Señorita sirena
Sirena
A esa edad era común que las hormonas estuviesen alborotadas, como todo chico de quince años estaba en la etapa de la adolescencia en la cual se fijaba en innumerables chicas pero sin intenciones de tener nada serio con alguna, claro estaba.
Un día común y normal Jui iba caminando hacia la escuela como era de costumbre, cuando la vio entrando junto a él, esa chica a la cual nunca había visto en el colegio, o simplemente no le había tenido en cuenta, era la mujer más hermosas que hubiese visto en su vida, con un hermoso vestido blanco con muchos volados y cosas de niñas, pensó él, sin quitarle la vista de encima. Su rostro era delicado, sus facciones femeninas y su manera de comportarse hacían que, para sus ojos, estas reflejaran la perfección. Una dulce y perfecta sirena.
Para él la sirena era símbolo de perfección y dulzura, y era eso lo que aquella chica le transmitía.
Ese día en clase lo único que pudo hacer fue pensar en ese encuentro calculado por el destino, preguntándose como nunca había tomado en cuenta a esa niña y a su vez se regañaba a él mismo por esa falta de atención.
Pronto junto con su amigo Tero, el cual asistía a su misma clase, consiguieron información de aquella bella niña, se la conocía por el nombre de Rame e iba al salón 1º 1º.
Después de unos intentos medios torpes de su parte por los cuales había tratado varias veces de acercarse a ella, vale aclarar que siempre que lo hacia algo le pasaba dejándolo en ridículo, logró conseguir un encuentro en una plaza que quedaba cerca del colegio.
Lo que había hecho, gracias a una charla con su amigo Tero, fue enviarle una carta a su casillero, de esa forma se encontraría con ella a solas y no le pasaría nada, o eso esperaba.
El encuentro se realizó, Rame había asistido sin retraso y a Jui eso le había hecho muy feliz “es puntual, que linda”, pensó.
Érase una vez en un lugar
un hombre y una mujer se encontraron
se encontraron sus miradas,
La inocente y pura señorita se puso nerviosa
Y el hombre dijo "que linda eres" involuntariamente
Notó como Rame se tensaba al verlo acercarse, eso le pareció raro y más aún cuando notó que sus mejillas comenzaban a volverse de un tono carmesí y comenzaba a tener una actitud de... nerviosismo?
Era obvio que Jui no tenía experiencia en comportamientos en cuanto a las reacciones de las chicas ante una persona que le gustase, por lo que lo primero que le vino a la mente fue que su sirena se estaba descomponiendo por el calor que hacía aquel día.
Se acercó rápidamente notando la cara de miedo de la chica, se presentó y dijo:
-Soy Jui, estoy en el mismo año que tú, salón 1º 2º-
-Soy Rame, salón 1º 1º, tú eres el que me citó a este lugar?-
-s-, sí- contesto nervioso y a la vez sorprendido
Jui se acababa de enterar de que su dulce y hermosa sirena era un hermoso sireno. Sí, Rame era hombre. ¿Cómo no se había enterado de eso? Era imposible pensar que era una persona de su mismo sexo. Aún así, sus sentimientos no desaparecieron, todo lo contrario, sin saber el porqué su atracción por aquel extraño chico que usaba vestidos lolitas fingiendo ser una chica había aumentado en gran cantidad.
-Para que me pediste que viniera acá?-
-porque necesito decirte algo...-
Un pequeño silencio se hizo presente.
-Me pareces muy lindo... me gustas-
Pronto los dos se enamoraron
Descubrieron un destino en el que creer
La playa por la noche,
Incontables estrellas,
Ángeles vestidos de rayos de luna en el agua
¡Sonriente señorita me gustas mucho!
Ambos se pusieron de novios, poco a poco se fueron conociendo, el tiempo que pasaban juntos se fue transformando en una droga a la cual no se podía dejar. Jui se asombraba al saber, entre otras cosas, que él había sido su primer novio y que Rame nunca había conocido la playa ya que sus padres trabajaban todo el tiempo y se encontraba a cargo de una niñera, la cual nunca lo sacaba de su casa para ir a recorrer distintos lugares, y no es que le faltara dinero, por lo que siempre permanecía encerrado en una burbuja.
En ese momento prometió llevar a conocer la playa a su novio, mientras le hacía una breve síntesis de cómo era estar en una y lo que se sentía realizar figura con las estrellas recostados sobre la arena en las noches.
-Arigato... Jui-chan-
-de nada, me gustas mucho... mi pequeña sirena- dijo acariciando el rostro del aludido
Me gustas tanto que a veces
Parece salirse mi corazón del pecho
"¡Oh! señorita sirena"
Incansable e inocentemente me vuelves loco
No va a convertirse nuestra relación en espuma, ¿no?
¿No, verdad?
El día en el cual nuestro precioso chico vestido de lolita conocería la playa había llegado, ambos jugaban en el agua mojándose mutuamente y riendo. Estaban felices, eran felices y eso era lo que les importaba en ese momento.
Recostados en la arena, Rame descansando sobre el pecho de Jui, hacían diferentes figuras con los dedos en las estrellas, habían encontrado muchas, de las cuales, más de la mitad eran graciosas.
-mira, Jui-
Dijo Rame mientras dibujaba un corazón perfecto en el cielo estrellado con sus dedos.
-mi corazón te pertenece. Te amo-
Ese momento fue el más recordado por ambos, su primer beso. Lleno de magia, amor, dulzura, cariño y un sin fin más de sensaciones que recorrían el cuerpo de los dos. Un beso tímido por la inexperiencia con respecto al tema, pero perfecto en su opinión.
-siempre estaremos juntos, verdad? Rame...-
Mientras el aludido asentía con al cabeza sellaron ese momento uniendo sus dedos meñiques en un gesto de promesa.
El tiempo pasó y ya teníamos una contraseña
Entre nosotros así que nos sentíamos aliviados
Pero no me daba cuenta de que ella estaba preocupada
Pasaron los años y ambos ya se encontraban en su último año de secundaria. Jui había notado que Rame ya no estaba tan cerca de él desde principio de año y eso le preocupaba, siempre habían sido inseparables ¿Qué le ocurría?
-Rame, ocurre algo?-
Preguntó un día mientras volvían juntos a casa como era de costumbre hacia cuatro años.
-no, todo esta bien-
Contesto el aludido mientras le regalaba una hermosa sonrisa seguida de un pequeño beso a su novio.
Aún con lo dicho por el chico, se había dado cuenta de que nada estaba bien, conocía hace tiempo a su acompañante y actual novio, y sabía perfectamente que le mentía, su actitud lo delataba.
Jui no le dio importancia a lo acontecido ya que no quería forzar a Rame a hacer nada que él no quisiese hacer, si sería algo importante le confiaría el secreto y le diría, por lo que continuó su vida normal sin mucho escándalo.
"Que no se vuelva a abrir nunca jamás"
Nos juramos amor ese día
Pero ahora, alguien ha abierto esa protección
Ya a mitad de año la relación entre ambos se había acortado un poco más que al principio.
Jui tenía miedo, sí, miedo de que su amada sirena escapara de sus brazos. No quería perderlo por que sabía que sería un sufrimiento que no podría aguantar.
“Rame, nos amamos ¿verdad? Entonces, ¿Porqué sucede esto? ¿Porqué nos estamos alejado de esta forma?”
Me gustas tanto que a veces
Parece salirse mi corazón del pecho
"¡Oh! señorita sirena"
Dime el motivo de tus lágrimas
No va a convertirse nuestra relación en espuma, ¿no?
"¡Oh! señorita sirena" "señorita sirena"
¿Cómo no se había dado cuenta? Encontrar a Rame tendido en el suelo llorando desconsoladamente lo hizo entrar en razón. ¿Cómo le había dado la espalda a tan importante tema?
-Gomen nasai, Rame-kun-
Lloraba mientras abrazaba al otro chico que atinaba a hacer lo mismo sin pronunciar ninguna palabra, solo llorar en sus brazos.
Rame tenía una enfermedad terminal y llevaba el peso de esta desde principio de año. Él no podía decirle nada a Jui, no podía, se le era imposible, no quería preocuparlo. Por lo que había tomado la decisión de alejarse de a poco para que cuando el momento llegase no fuera tan doloroso separarse el uno del otro.
Aún así Jui le recriminó lo que había hecho, ya que intentando separarse o no lo amaría de la misma forma en que lo amo la primera vez que lo vio.
-Cuánto te queda?-
-Solo dos meses más-
El llanto de ambos se hizo más fuerte, sentían que su mundo se derrumbaba sin poder detenerlo. Saber que la otra persona, a la cual amas, pronto dejará de estar al lado tuyo físicamente dentro de poco era el peor castigo que podría recibir una persona y Jui estaba conciente de eso.
"vamos a estar siempre juntos"
¡Lo prometimos! ¡Lo prometimos!
Al final del año Jui ya se encontraba solo, sin compañía. Muchas chicas se le habían declarado, pero rechazó a todas, su única chica será y sería Rame, su perfecta y hermosa sirena, al cual, aún recientemente fallecido, seguía amando como lo hizo el primer día.
-¿Sabes? Aún duele... duele el estar solo, el no tenerte...-
Jui musitaba palabras sueltas, sin ningún tipo de sentido, las cuales salían de su adolorido corazón y se transformaban en palabras en su garganta, para que solo el viento las escuchara y a su vez las llevara lejos.
-Realmente es difícil estar sin ti Rame, no puedo acostumbrarme a esta soledad-
Comentaba frente a la tumba del aludido, tenían tan solo 18 años, su joven vida le había sido arrancada tan pronto. Siempre que iba a visitarlo le llevaba Lirios, flores que él amaba aún estando en vida. Se veían tan frescos, pero tarde o temprano se marchitarían, algunos más rápidos que otros, pero terminarían en la misma situación.
-Eso nos sucedió, ¿verdad? Yo me marchitare después que tú... ¿no?-
Pequeñas lágrimas caían libres por las mejillas de Jui sin que este intentase detenerlas, su llanto se agudizo tratando de descargarse, aunque sea un poco, de ese dolor que le aprisionaba el pecho y lo incentivaba a gritar.
Tiempo después se recostó sobre la tumba aún llorando, sintiendo como poco a poco la sobredosis de sedantes hacían efecto sobre él, su vista se volvía borrosa y le era difícil respirar. Con la poca noción que quedaba en él musitó...
-Rame... pronto estaremos juntos mi pequeña sirena, porque...-
Yo todavía te amo