernos para encontrar a su maestro. Como un buen arcángel su espada estaba a buen recaudo en su cinturón pero de poco le sirvió, ya que esas serpientes le apretaron con fuerza, hasta el punto de hacer moratones en su bronceada y pulcra piel. Fue levantado por una fuerza sobrehumana y arrastrado hasta una sala donde yacían en el mismo estado media docena de ángeles como el.

Los pusieron de rodillas ante una puerta negra de dos hojas que se abrieron produciendo un crujido que erizo la piel de todos los presentes. Por ellas apareció un demonio con la piel pálida, el cabello ébano, los ojos rojos encerrados en una mirada arrebatadora y un porte digno de un príncipe. Sus alas negras se erguían en su espalda como lo hace un ave rapaz apunto e atacar a su presa y la sonrisa de sus labios tan macabra y electrizante a la vez le hizo temblar. Sus torneadas piernas eran tapadas por unos pantalones negros ajustados, a juego con una camiseta de lycra y encima de ella una casaca que le llegaba hasta más debajo de las rodillas del mismo color.

Se acerco con paso resuelto hasta el primero de la fila y le miro desde su considerable altura. Al ángel temeroso lo pusieron también de pie.

_ ¿Qué haces en los infiernos?

_ Yo...soy un ángel caído, vengo a servirles..._ respondió tartamudeante.

_ ¿Algo mas que añadir?_ dijo poniendo su mano derecha tras su espalda, el demonio

_ No, no mi señor...

Una bola de fuego se formo en la mano del demonio moreno y la lanzo al ángel haciendo que este se quemara vivo gritando de dolor hasta que de su cuerpo no quedaron más que cenizas. Repitió el proceso con todos los demás y con todos obtuvo el mismo resultado. Ya solo quedaba uno, el de la piel tostada y se situó de la misma manera que lo hizo con los otros seis.

_ ¿Qué haces en los infiernos?

No se lo podía creer. Su voz no había sonado como antes, la verdad es que nunca había sonado así. No se lo había dicho con desprecio ni rabia, ni siquiera indiferencia, si no con interés. No sabia como pero ese pequeño le inquietaba, no se comportaba como los demás ángeles que había conocido. Sus cabellos oro caían graciosamente por su frente aunque la mayoría se mantenían de punta, su cuerpo, aunque no muy grande estaba bien formado, muestra de que era un ángel guerrero. Los dos mares que tenia por ojos miraban a la lejanía de frente no se dirigieron nunca a las orbes escarlata y sus enormes alas blanca y resplandeciente no se escondían en su espalda si no que mostraban la misma forma que las del demonio. Salio de sus pensamientos cuando esos labios canela se abrieron y una voz melodiosa salio de ellos.

_ He venido a buscar a mi maestro.

_ ¿Tienes algo mas que decir?_ por dentro el demonio esperaba con toda su alma que dijera que si no le gustaría hacer desaparecer a algo tan hermoso.

_ Si, la ignorancia sigue siendo la peor enfermedad del hombre.

 

El moreno asintió. Esa era la contraseña de entrada por lo que dio media vuelta para perderse por donde había venido. Al llegar al marco de la gigantesca entrada se giro.

_ Sígueme

Sin embargo, a pesar de haber sido una orden directa, el ángel no se movió y siguió mirando al frente, erguido.

_ Vamos angelito, si quisiera matarte, violarte o hacerte algún daño ya te lo habría hecho..._ dijo socarronamente el demonio

El rubio ángel se dirigió hasta el. Se le encaro y por primera vez el demonio pudo verse reflejado en las orbes zafiro. Quedo prendado por esa fuerza y carácter que desprendían.

_ No vuelvas a llamarme así, diablo

_ ¿Entonces?

_ Mi nombre, aunque no se para que te lo digo, es Naruto

_ Sasuke...

Ambos empezaron el camino por entre los pasadizos sinuosos y mal iluminados con parsimonia. Iban en silencio, un silencio incomodo. El bajo de la gabardina de lino blanca que llevaba Naruto comenzó a mancharse del suelo arenoso por el que pisaban. Sasuke no aguanto mas esa mudez, cosa muy extraña en el.

_ ¿Cómo se llama tu maestro?

_ Iruka

_ ¿Iruka? ¿Vienes a por Iruka?_ comenzó a reírse fuertemente el moreno.

_ Si ¿Qué pasa?

_ Oh nada, nada...solo que sabes porque esta aquí, ¿verdad?

_ Claro, el Señor Nuestro Dios me lo explico todo. Mando a mi sensei Iruka para que os observara y fue secuestrado. No se me ha permitido recuperarlo, pero si ver su estado...da gracias.

_ ¿Qué de gracias de que?

_De que no tengas que pelear contra mí...

_Usuratonkachi...

Al moreno le hacia mucha gracia el ángel rubio, pero esa expresión de niño pequeño cuando le insulto le pareció terriblemente adorable. Como podía pensar esas cosas, ese no era mas que un ángel como otro que le odiaba y le tenia asco, como debe ser. Sin embargo algo en su interior le pedía que se lo contara que le contara la verdad.

 

_ Eh, Naruto... esa no es la verdadera razón por la que tu sensei esta aquí.

_ No intentes engañarme Sasuke baka por que no va a funcionar...

_ No te voy a engañar. Da la casualidad de que no se si lo sabrás, pero Lucifer antes fue un ángel...

_ Claro que lo se. Se revelo contra Dios, y se hizo el rey de los infiernos...

_ Error. Lucifer no se revelo a Dios, Dios lo mando aquí. El infierno fue creado por Dios. Aquellos humanos que no quisieran ser agraciados con la salvación divina de Nuestro Señor son mandados aquí. Es como la cárcel del cielo. Las relaciones entre los distintos demonios con Dios siempre fueron cordiales hasta que mi abuelo Lucifer o Madara, como nosotros le llamábamos, perdió su trono a manos de un demonio corrompido por el poder: Orochimaru.

_ ¿Orochimaru?

_ Exacto. Por eso Dios envió  Jesucristo a la tierra para salvarla del inminente ataque que le asestaría Orochimaru. Mi familia, los herederos de Madara, conseguimos vencerle a el y a los suyos, y mi padre ocupo el lugar que le correspondía. Desde entonces tenemos mala fama allí en el cielo, pero mucho mas lejos de la realidad.

_ Pero no lo entiendo, entonces los ángeles caídos y los espía no tienen sentido. Además, tu hace unos minutos has matado a ángeles...tu historia no concuerda...

_ Los "ángeles caídos" son los ángeles que Dios envía desde el cielo asta aquí para que nos ayuden en nuestra tarea, los ángeles espía son una especie de inspectores que nos controlan para que todo este en orden y lo de antes, Naruto, no eran ángeles eran esclavos de Orochimaru enviados para introducirse en nuestras filas y rompernos desde dentro. Sin embargo, Dios prefiere mantener este hecho a buen recaudo de vosotros, los ángeles del cielo, para tener un absoluto control en ambas partes y que no le pidáis cada uno a donde ir...

_ ¡Por eso Dios me dio esa contraseña!_ decía Naruto extasiado al descubrir toda la verdad de su existencia.

_ Parece que lo vas pillando...

En esa conversación llegaron a unos portones color vino que era vigilado por dos demonios de gran tamaño. Al ver que el que se acercaba era el mismísimo hijo de su superior le dieron paso sin ni siquiera mirarle, pues por todos era sabido el fuerte carácter del moreno.

Al entrar los dos quedaron estáticos completamente, cada cual con su expresión: Naruto no apartaba la vista ni un ápice asombrado de lo que sus azulados ojos percibían y Sasuke simplemente mostró su desacuerdo en esos rojos ojos. Y es que no era par amenos, en una cama gigantesca de sabanas negras de seda con un enorme dosel haciendo juego se encontraba dos cuerpos. Pero no dos cuerpos cualesquiera, no, si no el mismísimo demonio siendo cabalgado frenéticamente por el sensei de Naruto: Iruka.

Sus gemidos de placer eran roncos, muestra de que no era la primera vez que lo hacían en ese día, así como las manchas de semen por toda la tela. Las uñas del castaño se incrustaban en la blanca piel del canoso que al ver a los dos muchachos sonrió vergonzosamente.

_ Ne...Iru-chan...cariño...para...

_ ¿Qué pasa Kakashi que no te gusta lo que te hace tu niñito? Ah... ¿no te gusta que te monten diablillo?..._ dijo lujuriosamente bajando con mas fuerza por el erecto pene.

Ambos incrementaron el ritmo, haciendo caso omiso al color bermellón que tenía el rubio ángel que no entendía como su serio y sobrio sensei le estaba pidiendo al rey de los infiernos que lo azotara mas fuerte. Se oye el ruido que salieron de las bocas de ambos al liberar sus líquidos de placer, llenando uno de ellos el pecho del diablo que recogió y lamió  con gula. Ambos se recostaron en la cama, pero al estar en esa posición Iruka vio a los dos espectadores y salto como un rayo detrás de una de las cortinas del dosel.

_ Na-naruto... ¿Qué haces aquí?_ señalaba con el dedo a un ángel rubio tan rojo como el_ y tu, baka ¿Por qué cojones no avisas?

_ Si lo he intentado, Iru-koi..._ decía mientras escapaban dos lagrimones de sus dispares ojos, ya que tenia uno gris y otro idéntico a los de Sasuke

_ Y... ¿este es el rey de los infiernos?_ pregunto Naruto por lo bajo a Sasuke

_ Si Naruto si...aunque a veces el hijo parece el...

Los jóvenes se fueron evitando la barata excusa que intentaba darle el de la media melena al de los ojos claros. Naruto acompañó a Sasuke a una sala decorada con sofás de color granate y muchos cojines negros. Tenía una barra americana con un montón de bebidas, la mayoría de ellas alcohólicas. También había una estantería repleta de voluminosos libros todos con cubiertas muy bonitas. Naruto quedo sorprendido de cómo algo que en un principio parecía siniestro pudiera ser tan bello. En el fondo se parecía un poco a Sasuke...

El demonio se posiciono detrás de la barra y empezó a mezclar bebidas y sirvió en dos copas un líquido negro y puso una pajita en el recipiente. El ángel lo miro reacio, podía ser alguna droga para quedarlo en los infiernos o quizás era una prueba de Dios.

_ Vamos, tranquilo, no te quitara tu pureza...es una bebida humana...pruébala

Naruto acerco su morenita boca a la pajita lentamente sorprendido de la facilidad que tenia el moreno de adivinar sus pensamientos. Tomo un poco del liquido y trago, paladeo un poco y... ¡estaba exquisito!

_ Um... ¿Qué es?

_ Es vodka negro con sprite...

Sasuke miraba admirado la belleza que irradiaba el pequeño ángel que le acompañaba. Nunca había sido tan amable con nadie, ni siquiera con sus hermanos, pero esa piel, esa luz le envolvía queriendo que no se marchara nunca.

Pasaron allí largo rato, bebiendo, leyendo, hablando...disfrutando, al fin y al cabo, de la compañía del otro. Se tumbaron de lado y contemplaron a su compañero perdiéndose en la mirada contraria. Los ojos del demonio tornaron de ese color fuego a un intenso negro como la noche.

_ Sasuke...tus ojos...

_ En realidad son así, pero solo se lo muestro a las personas que quiero.

Ese sentimiento, de apenas unas horas era mas fuerte que cualquier otro que hubiera durado una vida. Les hacia cosquillas en el estomago, era inexplicable. Atraído como por un imán los labios de Naruto acortaron distancias con los de Sasuke, pero este interpuso su mano entre ambas bocas.

_ Naruto, no quiero que pierdas tu pureza. Se que tienes que regresar al cielo y yo como heredero al trono de los infiernos no puedo ir contigo. Déjame amarte sin romper tu esencia.

Naruto asintió entristecido, era cierto, no podían tocarse. Eso eliminaría su pureza, convirtiéndolo en un "ángel caído". Sasuke se levanto y con el, el rubio. No quería separarse del moreno, aunque no pudiera tocarle quería sentirle, notar rozar su respiración contra su cuello. Sin embargo, Sasuke no se fue. Dirigió una mano a una de sus alas y arranco una de sus plumas negras. Ese hecho conmovió mucho al rubio, pues sabía que cuando un ángel o un demonio perdían una de sus plumas incrementaban cinco años su aspecto a los cinco días.

Sasuke le indico que se tumbara y cerrara los ojos, el obedeció gustoso. El calido aliento de su demonio le rozo el lóbulo de la oreja, excitándolo al máximo.

_ Piensa que son mis manos..._susurro Sasuke.

La pluma de sus alas comenzó a recorrerle el cuerpo. Se poso con delicadeza en su frente, bajando por su nariz y acariciando sus mejillas. Una suave caricia se deslizo por sus entreabiertos labios y bajo a su moreno cuelo haciéndolo gemir quedito.

_ Desabróchate el chaleco mi amor...

Así lo hizo, quitando con desesperación las cuerdas de tejido que mantenían unidas las dos partes de la prenda. Su pecho moreno, con sus pectorales débilmente marcados subía y bajaba acompasados con su agitada respiración, mientras que esa pluma negra le recorría sin prisa, erizándole cada centímetro. Se deshizo también de sus pantalones blancos y su erecto miembro fue atendido con esa parte de las alas de su amado y por soplidos procedentes de la boca de este. Era tanta la fuerza de la pasión que sentían que ambos tuvieron un orgasmo sin tan siquiera besarse...

La hora de partir llego para Naruto y tal y como había hecho Sasuke tres días atrás le entrego una de sus blancas plumas. Se miraron una última vez  a los ojos y cerrándolos aproximaron sus bocas sin llegar a tocarse, solo para sentir la respiración del otro en los labios anhelantes de contacto.

Lloraron, cada cual en su hogar. Uno en el cielo, otro en el infierno sabiendo que nunca más volverían a verse, que tendrían que vivir soñando por un amor que nunca llegaría a producirse. Sin embargo, una noche en la que todo el reino de las llamas dormía, Sasuke fue a los aposentos de su hermano mayor con una daga. Le explico a Itachi todo lo que tenia que hacer y tras abrazarse llevaron a cabo el plan...

Naruto comía sin tener hambre, solo para no hacer un feo a sus compañeros ángeles que desde que había vuelto de allí abajo lo encontraban raro. Uno de sus hermanos venia con una extraña noticia: un príncipe de las tinieblas había usado la daga de Okimik convirtiéndose en mortal. Su corazón salto teniendo un mal presagio y con permiso de sus superiores bajo a la Tierra para cerciorarse de quien era ese desdichado.

Lo encontró en un parque admirando la luz de la luna. Era el, no había duda. Se hizo corpóreo y poso una mano en su hombro, llorando, mientras que Sasuke le sonreía con dulzura...

_ ¿Por qué Sasuke? ¿Por qué has hecho esta locura? ¿Eres capaz de comprender todo el sufrimiento que conlleva ser mortal?

_ Si Naruto lo se, pero prefiero vivir y morir en este mundo con la esperanza de que algún día subiré al cielo y podré estar a tu lado, que vivir eternamente soñando con tus labios...

Por fin, unieron sus bocas en un pacto sellado, un pacto inquebrantable de amor, tan puro, tan eterno, que ni siquiera Dios se atrevería a romperlo...

Notas finales: Solo espero que lo hayais disfrutado, sobretodo tu mi chiki!!! besitos a todos!

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