MI PESADILLA COMIENZA AQUI
Todo empezó cuando tenía alrededor de dieciocho años. Para ese tiempo mi espíritu era joven y solía ser un chico muy amigable con toda la gente, más de una vez me había ganado el apodo de lindo por parte de las mujeres, inclusive de mis amigos. La verdad no tenia ni la más remota idea a que le adjudicaban tan apodo, pero bueno si ellos querían darme a entender que era lindo, yo no lo iba negar. Claro, esto se debía a que sinceramente no era la clase de persona que se ponía a discutir y alegar lo que los demás decían, si ellos querían verme lindo, bueno muy a su gusto ya que a mi me daba igual. En esa época, yo residía en una universidad lejos de mi familia, y de cierto modo era independiente. No negare que era muy difícil, ya que extrañaba a mis padres y hermanos, pero ya había decidido estudiar fuera, según yo por que era Universidad reconocida, a diferencia de la que había en mi casa.
En fin, para ese entonces yo tenía bien definida mi sexualidad, tras mucha resignación tuve que aceptar que me atraían tanto las mujeres como los hombres. Por supuesto que nadie de mi familia tenia idea de mi situación. Temía que mis padres me rechazaran, temía decepcionarles, incluso me sentía fatal por que sentía que mi sentir era un crimen contra Dios, en verdad tenia varios prejuicios contra mi mismo; sin embargo, ya no podía hacer nada, por que ya había tenido relaciones intimas con hombres. Aun así, yo era un bisexual activo, por lo tanto jamás había sido penetrado, y para ser sincero no tenia intenciones de ser pasivo nunca. Primeramente por que si lo llegaba hacer tenia que ser con alguien a quien yo verdaderamente amara, segundo por que me entraba un inmenso temor la idea de ser tomado.
Para mi satisfacción , mi estatura era excelente, y mi aspecto físico envidiable, por que si bien no poseía músculos tan notorios, mi cuerpo al menos era atlético, NO obstante, estar lejos de mis padres, que me pagaban la comida afecto de manera proporcional mi dieta, haciéndome perder bastante peso. Pero aunque fuera delgado, seguía yendo al gimnasio, “flaco pero no débil” ese era mi lema. Aunque tenía un trabajo de medio tiempo, definitivamente no me alcanzaba para mis gastos personales, ye eso que contaba con beca. Además de que no solía administrar mi dinero sabiamente. Prefería comprarme un nuevo par de pantalones, un abrigo costoso, un video juego, a comprarme comida. De ende que estaba a dieta forzada. Como trabajaba gran parte del día en la biblioteca de la escuela y estudiaba, mi vida se había reducido a vivir en el insitito, estudiar, trabajar, e ir a los dormitorios, donde debo recalcar que tenía un compañero de habitación completamente desagradable. Siempre tenia la luz prendida y el radio a altas horas de la noche, sin olvidar que tenia como tiradero el cuarto, y no importaba cuanto me esforzara por arreglarlo, el siempre se encargaba de hacerlo un chiquero. Por tal razón decidí no arreglarlo más, yo no seria el criado de el.
Debido a que llegaba tarde del trabajo y no había tiempo de salir con mis amigos, mis amistades eran en su mayoría cibernéticas, y siempre me animaban o daban consejos. Todas las chicas de la sala me querían mucho por ser tan cortes, y los chicos valoraban mi amistad, siempre preocupados por mi y todo. En verdad les estimaba un chorro, por que me daban valor para aceptarme como era…
MARINA: Knight, deberías aprender de mi y de Mario a defenderte, por que ya ves que a estos envidiosos que entran a la sala les da por ofenderte, solo por que tu eres tan querido aquí.
Knight: Hum tienes razón MARINA, ja, ja, ja, tu y Mario serán entonces mis maestros. Hum… eh… discúlpame linda dama pero será en otra ocasión tengo que irme.
MARINA: ¡Ay no! Quédate Knight anda no te vayas…
Mario: Si hazle caso a MARINA, no te vayas hermano apenas esta por empezar la diversión.
Knight: Um… con mas razón lamento partir, pero es que este…
MARINA: No me digas que es el fregon de tu ex otra vez… Ay niño ya no le hagas caso, el su vida y tu la tuya.
Knight: Pero es que me pidió ayuda.
Mario: Siempre te esta pidiendo favores y tu de buen samaritano se los cumples, por Dios ya no le hagas caso. Pero bueno en fin, si quieres ayudarle no te detendremos hermano, cuídate mucho, te leemos otro día.
MARINA: Si, cuídate mucho niño lindo. ¡Muacks!
Knight. Gracias lindura te lo agradezco de corazón, guardare tu beso con mucho cariño. Te mando uno de forma respetuosa a tu mano, también gracias hermano, ustedes también cuídense, los leo cuando pueda.
MARINA: Ay Knight tu siempre tan cortes, bueno gracias, hasta la próxima.
Mario: Hasta la próxima hermano.
Habiendo dejado su computadora portátil Aramis que se hallaba solo en su cuarto camino salio sin decir nada. Caminaba indeciso por los corredores obscuros del edificio que eran iluminados por una tenue luz que apenas se distinguía. Llego hasta una habitación, y dudo en tocar… realmente no sabia si llamar a la puerta o regresarse por todo el camino hasta su lecho. NO obstante se armo de valor y tocó, dos veces fueron necesarias para que le abrieran. La persona que estaba dentro de la alcoba, lo jalo del brazo y lo llevo dentro.
-Sabia que vendrías.- Dijo en un tono muy sexy.
-Bueno vine por lastima. Si no te hago caso yo ¿quien más lo hará?- Dijo en un tono petulante el joven de cabellera tan obscura como el interior de un féretro.
-Siempre tan amable, bueno anda toma asiento.-Dijo un joven de cabello rizado, castaño claro y corto.
-Um… si no te importa prefiero estar parado. Bueno dijiste que tenias algo urgente que decirme y necesitabas ayuda… ¿en que puedo ayudarte?- Pregunto Aramis algo desesperado.
-Vaya Aramis, ¿Cuál es la prisa? Todo a su tiempo.- Dijo mientras comenzaba a desabrocharse los botones de su camisa.
-No tengo tiempo que perder contigo, si no me necesitas me iré. Con tu permiso.- Haciendo una reverencia se dispuso a salir solo para verse detenido por la mano de si ex –novio.
-Bueno si quieres que te diga por que te llame aquí lo diré. Veras estaba pensando en ti, en tus besos y caricias y no pude evitar excitarme. Así que pensé que como tu eras el culpable de mi excitación, es tu deber aplacarla.
-Y eso a mi qué, no es mi responsabilidad bajarte la calentura cada vez que piensas en mi. Ese es tu problema.
-Anda por favor, solo esta ultima vez, por los viejos tiempos.- Y sin decir más soltó a Aramis y bajo el cierre de sus jeans. Lo que puso muy nervioso al otro chico.- Sabes que es lo que quiero verdad, aunque sea solo eso… hazlo por favor Aramis.-Sin decir nada el chico de cabellos negros, se acerco hacia el e hincándose se situó entre las piernas de su ex, posando sus manos en ambas rodillas del joven.
-Pero ten en cuenta que esta es la ultima vez Elías.- Poco a poco saco el miembro endurecido de su amante, y lo empezó a frotar con sus manos de arriba a bajo, sin pensarlo dos veces comenzó a darle atención con su lengua, de una manera muy sensual. Al poco tiempo lamía la punta que preparándolo para meterlo en su boca. Cuando lo hubo hecho, su amigo no podía contener los suspiros, el suave mete y saca que Aramis le proporcionaba era inimaginable, penetrar tan acogedora cavidad era como tocar las nubes.
-¡Ah, ahhhhhh, ah , ah ah, esa boquita que tienes es todo un manjar, ah no pares… mas rápido, ah, ah, ah!.- al decir estas palabras entrecortadas por la agitada respiración, Elías tomo la cabeza de su amigo y lo obligo a meter toda la longitud de su miembro en la boca. Empezó, a darle arremetidas una y otra vez.-Um…Um…-decía Aramis quien se estaba atragantando, cuando presintió que su compañero se iba a correr rápidamente se aparto. –¡Ah me vengo!!Ahhhhhhhh….AHHHHHHHHH, UMMMMMMMM!
Al cabo de unos minutos ambos recuperaron el aliento y Aramis se dispuso a dejar aquella habitación de una buena vez.
-Aramis, gracias eso fue maravilloso, en verdad eres espectacular.
-Solo espero que dejes de pensar que soy tu consolador particular me molesta mucho tener que hacer esto, pero como te dije es la última vez.
- Esta bien entiendo, pero antes de que te vayas tengo que decirte que un joven me dijo que te diera este mensaje.
-¿Un mensaje?
-Si toma, lo escribió en una carta. Descuida, no la he abierto, por si acaso desconfías.
-Bueno como sea, que pases buenas noches.- Acabadas estas palabras el joven salio del cuarto en dirección al suyo, en verdad se sentía mal consigo mismo por no rehusarse. Pero qué más podía hacer ni que el no quisiera un poco de diversión para variar. Por otro lado, al menos esta visita a Elías había sido mas lucrativa que las otras ya que la carta le parecía algo interesantísimo.-¿Quién la habrá mandado?
-Una vez en su habitación, tuvo la ingrata sorpresa de ver que su compañero ya se encontraba ahí para su decepción, pero aun así leería la carta, tan pronto el sujeto despreciable cayera en brazos de Morfeo. No tuvo que esperar más que una hora para abrir la carta la cual decía:
Querido Aramis:
Es muy grato para mí darte mis sinceros saludos. Quiero decirte que te esperare mañana temprano a las 8:00 a.m. en punto en la cafetería. Te aconsejo que vayas, no te arrepentirás tengo un gran trato que proponerte. Bueno esperare ahí hasta que te aparezcas no dudes en asistir. Cordialmente se despide de ti un servidor.
Atte. Anónimo.
-¿Pero que rayos es esto? ¿Admirador, trato…?-Estas preguntas perpetuaron en la mente de Aramis toda esa noche y en todos sus sueños…
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