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I will close my eyes por ditakino

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Notas del capitulo:

mmmm....nada que decir....

para todos los seguidores de la historia, gracias por haber leido hasta el final jijijijij.

^^ espero que sea de su agrado, ja ne!!! 

Chapter 5:  lost in my own hell

 

Caminaba por las calles de Tokio a paso rápido y con destino fijo. La lluvia  que removía a los habitantes de aquella ciudad no hacia mas que golpearle el cuerpo, estremeciéndolo de vez en cuando y pegando los rosados cabellos a las mejillas sonrosadas. Mas sin embargo, nada podía sacar de sus cavilaciones al cantante. La noticia que había recibido hace apenas unos minutos era demasiado maravillosa para acallarla por mas tiempo.

 

Pero la escasa cantidad de miedo en su cuerpo era lo que evitaba  correr hacia el apartamento de su amado escritor. La reacción del rubio era lo que mas le asustaba…

 

Si en cierto modo no eran la pareja mas feliz del mundo, esos dos años juntos habían logrado una relación estable y llena de mentiras que se veía afectada de vez en cuando por la peleas entre yuki y rikku, pero generalmente arregladas por el pelirrosa.

 

Un mercedes negro paso rápidamente a su lado. Una ola improvisada de agua y lodo cubrió al cantante. Shuichi maldijo al conductor con sus peculiares insultos. El mercedes paro repentinamente y retrocedió hasta quedar a un lado del cantante. La ventanilla abajo mostrando el rostro de tan amado escritor. Yuki lo miraba con frialdad, y con u gesto le indico a shuichi que se sentara en el asiento trasero.

 

Shindou acepto sin rechistar, pero extrañado por no sentarse de copiloto fijo sus ojos a un lado del rubio.. el asiento que pocas veces ocupaba el pelirrosa, era ocupado por una señorita que él no conocía, pero que ya no le hacia de extrañar.

 

 
En los últimos meses era normal ver al novelista con una de sus conquistas, manejando a toda velocidad a su departamento para llegar antes que el cantante y tener sexo son una desconocida sin que el pelirrosa se diese cuenta.

 

 Esa costumbre se había esfumado cuando yuki le había comunicado  al ojilila que seria su koi. Pero la acción se convertía nuevamente en rutina desde que hubiesen vuelto con rikku a Japón.

 

El suspiro desganado no fue escuchado por ninguno de los otros dos ocupantes del auto.

 

Para shuichi… yuki eiri hacia todo intencionalmente, como si esperase alguna reacción de parte del cantante. Muchas veces no le falto motivo a shindou…pero no le daría la victoria tan fácil al escritor.

 

Había oído y visto los actos carnales y lujuriosos del escritor para con sus “victimas”… y él se había mantenido callado por miedo a que el escritor lo corriera de su apartamento y lo alejara de él y de rikku….

 

Las ocasiones en el ojilila llegaba al apartamento y oía los gemidos de la mujer en turno eran infinitas, y miles de veces esos gemidos que inundaban la estancia le recordaban lo vació que era el mundo, le juraban que le amor no existía…porque aquello no era amor. Muchas veces intento abandonar el lugar, buscar a rikku en la guardería y largarse para siempre de aquel infierno. Pero sus piernas no se movían y shindou se mantenía callado y sumiso en aquel sillón, esperando a que la lujuria desenfrenada de eiri acabara y lo tomara en cuenta. La esperanza era en vano…

 

Todas esas veces vio a la mujer marchándose mientras le dedicaba una mirada de compasión. Yuki no salía de la habitación por horas.

 

Muchas personas querían al escritor, aunque fuese solo una noche, y a pesar de los esfuerzos de shindou, no podía mantener a eiri alejado de todos. Menos si el mismo novelista quería llegar a aquellas personas…

 

El mercedes se detuvo frente al apartamento que compartían el cantante y el rubio.

 

-          ve a ducharte y acuéstate, llegare tarde – la orden fue directa. Shuichi se bajo sin ningún berrinche de por medio. Yuki no comento aquella extrañeza. A penas el ojilila cerró la puerta del auto, este partió acelerando con fuerza…

 

Shindou shuichi se quedo parado frente al edificio, con la lluvia cayendo a torrenciales, con algo de barro en sus ropas, con una noticia importante acallada a la fuerza y otra herida más en su corazón.

 

Ese era el momento en que suplicaba tanto en que solamente estuviera soñando…

 

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Shindou suspiro frente a las llamas aguardadas por una chimenea de mármol. Eran las dos de la tarde y afuera de la guarida del cantante hacia un frió infernal. Rikku se encontraba en su habitación guardando algunas ropas y juguetes en un pequeño bolso. El viaje seria realmente corto.  El rubio de seis años no había  comentado nada desde que el cantante le diera la noticia.

 

El ojilila desde entonces se sumió en sus pensamientos. Dolorosos como todos en un principio, cuando te das cuenta que no vivirás aquello de nuevo, exultantes aquellos sueños pasados que eran felices, hirientes los que aún te provocan llorar…

 

Mas aún así, continuaría recordando. Por los buenos momentos, por sus alocadas fantasías, por aquellos tristes momentos…

 

“si tengo que creer que el cielo y el infierno son ilusiones….

Porque no vivir mis fantasías?”

 

 

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El pelirrosa entro al departamento con cuidado de no mojar demasiado el piso y ensuciarlo con barro que caía de sus ropas.

 

Y allí estaban…sobre el televisor, dos cintas de video.

 

La curiosidad fue más fuerte que shuichi. La primera cinta paso ante sus ojos. Viendo las primeras imágenes, sus sueños cayeron hechos trizas ante sus pies. Si aún había esperanza…esta era solo la sombra de ella.

 

Por lo menos, lo único que quedaba era, quizás, pedir una explicación…

 

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“¿cuan vació es el mundo?”

 

El mayor de sus sufrimientos. Estaba casi acostumbrado a suscitas fuera con cualquiera. Pero esto era distinto, es decir….no sabía como explicarlo. No tenía mayores palabras. Solo era un dolor presente en su pecho, que calaba cada vez mas hondo.

 

“son las hormonas, son las hormonas…es normal en el estado en que me encuentro”

 

 
Ese había sido el cántico que recito el cantante aquella noche. Cuando, por su mejilla izquierda, se resbalaba un lagrima salada. La primera de muchas que reprimió al momento de reproducir el contenido de la cinta. La primera de muchas que derramaría solo….

 

“¿Cuánto dolor hay en una gota de sangre?”

 

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El silencio no era un elemento normal en aquella casa. Naturalmente, era el pelirrosa  quien se encargaba de que, en ningún momento, hiciese falta el ruido. Sin embargo, hace media hora, que era el tiempo que yuki eiri llevaba en el apartamento, el silencio absoluto adornaba todo el lugar.

 

-          ¡shuichi!

 

Sobre el televisor descansaban dos cajas de cintas de video, mas una de esas cajas estaba vacía. No había que ser un genio para darse cuenta que el pelirrosa había estado viendo la cinta. Sin ser conciente realmente de lo que hacia, el botón de “play” fue apretado por uno de sus dedos.

 

Las imágenes, sus propios gemidos brutales mezclados con loas otros de sus dos amantes llenaron cada rincón del departamento. No podía dejar de creer que su baka hubiese visto eso. Shuichi nunca debía de…

 

-          ¿merezco una explicación? – el escritor se estremeció. Su amante estaba a unos metros de él, con la cabeza baja y las manos apretadas. El escritor conocía esa actitud el pelirrosa estaba molesto y luchaba contra las lagrimas…

 

 

-          ¿quieres una explicación? – el orgullo siempre pesaba mas. Yuki ni siquiera se había dado cuenta cuando le había respondido a shuichi con sarcasmo.

 

 

“¿escribirás mi nombre en el libro de la muerte…

 

-          solo si tu explicación lleva la verdad de promedio – susurro en respuesta

 

 

-          nunca has satisfecho mis necesidades – shuichi guardo silencio - ¡ya es hora de que te largues!

 

 

-          ¡¿ es lo que quieres?!, ¡¿por que?!

 

 

-          ¡si, mierda!, ¡vete de aquí de una puta vez y llévate a ese engendro contigo! – el escritor enloqueció. Se paro rápidamente del sillón en el que se hallaba sentado y tomo al pelirrosado cantante por el cuello de la estrecha polera – no haces mas que causar problemas – susurro contra el oído del menor

 

 

-          Yo no…

 

 

-          ¿no que?

 

 

-          ¡diablos yuki!,¿Por qué me echas junto ahora?, ¿Por qué mierda me votas ahora?, ¿si nunca me quisiste por que no me apartaste? – las manos del ojilila apretaron el brazo del escritor

 

Yuki frunció el ceño…

 

-          porque cuando me alejaba de ti, tú, pequeño bastardo, me seguías. ¡no entiendes una puta indirecta!

 

 

-          Por que nunca me la diste – shuichi alzo la mirada. Dorado contra amatista. Ambas miradas frías. El agarre del novelista se aflojo un poco. El cantante continuaba apretando con fuerza el brazo del escritor, aunque ahora a yuki aquello le parecía una caricia – de todas la  veces que me alejabas y yo te buscaba, encontrándote con éxito, jamás me alejabas con decisión. Siempre que te ibas, era a un lugar donde definitivamente yo podía encontrarte…

 

 

-          Dices estupideces, como siempre – razono eiri

 

 

-          Aún ahora, cuando me tratas de alejar trayendo a tus “amigas”, siempre lo haces sabiendo que regresare – susurro shindou meditabundo, pero sin desviar la mirada – no me eches ahora, no ahora, por favor  - suplico con los ojos llorosos.

 

 

-          ¿Qué mierda te ocurre? – mascullo eiri debatiéndose entre la ira y la confusion.

 

 

-          Yo..estoy…

 

 
-          ¿estas que?

 

El cantante parecía a punto de desmayarse tomo aire con la intención de calmarse. La verdad era, que shindou shuichi no deseaba revelarle la verdad así, no de ese modo, no a  mitad de una discusión. No cuando, si no escogía las palabras correctas, perdería todo cuanto amaba. El suspiro resignado abandono sus labios. Que fuese lo que kami-sama desease…

 

-          un bebé….

 

De acuerdo, aquellas no habían sido las mejores palabras, lo sabia por el pequeño estado de shock en que había quedado el escritor. Pero debía decírselo directamente y sin contemplación…

 

Pasaron minutos. La mirada dorada seguía clavada en la amatista. Pero había un brillo entre el orgullo y el vació. Shindou no supo si interpretar eso bien o como una mala señal. Sin embargo, lo primero que sintió de la reacción del novelista, fue un fuerte dolor de espalda al chocar contra la pared. Uesugi prácticamente lo había azotado contra la muralla.

 

-          ese bastardo no es mió, ¿entendido? – las lagrimas bajaron silenciosas por las mejillas del pelirrosa – no me haré cargo de los productos del loco del conejo

 

“…antes de que las puertas de infierno se cierren?”

 

-          ¿Qué tiene que ver ryu-chan en esto?

 

 

-          Él es el causante de “eso” – pronuncio con asco- la mano derecha se estampo contra la mejilla del cantante – cuando vuelva espero que no estés…

 

La puerta de entrada se abrió y cerro de un portazo. Los sollozos del pelirrosa fueron acallados por las paredes.

 

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“¿conoces el cielo?”

 

¿mentiría si digiera que aquella discusión no le había dolido?

 

Recordaba perfectamente aquel día, y todos los días que siguieron a ese.

 Su salida al parque, cuando a mitad del camino la nieve comenzó a caer. Su regreso al departamento, aquello que, haciendo memoria parecía la cárcel que le mantenía retenido. Su dormir tortuoso…su despertar ahogado…su salida con rikku del departamento.

 

Recordaba todo. Incluso el grito de yuki eiri al encontrar el departamento desprovisto de las cosas del cantante….hace ya tres años.

 

Sus primeros conciertos fuera eran un éxito. Algo que seguchi tohma  no se había imaginado luego de que el pelirrosa de desmayara en el avión. El rubio presidente lo había practicamanete obligado a que visitara un medico. Los resultados los habían dejado a todos sin habla, por no decir desconcertados…

 

Shuichi tuvo el impulso de cerrar los ojos cuando hiroshi y suguru se acercaron, con una cara que literalmente daba miedo. Espero a recibir las reprimendas. Pero los brazos de sus amigos lo envolvieron en un fuerte abrazo, felicitándolo. Luego fueron ryuichi y el rubio manager. Tohma giro sobre sus talones, lo mas probable a hacer una llamada telefónica.

 

Después de ello, la noticia había traído cambios de horario. Shindou lo agradeció…

 

“mantuve este sueño muchas veces…mientras tú estabas a mi lado”

 

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¿Cuántas veces no había deseado no dejarse llevar por sus sentimientos al cantar?

  

¿Cuántas veces había desead olvidarse del escritor?

 

¿Cuántas veces no pudo lograr ninguno de sus propósitos?

 

En Italia, Paris y España. En cada unos de aquellos escenarios se había paseado al cantar la ultima canción, observando a la multitud conmocionada en busca de una cara familiar. La única persona que deseaba, quizás por costumbre, que se presentara en el concierto. No importa si estuviese alejado de la multitud, apoyado en una pared y fumando un cigarrillo. El pelirrosa solo deseaba que estuviese allí. Llevándose una decepción agonizante en cada concierto, en cada día…..

 

Acababa de terminar de interpretar “hoshi no suna”. Los tres integrantes de bad luck se despedían del publico. Al llegar tras bastidores, un pequeño rubio corrió a abrazarse a las piernas de su “mamá” . shindou le revolvió los cabellos rubios y paso sus ojos por las gemas amatistas tan parecidas a las suyas. Fue cuando unos zapatos negros entraron en su campo visual….

 

 

“Recuérdame  cuando me vaya”

 

 

 

Al alzar los ojos se encontró con la molesta mirada dorada. Yuki eiri lo contemplaba furioso. Rikku se escondió detrás de las piernas del pelirrosa, asustado.  Inconciente el cantante  dejo su mano derecha descansando en la cabeza rubia, acariciando levemente las hebras doradas brindándole confianza al infante y así mismo.

 

-          yuki… - el nombre dicho en un susurro murió impávido. El escritor frunció el ceño.

 

 

-          ¿es lo único que se te ocurre decir? – shindou bajo la cabeza y se alzo de hombros restándole importancia. Hiro intervino.

 

 

-          Será mejor que hablen en el hotel – el ojidorado miro al guitarrista molesto. El pelirrosado volvió  a encogerse de hombros. Rikku afianzo la fuerza de su abrazo.

 

“Tenemos algo que nos une eternamente”

 

El trayecto hacia el lujoso edifico había sido silencioso e incomodo. Hiro y suguru parecían preocupados por su vocalista. El rubio manager no dejaba de conducir la pequeña furgoneta, mas de vez en cuando observaba de reojo algún movimiento del pelirrosa. Shindou mantenía la boca cerrada, la mirada perdida en el camino y sus manos ocupadas sosteniendo a rikku, quien iba sentado en su regazo.

 

Shuichi ni siquiera se percato cuando llegaron a su destino, no hubo ninguna palabra de promedio cuando suguru tomo al pequeño en brazos, con la clara intención de que ambos amantes mantuvieran una charla mas privada. El de ojos amatistas de lo agradeció en silencio mientras caminaba por el pasillo hacia su habitación, siendo seguido muy de cerca por eiri.

 

La puerta se cerró tras el escritor, sumiendo a la estancia en una silencio placentero y un oscuridad tenebrosa. Shindou prendió la lámpara que se encontraba en el velador a un lado de la cama, brindándole a la habitación una escasa proporción de luz, pero sin quitar ese efecto tenebroso y tenso en el que se encontraban. Yukie prendió un cigarrillo sin pronunciar palabra y se sentó en un cómodo sillón azul frente a aun mesita. El pelirrosa le acerco un cenicero y se sentó frente al novelista.

 

Aquello era un momento de mero placer. En aquella estancia el silencio era acogedor, sobraban las palabras. Mas ambos sabían que aquel prolongado momento apacible debía  cortarse, y ambos sabían quien tenia empezar. Shuichi guardo silencio.

 

-          no pensé que tomaras en serio mis palabras – el cantante sonrió internamente ante el comienzo tan extraño.

 

 

-          Aunque quisiera volver no podría, me echaste de tu departamento al comienzo de la gira - ¿Qué clase de respuesta era esa? Se pregunto mentalmente shuichi

 

 

-          ¿pensabas volver? – el tono pareció casi sarcástico a los oídos del cantante. Suspiro…

 

 

-          No..no quería volver a verte, es mas, me iba a ir de Japón por algunos cuantos años después de la gira – yuki asintió mientras exhalaba  el humo de su cigarrillo

 

 

-          - ¿Qué quieres, yuki?

 

“Dime lo que deseas, deja un papel”

 

-          te quiero devuelta, los quiero a ambos de vuelta – la sinceridad choco fuerte contra el cantante. No esperaba esas palabras, por lo menos no tan directas.

 

 

-          ¿Por qué? Tienes a la persona que deseas a tus pies, no me digas que entre todas tus putas yo he sido la mas importante – el rubio miro a los ojos amatistas, procesando las palabras. Comprobando un matiz de dolor en las palabras del cantante.

 

 

-          Tal vez seguchi tenia razón – el pelirrosa espero a que continuara. El novelista parecía querer confesarse – shuichi, nunca has sido uno mas…para mi eres único. Yo, demonios….te amo.

 

Shindou shuishi entrecerró los ojos conmovido. Alegre, adolorido, enamorado. No comprendía aquello. Eiri había pasado prácticamente los dos años de relación jugando con él, y ahora, de un día para otro, cuando el cantante lo dejaba en paz al fin, eiri lo buscaba y le decía que lo amaba. ¿Eso no era dependencia?. Tenia el serio impulso de lanzarse a los brazos del novelista y llorar por horas mientras le perdonaba. Pero desde el fondo de su ser, surgió algo con mayor poder que aquel impulso.

 

-          tú no sabes lo que es amar, eiri…

 

“me encargare de quemarlo aunque me cueste mi pasaje..”

 

 

-          ¿Qué..?

 

 
 

 

-          No sabes los días que llevo esperando a que me digas las mismas palabras que expresan mis sentimientos por ti. No sabes lo que espere a ser correspondido. Por que en el fondo, eiri, sabia que un día me llegarías a amar. – se explico shindou – pero si vas a decir que me amas, dilo porque lo sientes, no por dependencia, no por miedo a quedarte solo….

 

 

-          ¡maldición shuichi, es cierto! – exclamo furioso y algo dolido el escritor.

 

 

-          Convénceme – le reto

 

 

-          Perfecto – los labios del pelirrosa se juntaron con los del rubio. Ninguno de los dos cerro los ojos. Ambas miradas se enfrentaron con dureza. Yuki se separo reacio. Miro unos momentos mas al cantante y abandono la habitación de un portazo.

 

Shuichi de dejo caer de rodillas. La presencia del escritor a partir de ese momento, se le haría terriblemente incomoda.

 

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Terminando la gira europea, bad luck volvía a Japón a continuar la gira, las fans los esperaban en el aeropuerto, y la mayoría se volvió loca al ver al escritor y a rikku junto al cantante. Mas el trato frió no paso desapercibido para la prensa amarillista, quienes ya especulaban acerca de su rompimiento.

 

El pelirrosa rió al recordar aquello. Aquel rumor era el único que creyó a lo largo de su relación con el escritor. Ni siquiera se molesto en desmentir los rumores, ninguno de los dos lo hizo. Ambos ignoraban el asunto, pasaban distanciados la mayor parte del tiempo, y cuando eiri intentaba un acercamiento, shindou simplemente lo evitaba.

 

 Hasta un día….

 

El cantante se vio arrinconado en su habitación por el novelista sosteniendo una de sus acaloradas discusiones. Al cavo de quince minutos de una inolvidable y frustrante batalla, el pelirrosa había caído desmayado en los brazos de eiri. Los médicos del hotel lo atendieron al instante. Desde entonces, yuki no había vuelto a acorralarle, de lejos yuki vigilaba al pelirrosa…pero ya no había palabras, ya nunca mas hubo palabras…

 

“las puertas del infierno se han cerrado”

 

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Hacia un fuerte calor por aquellas fechas. Shuichi había caído desmayado y presa de una fiebre. Yuki se quedo a su lado, cuidándolo. cuando las orbes amatistas se abrieron habían observado al rubio con cariño y aún adormilado.  Pero luego, cuando el pelirrosa lució realmente despierto, el terror invadió todo el ser del cantante.

 

Luego de unas cuantas palabras que no llegaron a una discusión plena, ambos habían acabado teniendo sexo. Aquello no llego a amor. No fue un acto de sentimiento, yuki se lo hizo saber al pelirrosa en cuanto se levanto dejando al cantante solo. Es ese instante, algo había quedado claro para el ojilila. No contaba con yuki, en realidad, nunca había contado con él…

 

“pero el cielo tampoco me recibe”

 

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Luego de la ida de yuki, la gira siguió sin mayores contratiempos. El Tokio dome los había esperado gustosos y, para bad luck, fue el mejor  concierto que dieron jamás. La prensa no dejó de hablar de ello por semanas. Bad luck se tomaba un receso.

 

“¿estoy destinado a vagar entre las nubes?”

 

 

En contra de todas las protestas de hiro y suguru. Shuichi tomo la dedición de alejarse  a Europa. Seguchi tohma lo apoyo para sorpresa y estupefacción del cantante. Una semana después, bad luck abandonaba Japón junto con el rubio manager.

 

Cinco meses después nacía Hiei. Un hermoso bebé de cabellos rubios y ojos dorados, con un inusual brillo amatista. A pesar de todas las quejas de sus amigos, el apellido uesugi se escribió antes que el shindou en la partida de nacimiento. Una copia de aquella partida había sido enviada a Tokio, mas específicamente al departamento del escritor.

 

-          y de eso ya tres años – suspiro el cantante. Rikku entro al cuarto trayendo su maleta consigo y luciendo contento. Shuichi solo le sonrió de vuelta.

 

 

-          Iré por Hiei y nos vamos – declaro. El rubio asintió con la cabeza y se acomodo a un lado de la puerta.

 

“pido a los cielos que alguien me reciba”

 

Londres era impresionante, y la discográfica para la que bad luck había estado haciendo unos cuantos proyectos también lo era. Pero ya era hora de volver a Japón, y esa tarde tomarían el vuelo de regreso a su tierra natal. Rikku estaba contento por ello, le agradaba mas Japón que Londres, mas esos años guardo silencio porque sabia era importante para el pelirrosa olvidarse un momento de aquel país. El cantante lo agradeció en silencio.

 

Hiei descansaba entre sus brazos. El aeropuerto parecía una habitación gigantesca…

 

“he caído a la tierra sin ser conciente”

 

 

 

En medio, un grupo lo esperaba expectante. El cantante sonrió antes de aproximarse. Un rubio novelista le arrebato al rubio menor de los brazos y le dio un casto beso en los labios a shindou….

 

“mis alas se quemaron hace mucho”

 

“aquellos lazos que nos unen”

 

“han sido lo suficientemente fuertes”

 

“hoy nos reunimos contigo, porque tú tamben has caído al infierno”….

 

 

¿Quién diria que en tres años las cosas no podian cambiar?

 

                                                                                                                OWARI

Notas finales:

mmm.....les dejo un final abierto, la verdad es que los queria dejar separados y a la vez unidos por algo, y fue el primer final que se me vino a la cabeza y me convencio.....

espero que los saltos de tiempos hayan quedado claros mmm......

wenu eso, gracias por su apoyo y leer el fic jijijijij.

espero un ultimo review???, por fiss, aunque sea para decirme que no les gusto el final ^^ 


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