Epilogo
Todo el pasillo es oscuro, alumbrado por una precaria luz proveniente de las antorchas pero aun así puedo divisar su silueta en el fondo de la celda.
-¿Qué quieres Kakashi?- me dice incluso antes de que pueda decir algo.
-La Hokage me ha enviado a interrogarte- digo sin rodeos, no quiero mentirle de cualquier forma no creo conseguir nada
No me dice nada, solo se queda mirando sin expresión. La luz de las antorchas apenas y me ayudan a divisarlo en las tinieblas, ahora ha crecido, es tan alto como yo, su piel es más pálida y su cabello está un poco más largo, aunque tal vez sea por los 2 meses que lleva encerrado en la celda con el chackra sellado, según instrucciones de la Hokage.
Y comienzo a recordar, recuerdo todas aquellas explicaciones que siempre quise dar: “Al otro día te vi. Vi como abriste los ojos con alegría. Me sonreíste feliz con total inocencia y eso me partió el corazón. Me di cuenta del error que había cometido; tu estabas tan solo, tan necesitado de cariño. Y me sentí miserable, sentí que me había aprovechado de ti y por eso no volví a acercarme a ti. Por eso puse una barrera entre tu y yo. Era por tu bien- me dije- a la larga sería lo mejor. Tal vez ni siquiera te dolería tanto, eras joven. Podrías superarlo”. Explicaciones que siempre quise dar, pero que no daré ahora, no cuando han pasado tres años, no cuando estoy aquí para interrogarlo antes de su ejecución.
-¿Qué paso Sasuke?- le pregunto intentando hacer que me explique, que explique por que vino a las fronteras de Konoha, por que no huyo cuando llegaron los anbu
Pero no consigo una respuesta él solo esta ahí quieto mirando el vacío.
Y entonces me decido: -¿Cómo mataste a Itachi?
Es ese el nombre que hace que levante la mirada y por un breve y fugaz momento puedo ver su rostro que ha perdido su impasibilidad, su expresión se torna angustiada, pero es solo un instante al siguiente su expresión es tan fría como siempre.
Y con todo en ese instante deseo abrazarlo y poder volver atrás y que nuevamente me pida quedarme y que esta vez me quede a su lado, pero un vistazo a la reja de la celda me hace saber que eso no va a pasar.
Sasuke no dice nada. Sigue con su mirada perdida en el horizonte, como si no viera nada… solo el vacío. “Ojala te hubiera podido salvar de ti mismo” pienso aunque tal vez lo he dicho en voz alta porque de pronto contesta:
-Uno mismo es responsable de sus actos, nadie te culpará de nada- dijo con su voz inexpresiva- Es el castigo que merezco. Traidor a la villa, ¿no?
-Sasuke…- comienzo
-¿Dónde esta Naruto?- me sorprende esa pregunta pero contesto con la verdad
-La Hokage lo envió junto con Sakura fuera de la aldea cuando supo de tu captura.
Hay un leve cambio en su rostro pero no se definirlo.
-¿Hay algo que pueda hacer por ti?- pregunto con verdadero interés Y me quedo ahí parado esperando una explicación que no llega, esperando que confié en mi y que vuelva a ser el chico de doce años que llego a mostrarme su alegría e inocencia.
Pero me quedo esperando.
Al fin suspiro no se si es de frustración por saber que eso no pasará, no se si es de alivio porque he venido aquí a lavar mi conciencia y su silencio al menos no me reprocha nada, no lo se.
Al fin me contesta con un “Nada”, es su escueta respuesta antes de dirigirme una última mirada y volverse a sumergir en las tinieblas de la celda.
Lo sabia no he podido conseguir nada, y no he podido hacer nada por él. Me dirijo con paso lento a la salida del pasillo.
Fue la última vez que lo vi. Al parecer su ejecución fue de forma silenciosa.