Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Clímax de fin de año por Lunita

[Reviews - 57]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ohayo!! Gomen por el retraso, relamente lo siento, pero estoy hasta arriba de trabajo y de exámenes y casi no tengo tiempo; además, con este fic estoy un poco bloqueada, no tengo muy claro como seguir. De todos modos, trataré de no tardar mucho en actualizar.

Os dejo con el cap, ja ne!

Sasuke avanzó dos pasos hacia mí, con rostro decidido y mirada orgullosa.


-Sí, por obligación. Querías que te contase que era “eso” ¿Verdad? Pues lo vas a saber-añadió con una voz escalofriante a mi modo de ver.


Estaba a inquietarme esa extraña forma de actuar. Por alguna razón, sentía que Sasuke no era el mismo de siempre; como si algo se hubiese apoderado de él y quisiese contactar conmigo usando su cuerpo. Parece que nunca se muestra tal como es. Realmente no conozco al verdadero Sasuke.


-Mi familia no es originaria de este país ¿Ya lo sabías no?-preguntó, como si estuviese diciendo que era algo evidente. Yo cabeceé afirmativamente mientras trataba de mirarle a los ojos, cosa que mi mente por algún motivo se negaba a hacer-Bien, pues todo empezó por eso. Para mi familia, desde tiempos inmemoriales la tradición es sagrada. Hubo muchas tradiciones en las grandes familias, como ya sabrás, algunas incluso consistían en sacrificar al hijo menor para que los Dioses diesen buenas cosechas. En la mía obviamente no eran tan extremistas, pero sí que había una tradición que no se podía romper por nada del mundo: el hijo menor tenía que contraer matrimonio antes de cumplir el primer año de vida.


Abrí los ojos desmensuradamente ante tal afirmación. Era imposible que hubiese alguien así ¿Cómo te vas a casar cuando ni si quiera puedes decir “Sí quiero”?


-¿¡Qué!?-grité escandalizado. Eso no era normal.


-Aún no he acabado-gruñó molesto ante mi intromisión mientras proseguía-Según la tradición, yo debía casarme antes de cumplir mi primer año, y así lo hice. Sin embargo, mi mujer murió súbitamente meses después.


-Valla, lo siento-murmuré con tono apenado. La vida de mi amigo no podría ser más extraña de lo que ya es.


-Nadie sabe qué le pasó,-continuó- pero por supuesto, mis familiares que están en el extranjero no llegaron a enterarse de ello. Si se enteraban de que no tenía esposa, cundiría el caos, así que mis padres hicieron un trato con los padres de la difunta: adoptaron a Sakura, y a cambio de que sólo fuésemos novios se evitaría una gran revolución ¿Lo entiendes ahora? Sakura está fingiendo que es mi “mujer”.


Mi cara en ese momento era un poema. Era la primera vez que había escuchado algo con atención y no me había enterado de absolutamente nada.


-Pero ¿Por qué cundiría el caos? ¿Y por qué se hace pasar por quién no es?-me atreví a preguntar.


-Pues porque mis familiares son extremadamente religiosos y pensarían que vendría el anti-cristo o yo qué sé-dijo con simpleza- Eso sí, debes prometerme que nada de lo que te he dicho va a salir de entre nosotros. Nadie debe saber la verdad sobre lo que ocurrió ¿Entendido?


-Está bien, lo prometo-dije aún un poco extrañado, sin acabar de comprenderlo todo.


-Bien-murmuró, mientras se dejaba caer a mi lado sobre el sofá- espero que ahora me entiendas algo mejor-dijo, con una voz más calmada, como si se hubiese quitado un peso de encima-Naruto, siento ser borde con vosotros pero es que siento mucha presión-esta vez apoyó la cabeza en sus manos, tapándose la cara.


-Te entiendo. Debe ser duro todo eso del honor y la responsabilidad-dije tratando de animarle- pero tú tienes que vivir.


Elevó un momento la cara para mirarme y mostrar una sonrisa de medio lado en su rostro. Le dediqué una de mis sonrisas zorrunas y me quedé observándole.


Pasamos varios instantes un poco incómodos en silencio; no sabía qué decirle para que se animase de verdad, pues tras ese gesto de felicidad se podía observar verdadera preocupación de cara a lo que podría llegar a pasar. La familia de Sasuke ha dependido mucho de su suerte para sobrevivir, han pasado malas rachas y ahora ciertamente, todo está en manos de Itachi y de él. Además, son muy supersticiosos, sobre todo sus padres. No quiero ni imaginarme cómo de religiosos deben ser sus otros parientes.


-¡Vamos a jugar a la consola!-salté de pronto.


Sasuke me miró dudando, alzando una ceja como diciendo “¿A qué viene eso?” Le agarré enérgicamente de uno de sus brazos hasta colocarle frente al televisor.


Abrí el cajón del mueble que la sostenía, donde estaba la consola y coloqué correctamente un par de cables. Apreté el botón “on” y la pantalla pronto mostró un videojuego de peleas.


Comenzamos a jugar, al principio sin mucho interés, pero luego la cosa se animó cuando comenzamos a hacer trampas, a usar técnicas ocultas y a pelearnos cada vez que el otro se daba cuenta de ello.


-¡Dobe la patada lateral es con la X y abajo!-me gritó enérgico.


-¡De eso nada, esa es la baja! ¡No trates de engañarme!-protesté formando un puchero en los labios de un modo gracioso.


-¡Kuso! ¡Deja de moverte!-decía mientras su personaje trataba de golpearme con una espada mientras el mío corría de un lado a otro.


-De eso nada-hice un combo de ataque y conseguí tumbarle.


“YOU WIN”-ponía en la pantalla con letras doradas y brillantes.


-¡Jaja! ¡Te gané, Sasuke-teme!-comencé a canturrear, sabiendo que se picaría y que querría la revancha.


-Te vas a enterar-me amenazó mientras le daba al botón para volver a empezar.


Estuvimos el resto de la tarde jugando, pásandolo realmente bien. Al acabar comenzamos a hablar sobre las mejores jugadas y golpes, como uno en el que por una de mis patadas ambos nos resbalamos, salimos fuera del ring y perdimos a la vez.


Era la primera vez desde hacía mucho tiempo que hablábamos sin discutir en serio, de broma, riendo, como verdaderos amigos. Comencé a sentirme muy a gusto, como si con algo tan simple como echar unas partidas a la consola hubiesen hecho que milagrosamente Sasuke y yo nos llevásemos bien.


Casi no nos dimos cuenta cuando ya entrada la noche, Itachi llegó a mi casa a buscar a su hermano. Estaba claro que esperaba que siguiésemos peleados, porque nunca se me olvidará la cara de asombro que puso al ver que nos lo estábamos pasando tan bien.


-Me alegro de que os hayáis divertido. Pensé que Sasuke-baka seguiría siendo tan cascarrabias como siempre-comentó.


-No me llames baka, dobe-le respondió éste molesto.


-Bueno, las cosas iban yendo muy bien, no lo estropeéis ahora, por favor-rogué viendo como el ambiente se volvía a tensar levemente.


-Tienes razón, Naruto-kun-añadió el Uchiha mayor- Sasuke, ¿Nos vamos?


Sasuke no dijo nada, bajó la cabeza y se quedó mirando el suelo varios segundos.


-Sasuke, ¿Estás bien?-murmuré preocupado.


-Me parece que mi ototo está muy a gusto y no le apetece irse ¿Es eso verdad?-volvió a intervenir Itachi-Naruto, ¿Dejarías que se quedase contigo un poco más?


-¿Qué llamarías un poco más?-pregunté.


-Pasar la noche juntos.


-Mm... etto...


-He de ocuparme de los preparativos para cuando vuelvan nuestros padres, y con mi ototo al lado no acabaré nunca-afirmó él.


-S-supongo que no habría problema-añadí despreocupado.


-Vale, pues entonces me voy-entonces se acercó a Sasuke y le susurró al oído- no te quejes, que te he conseguido una cita.


Los dos giramos la cabeza en dirección contraria con un leve sonrojo sobre las mejillas.


-Bueno, me voy-dudó Itachi, pero tras darle un golpe en el hombro a su hermano, acabó saliendo por la puerta principal con un ligero portazo. Ninguno de los dos digo nada, nos limitamos a dejar que pasase el tiempo.




OoOoOoOoOoOoOoOoO




-¡Itadakimasu!-grité emocionado al acabar de preparar mi tazón de ramen.


Sasuke murmuró algo inteligible entre dientes y comenzó a comer el suyo con pocas ganas. Sé lo poco que le gusta esta comida, pero esta es mi casa y yo decido lo que hay de cena.


Pasamos todo el rato en silencio. Nadie decía nada, a nadie le apetecía hacerlo. La calma se apoderó de la estancia, invadiéndola por completo. Me sentí extraño. Era como estar solo de nuevo y tener un vídeo de Sasuke encendido. Una extraña sensación impregnaba el aire de soledad y tristeza. ¿Por qué? ¿No nos lo habíamos pasado bien hasta ahora? No, no era eso. Aquel leve momento de felicidad fue casi como un parche, un remedio para aliviar la tensión que había por haberme contado la verdad. Sin embargo, la herida no se había curado, ni mucho menos, por eso ahora noto un vacío cobrando vida en mi interior, por eso tengo algo apretándome la garganta y oprimiéndome el pecho.


Al acabar la comida, recogí y lavé los platos ante la mirada extrañada de Sasuke. Éste se situó en el salón y comenzó a ver la televisión de nuevo. Me sentí más destrozado aún. Fui hasta mi habitación situada en el piso de arriba y tras rebuscar en el armario, le bajé un par de mantas y se las coloqué a un lado.


-Gracias-me dijo él.


-Me voy a dormir-le contesté. No tenía ganas de estar a su lado, en ese momento no.



Subí las escaleras con pasos pesados, la cara inexpresiva y los hombros caídos. Me dí una ducha. Mi conciencia dañada sintió algo de alivio con aquellas ligeras gotas de agua resbalando lentamente sobre mi piel, como se deslizaban por todos los rincones de mi cuerpo, con esa calidez tan agradable, purificando mi pobre alma desconsolada. Al salir me sequé el cuerpo y el pelo, dejándolo un poco revuelto. Me coloqué el pijama y bebí un poco de agua. Se me había secado la garganta de una manera extraña, como si hiciese días que no probaba agua. Me senté un momento en la repisa, situada al lado de la ventana. Me quedé mirando el paisaje hipnotizado durante unos segundos. Hoy el cielo estaba cubierto de nubes, cosa que no dejaba ver ni la luna ni las estrellas. Soplaba un fuerte viento y se escuchaba como el aire silbaba al pasar entre las copas de los árboles. Me dejé llevar por aquel momento de paz, y abrí media ventana, sintiendo la frescura del exterior. Cerré los ojos para introducirme aún más en aquella tranquilidad. Había varios búhos piando alrededor. A veces, cuando piensas en todo lo que tienes, te das cuenta de que en realidad no tienes nada. Este momento para mí vale mucho más que todo lo que tengo, pero mi cuerpo ya no puede más y me exige descanso. La cerré de nuevo, dejando la persiana subida para poder seguir contemplándo el paisaje y me metí en la cama.




OoOoOoOoOoOoOoOoOoO



Noté un calorcito extraño, sobretodo en la cintura, pero decidí ignorarlo. Ya eran más de las dos de la madrugada y no quería despertarme, al menos no todavía. Esa sensación se intensificó, llegando hasta mi pecho, reconfortándolo. Me sentí más a gusto que antes, y me acurruqué contra las sábanas. Pero de pronto, noté algo muy frío tocándome la pierna y desperté dando un leve bote hacia atrás.



-S-sasuke, ¿Qué estás haciendo?-pregunté exaltado.


-Es que a bajo hace mucho frío-dijo formando un puchero en sus labios.


-Te he dado dos mantas ¿Y aún tienes frío?-pregunté.


-Pues sí.


-No, si ese corazón de hielo no se calentará con nada-murmuré en voz baja.


-Ejem, ejem-fingió una tos mientras me fulminaba con la mirada.


-Con dos te llegan, moléstame mañana-le dije, metiéndome entre mis mantas de nuevo.


-Vamos, Naruto. No puedo dormir si tengo frío-argumentó, pero yo trataba de no escucharle. Ya conozco sus técnicas para persuadir a la gente y no pienso salir de cama- por favor...-dijo poniendo un tono dulce- por favor...


-¡Qué no!-grité, poniéndome de espaldas a él.


-Por favor...-seguía insistiendo mientras me daba leves toques en el hombro.


-¡Vete a bajo!-le ordené, pero volvió a ignorarme.


-Por favor...-esta vez se abrazó contra mí de nuevo-por favor, por favor, por favor...


-Vale, vale, ya te doy otra manta, ¡Pero déjame dormir!-exclamé ya cansado de tanta tontería.


Me levanté de mi estancia enfadado. Me dirigí a mi armario y saqué otra. Se la tiré a la cara agresivamente,con algo de rabia y volví a tumbarme.


-¡Ahora vete y no me des la brasa!-exclamé, cada vez más enfadado.


-Tampoco es para ponerse así-susurró, pero acabó marchándose al ver que cada vez mi enfado iba a más.



OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO



¡Kuso! ¡Tuvo que despertarme por esa chorrada! Hace dos horas que llevo tratando de dormir y no hay manera ¡Cómo odio que me pase esto! Estoy agotado, ya no puedo más. Además, si me pongo una manta tengo frío y si me pongo las dos tengo calor. Ya no sé cómo ponerme para que mi cuerpo esté a gusto.


Acabé por levantar y dirigirme hacia el baño. Me froté los ojos para espabilarme un poco, pues casi choco contra una de las puertas, y me metí en el diminuto cuarto.



 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO



-Naruto-me susurró una voz en el oído- ¡Oe, Naruto!-gritó mucho más fuerte.


Me desperté sobresaltado al comprobar el lugar en el que me encontraba.


-¿Cómo te has podido quedar dormido así?-me preguntó Sasuke perplejo.


Me resultó raro haberme quedado dormido sobre la taza del váter, pero al levantarme, empezó a dolerme la espalda, y tuve que encorvarme hacia delante para no caerme.


-¿Estás bien?-me preguntó pasando un brazo por encima de mi espalda.


-Sí, eso creo-le contesté.


Traté de reincorporarme, pero al ponerme erguido, sentí un dolor punzante mucho más profundo que antes. Se estaba extendiendo por la espina dorsal hasta llegarme a los hombros, que no pude evitar encorvar.


-¡¡¡ITE!!!-grité sintiendo ese angustioso dolor.


-Estate quieto-me ordenó el moreno- tienes el cuerpo entumecido por la mala postura en la que dormiste. Vas a tener agujetas toda la semana.


Pasó uno de mis brazos sobre su hombro y me ayudó a caminar hasta la cama, donde me tumbó con cuidado.


-Todo esto es culpa tuya...-murmuré.


-De eso nada-me dio una palmada en la espalda.


-¡¡ITE!! ¡¡QUÉ ESO DUELE!!-le reproché.


-Si fuiste tan dobe como para quedarte dormido en el baño, no es mi problema.


-¡Si no me hubieses despertado por la tontería de que tenías frío, ahora no me dolería la espalda!


-¡A callar!-dijo con tono exigente-quítate la camisa.


-¿Q-qué vas a hacer?-pregunté nervioso.


-Tú hazlo, vuelvo en seguida-dijo mientras salía de la habitación.


Vacilé un momento en si debía hacerle caso o no, pero acabé rindiéndome, y ya con la parte superior de mi cuerpo desnuda, le esperé pacientemente.


-Ya estoy aquí-proclamó al entrar, con un bote de crema que llevaba.


Echó un poco de su contenido sobre las palmas de las manos y las frotó una contra otra para quitar el frío. Más tarde comenzó a masajear mi espalda con mucho cuidado.


-Ahhh...-gemí de placer al notar como sus manos iban relajando cada uno de mis músculos. Descendió lentamente por la espalda, haciendo círculos, volviendo a subir... era toda una delicia...


-No sólo estás muy tenso, si no que tienes esta espalda como un puzzle-dijo mientras cambiaba la forma de tocar mi piel. Antes simplemente la acariciaba por encima, aplicando presión, pero ahora tira de ella con fuerza hacia fuera.


-¡Ay!-exclamé cuando llegó a un lugar explícito de mi cintura.


-Te va a doler un poco-añadió-me parece que hasta tienes una contractura en esta zona.


-¿Una contractura?


-Déjame comprobarlo-entonces hizo un movimiento extraño con la muñeca, que me causó bastante dolor.


-¡¡AY!!-exclamé de nuevo.


-Sí, tienes una contractura-declaró, mientras acababa de extender la crema por toda la espalda-ahora que he acabado, no te pongas la camiseta aún, espera a que tu piel la chupe. Ya te he dicho que te va a doler durante unos días.


-Oe, Sasuke ¿Dónde has aprendido todo eso?-le pregunté curioso al ver sus grandes dotes de masajista.


-Es algo de familia, todos tenemos buena mano para los masajes-añadió restándole importancia.


Pasamos unos segundos en silencio, hasta que salió de la habitación para colocar las cosas que había cogido en su sitio.


-Ne, Sasuke...-le llamé cuando volvió.


-¿Qué?


-¿Qué pasará ahora? ¿ Vas... vas a tener que salir con Sakura para siempre?-pregunté un poco cohibido.


-No lo sé. Es algo... complicado.


-Soka...


-...-


-Prométeme una cosa-dije sin darme cuenta.


-¿El qué?


-Que pase lo que pase, seremos amigos-le dije sonriéndole.


Le tomó un poco por sorpresa, pero en seguida reaccionó y me tendió la mano como señal de complicidad.


-Te lo prometo.




Continuará...


Notas finales: Muchas gracias por leer, hasta la próxima! n_n

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).