Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Clímax de fin de año por Lunita

[Reviews - 57]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ohayo!!! Gomen nasai por el retraso, ¿Qué voy a decir que ya no se sepa? Trabajo, falta de inspiración...

Me complace (o más bien entristece) decir que este en principio es el penúltimo cap de esta historia. Supuse hacerla al principio un poco más larga, pero vista la situación he decidido hacerlo de esta manera.

Pero os aseguro que no voy a dejar de escribir fics, de hecho ya estoy preparando uno nuevo, ¡Mi primer fic que no es un AU! ¿Increíble, no?

Sasu: Déjate de tonterías y presenta ya el cap

Luni: a tí no te hago caso, Sasu-teme

Naru: ¿Podríamos empezar ya?

Luni: Claro, Naru-chan 

Sasu: Dobe ¬¬*

Era un sábado por la mañana. Sin duda, no me apetecía levantarme tan temprano, pero en vista de la situación, me temo que no me queda otro remedio.
He tenido que comenzar a trabajar en mis ratos libres, pues sé que para el año que viene no me van a dar la beca y he de comenzar a ahorrar de inmediato. Trabajo en una pequeña cafetería en el centro comercial de la ciudad, limpiando y recogiendo mesas. Sinceramente, odio tener que trabajar de camarero, pero no me queda otra opción; es el único trabajo que he encontrado que pueda compaginar con los estudios. Me vestí, desayuné y me preparé para irme sin ganas. Llegué al local una media hora más tarde. A estas horas no suele haber mucha gente deambulando por aquí, así que todo está bastante tranquilo. El problema llega cuando por la semana me toca turno de tarde y no hay quien pueda respirar. Pero ¿Qué le voy a hacer? Son cosas de la vida.


Cuando entre el jefe ya estaba regañando a un par de camareros. Pero sinceramente prefiero no meterme en ese tipo de conversaciones. Digamos que mi jefe no es un tipo muy agradable. Es un hombre de unos cincuenta años, con el pelo corto y canoso, los ojos pequeños, bastante robusto y la nariz pronunciada de modo que parece un gancho. Me pongo mi uniforme en un momento y me preparo para empezar a limpiar.

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

Ya es casi mediodía y el local está bastante lleno. Varias parejas han decidido venir aquí para picar algo antes de comer, lo que significa más trabajo para mí.


¡Valla!, parece que el señor Uchiha ha venido a hacerme una visita, pues acaba de aparecer por la terraza. Pero espera, ¿Esa chica va con él? ¡Si tiene como mucho veinticinco! Alta, rubia, delgada, vamos, la típica modelo.

¿Qué estará haciendo con él?Será mejor que no me vean.


Me acerqué a la mesa a gatas, tratando de que no se me viese y entonces me fijé en como se miraban. Tenían la mirada perdida en la del otro, reían con facilidad, es decir.... ¡El señor Uchiha le está poniendo los cuernos a su mujer! Madre mía, como alguien más se entere de esto va a arder Troya.


Miro un momento hacia la derecha para darme cuenta de que Itachi viene hacia aquí. El señor Uchiha y su “amante”se van y aprovecho para tratar de ponerme en pie sin que nadie se de cuenta.

 

-Naruto, ¿Qué haces aquí?-me pregunta una voz a mis espaldas.


-Ah, hola Itachi.-me sorprendo- Trabajo aquí para pagar los estudios. Por cierto, ¿Quién es tu amiga?-digo mientras me fijo en su acompañante, una chica alta, rubia de ojos azules... prácticamente igual a la de su padre, ¿Qué le ve esta familia a los rubios de ojos azules?

-Soy un chico- me dice “ella”

-Ups... perdón.- me disculpo un poco avergonzado.

-No importa, es un error bastante común-añadió.

-Él es Deidara, es mi secretario. Estábamos buscando oficinas y habíamos pensado en parar a tomar un café-me dice Itachi.

-Muy bien, ¿Cuál queréis?

-Para mí uno solo y para Deidara uno con leche.

-¡Marchando!-exclamé contento y me dirigí a la máquina a sacar las bebidas que me habían pedido.
Al cabo de un par de minutos se los llevé a la mesa con torpeza, pues aún no soy muy diestro en hacer de camarero y las cosas se me caen con facilidad, tal vez demasiada.

-Gracias, que te sea leve el trabajo-me dijo Itachi de nuevo.

-Eso quisiera yo...

-Por cierto, vete ahorrando para comprarte un buen traje elegante.

-¿Por qué?-pregunté extrañado.

-Porque dentro de poco habrá una cena familiar de las importantes y seguro que Sasuke te quiere llevar.

-Así que ya sabes que me lo contó...

-Justo.

-No podemos hacer eso. Si voy todo se irá al garete.

-Precisamente de eso se trata, amigo mío-murmuró con una sonrisa siniestra.

-¿Qué quieres decir?-dije asustado.

-Tenemos que demostrarles que aunque la tradición no se haya cumplido, las cosas siguen yendo bien. ¡Nuestra familia tiene que dejar la prehistoria de una vez! Ya llevamos demasiado tiempo con esta patraña. Supuse que lo entenderías.

-Estoy de acuerdo, pero Sasuke no así que no me voy a meter si él no quiere.

-Jajajajaja-rió con fuerza, soltando una sonora carcajada.

-¿De qué te ríes, Itachi? - pregunto un poco ofendido.

-Primero, Sasuke es tan idiota como el resto de nuestra familia por no querer decírselo y segundo, lo que has dicho ha sonado fatal.

-Jeje....-me sonrojé notablemente al darme cuenta de a qué se refería. Tan astuto como infantil e inmaduro. Pero una cosa tenía que reconocer: Itachi era el más indicado para los negocios. Sin duda esa capacidad de argumentación y esa persuasión tan característica es lo que hace falta a un empresario cualquiera.

-Por cierto, una cosa más...

-¿Qué?

-Si ves a mi padre otra vez, dile que no se venga con “la otra” a sitios como este. Mi madre viene mucho por aquí y se armaría una de las grandes si le ve.

-...Etto....-mi cara en ese momento era un poema-se lo diré pero... ¿Tú ya lo sabías?

-Toda la familia lo sabe menos Sasuke y mi madre ¡Si le llaman el “cornudo cojonudo” y todo!

-Valla... que momento más... extraño.

-Lo sé. Bueno, te dejo que sigas con tu trabajo.

-Vale.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Justo cuando iba a acabar mi turno y al fin podría volver a casa, vino a verme el único Uchiha que me faltaba: Sasuke, ¿Cómo no?

 

-Hola-me saludó al llegar, con templante serio, como siempre.

-Hola- respondí sin mucho entusiasmo- ¿Quieres tomar algo?

-No, he venido a buscarte. Supuse que después de trabajar no te apetecería tener que caminar, y menos con las agujetas que debes tener del otro día.

-Hombre, la verdad es que no viene mal que me lleven.

-Vale, cuando estés listo ven. Te espero fuera-dijo mientras salía del local sin esperar ninguna respuesta de mi parte.

 

Recogí las mesas sin demasiada prisa. Estaba totalmente agotado de tener que trabajar tanto tiempo seguido, y como ya dijo Sasuke, seguí teniendo un terrible dolor de espalda y agujetas por haberme quedado dormido en la taza del váter. Soy único... pero lo cierto es que ahora estoy tan agotado que puede que me pase de nuevo.
Salí del local y pronto vi la moto de Sasuke a unos veinte metros calle abajo.

 

-¡Ya acabé!-dije entusiasmado cuando ya estaba a su lado.

-Bien, pues vámonos.

 

Ambos montamos en la moto y me sonrojé un poco cuando me abracé a su cintura para no caerme. Adoro montar en moto, sobre todo si estoy acompañado de alguien como Sasuke. Hoy hacía un día de en sueño, el sol brillaba en lo alto del cielo, donde solo se asomaban un par de minúsculas y semitransparentes nubes. Había subido la temperatura unos cuatro grados desde hacía tiempo, y francamente, casi parecía que estábamos en primavera. El viento soplaba con fuerza, convirtiéndose en una bocanada de aire frío y en cierto modo refrescante. Nuestras ropas se movían con brusquedad siguiendo la corriente, haciendo que un ligero cosquilleo azotase nuestro cuerpo desde arriba hasta abajo. Al torcer la esquina, ya prácticamente habíamos llegado, pero a mi acompañante se le ocurrió la genial idea de hacer un caballito, del que por poco no salgo disparado para estrellarme contra la puerta.

 

-¡Teme! ¡Casi me matas!-le grité alterado cuando al fin paró.

-Vamos, no ha sido para tanto. Deberías tratar de darle más emoción a tu vida, porque esto no ha sido nada de nada.

-No te preocupes, para mí estar contigo es como hacer un deporte de riesgo-añadí con ironía.

-Me alagas diciéndome eso, de veras-bufó molesto.
Pero aún teniendo esta absurda... ¿Pelea? Los dos sonreímos tras dar un golpe seco de cabeza en direcciones opuestas.

-Bueno...-dije al cabo de un rato- gracias por traerme. Ya hablaremos y espero que te lo pases bien en la cena-dije sin pensar.

-¿Quién te ha hablado de eso?

-Itachi, le vi antes en la cafetería.

-Ah, lo siento; me gustaría llevarte, pero...

-Lo entiendo, aunque te digo una cosa: tu familia se enterará tarde o temprano y se dará cuenta de que la tradición no es tan importante como ellos creen.

-Ya, pero creo que no es el mejor momento para hablar de esto con ellos. Digamos que tienen grandes problemas con la comida.

-¿Malas cosechas?

-Las peores en treinta años. Si esto sigue así...

-Bueno, yo me voy ya. Nos vemos el lunes en clase. Chao-dije entrando en casa, sin ni si quiera esperar su respuesta, pero por alguna extraña razón, Sasuke me siguió- ¿Qué quieres?-pregunté extrañado.

-Ya que estoy aquí...

-¿¡Pero en qué estás pensando!?-exclamé asustado.

-No, no es eso -entonces posó sus manos sobre mis hombros y empezó a masajearlos muy despacio, con cuidado.

-Ahhh... cómo me conoces...

-Pensé que te ayudaría un masajito para relajar un poco tu espalda.

-¡Sí, por favor!-rogué sintiendo una gran satisfacción y placer.

-Vale, pues túmbate sobre el sofá que voy a por la crema-dijo y se fue a por lo que había dicho.

-Tsk-bufé molesto por quitarme de pronto ese agradable contacto.

 

Me quité la camiseta y me recosté sobre el sofá. Que gusto tener a mi chico así de... ¡Espera! ¿¡He dicho que Sasuke es mi chico!? ¡Ah, Dios! Por mucho que trate de quitármelo de la cabeza siempre aparece de nuevo ¿Será que estamos predestinados a estar juntos aunque sea sólo como amigos? Valla, ya estoy en las nubes de nuevo, como venga y vea esta cara de bobo que se me ha puesto...

 

-He tenido que coger un bote nuevo porque creo que esta otra marca será más efectiva-dice una voz a mi espalda.

 

Me giro con un leve respingo de sorpresa y asiento enérgicamente con la cabeza.

Sasuke se echó un poco del contenido en las palmas de las manos y las frotó para quitar un poco del frío, se acercó con lentitud y con una delicadeza que nunca antes había visto en él, comenzó a acariciar mi espalda como hacía un par de días.

 

-Ahh.. Sasuke, tienes que plantearte abrir una clínica...-murmuré entre suspiros de goce- yo me saco el bono mensual sin dudarlo...

-Jeje-contestó éste divertido- no me importa darte un masaje de vez en cuando.

-¿En serio?

-Sí, si tú quieres.

-¡Claro que quiero! ¿Qué loco no querría?... ¡Ay! Ahí aún me duele-dije cuando tocó un punto de mi cintura.

-Es que aquí es donde tienes la contractura-esta vez me masajeó un poco más adusto.

-¡Ay! Para, por favor.

-No puedo, dobe, sino esto tardará bastante en curarse. No te preocupes, acabaré pronto con esto y luego seguiré con los hombros, ¿vale?

-Vale...-me resigné y esperé a que acabase en esa zona.

-Ale, ya acabé con la contractura-dijo minutos después- Ahora te voy a dar un masaje relajante.

-¡Bien!-exclamé alegremente.

-Pero estate quietecito-ordenó, mientras volvía a deleitarme con la perfección del tacto de sus manos sobre la zona más tensa de mi cuerpo.

-Ahhh... Sasuke, en este momento te adoro...

-Lo sé, si es que mis masajes son los mejores de la ciudad.

-Generalmente te diría que eres un arrogante engreído, pero en este momento creo que tienes mucha razón.

 

Siguió durante largo rato dedicándome tan deseadas atenciones, relajando cada músculo con esmero y dedicación. Ahora hablando en serio, si no se hace masajista es que está completamente loco. ¡Lo que daría yo por tener unas manos como esas!

-Bueno... mi trabajo ha concluido-dijo.

-Jooo...-protesté al notar la falta de sus mimos.

-¿Aún querías que siguiese?-preguntó con un deje de cansancio.

-¡Sí!

-Lo siento, pero ya no puedo más. Lo que me ha costado relajarte por completo no lo sabes tú bien-declaró tras un leve suspiro.

-Muchas gracias-dije sin ni si quiera despegar la cabeza del sofá- perdona que no te mire, pero estoy muy a gusto así.

-No te preocupes-le restó importancia mientras se sentaba en uno de los reposa-brazos.

-Mmm....-tras unos momentos de vagancia me erguí de nuevo, notando como mis músculos comenzaban a tensarse otra vez.

 

Sasuke me miró a los ojos fijamente y se acercó un poco a mí.

-Naruto... tú...

-¿Qué pasa?-pregunté extrañado.

-Siempre me he preguntado por qué siempre estás tan contento.

-Supongo que lo entenderás si te digo que las cosas no son tan simples como se ven a simple vista, ¿no?

-Sí, te entiendo. Debe ser muy duro estar sólo.

-Es más leve si tienes gente que se preocupa por ti.

-Ya...-se acercó a mí un poco más.

-¿Ocurre algo?

-No...-dijo, y pegó ambas frentes con cuidado, como si se fuesen a romper con el contacto.

 

Me sonrojé bastante, pero aún así no aparté mi mirada de la suya. Sus ojos negros me habían hipnotizado como lo harían los de una serpiente. Mi corazón empezó a latir muy deprisa, desbocado, y noté como su cálido aliento chocaba con el mío sobre mis labios.

 

-Sasuke, ¿qué pasa?-cuestioné alterado

-Nada, simplemente, no quiero que vuelvas a sentirte sólo.
Inclinó su cabeza ligeramente hacia la derecha y acercó su boca entreabierta poco a poco a la mía, hasta juntar nuestros labios, que encajaban a la perfección. Fue un leve contacto físico, nada más que eso, mas aún en mi interior varias sensaciones y sentimientos se mezclaban, poniéndome muy nervioso, pero decidí que no era el momento de pensar, sino el momento de actuar. Abracé a mi amigo por la cintura y dejé que nuestros cuerpos hablasen por ellos mismos. Me dejé llevar como si estuviese sobre el agua y Sasuke igual. Ardimos de placer al notar como nuestras manos iban haciendo acto de presencia y tomando el papel protagonista. Sentí de nuevo sus mimos, sus caricias y sus besos que quemaban mi piel y la volvían radioactiva, haciendo que desprendiese enormes cantidades de calor que cada vez me estaba obsesionando más, de un modo que no podría explicar con palabras. El roce de piel contra piel, notar el peso de alguien más al lado, sentir un calor agradable en el pecho, como si el aire no te llegase a los pulmones y como la temperatura iba subiendo irremediablemente.

Sin embargo, cuando trataba de llegar a más, mi mente dio un veredicto: ¿Cómo iba a estar con el novio de mi mejor amiga teniendo a toda la familia engañada y en contra?

Agarré sus manos antes de seguir y soltó un bufido de protesta.

 

-¿Qué pasa? ¿No lo hago bien?

-Sí, lo haces muy bien... pero no podemos estar juntos.

-¿Por qué no?

-¿¡Tú me lo preguntas!? ¡¡Estás saliendo con mi mejor amiga y tu familia cree que es tu esposa!!Además, aunque se enteren de que no es ella, ¿crees que lo aceptarán así sin más?

-¡No me importa mi familia, me importas tú!

-Sasuke, no. Las cosas no son así ¿Qué pasaría además si la prensa se entera de que el descendiente menor de los dueños de la empresa más importante del país es gay? Se armaría un escándalo y el negocio se arruinaría.

-Naruto, estás sacando las cosas de quicio, no va a pasar nada de eso. Además, ¿qué le importa a la prensa que sea gay?

-Mucho más de lo que imaginas. Lo siento, pero no podemos seguir con esta farsa.

-No pienso dejarte solo.

-Lo harás, porque no te queda otro remedio.

-¿Y qué hay de esa promesa de que siempre seríamos amigos?-preguntó indignado.
-Precisamente porque soy tu amigo estoy haciendo esto. Es lo mejor para ti y para tu familia.

-¡No lo es y lo sabes! -grita desesperado.
-Déjalo ya ¡No puedes negar lo innegable!
El Uchiha calló por unos instantes.

-Te acompaño a la puerta-dije con tono seco y ambos salimos al hall.

 

Salio de la casa, con su cara seria y fría de siempre. Toda la amabilidad y ternura que había adquirido en los últimos días se había esfumado.

Tras cerrar la puerta con un ligero estrépito, apoyé mi espalda contra ella, pensando en lo que acababa de decir.

-No me puedo creer lo que acabo de hacer...-susurré mientras mis ojos se volvían vidriosos y mi cuerpo comenzaba a dar leves hipidos y sollozos.
Me tapé la cara con ambas manos cuando una lágrima descendió por una de mis mejillas. Noté como mi corazón se desgarraba y se partía por la mitad mientras mi mente mezclaba todas las palabras anteriormente dichas ¿Por qué tuve que hacer eso? Sé que es lo mejor para todos pero entonces, ¿Por qué me siento tan sólo y vacío?

Subí las escaleras de mi habitación corriendo y me tumbé sobre la cama. No quería comer, no quería dormir, no quería vivir... sólo quería sentir que por un momento no existía y no tener nada que recordar ni tampoco que me hiciese daño.

Sólo quiero desvanecerme como la niebla y esperar que todos los demás me olviden.

Sólo quiero morir...

 

 

Continuará...

Notas finales:

Arigato por leer, nos vemos ya en el último cap.

Gracias además a todos los que me dejan comentarios, es un placer escribir para vosotros.

                           Nos leemos, ja ne!! ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).