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Clímax de fin de año por Lunita

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Notas del capitulo:

Ohayo!!

Pido mil perdones por todo el tiempo que he hecho esperar, pero entre la actualización de la página y mi trabajo no he tenido tiempo que posponerlo hasta ahora.

Este cap no me convence, de hecho es probable que cambie algunas cosas, pero ya avisaré en el próximo si lo he hecho.

Espero que os guste, nos leemos!!


Mi mente trata de sobrevivir en este mar de preguntas del que no soy capaz de salir. Cada momento que viví ayer es algo que va destruyendo mi corazón poco a poco; como si cada una de las palabras que le dije fuesen como finas agujas de hielo que se clavaban sobre mi preocupado corazón, dejando una marca en él difícil de borrar.

Dormí. No sé durante cuanto tiempo, pero dormí y dormí tratando de aliviar mi parte de conciencia con mis sueños inexplicables.

El dolor que sentía se amplificaba cada vez que pensaba en Sasuke ¿Por qué? No lo sé, solo sé que no puedo parar de pensar en él, como si no me preocupase por ninguna otra persona en el universo.

Tengo que olvidarme de él; tengo que hacerlo, pero mi cerebro se resiste a ello ¡Maldita sea! No puedo tranquilizarme ni un instante ¿Por qué este cargo de conciencia? Ah, Dios ¿Por qué tanto dolor?


Despierto sobresaltado, preguntándome si alguna vez volveré a descansar sin pensar en él. Las ansias que me entran cada vez que le veo... no son normales. Necesito un tiempo. Pero de lo que estoy seguro es que las cosas entre nosotros se volverán más tensas a partir de ahora; mucho más tensas.


OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO


-Sasuke, tendremos que organizarnos para la exposición del trabajo de deaspués de las vacaciones ¿No te parece?- le comentaba a mi testarudo compañero, que insistía en que nosotros no teníamos que ayudarle en nada.

Sasuke dió un pequeño gruñido en señal de molestia sin ni siquiera mirarme.

-Sasuke, Naruto tiene razón- insistió la ojiverde. Los tres íbamos juntos en el mismo grupo, pero Sasuke se negaba a cooperar.

-No necesito vuestra ayuda. Decidme que parte me toca y ya está- respondió después de un gran rato en silencio, tratándonos como a un estorbo del que se quería librar.

-Deberíamos ensayarlo juntos, por lo menos una vez ¡Vamos, Sasuke! ¡Colabora un poco!-insistí.

Me miró con el desprecio reflejado en sus ojos, como diciendo "No tienes derecho a opinar" Mientras fruncía más el ceño, enfadado.

Me levanté de la silla en la que estaba sentado, que pertenecía a la cocina de la casa de Sakura, y con una voz seca dije:

-Vale, como tú quieras. No es necesario que nos llevemos bien, pero me interesa aprobar; pórtate como un niñato si quieres, pero deja de tratarnos como si fuésemos un estorbo.

-No eres el indicado para hablar-contestó con su sonrisa de medio lado.

-Chicos, ya basta, tenemos que acabar esto porque si no...

-¡No, tú si que no eres el que debe hablar!-interrumpí a Sakura, mostrando una voz agresiva que salía de mi garganta; no, salía de dentro de mi corazón.- ¡No sé quién te crees que eres, pero no tienes motivos para hablarnos así! ¡ Al menos a ella no!-apoyé las manos sobre la mesa con brusquedad.

-¡Sí, si que los tengo y ella lo sabe bien!-me imitó alzando su voz.

-¡Ya basta!-gritó la pelirosada- Sí Naruto, tiene motivos, pero no hemos venido a hablar de eso. Necesitamos hablar del trabajo y queda poco tiempo.

-¡Estoy harto de su actitud! ¡No hace más que alardear que es el mejor en todo y que no necesita a nadie!-Volví a alzar la voz, esta vez tratando de que entendiesen mi reacción.

-Ni la necesito, ni quiero vuestra ayuda-volvió a decir ¡Me saca de quicio!- no es necesario que estéis insistiendo. Si no queréis trabajar conmigo se lo decís a la profesora y que os cambie de grupo-dijo como si nada.

-¡Sasuke!-replicó Sakura.

-Déjale, no atiende a razones.

-¡Pero es necesario! Sasuke, tú necesitas nuestra ayuda, apenas sabes de qué va el trabajo-insistió la pelirrosada.

-Tienes razón, Sakura, pero ya sabes que no te hará caso. Lo que necesita es a alguien que le enseñe modales, que hasta su hermano le toma por un cascarrabias que no sabe hacer nada solo. No puede comprenderte por que sencillamente su forma de ser no se lo permite.

-¡No necesito ayuda y menos de un par de inútiles como vosotros!-nos gritó lo más fuerte que pudo.


Ambos nos quedamos mirándole petrificados. ¿Como se había atrevido a decirnos eso? ¡A sus amigos!. Sin duda merecía un buen escarmiento, pero por desgracia nosotros no podíamos dárselo. Ansiaba que por una vez en su vida se hubiese tragado sus palabras.

-Sasuke, no me extraña que estés solo-fue lo único que alcancé a decir antes de salir de allí, aunque más que enfadarme, había herido mi amor propio.

Antes de irme eché un vistazo a la pelirrosada, que no había levantado la vista desde aquel momento. Sentí pena y lástima al verla de esa forma, pero no me paré a consolarla; mis pies casi se movían solos, tratando de marcharse cuanto antes.


Aquel día se desataba una fuerte tormenta por los alrededores y los rayos retumbaban por todas partes. El frío se había instalado casi permanentemente en el ambiente y la luz que llegaba del sol era muy escasa.

Bordeando las calles que dirigían a mi casa, mis pensamiento se volvió uniforme: Sasuke es un idiota, que no sabe tratar con personas, es un engreído, un arrogante... Siempre tengo a Sasuke metido por todas partes.

Abro la puerta, como si esperase un "Buenos días" que nunca volveré a escuchar. Todos los rincones de la casa están en penumbra y cada vez me siento peor. Cada día que pasa hace que mi vida se haga más insignificante, que sin razón es así. Me causa pavor pensar en lo que puede pasar el día de mañana, seguramente estaré solo, experimentando cada tarde este mismo momento de angustia al ver que no hay nadie quien me reciba, que me acompañe y que alivie este dolor. ¿Por qué tengo que estar solo, si trato de ser una buena persona? Tal vez esta sea la condena por enamorarme del que no debo, del que no me valora y del que acaba de hundirme la moral más de lo que ya estaba.

Me siento ridículo. Esto es patético. Necesito alguien que me diga "No seas tonto, estás genial así"
Aparto rápidamente de mi mente esos pensamientos, sé que nadie me dirá eso porque nadie de verdad me aprecia tanto. Mis verdaderos amigos ya están muy lejos de mí y mi familia está en los susurros del viento, en mis recuerdos y en lo que llamamos "cielo".

Subí las escaleras hacia mi cuarto con pasos cansados, sin encender la luz hasta que al fin abrí la puerta y me tumbé sobre la cama.


Muchos recuerdos se allegaron a mi mente. Hace mucho tiempo, yo no era muy bien tratado por mis compañeros, más bien todo lo contrario: me insultaban, me ignoraban y me tachaban de inútil. Sin embargo, era feliz; era feliz por que tenía dos verdaderos amigos a mi lado que me ayudaban en cada momento; dos verdaderos amigos del alma.

Por desgracia, nada es para siempre. Un buen día, los tres terminamos la escuela primaria. Todo era alegría en ese momento; los tres estábamos entusiasmados por la noticia de que habíamos sido los mejores estudiantes. Pero nuestro error fue no darnos cuenta de lo que eso implicaba: teníamos que separarnos.

Uno de mis amigos era rico, y sus padres al ver que tenía gran potencial le enviaron a una escuela de alto nivel en la otra punta del país. Yo sabía que era por su bien, que su futuro dependía de ello y por eso no lloré en su despedida, si no que le animé a que fuese el mejor allí.

El caso de mi otro amigo era todo lo contrario: era pobre y estudiaba gracias a becas. Él también tenía gran potencial, pero no le fue posible seguir estudiando. Su familia tenía grandes problemas económicos y al poco tiempo tuvieron que mudarse en busca de un trabajo para poder sobrevivir.

Le apoyé hasta el último momento también, diciéndole que vivir a distancia no significaba perder la amistad, cosa de la que estaba seguro de que me engañaba a mí mismo y a él, pero lo único que quería antes de irme era observar una sonrisa en sus labios, cosa que al final conseguí.

Desde aquel momento, estaba prácticamente solo todo el día, sin querer salir de mi habitación. Eso fue durante las vacaciones de verano.

Cuando comenzó el colegio, seguí mi rutina varios meses: me levantaba, iba a clases, volvía a casa, comía y me iba a dormir.

Así un día tras otro, hasta que el profesor de lengua mandó hacer un trabajo por grupos de cuatro. En aquel momento detestaba la idea de hacerlo en equipo; prefería hacerlo yo solo a tener que cooperar con cualquiera de mis compañeros.

En aquella ocasión me había tocado con Kiba, Sakura e Hinata, con los cuales establecí una "amistad". Sin embargo, esa amistad ya no era tan importante para mí como lo habían sido las anteriores. Simplemente necesitaba un lazo; un vínculo al cual atenerme para sentirme seguro.

Me sentí más patético aún. Me acabo de dar cuenta de que soy falso, de que realmente no digo lo que pienso. Comienzo a odiarme a mí mismo. Tal vez tanto tiempo diciéndome que era un idiota y un inútil haya conseguido traspasar mi dura cabezonería.

-¡Din don!-timbran.

¿Quién habrá venido a verme a estas horas?

Bajo las escaleras aprisa y abro la puerta, dejando ver a Itachi con Sasuke cogido por una oreja.

-Itachi ¿Por qué tienes a Sasuke cogido por la oreja?-pregunto muy extrañado.

-Es que Sakura me ha contado lo que ha hecho hoy, y si se porta como un CRÍO habrá que tratarle como tal ¿No crees?-dijo mostrando gran énfasis, resaltando la palabra “crío”.

-Itachi... ya da igual lo que haya hecho. Déjale estar, que ya sabemos como es...-hablé con tono conciliador.

-Naruto, Sasuke tiene algo que decirte. Vamos Sasuke-le dio un codazo al ver que este no respondía

-Lo siento...-murmuró en voz baja.

-¿Qué has dicho Sasuke? No te hemos entendido-dijo Itachi, tratando de enfadar a su hermano, pues sabía lo mucho que le fastidiaba eso.

-No, Itachi, no es necesario. Venga, todo arreglado ¿Sí?-traté de calmar el ambiente, que comenzaba a hacerse tenso.

-Sasuke...-susurró Itachi con tono amenazador.

-¡Lo siento! ¡Ya está! ¿¡Te vale así!?-gruñó muy molesto.

Observé a ambos hermanos durante varios instantes. En teoría se estaba disculpando, pero si le obligan realmente no es una disculpa. Pero bueno, prefiero no echar más leña al fuego.

-Itachi, ya está bien, ya te dije que esto no era necesario-aclaré.

-Es necesario, puesto que mientras nuestros padres estén en el extranjero, es mi deber como hermano mayor educarle correctamente, por lo menos mientras esté en la ciudad-añadió con una sonrisa en los labios-bien, ahora os dejo solos, he de ir a la empresa. Sasuke, más te vale comportarte bien-concluyó la charla con tono amenazador-volveré aquí a buscarte sobre las ocho ¡Y que no me entere de que te has ido!-le exigió. Cada vez se parece más a su padre.

-Ya te he oído...-respondió Sasuke- imbécil amargado...-murmuró en voz baja.

-¿Has dicho algo?

-No, nada...

Sasuke se colocó a mi lado sin decir nada más. Parece mentira que su hermano le trate de esta manera. Sin duda Itachi es único.

-Bien, me voy-se despidió el mayor- Naruto, si el baka de mi ototo se escapa avísame.

-Vale-respondí con una cara difícil de interpretar, entre miedo y vergüenza.

Itachi caminó hasta llegar a su coche, que tenía aparcado en frente de la casa y antes de irse se despidió con la mano.

Sasuke y yo nos quedamos quietos, mirando a la nada, hasta que el ojinegro comenzó a dar un par de pasos hacia donde me encontraba.

-¿Vamos a entrar o esperamos a que nos aparezcan telarañas sobre la cabeza?-preguntó con ironía.

-Pasa-Dije con voz seca mientras abría la puerta por completo.

Ambos entramos dentro y nos fuimos al salón. Yo encendía la tele y Sasuke se sentó en una butaca individual al fondo de la sala. Me senté yo también, aunque prácticamente no prestaba atención al aparato; mi mente se desviaba instintivamente a cada movimiento que realizaba el otro, un poco incómodo visiblemente.

Pese al sonido de fondo que había, se produjo un gran momento de tensión. Me sentía muy inquieto teniéndole en mi casa con esa actitud.

Los minutos pasaban y nosotros seguíamos ignorándonos. Cada vez aquella situación me ponía más nervioso, como también el ver que mi compañero no hacía nada. Se me estaba helando la sangre de tanta tensión, ¡Necesitaba que dijese algo o me volvería loco! Pero el tiempo seguía pasando y nadie decía nada.

Al final, tras empezar a sentir algo similar a la desesperación, decidí que ya era hora de aclarar las cosas.

-Sasuke-le llamé.

-¿Qué quieres?-contestó casi forzadamente.

-¿Se puede saber por qué tienes esa actitud?

-Eso mismo te podría preguntar yo.

-De eso nada. ¡Nos trataste como a basuras!-repliqué.

-Te lo merecías. Tú también me trataste muy mal-respondió. Ahora tengo que darle la razón a Itachi: se está comportando como un niño pequeño.

-Pero no es lo mismo. Tú me estabas diciendo que pretendías ponerle los cuernos a Sakura conmigo, que no te importaban nada sus sentimientos y todo eso.

-Es la verdad, ni me importan ni me importarán. ¿Quieres saber por qué? Porque salgo por ella por obligación. No me gusta ni me gustará jamás. Y cuando al fin logro decirte lo que siento, tú vas y me sueltas eso. ¿Qué quieres que piense?

-¿Por...obligación?



Continuará...
Notas finales:

Bueno, hasta aquí lo dejamos, ¿Qué os ha parecido?

Si a vosotros os ha gustado esta actualización lo dejaré tal como está, si no le haré algunas modificaciones, eso es decisión vuestra. Si el fic sigue así, en el prox cap se esplicará qué es "eso" aunque creo que ya se ve claramente.

¿Dudas, quejas, sugerencias...?:

Belendy_lunita@hotmail.com

Ja ne!


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