Las luces de la ciudad resplandecian de espaldas a el, mientras observaba desde lo alto del acantilado com las olas rompian acompasadamente contra la base de roca.
El viento frio hace ondear sus rubios cabellos y le provoca mas dolor en la herida del costado.
Se llevala mano ahi y piensa, aunque es dificil pensar cuando acabas de perder todo lo que nunca has tenido.
"por lo menos-piensa- esta noche mi corazon no late muy deprisa"
La sangre sigue gotenado, ya forma un charquito a sus pies, pero Edward Elric no parece inmutarse.
"Hay gente- le dijo una vez EL-que avanza cien pasos mas alla que los demas y nunca vuelve"
Esa noche, en los acantilados de Tavastia, Edward Elric camino esos cien pasos.
Una sonrisa que no tiene nada de alegria se insinua en su rostro.
"Ojala- penso- pueda escapar pronto de aqui."
Capitulo I
"No se que tiene mi aldea, donde vivo y donde muero, que con venir de mis mismo, no puedo venir de mas lejos"
Lope de Vega
Aquello habia empezado una noche cualquiera, en la capital de Amestris. Edward caminaba solo, de regreso a su hotel despues de haber presentado su evaluacion anual.
Por alguno de esos caprichos que tien el destino esa noche no camino directo a su hotel, sino que se desvio por las calles del centro medieval de la ciudad Central, para observar las calles sin gente.
O casi sin gente.
Porque en una esquina dos tipos discutian. No tuvo intencion de acercarse, pero una voz le parecio familiar.
-La subasta fue legal, Kimbley, el cuadro me pertenece.- dij la voz conocida, molesta.
-Fue un erro del estupido subastador, la verdad, nunca pense que tuvieras dinero suficiente para pujar por nada, Mustang.
¡Mustang! Claro, se dijo Edward, pero si es el coronel.
Y sin siquiera pensar porque, acudio en su ayuda.
-Taiza, ¿tiene problemas?
-Hagane! No, no los tengo. Vete.
-Si, vete- le dijo el otro tipo, KImbley, un alquimista expresidiario de muy mala fama- no es hora de que los enanos anden por la calle.
-¡Enana la mas vieja de tu casa!- le grito Edward, picado en su puto mas vulnerable, y asestandole un buen puñetazo con la mano metalica en la barbilla lo mando a volar hacia atras.
Edo ya iba a darle unas cuantas patadas pra que se enseñara a llamarle enano cuando Mustang lo detuvo por un brazo.
-Detente Hagane!
-¿Porque diablos!?
-Porque el puñetero guardaespaldas de esta basura te esta apuntando con su pistola.
Edo se volvio amirar a donde Mustang miraba y vio a un tipo, palido y asqueroso, desde un coche que el habia creido inocentemente aparcado un poco mas atras.
Sorprendido y enfadado por la jugarreta de Kimbley Edward, que no necesitaba mucho para querer pelear, le contesto.
-Somos dos alquimistas nacionales contra una basura y su perro.
Kimbley lo miro despectivamente mientras se sacudia el polvo de su traje blanco, impecable.
-No vale la pena, Edo.- dijo, y con asombrosa sangre fria cogio su cuadro, que tenia detenido entre las piernas e ignorando la pistola se dio la media vuelta y hecho a andar por la via como si nada.
-Ya tendras noticias mias, Mustang.-le dijo Kimbley hechando a andar para su automovil.
Edward hecho a andar tras el coronel.
-Taiza, ¿que ocurrio?
-Que te importa Hagane (ya dejaba de ser Edo)
-Pues mira que si me importa, porque si te rompen tu estupida cara de pagado de ti mismo quien sabe que jefe podrian asignarme.-dijo Edo, aunque, dentro de si, sabia que existia otro motivo para que le importaran las andanzas de Roy Mustang.
El coronel solto una carcajada.
-Bueno Hagane, te has ganado mas que una explicacion de mi parte. Una explicacion acompañada d eun cafe. Acompañame a mi casa y carga esto, que me fatiga luego de tanto que trabajo en el cuartel.
Edward no supo que contestar, le emocionaba que Mustang lo invitara asu casa. Po rlo que sabia, el coronel era tan misterioso como guapo.
Un rato despues, con sendas tazas de cafe de primera calidad a medio beber Mustang le narro lso hechos.
habia ido a una subasta, para desestresarse de su mucho trabajo,s egn el, una coleccion de poca monta, de un ricachon excentrico, a ver si habia algo que valiera la pena.
Y salio aquel cuadro, hermosos, antiguo, y segun el subastador del conocido maestro VanHydes, aunque no estaba firmado.
A varios se les antojo entonces comprarlo, pero a poco la puja se volvio algo personal entre Kimbley, que en mala hora fue ahi, y el.
-Porque, Hagane, no iba a dejar que un malnacido criminal como ese me ganara ni siquiera en tener un estupido cuadro. Por mis cojones.
-Logico- contesto Edward alzando los ojos con exasperacion. "estupido coronel" penso- ¿siquiera es bonito?
-Claro que lo es! - respuso Mustang hciendo un pucherito- Miralo tu mismo.
Y le mostro la pintura, estilo medieval, parecia una de esa alegorias, con muchos personajes pintados haciendo cosas que significan algo mas de lo que se ve pintado, como parabolas.
Era complicado el cuadro aquel, penso Edo mientras lo veia, y algo mas...
-Taiza, ¿no nota algo raro en el cuadro?
-Si, unas manchitas de humedad, -suspiro- tendre que llevarlo a restaurar.
-no, algo extraño enl a pintura. Fijese. Tiene muchas figuras geometricas.
-Umh, si- parecio meditar Mustang- muchos circulos y triangulos, y animales fantasticos...
Entonces Edward lo noto.
-Taiza, esos dragones de arriba, al centro,no le recuerdan algo?
se quedaron callados un momento.
-Se parece como la pareja de dragones de la alquimia de Xerxes.
-No se parece, es.- aseguro Edo- Taiza, creo que hay un circulo de trasmutacion dibujado en este cuadro.
Mustang se fijo con agudeza, y tambien lo vio. El camino por el que iban los personajes de la alegoria era un circulo perfecto, y en cada pasaje, un simbolo poderoso d ela alquimia, disimulado entre muchas personas, cosas, animales...
-Me parece que ya comprendo el interes de Kimbley por este cuadro, Hagane. Y me alegro de haberselo ganado.
Continuara...