TOXIC
Aioros se dejó caer pesadamente en una silla. Afuera, el calor agobiaba, cosechando los mudos insultos de los cuerpos que, valientes, se enfrentaban a su potestad, sin escapatoria. La humedad se adhería a la piel, venenosa, como castigo del salado mar que rompía en las costas de Cabo Sunión, a kilómetros de distancia, y en tales circunstancias, no tenía nadie más opción que huir del inclemente sol, refugiándose bajo el primer techo a su alcance.
Saga sonrió ante aquel gesto, sentado frente a él. Ambos, lejos del alcance del clima, en l frescura del Tercer Templo, hablaban preocupados por el ritmo que los futuros entrenamientos podían llegar a tener, de continuar aquella ola de calor que les impedía sobrevivir más de tres minutos en las hirvientes arenas del Coliseo.
-Dioses, nunca creí que pudiera hacer tanto calor!!!- se quejó Sagitario, echándose sobre la mesa de caoba, frente a un divertido peliazul que no podía dejar de seguir sus labios.
-¿Quieres un poco de agua?- preguntó Saga, y ante la respuesta afirmativa del arquero, huyó a la cocina un momento, a controlar el agitado latir de su corazón.
¿A quién engañaba? Hasta un niño podía darse cuenta de que el gemelo estaba enamorado de su amigo, Aioros era el único que no parecía darse por enterado, y, como siempre, le trataba despreocupadamente, sin intuir, acaso, el efecto que su trato tenía en Saga.
Regresó a la sala con el vaso lleno del preciado líquido, que desdibujó las pupilas del arquero apenas se posó frente a él; sin pausas Aioros lo bebió todo, para luego soltar un largo suspiro de satisfacción, que retumbó en lo más recóndito de la mente de Saga, abriendo las puertas de sus más ocultas fantasías, avivada por el calor.
Baby, can't you see
I'm calling
A guy like you should wear a warning
It's dangerous
I'm falling
De pronto sintió un delicioso mareo, el calor embriagante envolviéndolo en su seno, quitándole las trabas que él mismo se había puesto, mientras sus claros ojos seguían atentos cada movimiento de aquella boca que sumaba todos sus deseos. Lentamente fue cayendo en el embrujo de aquel hombre, del sudor recorriendo su cuerpo descaradamente, invitándolo a seguirlo hasta los más ocultos rincones de su ser, aquellos a quienes sólo sus más perversos sueños llegaban, y sus dientes torturaron sus propios labios, en un intento de contener el irrefrenable deseo que el calor había avivado en él. Podía ver las pequeñas gotas perladas derrapando por sus mejillas morenas cansinamente, hasta hacer pausa en su barbilla, y sus labios, encarnados por la temperatura, moverse en cámara lenta, enviciando el aire con su aliento, atrayéndolo como un imán, asesinando la poca cordura que el calor no había podido matar.
There's no escape
I can't wait
I need a hit
Baby, give me it
You're dangerous
I'm loving it
El deseo era demasiado, pujando por salir de su encierro, la prisión del olvido al que estaba confinado, y Saga sintió que ya no podía retenerlo… algo en el arquero lo atraía irremediablemente, hechizado por esos labios brujos que no paraban de llamarle sin palabras. Vio a Aioros echarse hacia atrás, disfrutando de la escasa brisa que se colaba, y su cuerpo actuó solo, sin esperar ninguna orden; se paró, y sus pasos firmes retumbaron en la magnificencia del Tercer Templo, encendiendo aún más la lujuria que lo carcomía por dentro.
Sus finos dedos se entremezclaron con los húmedos bucles de Sagitario, enredándose a causa del sudor, fusionándose en las altas temperaturas del ambiente, hasta llegar a la cinta roja que adornaba su cabeza. Con parsimonia deshizo el nudo, apretado por la transpiración del entrenamiento, y el listón cayó pesadamente sobre los ojos de Aioros, impidiéndole ver, sumándolo al juego perverso de esa tarde de verano.
Too high
Can't come down
Losin' my head
Spinnin' 'round and 'round
Do you feel me now?
Su nariz se perdió en la morena cabellera, aspirando su aroma, extasiándose en la frescura que sus cabellos mojados le ofrecieron al contacto de su piel, y se sustrajo del mundo que lo rodeaba, encerrándose por completo en su compañero, en el mar de sensaciones que le ofrecía, en el universo sin reglas que su sola presencia recreaba ante sus ojos. Un leve suspiro peinó aquellas ondas, mezcladas con su propio cabello azulino que llovía sobre la morocha cabeza, tapando sus intenciones, y las propias exhalaciones del arquero, que se arremolinaban en el estrecho espacio entre ambos, agobiado por el aire pegajoso que los rodeaba, los encerraba en su propio delirio
Su aliento acarició el fino perfil de sagitario, con lentitud zigzagueó entre sus facciones, entre ocasionales roces de sus labios, detenidos por la piel canela. Aioros se dejaba hacer, entre entrecortados suspiros, seducido por las embriagantes reglas del juego, reglas que nunca habían puesto, y, sin embargo, se sabían de memoria.
With the taste of your lips
I'm on a ride
You're toxic I'm slippin' under
With a taste of the poison paradise
I'm addicted to you
Don't you know that you're toxic?
And I love what you do
Don't you know that you're toxic?
Aioros buscó, con sus labios aquellos que le provocaban; inmerso en aquella danza, intentó alcanzar sin éxito aquella boca que, si ver, sentía cercana a la suya, empañando su piel. La sonrisa del gemelo, a pocos centímetros de la suya, intoxicaba el aire que respiraba con sus breves risas, mientras sus pálidos dedos mantenían en su lugar a la incómoda cinta, impidiéndole ver a su compañero. Saga rió ante los intentos frustrados del arquero, haciéndose rogar por algo que él mismo llevaba años esperando, y su lengua surgió, húmeda, desde los interiores de su boca, a torturar a Sagitario, paseándose sobre sus labios, mojándolos de lujuria, pavoneándose de su fatuo poder, como preludio del ritmo que la situación tomaba. El escaso oxígeno los mareaba, impidiéndoles pensar con claridad, cayendo presas del calor, que evaporaba sus tabúes, dejando camino libre a sus más oscuros deseos, atándolos por completo al otro como una adicción irremediable.
It's getting late
To give you up
I took a sip
From my devil's cup
Slowly, it's taking over me
Sus labios se rozaron imperceptiblemente, en un descuido, y Saga lo supo... supo que ya no podría separarse de aquel hombre, que estaba atado a él por amor, por pasión, por obsesión, y ya jamás podría alejarse de su lado. En un movimiento brusco, se sentó en la falda de Aioros, con las piernas abiertas, tan cerca que sus pechos se rozaban en la danza de su agitada respiración. Sus dedos recorrieron su rostro, describiendo curiosas formas a su paso, tatuando a fuego su deseo en los labios del arquero, los cuales recibieron especial atención. Aioros disfrutó del tortuoso contacto que elevaba la temperatura de sus cuerpos, del gemelo sobre sus piernas, tan cerca de su intimidad, rozándola, quemándolo con su aliento intoxicante, anulando cada uno de sus movimientos con su cuerpo, con sus manos, su risa, y su boca, tan cercana, que podía sentirla, sin jamás alcanzarla.
Too high
Can't come down
It's in the air and it's all around
Can you feel me now?
Lentamente la cinta escarlata abandonó su puesto, revelando aquellas pupilas verdes, ocultas bajo los párpados de Sagitario. Su brillo encandiló por un momento a Saga, desempolvando el amor bajo tanta lujuria, dibujándole una tierna sonrisa, que el calor volvió morbosa. La humedad de ambiente se aferraba a sus cuerpos, se enredaba en sus corazones, reflotando sentimientos escondidos aderezados con lujuria, sentimientos que bailaron en el aire estancado entre ellos, recubriendo sus pieles de pegajosa pasión, invitando a sus manos a pasearse por aquellos territorios sin dueño, más que sus propias fantasías. Sus torsos, en constante movimiento, encendían locuras al contacto, y la fricción entre ellos, elevaba la temperatura del lugar, empañando los bordes de la mesa de caoba pulida. Ninguno de los dos pensaba ya, las fronteras de lo correcto y lo incorrecto de habían diluido en el sudor, que, con aroma a tentación, brotaba por cada uno de sus poros, entremezclándose en los difusos límites de ambas anatomías.
With the taste of your lips
I'm on a ride
You're toxic I'm slippin' under
With the taste of the poison paradise
I'm addicted to you
Don't you know that you're toxic?
El rojo listón danzó entre los dedos del gemelo, serpenteando sensualmente, atravesando con descaro la hirsuta melena de Aioros, hasta rodear por completo el cuello del arquero. Las verdes pupilas de sagitario se clavaron en las azules de Saga, con la duda bailando en su brillo; correspondidas por una mirada libidinosa de Géminis, quien acabó por convencerlo, y bajando por completo la guardia, se sumó al baile que el calor había iniciado.
Sus labios se buscaron, inexpertos, rozándose primero, compartiendo el aliento cálido que escapaba entre cortos jadeos y suspiros encendidos, mientras las manos del arquero se aventuraban bajo la fin ropa de Saga, intentando liberarse de ella para recorrer la pálida piel del gemelo, sonrosada por las altas temperaturas. Las telas se pegaban a sus cuerpos, incomodándolos, impidiéndoles sentirse, tocarse, recorrerse enteramente sin restricciones; y sus manos, ansiosas, comenzaron a colarse por debajo de las empapadas prendas.
Saga tomó con determinación la cinta roja, y, jalándola con ímpetu, se adueñó de la boca de Aioros, explorándola con cautela, sin liberarlo jamás de su atadura escarlata. Su lengua pronto se encontró con la de Sagitario, tan expectante como la suya propia, y entre ambas se desató una lucha frenética de besos, que tiñó sus labios de encarnado rubí, hasta ya no distinguir sus propios límites.
And I love what you do
Don't you know that you're toxic?
Don't you know that you're toxic?
Los dedos de Sagitario despegaron las prendas de la deseada piel, entre caricias que quemaban como el fuego, mientras sus labios revivían, víctimas de los pasionales besos del gemelo, quien sentía hervir su sangre con las manos de Aioros rozando su cuerpo, en plan de deshacerse de la molesta camiseta, que, al final, cayó pesadamente al suelo, junto con la del propio arquero, que abandonó su torso unos segundos después. Sus cuerpos, ya sin ropas, se trenzaron en febril juego, sin conciencia ni tapujos, entre besos, caricias y arañazos, que adornaban su espalda con narcótica pasión.
La boca de Aioros se desprendió de los hechizantes labios de Saga, y, lentamente, bajó por su cuello, enredándose en su húmeda cabellera, probando sus fantasías, sintiendo el salado sabor del sudor danzar entre sus papilas gustativas con sensual gracias, al ritmo de los cortos jadeos que rebotaban en las paredes de su oído. Géminis se aferraba a él con desesperación, y, entre ambos, sus miembros erguidos chocaban constantemente, sólo separados por la tela del fino pantalón que los cubría. Podía sentirlo, sabía que no podría esperar a que Sagitario le hiciera el amor, y las propias manos del arquero descendiendo por su espalda hasta su trasero, le confirmaron que él tampoco podría resistirse mucho tiempo… Los besos de aquella boca endiablada bajaban ahora por su pecho, y Saga sintió que el aire le faltaba ante tan excitante sensación, y todo se volvió borroso…
Intoxicate me now
With your lovin' now
I think I'm ready
I think I'm ready now
-Saga, hey, Saga! Estás escuchándome?-
La voz de Aioros desvaneció su fantasía, trayéndolo de nuevo a la realidad… la dura realidad en la que el valor le sobraba para pelear, pero se esfumaba a la hora de enfrentarle. Frente a él, Sagitario le miraba divertido, y casi, ,diría, curioso, ante la expresión ausente de su rostro, y Saga sonrió, negándose una vez más aquella distracción, riéndose de sí mismo y de lo fácil que caía n las redes de sus propios sueños
-Lo siento, creo que me desconecté por un momento- concedió sonriendo, intentando esconder la verdad… que la sola presencia de Aioros desencadenaba en él, deseos prohibidos, sueños narcotizantes que el arquero nunca debía conocer, historias adictivas que lo engullían sin que pudiera negarse
-Pues a ver si te conectas ahora- dijo irónico Sagitario, para seguir hablando del entrenamiento, en un incesante monólogo que el gemelo no escucharía
Y Saga volvió a mirar sus labios, a perseguirlos sin jamás alcanzarlos, cayendo nuevamente en otra de sus fantasías, intoxicándose, nuevamente, con la imagen del arquero.
Intoxicate me now
With your lovin' now
I think I'm ready now