Soledad
Soledad, conocía bastante aquella palabra podría decirse que era su intima amiga, siempre había estado solo, solo y sin amigos, después de todo no era una persona sociable como los demás, él no era esa clase de persona que se abría ante otros, que demostraban sus sentimientos, no, él no era esa así, quizás si no hubiera sucedido aquella tragedia con su familia, no estaría tan solo como ahora, quizás. Jamás llegaremos a comprender el significado de esta frase, porque en todos los momentos de nuestra vida existen cosas que podrían haber sucedido y terminaron no sucediendo. Esa era la realidad, dura, cruel y fría como él.
Alzo su mirada al cielo, las nubes cargadas de lluvia amenazaban caer, frunció el seño sería mejor apurarse, su destino estaba cerca. Lo sabía. Se hundió en sus pensamientos y recordó cuando era él una integrante del equipo 7, sonrió levemente aquellos momentos fueron gratos, sus compañeros ¿qué sería de ellos? Seguramente lo buscan a él para que regresé a konoha, pero él no lo hara, no regresara, ha dado pasos irremediables, ya no puede regresar estaba encerrado y lo único que hay es un camino largo hacia adelante, un camino lleno de penumbras, de venganza, de ira, de muerte.
Porque sabia que iba a morir cuando enfrentase con él, su venganza sería cumplida y él pagaría el alto precio, la muerte, y no le temía, no temía a la muerte, cuando lo matara se sentiría libre de sus cadenas, moriría en paz, que vida tan triste, sola y vacía. Recordó a Naruto, su amigo, el único que había tenido en toda su vida, él que le había regalado sus alegrías, y como le pago; casi lo asesina, y realmente se sentía muy mal por eso, le dolía bastante cada vez que recordaba aquel hecho, su conciencia le carcomía por haberlo traicionado a él, al único que el comprendía, pero no habia vuelta atrás, igual que se arrepintiera no cambiaria nada, nada.
El, Uchiha Sasuke había elegido el camino de traidor todo por el poder y las ansias de venganza, se sentía como una basura, como lo más bajo y él mismo se hería su orgullo. Su estúpido orgullo, le hizo cometer cosas terribles, su indiferencia con los demás hizo asesinar a millares de personas, se estaba volviendo como él, a la persona que mas odiaba en el mundo; a su hermano.
Si bien recordaba cuando era un crío, lo admiraba, deseaba ser como él, su hermano, su modelo a seguir, que irónico, hace algunos años no asesinó a Naruto porque no quería ser como él, porque no quería seguir sus pasos, ahora eran casi idénticos, eran asesinos despiadados. Pero con la diferencia que Sasuke Uchiha estaba empezando a sentir otra vez, y lo hacia sentir extraño, raro, y un poco molesto. Algo muy adentro de él le estaba doliendo, pero él no sabia el por que. Frunció el seño la humanidad regresaba justo cuando iba a cometer su objetivo.
Matar a Uchiha Itachi; a su hermano; al asesinó que eliminó su clan para comprobar su poder, al que era su admiración de niño, su modelo a seguir...
Sintió su chakra, le estaba esperando, invitándolo a pasar; hacia su muerte , a su tumba. Camino por el frío bosque, las ramas secas hacia juego con las penumbras, y entonces lo vio, tan oscuro como siempre, tan violento y a la vez atrayente, sus ojos rojos lo miraban fijamente sin decir nada, hasta que hablo.
- Ototo- su voz tan fría pagada, te daba escalofríos por todo el cuerpo, pero no a él.
- Itachi- respondió con voz neutra.
La lluvia empezó a caer violentamente, el escenario era perfecto, dos asesinos se matarían, dos hermanos se asesinarían, el clan Uchiha iba a desaparecer de la faz de la tierra cuando los dos caigan.
Agarro el mango de kusanagi, la venganza, su venganza iba a terminarse aquí, saco la reluciente katana y cuando lo saco su mente divago por unos momentos en rubio de ojos azules que lloraba desesperado a un cuerpo inerte de cabellos azabache un poco largo que alrededor esta cubierto de sangre. Cerró los ojos, una visión, seguramente el destino quería cambiarle la vida, le estaba dando una oportunidad, pero no, no iba a retractarse, iba a seguir adelante no importa si se encontraba con la muerte. Sonrió débilmente, al final nunca le digo que lo amaba, que amaba aquel rubio de ojos azules, aquel ninja hiperactivo. Quizás eso era lo que le dolía, que nunca se confesó ante él.
Ese día, la aldea de konoha estaba de luto, porque a pesar que no era muy querido, era él último de su clan. Un rubio lloraba desconsoladamente, aferrándose al cuerpo de un chico pálido de cabellos azabaches, su rostro parecía tranquilo, pasible, mientras que el ojiazul le gritaba que lo amaba, que lo quería y a la vez lo odiaba por dejarlo solo.
Por que Uchiha Sasuke había cumplido su sueño, había matado al culpable de la muerte de su clan; a Itachi Uchiha, su hermano, pagando un precio muy caro: la muerte.