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El jardín de medianoche por Madame Lawliet

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Notas del fanfic:

Esto es un bonito one-shot que se me ocurrió después de leer el libro. Es, podría decirse que, un capítulo agregado del reencuentro de los hermanos Long.

Nota: Ambos tienen el pelo negro. Peter por los hombros y Tom media melena cortada a lo loco.

Notas del capitulo: El POV va variando, pero se nota cuando se cambia de personaje ^^

El jardín de medianoche

Capítulo XXVII
Al llegar a casa

Tom Long se despidió de su tio Alan con un escueto gesto de la mano. Iba a echar de menos el jardín...y a la Hatty joven...

"Podré visitar a la Hatty anciana..."

Ese corto pensamiento le alentó un poco y se acercó a la puerta de casa con intención de abrirla...pero vaciló.

Estrañaba a su hermano con una fuerza que le asustaba, como si dependiera de su existencia para vivir más allá de lo que requería de agua, comida o incluso oxígeno.

La mano le tembló sobre el pomo y se obligó a serenarse para abrir la puerta con un suspiro y los ojos cerrados, recordando por inercia cómo cruzaba las puertas en el jardín.

Al abrirlos de nuevo, un rostro angustiado se enfrentaba al suyo unos centímetros por encima.

Era Peter. Era su hermano... El hermano al que tanto ansiaba volver a ver después del encuentro en la torre Ely. Y sin embargo, se vió incapaz de dar un paso más para abrazarle o, simplemente, abrir la boca y saludar.

Estaba congelado.

Había sido sólo un mes, pero había cambiado. Su pelo negro ya le caía por debajo de los hombros y sus ojos verdes ya no eran los de un niño. Peter había crecido...¿lo habría hecho él? La verdad es que la mayoría de los cambios de su cuerpo siempre le parecían vagos, inexistentes, sin importancia. Pero en ese momento se sentía insignificante e insuficiente para su hermano sólo dos años mayor.

-Papá y mamá han salido-Peter se dió la vuelta. Le dolió. Esperaba algo más de su hermano, algo que le indicase que también le había extrañado...pero nada.

-Peter...-El mayor le miró y él no supo cómo interpretar la mirada que le dedicó, tragándose un sollozo al continuar-Te he echado mucho de menos.

Tan rápido que no supo cómo reaccionar, los brazos de su hermano le apresaban con fuerza contra su pecho.

-Me preocupé al no recibir más cartas. Pensé que me mentiste después de lo de la torre Ely...-Y estaba celoso. Pero eso no lo admitiría delante de su hermano pequeño Tom porque ni siquiera él conocía el por qué se había puesto así.

-No...es sólo que Hatty quería salir del jardín y fui con ella a patinar-Se refugió entre esos brazos cálidos. La ropa oscura de su hermano desprendía un aroma que le recordaba al jardín, a su jardín, fresco y arrullante a un tiempo. Suspiró aferrándose con fuerza a su espalda. Por fin estaba con él, con su Peter, tan parecido a él que podrían pasar por gemelos de no ser por la altura o el color de los ojos.

-Yo también te eché de menos, Tom...y las plantas del jardín aún están algo alicaidas-Por alguna razón que no lograba entender, la voz ahora algo profunda de su hermano en su oído le produjo un estremecimiento-¿Quieres salir y verlas?

Estuvo a punto de decir que no, de rogarle que no le soltara, pero el recuerdo del otro jardín le perseguía y queria volver cuanto antes al de su casa, trepar junto a su hermano, estar ahí con él sin necesidad de Hatty o los tejos.

En cuanto se separaron, corrió hacia el jardín. Era pequeño en comparación con el otro, pero seguía siendo su jardín...ese en el que Peter y él pasaban horas trepando. Observó las plantas y sí que estaban algo...como tristes...

-¿Qué les pasa?-Cogió una de las hojas amarillentas de un rosal, examinándola mientras esperaba una respuesta.

-Están así desde que te fuiste. Papá dice que eres algo así como su pequeño sol-En un principio, eso le habría sonado cursi, pero al oirlo de boca de su hermano le pareció extrañamente bonito. El querría ser tan vital para su hermano como él lo era para sí mismo y querría que Peter se lo dijera...pero sabía que eso no podía pasar. Además, empezaba a preocuparse por lo que sentía hacia su hermano, no era como lo que todos sus amigos sentían por los suyos y le daba algo de miedo no ser normal...

-Peter...¿puedo preguntarte algo?-Su hermano se limitó a mirarle con curiosidad, asintiendo-¿Qué es lo que debe sentirse por un hermano? ¿Debe ser como...yo para las plantas?-Peter vaciló, pensando una respuesta, mientras él le observaba expectante. Necesitaba saberlo. No le valía con la información que le daban sus amigos. Tenía que conocer las razones por las que su hermano era tan importante como para haber dejado incluso al jardín y a Hatty.

-Papá y mamá no tardarán en llegar. Vamos arriba-Frunció el ceño y se despidió de su jardín con una mirada fugaz, siguiendo a su hermano hasta su habitación.

Entrar ahí fue más difícil que atravesar puertas con Hatty. Esa era también su habitación y la conocía muy bien, pero ese día al entrar se sintió...como si violara la privacidad de su hermano, como si invadiera su espacio. Una sensación incómoda se instaló en su estómago y sólo dejó de centrarse en ella al escuchar el cerrojo de la habitación ser echado por su hermano con un ruido seco parecido al chasquido de una rama al romperse.

-¿Por qué haces eso?

-Porque no quiero que papá y mamá entren cuando lleguen, tengo que hablar contigo-Y la mirada de Peter le asustó. No porque diese miedo, si no porque no reflejaba a su hermano. Era esquiva, dudosa, como si temiera enfrentarse a sus pupilas violetas...como si tuviese miedo de que a través de ella pudiese dejar entrever algo.

Tomó asiento en su cama,esbozando una tenue sonrisa al sentir la suavidad del tejido en sus manos y recordando como si le tirasen un jarrón de agua fría la expresión confusa de Peter al que miró levantando apenas el rostro.

-¿Responderás a mi pregunta?-Suspiró aliviado ante el asentimiento del mayor y volvió a sonreir mientras éste se sentaba a su lado y le tomaba con extraña suavidad de la mano, mirando sus dedos entrelazados con una suerte de inentendible fascinación.

-Bien...Tom... Nadie puede decirte lo que debes o no debes sentir. Soy tu hermano, es normal que me necesites...que nos necesitemos. Por otra parte...-Titubeó, como si no quisiese continuar-...si quieres en exceso a un hermano...

-Es incesto.

-Ajá...y eso...

-Está mal...¿verdad?

-Sí,está mal.

-¿Por qué apareciste en la Torre Ely cuando estaba con Hatty?

-Supongo que...por el vínculo-Ladeó la cabeza estudiando cada gesto de Peter. Ya no le escuchaba...sólo...observaba. Y no le gustaba lo que empezaba a pasar. Quería pegarse a su hermano y no soltarlo-¿Estás bien, Tom?

-No...yo...me encuentro algo mal-Peter soltó su mano y posó con suavidad una mano a cada lado de su cabeza, inclinándose para besarle la frente. Pero no se separó, dejó los labios apoyados sobre su piel. Nunca, en sus catorce años de existencia, había sido tan consciente de un contacto como en ese momento. Le quemaba la piel.

Su respiración se aceleró y ni siquiera se dió cuenta de ello. Una de las manos de su hermano se deslizó hasta su cuello y allí se quedó, inmóvil, hasta que los labios de éste la siguieron en el recorrido por su mejilla para pararse sobre su oido.

-Esto está muy mal-El susurro, el simple tono de voz, le erizó el vello de la nuca. Ni con Hatty se había sentido así. ¿Qué era eso? No le encontraba un nombre, no era capaz. El latido de su corazón le tapaba los oidos y ocupaba toda su mente demasiado colapsada como para concentrarse en el tema-Eres mi hermano...¡mi hermano!...me estoy volviendo loco...

-¿Loco...?

-Mientras estuviste fuera ni siquiera dormí, Tom...-Un brazo rodeó su cintura, cerrándose firmemente alrededor de ésta-No podía dejar de pensar en si te habría pasado algo...

Y él mismo no vió necesarias más palabras. ¿Qué importaba que estuviese mal? Amaba a su hermano y ahora lo comprendía, en el momento de mayor confusión lo vió todo con mayor claridad y se lanzó.

Apartó el rostro sólo para recolocarlo y encarar a su hermano unos instantes, hundiéndose durante apenas unos segundos en el mar esmeralda que se abría ante él para milímetro a milímetro y con agónica lentitud unir sus labios con los de Peter en un roce que se estiró y se continuó en el tiempo, un roce que poco a poco empezaba a tomar movimiento y que sin que apenas se percatara empezaba a volverse frenético y necesitado.

Ahogó un jadeo y dejó que la lengua ajena se colara en su boca pegándose un poco más al cuerpo cercano, apoyando las manos en las rodillas del mayor ligeramente recostado.

Cuando se separaron ni siquiera se miraron. Peter abordó su cuello y empezó a lamerlo y besarlo con cuidado, como si fuese de cristal. Le desesperaba que le tratara como si fuese inferior.

-Muérdeme...-Dió un respingo cuando los dientes de su hermano se clavaron en su piel y un sonido apenas identificable como un gemido se escapó de sus labios entreabiertos.

Estaban perdiendo el control y aparentemente a ninguno le importaba. Apenas pudo sentir como su camisa era abierta y se deslizaba por sus hombros hasta que Peter volvió a clavarle los dientes, esta vez en la curvatura entre cuello y hombro.

Apartó a Peter haciendo acopio de prácticamente toda su fuerza de voluntad y se tumbó en la cama tirando de él. Su hermano se sentó sobre sus caderas y le observó desde arriba, intimidándole. Era un escrutinio profundo y extraño, como si quisiera grabarse en la memoria cada uno de sus rasgos.

-No debería estar haciendo esto, Tom-Estiró los brazos y pasó las manos por debajo de la camiseta negra de Peter, leyendo como si no hubiese escuchado lo que había dicho las palabras que rezaba la camiseta.

-¿The Velvet Underground?-Detuvo las manos a medio camino entre el abdomen y el pecho del mayor con expresión interrogante...y se sintió estúpido. ¿A quién se le ocurría preguntar algo así en un momento como ese? Tenía 14 años, pero no era un crío. Sabía lo que estaba pasando. Tenía amigos mayores que él que hablaban constantemente sobre eso...sólo que ellos hablaban sobre chicas desconocidas y él lo estaba haciendo con su hermano...además de estar ejerciendo el supuesto papel de chica.

Una risa fue lo que le sacó de sus entretenidas reflexiones y le devolvió a la realidad.

-Es un grupo de música de los sesenta o por ahí...

-¿Ese que siempre escuchas? ¿El que suena como un montón de bocinas de camión?-Su hermano volvió a reir inclinándose sobre él y mordiéndole el cuello con más fuerza que la vez anterior, haciéndole lanzar un suave quejido de dolor.

-Sí, justo ese-Peter volvió a elevarse y a mirarle desde arriba-Aunque yo creo que te refieres a Nirvana, Tom.

-No, ese es el que suena como si se rompiesen las cuerdas de un millón de guitarras a la vez mientras matan un cerdo.

-No te veo futuro como crítico musical, Tommy-Sonrió removiéndose un poco para acomodarse bajo el cuerpo ajeno recordando dónde tenía las manos y por qué, reanudando su tarea y subiendo la camiseta para retirarla hasta que su hermano lo hizo por él. De nuevo se vió hipnotizado por los cambios de ese ser tan cercano a él, junto al que se había criado y al que tanto conocía...y que en esos momentos se erigía frente a él con su piel marmórea brillando por la tenue luz que entraba a través de la ventana, revelando los sutiles y apenas marcados músculos que se formaban en el abdomen y el pecho. Juraría que hasta se le caía la baba frente a la imagen y llegó a preguntarse qué había sentido su hermano al ver su torso escueto y demasiado delgado. Se sonrojó intensamente e intentó mirar a otro lado, conversando consigo mismo sobre lo patético que debía parecer y lo que le gustaría ser invisible y poder estar allí sin que lo vieran como ocurría en el jardín.

Habría seguido así más tiempo de no ser por una voz que no les pertenecía ni a él ni a su hermano, una voz que le asustó más de lo que nada le había asustado en la vida.

-¡Pete! ¡Tommy! ¡Ya hemos llegado! ¿¡Dónde estáis!? ¡Papá os ha traido un regalo!

¡Era su madre! ¡SU MADRE! Apretó las manos en torno a los brazos de su hermano, mirándole con desesperación.

-Shh...no pueden entrar...-Esas palabras las susurró en su oido antes de erguirse y gritar en dirección a la puerta-¡Estamos en mi cuarto, mamá! ¡Tom tiene un trabajo para el colegio y le estoy ayudando a hacerlo! ¡Sería mejor que estuvieseis en silencio, que se desconcentra y al final acaba llorándonos a todos porque la profesora le tiene manía!-Pellizcó uno de los brazos que apretaba y Peter le dedicó una sonrisa burlona, esperando respuesta de sus padres.

-Oh...¡Vale, volveremos más tarde! ¡Portaos bien!-Se quedaron quietos hasta que oyeron la puerta cerrarse y a ambos se les escapó un suspiro de alivio. Al cuarto no podrían entrar...pero el susto que le dió la voz de su madre no se lo quitaba nadie.

Cerró los ojos y volvió a suspirar, olvidando que tenía a su hermano sentado en sus caderas.

-Mmm...¿Portarnos bien?-Sacudió la cabeza y frunció el ceño, mirando a Peter.

-¿Qué?

-Que no creo que esto esté entre lo que mamá considera portarse bien-Unos dedos bajaron desde su cuello hasta su ombligo, deslizándose suavemente sobre su piel y produciéndole un estremecimiento-Has crecido mucho, Tommy-La mano de Peter no se estaba quieta. Fue de su ombligo hasta su pecho y desde ahí fue recorriendo cada centímetro de su torso, deteniéndose en un costado por el que luego empezó a subir y a bajar casi con pereza mientras su hermano seguía el recorrido de su propia mano con la mirada.

-No he crecido...-Antes de que pudiera continuar su queja, Peter ya estaba inclinado sobre él sin dejar de acariciar su costado. Tragó saliva al verle de nuevo tan cerca y se arqueó con un gemido de protesta mal disimulado cuando apartó la mano. Se estaba quemando, ardía bajo el roce de su hermano y él se negaba a seguir...sólo se quedaba mirándole como idiotizado. Tardó unos segundos en darse cuenta de por qué Peter había parado, justo el tiempo que éste tardó de llevar las manos al cierre de su pantalón y desabrocharlo con rapidez.

-Sí que has crecido-Una extraña sonrisa se dibujó en el rostro de su hermano y se aferró a las sábanas ondulando todo el cuerpo cuando la mano que antes le acariciaba con calma se introdujo en su pantalón y rozó su creciente erección-Bastante.

-Pe...Peter...yo...-Y Peter sacó la mano al instante, mirándole con un deje preocupado a la vez que se inclinaba sobre él y le acariciaba la mejilla con los labios.

-No haré nada que no quieras, Tom. Párame si algo te molesta-Negó lentamente con la cabeza y buscó los labios del mayor con los suyos, quejándose al ver que estos se deslizaban por su rostro sin intención de llegar donde él quería.

-Bésame...bésame y hazme tuyo de una buena vez...-Gimoteó arqueándose bajo su hermano, llevando las manos al cierre de su pantalón para casi arrancar el botón y soltar un gemido extasiado al conseguir colar la mano en su ropa interior.

La reacción de Peter no se hizo esperar y volvió a devorar su cuello con jadeos roncos, moviendo la cadera mientras con dedos torpes desprendía a Tom de sus pantalones y sus boxers, fingiendo la penetración y deleitándose con los gemidos y ruegos de su hermano menor.

-Te va a doler si no te preparo...

-No me importa...-Besó con voracidad al que por el momento había dejado de ser su hermano mayor y onduló su cuerpo ya desnudo bajo él, acoplándose a sus movimientos e intentando desnudarlo del todo hasta que él mismo lo hizo y quedaron en igualdad de condiciones.

Las manos de Peter le recorrieron desde los hombros hasta el estómago, entreteniéndose por su camino con sus pezones y desesperándole. ¿No entendía que sus manos sobre él eran como fuego? ¿Que cada caricia le quemaba como un hierro ardiendo? Pero no estaba dispuesto a seguir suplicándole, aguantaría hasta que se consumiera en las llamas que su hermano creaba, torturándole.

-Tommy, voy a hacerlo-Cerró los ojos con fuerza cuando la palpitante erección se posicionó en su entrada y rodeó los hombros de Peter con sus brazos, esperando y mordiéndose el labio para no gritar de dolor cuando notó la invasión.

Le dolía, pero quería que se moviera. El dolor le resultaba extrañamente placentero y empezó a acostumbrarse a él mientras entrelazaba las piernas en la cadera del mayor y le empujaba hacia él sin poder contener un enorme gemido.

La sensación asfixiante de estar en el interior de Tom casi le hacía perder la cabeza y se obligó a moverse sin dejar de anteponer a su hermano, llevando una mano a la erección del menor y masajeándola a la par que embestía. Los gemidos eran cada vez más altos y placenteros, más estridentes...

-¡TOMMY! ¡PETER! ¡¿AÚN ESTÁIS ARRIBA?!-Se detuvierón blancos como la cal y se miraron jadeantes. Ya no podían detenerse...aunque estuviesen sus padres ahí. Tenían que seguir.

Peter tragó saliva y separó el rostro del cuello de su hermano, mirando la puerta.

-Sí...e...esta...aaaah...amos aquí...

-¿Estás bien, Peter? Suenas como enfermo.

-Sí, sí, estoy...bien-Se mordió el labio. No podía dejar de moverse, sutilmente, pero se movia y tenía que tapar la boca de Tom con la mano para evitar que gimiera demasiado alto.

-Bueno...nosotros estamos abajo-Oyó los pasos de su madre alejarse y miró a su hermano. Ruborizado, lamiendo la mano que le cubría la boca y con sus ojos violetas velados por la pasión...y tuvo que hacer uso de todo su autocontrol para no embestirle con brutalidad y continuar con su ritmo lento y desquiciante. Optó por besarle, ahogando los gemidos de ambos en los labios ajenos y se movió algo más rápido.

-Tom...n...no...yo...-Silenció a Peter con sus labios. Pese a lo extasiante de oir su nombre envuelto en llamas tal y como estaba su cuerpo, no quería ser descubierto, no quería que le separaran de él. Jadeó en la boca de su hermano cuando no pudo seguir aguantando y culminó entre ambos con un gemido contenido y angustiado. Observó el rostro de Peter velado aún por la sensación de placer y suspiró arqueando la espalda cuando el calor del orgasmo de su hermano se extendió dentro de él, reptando en silencio. Cerró los ojos y descansó la cabeza en la almohada, aferrando con fuerza a Peter para que no saliera aún de él.

-No salgas...todavía...-Se quedaron así un rato, sintiéndose el uno al otro y diciéndose en silencio todo lo necesario.

-Chicos, lleváis mucho ahí. Descansad un poco-Sonrió al oir a su madre al otro lado de la puerta. Sin duda echaría de menos el jardín de Hatty y a Hatty en sí, pero allí estaba su hermano. Como siempre lo había estado y aún más...y amaba a ese cabeza de chorlito que siempre ponía la música demasiado alta y le robaba los bollos en el desayuno, amaba su forma de andar...de hablar...de vestirse...lo amaba todo de él.

Aunque fuesen hermanos, aunque eso no estuviese bien, aunque los demás ler mirarían siempre con repugnancia.

Amaba a Peter Long.

Notas finales:

Ni si quiera lo he leido xD (Lo leeré ahora)

Espero que sea de su agrado :D

Por cierto, actualizaré "Malkavian" de forma muy irregular.

Gomen ñ_ñ


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