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Realmente es Navidad por zandaleesol

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Notas del fanfic:

¡¡Respuesta al desafio Navideño de la Mazmorra del Snarry!!

Notas del capitulo:

Respuesta al desafío Navideño de la Mazmorra del Snarry.

… Navidad la época más hermosa y esperada con anhelo por todos o casi todos a excepción de Harry,  en su época en Hogwarts después de saber que era un mago por vez primera había podido vivir esa magia navideña, desde que tuviera uso de razón sus parientes tan odiosos le habían hecho comprender que esa celebración estaba vedada para él. Su desagradable primo era quien tenía el privilegio de disfrutar de aquella ocasión, él nunca, sólo debía conformarse con mirar y  vivir como de reflejo de esa felicidad. Aún recordaba su primera Navidad en Hogwarts, la maravillosa cena, los adornos y lo más importante no existía alguien que le dijera que no podía disfrutar de aquello, en esa ocasión inclusive hubo obsequios para él, su estadía en Hogwarts le había permitido superar tantas Navidades tristes que debió vivir.   

Recordaba a su primo y los amigos de éste haciendo largas listas de los regalos que deseaban recibir, él pedía un único obsequio cada año, una hermosa cena Navideña con una familia que lo amara.  Habían pasado muchas Navidades desde la última vez que había pedido aquel deseo, había renunciado a ese sueño que nunca sería realidad, tenía ya veintisiete años y aún no tenía una familia con la que compartir aquellas fiestas. A pesar de que siempre recibía invitaciones de sus amigos, especialmente de Ron, sabía que su amigo le quería al igual que toda la familia Weasley, sin embargo, la mayor parte del tiempo se sentía extraño estando entre ellos. Había sido novio de Ginny en su último año de escuela, después vino el final de la guerra, su enfrentamiento con Voldemort vino a catapultar en forma definitiva su fama de héroe, ni siquiera Ginny pudo sustraerse a esa vorágine de ser la novia del vencedor, toda esa naturalidad y sencillez  que la chica había poseído y que fuera en definitiva el porque Harry se había sentido atraído hacia ella desapareció por completo, se transformó en una chica presumida que lo arrastraba a toda  celebración y homenaje donde pudieran  lucirse y recibir halagos.   

Esta transformación de Ginny hizo que el amor que  Harry había juzgado sentir sinceramente se fuera apagando hasta sólo quedar reducido a cenizas. Asumió este nuevo estado de su alma con honestidad, terminó su noviazgo con Ginny cuando todos creían que prontamente sonarían campanas  de boda, la familia Weasley se sintió ofendida pero no tanto como Ron, los lazos que los habían unido desde el primer curso si bien no quedaron rotos nunca volvieron a ser los mismos. Harry sintiendo que nada le quedaba, abandonó el mundo mágico y se instaló en el muggle decido a comenzar ahí una nueva vida.   

Ahora era Nochebuena, mañana Navidad, iba camino al teatro en realidad no deseaba asistir, no era que no le gustara todo lo contrario era una de las cosas por las que había adquirido gusto en esos años, pero aquella había sido una semana de locos, demasiado trabajo, sin embargo su jefe había insistido que debía agradar a los clientes y esa invitación era de uno de ellos. Odiaba esos compromisos los creía innecesarios, pero como buen relacionador publico de su agencia la mayoría le resultaban ineludibles, pero siempre sus compañeros decían que no existía nadie como él en el arte de agradar, elegante, hermoso, refinado cualidades muy apreciadas en el mundo de la publicidad y especialmente por su jefe, siempre le decía que la mayoría de los buenos negocios que había hecho la agencia ese año se debían a él y que además poseía la excelente cualidad de adelantarse a las necesidades de la gente. No le resultó difícil vivir entre muggles, después de todo había crecido entre ellos, sin embargo, jamás recurrió a la magia para alcanzar el éxito, estaba orgulloso de sus logros, su talento le había conducido hasta la cima a pesar de ello seguía siendo una persona solitaria y en esta fecha era cuando más resentía aquello.   

Ese año había ganado bastante dinero, se podía permitir una buena vida, poseía un exclusivo departamento en la zona más elegante de la ciudad, un auto deportivo, iba de vacaciones al extranjero, en resumen era la vida  que cualquiera desearía. Un acomodador avanzó respetuoso delante de él y abrió la puerta, escuchó el murmullo de la gente, la fila de los palcos iluminados aparecieron delante de él, el telón no se había levantado aún sonaba la obertura, componiéndose un poco el traje entró al palco y se sentó mirando hacia las filas iluminadas de los palcos de enfrente. Sus ojos verdes miraban a la gente sin buscar a nadie, su brazo apoyado en la barandilla de terciopelo y su mano seguía inconciente el compás de la obertura arrugando entre los dedos, el programa que acababan de darle miró al frente donde una señora alta y esbelta entraba acompañada de un señor, no prestó mayor atención a la pareja pero si su vista recayó en la persona que acompañaba a la pareja, un hombre alto, de cabello negro muy corto vestía un elegante traje color azul, sin saber porque aquel hombre le trajo recuerdo de alguien que había conocido hace mucho tiempo.  

Quizá fuera algún cliente de la agencia, recorrió con la vista los demás palcos, pero inevitablemente su vista volvió a posarse sobre el de enfrente,  el hombre que había llamado su atención desvió  su vista distraídamente  hacia su palco, se le quedó mirando tan fijamente que hizo que su corazón se paralizará por un instante, era imposible, no podía ser él, no, debía ser alguien que se parecía demasiado, dejó de prestarle atención, pero aquella intención no duró demasiado tiempo, puesto que era el hombre quien lo miraba ahora sin apartar la vista. Volvió a mirar una vez más y esta vez el hombre hizo un gesto con la cabeza, como un saludo, Harry se quedó perplejo, no se trataba de alguien que se pareciera mucho sino que era realmente Severus Snape el que estaba en ese palco acompañando a esa pareja. Como era posible que se topara con su antiguo profesor de Pociones de la escuela de Magia y Hechicería, allí en un teatro muggle, qué hacía ahí, en nochebuena y acompañando a esas personas.   

Finalmente la obertura terminó y se levantó el telón la orquesta ya estaba lista para comenzar el concierto, de pronto la puerta del palco se abrió suavemente, Harry estuvo seguro que eran sus anfitriones que llegaban bastante retrasados, pero no era el mismo acomodador que le acompañó a su llegada, sigilosamente le entregó una nota, su anfitrión no vendría, un malestar de último minuto se lo impedía, Harry se quedó sin saber que hacer  podía marcharse en ese preciso instante, pero no se decidía a salir del palco, su vista se dirigió hacia el palco de enfrente, su ex profesor ya no estaba en el palco, aquello le pareció extraño, pero finalmente le hizo decidir salir de ahí, se iría a su casa a dormir ya tendría otra ocasión para oír música.   

Bajó las escaleras con prisa para alcanzar la salida, cuando estaba por tomar la manilla de la puerta escuchó una voz detrás de él, ya no tuvo dudas   

-          Por qué tanta prisa señor Potter – dijo el ex profesor con voz suave Harry se volvió con ojos asombrados, cuando tuvo al hombre más cerca de él pudo ver el gran cambió que había experimentado el profesor, al que recordaba enfundado en túnicas únicamente de color negro   

-          Profesor Snape… yo… eh… no…  

-          Por lo visto… sigue teniendo mucha facilidad de palabras – dijo riendo de una forma que jamás Harry le había conocido   

-          Bueno… es que…  

-          Sí… sí ya sé esta asombrado de saber que me gusta la música… siempre me gustó  señor Potter… crecí entre muggles al igual que usted no lo olvide –   

-          Sí… es cierto… pero qué hace aquí… es decir es Nochebuena…   

-          La verdad no tengo muchas alternativas… hace años que dejé Hogwarts y vine a vivir entre muggles –   

-          Sabía que usted ya no estaba en Hogwarts… pero no imaginé que viviera aquí en el Londres muggles –   

-          Vivo aquí hace como seis años… quizá un poco más… y usted… en el mundo mágico lo último que se comentó de usted fue su matrimonio con la Weasley – dijo Severus  

-          Ah… eso fue hace muchos años… pues no me casé con ella… pero aún somos amigos –   

-          Ya veo… y por qué no está con sus amigos ahora – 

-          Bueno… es que… no los veo mucho… siempre estoy trabajando y…  

-          Pero ahora no trabaja… es Nochebuena y mañana Navidad – dijo Severus seriamente   

-          Eh… sí…   

-          ¿Tiene algún compromiso esta noche? –   

-          No… la verdad vine al concierto porque un cliente me invitó, pero no llegó porque tuvo un imprevisto de último minuto –   

-          ¿Un cliente? –   

-          Sí… trabajo en una agencia de publicidad –   

-          Ah… ya veo… ¿es un trabajo interesante? –   

-          Sí… muy interesante –   

-          Yo  tengo algo  que hacer… porque no me acompaña… voy a visitar un hogar donde hay niños que… esta noche están solos como nosotros llevo algunos obsequios… no es gran cosa pero eso los hace felices –   

Harry estaba impactado jamás imaginó que ese hombre al que siempre todos temieron inclusive el mismo en una noche como esa dedicara un poco de su tiempo a unos niños abandonados, que seguramente pedían el mismo deseo que pidiera él cuando niño, una hermosa cena navideña y un familia con la cual compartirla.   

Se sintió emocionado y no pudo decir que no en realidad no quería negarse, aquella noche era especial, no era para estar solo, era un momento para compartir con los que tenían menos que él, no había mejor manera de vivir esa fecha que dando un poco de felicidad a otros y quizá de esa forma él pudiera volver a sentir algo de la alegría que hacía tantos años no experimentaba.   

No se equivocó aquella noche le pareció vivir la mejor víspera de Navidad de toda su vida, su corazón se emocionó al ver a esos pequeños tan felices, al parecer Severus los visitaba a menudo porque los niños le tenían mucho cariño, después de salir de aquel lugar ya no veía la vida del mismo modo, se sintió afortunado de haber asistido esa noche al teatro, esa noche tan especial marcaba un bello cambió en su vida, comprendió que las personas están solas cuando se niegan a mirar en derredor y ver que hay tanto que precisan de compañía. La noche era fría y sin embargo Harry experimentaba un intenso calor en su corazón, caminó con Severus a su lado por las calles solitarias, hasta llegar a su apartamento, habían hablado de tantos temas y sin embargo Harry sentía que aún no podía decir adiós, no buscaba un consuelo a su soledad sino que realmente deseaba que la compañía de Severus no acabará jamás.   

No era el único que tenía esos sentimientos, Severus también deseaba la compañía de Harry, pero no sólo por esa noche sino por muchos más días y años si era posible, al llegar al edificio donde vivía Harry no aceptó la invitación del chico para subir a su apartamento pero en cambio invitó al chico para una cena de Navidad, ambos estaban solos pero no era necesario seguir del mismo modo, alejados del mundo mágico que los había separado ahora podían compartir lo que antes no fue posible, al despedirse lo hicieron formalmente, pero luego de mirarse a los ojos lo invadió un extraño e impensado deseo y se besaron tiernamente, se sorprendieron por aquello pero pasada esta, volvieron a besarse con más pasión, ambos descubrían a personas diferentes en cada uno, lo invadió un sentimiento maravilloso, sin duda aquel encuentro y ese momento era un bello milagro de Navidad…    


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