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Dos de Corazones por Ame_Chan

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Notas del capitulo: ¡Perdón por no actualizar pronto! La Navidad tiene la culpa ¬¬ Bueno, ¡Felices fiestas a todos, y he aqui el primer capítulo!
Cap.1 – Encuentros


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Los majestuosos tronos bajaron de nivel, quedando todos a la altura de donde Roxas estaba parado. Un haz de luz se divisó a su derecha, y vio con asombro una puerta que daba al interior de una habitación inmensa.
Todos los hombres se dirigieron al haz de luz. Unos bostezando, otros mirándolo discretamente con curiosidad, y otros más colocando una sonrisa de burla, y señalando con la cabeza a Axel.

-Bueno, chico, lo primero que necesitas es ropa. – Roxas dejó de observar a sus nuevos “compañeros de trabajo” y volteó hacia Axel. Éste se percató de los que le señalaban y reían.- ¡Eh, idiotas, vengan aquí y díganmelo en la cara!

Roxas se sobresaltó. ¿Había provocado él la ira del pelirrojo?

Una mujer rubia, de complexión esbelta y ojos inquisidores se acercó, en compañía de un hombre alto de cabellos desmarañados y sonrisa de suficiencia.

-No te exaltes, cariño. Podrías arruinar tu hermoso rostro- Axel sintió las yemas de Larxene rozar su mejilla, y la apartó de un golpe. Ésta solo rió, divertida.

-Deja de escupir veneno, Larxene. – espetó Axel con rabia. Bonita hora habían elegido para provocarlo.

Marluxia se adelantó, sonriendo de manera extraña, lo cual dio un escalofrío a Roxas. Axel frunció el ceño.

-¿De verdad crees poder hacerte cargo de el chico, Axel? Tu no eres lo que se dice el mejor tutor del mundo – el hombre estudió con la mirada a un confundido Roxas, que no sabía que querían esos tipos, ni por qué los ojos azules del hombre le recorrían tan lascivamente. De improvisto, le tomó éste de la quijada, acercando su rostro a pocos centímetros de el. Roxas sintió el aliento caliente muy cerca de sus labios, y su cerebro exclamó ‘peligro’.

-Es lindo el chico, ¿Eh? Me encantaría ver su expresión, pidiendo por más… - Axel explotó. Se quitó la gabardina, dejando su pecho al descubierto, y alejando de un tirón a Roxas, le cubrió con ésta.
Se colocó frente al chico y encaró las despectivas miradas de los Incorpóreos.

-¡Con el chico no te metes, Marluxia! Ya te conozco todas las mañas, idiota, y si crees que puedes meterle mano a Roxas, estás muy equivocado. ¿Lo captas?- El mencionado observó el fuego de la ira de Axel en sus ojos, y sonrió.

-Uh, el bailarín flameado se tomó en serio lo de tutor- La rubia rió, pero Axel hizo caso omiso, manteniendo sus ojos verdes fijos en los azules de Marluxia. Éste finalmente sonrió con suficiencia.

-Espera a un descuido Axel, uno solo, y ese chico se agregará a mi lista.- el pelirrosa se dirigió entonces a Roxas, que se apegó más al cuerpo de Axel, asustado.- nos veremos luego, pequeño. – y le acarició los cabellos dorados. Roxas cerró los ojos fuertemente, y Axel gritó de nuevo.

-¡Largo ya!

Riendo, se alejaron por el pasillo que conducía al interior de Oblivion.

-Vaya bastardos, se divierten amenazando carne nueva…- murmuró para si Axel. Se percató del cuerpo tembloroso pegado a su pecho, y suspiró, haciendo una media sonrisa. Le recordaba un cachorro asustado a los pies de su amo.

El rubio Incorpóreo estaba asustado. Vaya que lo estaba. ¿Así serían todas las personas en ese sitio? Aún sentía la mirada recorriéndole el cuerpo, como dos babosas que se arrastraban en su piel, y con un escalofrío, recordó la sensación del aliento del hombre golpeándole la cara.

-¡Eh, Roxas!- El mencionado salió de su ensimismamiento, y vio que el pelirrojo le miraba preocupado. Le trató de sonreír, pero no pudo.
Axel volvió a suspirar, y estudió al chico. Estaba apenas tapado con su gabardina, pero aún había mucha piel expuesta.
Como por impulso, se sonrojó.

-Bueno chico, como decía antes de que esos imbéciles nos interrumpieran, te hace falta ropa. Te regalo la gabardina, tengo muchas, así que…

-¿Son todos así?

Axel se calló. ¿A qué venía la pregunta de Roxas? Observó su cara, que denotaba cierta tristeza.

-¿A qué te refieres?

Roxas se encogió de hombros. Todo en el mundo le parecía extraño, y a pesar de que le dijeran que no tenía sentimientos, fue claro el estremecimiento que su cuerpo tuvo al estar cerca del tal Marluxia.
Le carcomía por dentro la duda, y deseaba que no fuera verdad.

-Acaso todos… ¿Son como ese hombre?- se mordió el labio. No quería tener esa sensación de que su pecho se oprimía nunca más.
Axel entonces comprendió la pregunta, y algo parecido a la tristeza, mezclado con ira e impotencia le embargó.
Maldita la hora en que Marluxia había decidido dirigirle la palabra a Roxas.

-No, no todos son así, Roxas- dijo, tratando de sonreír.- la mayoría son simpáticos a su modo, pero hay que hallarles la gracia a cada uno. Por ejemplo, Zexion, el chaparro de cabello azul, es una rata de biblioteca. Casi siempre está de mal humor, pero es de excelente ayuda cuando tienes una duda de tipo académico. Es buen tipo- Roxas recordó el nombre, y la cara de indiferencia de el que iba a ser su tutor. Definitivamente no se parecía en nada a Marluxia.

Axel continuó.

-Otro chico simpático es Demyx. Es algo torpe, pero es un excelente cocinero y un chico confiable. Aunque…- Axel, sonriendo de una manera extraña, se separó de Roxas, y se dirigió hacia la entrada del castillo. Metió la mano hacia el otro lado de la puerta, y sacó de la capucha de la toga a un confundido chico, que tenía la cara más roja que un tomate. Axel rió- … le encanta espiar por ahí. ¿Cierto, Dem?

-¡Perdón, perdón! ¡No quería espiar, pero…!

-Pero tenías curiosidad, ¿eh?- Demyx, derrotado, asintió. Miró con cara llorosa a Axel, suplicante.- Por favor, no le cuentes a Xiggy, el va a…

-¿Que no me cuente qué?

Demyx se sobresaltó, y Roxas soltó un grito al ver a un hombre con parche en el ojo derecho, cola de caballo y cicatrices en la cara, colgando de un techo inexistente, justo entre Demyx y el, lo cual era menos de tres metros.

-¡Por Dios, Xigbar! ¡Deja de aparecerte así, desgraciado, casi nos sacas el corazón!

Xigbar hizo una mueca.

-Buen chiste, torbellino danzante, pero no tengo tiempo para tu humor negro. – El hombre bajó del techo, y dirigió su mirada ámbar al chico Demyx, que estaba temblando levemente.- ¡Y , holgazán, me insististe que te entrenara tras la reunión con Xenmas, y mira qué haces! ¡Te largas y me dejas plantado solo por espiar al nuevo chico! Nunca más un favor te haré, mocoso…

-¡Perdón, Xiggy, perdón! Pero es que…- el chico dirigió su mirada al extrañado Roxas, y se sonrojó un poco. Sacó entonces unas galletas de entre sus ropas y se las tendió al rubio.- cociné algunas galletas, y me pareció adecuado darle la bienvenida al nuevo chico de alguna forma…

Xigbar dirigió su mirada a las galletas, luego a Roxas, y al final a Demyx. Suspiró.

-De acuerdo, te la paso esta vez. ¡Pero como vuelvas a llegar tarde a los entrenamientos, te perforaré con mis pistolas, Demyx!

Xigbar abrió un portal de oscuridad, y se fue tan rápido como apareció. Axel resopló. Roxas no comprendió del todo la escena, pero miró la bolsa que le tendía el tal Demyx, y su cara con una sonrisa agradable.

Definitivamente, tampoco se parecía a Marluxia.

-Tómalas, Roxas. Son comida, y debo decir que saben muy ricas.- Demyx rió al comentario del pelirrojo, y Roxas se acercó, tomando el paquete. El olor dulzón le agradó mucho.

-Gracias.

-No hay de qué, Roxas.- Rió el chico castaño. Le miró con sus juguetones ojos azul cielo- es agradable ver gente nueva por aquí, los demás a veces son un poco aburridos.

-¡Hey, niño! ¿A quien le dices aburrido, eh?- Axel tomó por el cuello a Demyx, y le revolvió los cabellos con fuerza.
Roxas sintió una punzada extraña en el pecho, pero fue cosa de milésimas de segundos.

-¡Ay, ay! ¡Bueno, todos menos Axel!- exclamó, y el pelirrojo lo soltó, riendo. –Y Xiggy, por supuesto.- Roxas notó un brillo rojo en las mejillas del chico, y sonrió también. Demyx lo percató, y amplió el gesto.

-Soy Demyx, gusto en conocerte, Roxas.

Y le tendió una mano, que, al ver el gesto de Axel, estrechó con la suya.

-Bueno, basta de presentaciones. El tema de la ropa aún me preocupa, así que vayamos con Laxeus a ver que puede hacer con eso.- Roxas asintió, y Demyx abrió un portal de oscuridad.

-Bueno, yo me voy, que Xiggy se enfadará más conmigo.- y dirigiéndole una sonrisa a Roxas, desapareció.

“Quizá no sea tan malo después de todo”, pensó el rubio, siguiendo a Axel por la puerta que lo conducía a su nueva vida.










Notas finales: CONTINUARÁ...

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