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I will close my eyes por ditakino

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Notas del capitulo:

mmm...etooo...¿creo que no tengo excusa verdad?, demonios ...de verdad pensaba que plublicaria el capitulo semanas antes...pero en fin, para aquellos que les a gustado el fic y lo siguen leyendo, no me queda mas que pedirles una muy y grandota disculpa, ojala este capitulo trate de compensar todo lo que me demore en subirlo...

por fis no se enojen ...

importante!!!!!!!: primero que todo y antes de que empiecen a leer el fic... sé que se vera extraño que la edad de rikku no calce como en el manga de gravitation ex, antes de que digan algo jijijijijij, se debe simplemente a que pense que se veria de mejor manera que rikku tuviera tres años. creo que, de alguna forma, le daba algo de mayor emocion al fic, sorry a los que les ofenda este detalle...segundo: he leeido casi todos los fic de gravi de y de otras paginas antes de decidirme a publicar este fic, y en algunos de ellos, en los que se le hace referencia a rikku, el ojitos de balon jijiji tiene los ojos castaños, y en otros dorados...la verdad nunca me quedo muy claro el color de los ojos del pequeñin jijijjijii...creo que eso es todo mmmmm...solo me falta decirles que se figen en pequeños detalles si quieren saver el final de la trama o la forma que ira tomando esta...yyyyy eso es todo jijijijijij..

disclamer: etoo...los personajes de gravitation son de maki murakami, no mios jijijijij

Chapter 2: play again

 

Acarició los cabellos rubios con cariño, casi en un gesto inconciente. El pequeño niño de ojos violetas dormía acurrucado sobre el pecho del cantante, quien miraba indiferente las diferentes formas de las nubes en el cielo. Hace apenas cuarenta minutos se había subido al avión privado de NG Record con destino a Moscú, Rusia, la parada de su primer concierto.

 

Un conejo rosado se posaba delante de él vestido con una inusual jardinera azul. Sonrió con tranquilidad. La exultación, parte imperiosa en su personalidad lo había abandonado sin dejar huellas, solo un profundo dolor en el pecho. Su corazón latía rápido restregándole la existencia que ahora al pelirrosa le parecía insignificante.

 

El portador de ojos azules escondido tras el conejo se sentó en el asiento desocupado, al lado derecho de Shuichi. El intruso en la durmiente atmósfera hizo al pequeño rubio abrir los ojos. Las pequeñas perlas lilas brillaron acompañados de una sonrisa. Ryuichi Sakuma tomo al niño en brazos mientras este reía. El cantante menor observaba la escena en silencio.

 

-         ¿por que no vas a jugar con tío Hiro, Rikku-chan? – preguntó el castaño extendiéndole a kumagoro.

 

El niño saltó del regazo del castaño con el conejo rosa apretado fuertemente entre sus brazos. Hiro lo alzó sentándolo en sus piernas. El rubio manager parecía molesto de que el infante interrumpiera su conversación con el guitarrista. Rikku reía ante las amenazas del rubio de ojos azules.

 

-         Shuichi…

 

El pelirrosa vio a su ídolo al oír el llamado. Un escalofrió recorrió su cuerpo al ser el emisor de la mirada seria azulina, tan parecida al del novelista de no ser por el color de sus ojos. Le reprochaban, las orbes azules le miraban con dureza, con frialdad, con cariño…

 

La misma mirada que sentía en su espalda…la que le dirigían todos sus amigos….la misma mirada que le había dirigido a Eiri antes de subirse al taxi y desaparecer del departamento.

 

-         ¿Qué te ocurre, Shu-chan? – preguntó Ryuichi en tono maduro

 

No tenía respuesta, francamanete no sabia lo que le pasaba. Debería de estar feliz, no nostálgico. Debería empezar de nuevo, no vivir un pasado doloroso, pero tan cerca a la vez.

 

¿Qué debía decir?, ¿Qué quería decir? No sentía culpa, pero tampoco estaba satisfecho. No estaba feliz, pero tampoco triste. Extrañaba a Yuki, pero era conciente que tenerlo cerca seria un sufrimiento constante.

 

“¿pero…Y Rikku?”

 

¿Qué le diría? Estaba……alegre de traerlo consigo, dejarlo con el escritor hubiese sido un error, a Eiri simplemente no le gustaba el pequeño, no profesaba algún cariño hacia él. Pero el novelista era una parte importante en la vida de mini rubio…..por que todo giraba en torno a Rikku, ¿no?. Rikku no podía vivir en un ambiente donde su “padre” se enojaba y se acostaba con el jefe de su amante. No era correcto.

 

Rikku no podía vivir en un ambiente en que su jefe, por celos, grababa cintas de sus actos con Yuki…..y se los mandaba.

 

Había hecho lo mejor, o así le parecía hasta el momento.

 

-         Shuichi….

 

 

-         Lo deje, rompí mi promesa – el cantante interrumpa al castaño. La voz madura con la que halaba en esos momentos lo asustaba de sobremanera. Las orbes amatistas bajaban para centrar su atención en el movimiento nervioso de sus dedos blancos. La tristeza opacaba el brillo en los ojos lilas

 

 

-         Shu…- el diminutivo murió en los labios de un pelirrojo guitarrista. Hiro dejó de jugar con Rikku. El pequeño rubio miro a su tío con confusión. El ojicastaño le revolvió los cabellos sin quitar la vista de su amigo.

 

 

-         Me aleje de Yuki por cobardía, es la mejor manera de ver las cosas – el pelirrosa levanto la vista. Desde un asiento lejano, y acompañado por el tecladista de Bad Luck, Seguchi Tohma escuchaba con atención y disimulo. Más tarde hablaría con Eiri.

 

 

-         Muchas veces has dejado a mister yuki – comentó k. el guitarrista le dió un codazo

 

 

-         Y muchas veces volví a él con los ojos rojos. Pero nunca me sentí mal por abandonarlo – contesto levantándose de su asiento y caminando hacia el fondo del avión. Sus compañeros lo observaban de reojo, no creyendo las palabras cargadas de tanta madures salir de la boca del cantante pelirrosado

 

Rikku se levantó de las piernas del pelirrojo y corrió hasta alcanzar a su “mamá”. Shuichi se agachó hasta quedar a su altura y le revolvió los cabellos rubios. El niño rió y alzó los brazos hacia el cantante, el pelirrosa lo cargo en brazos sonriendo con sincera felicidad. Su amigo guitarrista lo miro con preocupación, al igual que Suguru. El niño rodeó el cuello de su “mamá” con sus pequeños bracitos mientras lo miraba con cariño.

 

-         canción, canción – pidió claramente. El pelirrosa entrecerró los ojos cohibido – sueño – el pelirrosa volvió a sentarse a un lado de su ídolo. Ryuichi lo observo entre divertido y preocupado.

 

 

-         ¿Cuál? – preguntó sonriendo y con un deje derrotado. El niño bostezo.

 

 

-         Papel – Shuichi rebusco entre sus bolsillos de su pantalón hasta dar con el papel al cual se refería el pequeño

 

 

-         No tiene música – recordó el pelirrosado sintiendo la mirada de todos sobre él. Sin saber por qué, le extendió el papel a su ídolo castaño. El cantante de Nittle Grasper aceptó el papel sin dudar

 

 

-         Canta, canta – pidió el niño con un puchero mientras sus ojos reflejaban  una petición alegre y excitante. Shuichi tomo aire antes de comenzar a cantar. Su vista fija en un punto distante. Su voz cargada de dolor hizo el resto

-          

 

Play again ( juguemos nuevamente)

In the middle of ecstasy ( en mitad del extasis)

when a heat (cuado un calor)

we completely filled ( nos llene por completo)

 

 

Rikku rió al escuchar a su mamá cantar y sin comprender ninguna palabra de la escuchada. El pelirrosa le revolvió los cabellos y volvió a concentrar su atención en las nubes dichosas en movimiento. Sus compañeros de banda lo miraban entre conmocionados y nostálgicos. Ryuichi apretó fuertemente el papel entre sus dedos. Los ojos lilas lo miraron. Shuichi toma aire nuevamente

 

 

Cynically (cínicamente)

smile me with lust (sonríeme con lujuria)

lie me to say (miénteme al decir)

that i love passionately (que me amas con pasión)

 

 

wrap me (envuélveme)

in a sea of lies (en un mar de mentiras)

see what you caresses (observa lo que tus caricias)

they produce in me ( producen en mi)

 

 

Inconcientemente abrazo al pequeño rubio contra si. El niño hundió su cara en el pecho del pelirrosado. Rikku bostezaba en claro signo de cansancio. Kumagoro seguía entre los brazos del pequeño rubio.

 

 

 

Play again (juguemos nuevamente)

To reach the ecstasy (a llegar al éxtasis)

When a heat (cuando un calor)

We completely filled (nos invada por completo)

 

 

Yes.. those lips (si...esos labios)

That kiss mine (que besan los míos)

Sighs, wheezing (suspiros, jadeos)

Laughter who run away, I am a toy (risas que se escapan, soy un juguete)

 

 

El tacto suave y dócil del transparente vidrio choco con la aspereza de los dedos blancos. El pelirrosa se estremeció con el contacto cariñoso del ojiazul. El castaño mantenía firmemente la mano de Shuichi entre las suyas. El cantante menor sonrió con agradecimiento mientras acomodaba a Rikku sobre su brazo izquierdo.

 

 

You don´t see the pain in my eyes ( no ves el dolor en mis ojos)

Enjoy the pleasure (disfruta el placer)

To be handing you tonight (que se te entrega esta noche)

Laughs front the toy under your feet (rie frente al juguete bajo tus pies)

 

 

Cinically (cinicamente)

say you love me (dí que me amas)

smile me wiht lust (sonrie con lujuria)

the same false smile ( la misma falsa sonrisa)

that melts the world (que derrite al mundo)

 

 

kiss me passionately ( besame pasionalmente)

just as you know do (solo como tu sabes hacerlo)

wrap me in a sea (envuélveme en un mar)

in loving lies ( de mentiras amorosas)

 

 

Los brazos de Rikku se relajaron soltando finalmente a kumagoro. El conejo rosa cayó al suelo sin nada que amortiguara su caída. El ojiazul sólo mantuvo la mano del pelirrosa entre las suyas. El niño dormido entre sus brazos vagaba en el mundo de Morfeo. La vista lila volvió a las deformes masas de gas. Con un último suspiro, volvió a tomar aire.

 

 

Play again (juguemos nuevamente)

To reach the ecstasy (a llegar al extasis)

If not watch the pain ( si no miras el dolor)

Only enjoy me one night (solo disfrútame una noche)

 

Seguchi Tohma se paró silenciosamente con su celular en mano. El manager de Bad Luck lo miró con calma antes de centrar su atención en shuichi.

 

 

Only one night wiht passion (solo una noche con pasion)

Thus, when your desires shortage  (asi, cuando escaseen tus deseos)

Return to start  (volveremos a empezar)

My boy is your toy ( mi cuerpo es tu juguete)

 

 

Just your toy... ( solo tu juguete)

 

 

El último verso murió en un susurro quedo. Shuichi apoyó la cabeza en el cristal, sintiendo las vibraciones que recorrían el avión al cortar el aire con su velocidad. Suguru se acercó a paso pausado, quitándole al niño dormido de los brazos. El pelirrosa lo miró entre sorprendido y conmocionado. El peliverde le dio una media sonrisa y se sentó en su respectivo asiento.

 

Los ojos se le empañaron al sentirse albergado por una abandonada tristeza. Ryuichi los abrazo contra si y el cantante solo pudo echarse a llorar.

 

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-         ¿lo escuchaste? – el rubio de ojos verdes se encerraba en la cabina del piloto.

 

 

“tiene cero talento, como siempre” – el ojiverde sonrió recargado contra la pared

 

 

-         te noto preocupado – comento. Del otro lado de la línea se oyó un suspiro - ¿necesitas algo, Eiri-san? – pregunto al fin

 

 

“cuídalos por mi hasta que me reúna con ellos” – pidió casi forzadamente

 

 

-         ¿vendrás por ellos? – el presidente de NG Record parecía impresionado, mas no lo reflejo en su semblante

 

 

“no le perdonare al baka irse así, y menos que se llevara al mocoso consigo” – contesto

 

 

-         Eiri-san, hay algo que debes saber…

 

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El castaño cantante de Nittle Grasper apretó mas el cuerpo del pelirrosado contra si, tratando de tranquilizar los espasmos silenciosos a los que era sometido el cuerpo del menor. Palabras con el efecto de un calmante eran susurradas por los labios del ojiazul. El dueño de los ojos amatistas escondió su rostro justo en la curva que se forma entre el cuello y el hombro. Ryuichi Sakuma acariciaba con ternura los cabellos rosáceos, mientras con su mano izquierda imitaba la misma caricia en un cariño sobre la espalda del cantante.

 

Los espasmos fueron cediendo ante la comprensión y el apoyo. Los músculos tensos del pelirrosado cantante se relajaron con la angustia aun recorriendo todo el ser del ojilila. Los pequeños sollozos y gemidos adoloridos, incluso gritos de impotencia que esperaban los pasajeros del avión, eran acallados por los labios fuertemente apretados del pelirrosa. Las lágrimas que hace momentos escapaban furtivas, opacando las orbes lilas, eran guardadas con rencor, ira y dolor en el corazón de Shindou.

 

El orgullo y la madures que no esperaban que se presentara en el vocalista de Bad Luck salía a flote. Justo en un momento de necesidad y cuando el enojo contra cierto escritor comenzaba a invadir su ser nuevamente.

 

Shuichi se separo del castaño sin mirarlo a los ojos, recogió al conejo del suelo y se lo entrego con una sonrisa forzada, pero correspondida igualmente  por el ojiazul. El vocal de Nittle Grasper mordió la oreja del conejo rosa mirando con tristeza al pelirrosa.

 

¿Qué era lo que le había hecho flaquear? Había soportado todo el día pasado, esta mañana, el viaje en taxi, los escasos minutos de vuelo. Y sin embargo había terminado abrazado por su ídolo mientras descargaba su dolor. Rikku dormía entre los brazos de Suguru. Al quitarle su pilar de fuerza él, simplemente, termino  por quebrarse….

 

Ahora  le devolvía el adorable conejo rosa a su dueño con una sonrisa forzada, y el gesto le era correspondido con sinceridad y tristeza reflejaba en las orbes azules. Se sintió pequeño, encogido por un tipo de sentimientos simultáneos y una embargación de lastima profunda. La sensación de un sabor amargo en la boca lo recorrió al fijar su vista en los ojos del cantante mayor. Por un momento se entristecía y reprochaba el hecho de saberse el culpable de la mirada cargada de tristeza, de esos reflejos, en los ojos azules, provocados por lágrimas reprimidas con pesar.

 

Algo muy dentro de él comenzaba a quebrarse lenta y dolorosamente….

 

 

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El auricular del teléfono colgaba balanceándose de un lado para el otro y de vez en cuando golpeando un cajón del escritorio provocando casi un sonido sordo, mas, sin embargo, quebrando la atmósfera de silencioso nerviosismo y molestia palpante. Del otro lado de la línea, un rubio gritaba el nombre del escritor, dejándose escuchar en la habitación como un corto y constante zumbido sin mayor contenido que llamar la atención. Más aún el tono preocupado y suplicante del presidente de NG Record era una molestia mas en el aura del novelista enojado.

 

El cigarro se consumía a si mismo entre los dedos blancos del rubio escritor. Yuki Eiri se dejaba caer en su silla frente al notebook mientras respiraba fuertemente, sintiendo la temperatura del aire llenarle el pecho. Con una mano se masajeaba la sien intentando calmar la furia que lo azotaba y removía en el interior. Los ojos cerrados no eran capaces de evitar la intromisión de la voz de seguchi a sus pensamientos. Mientras la inconciente culpa, la razón amortiguada y la voz en sus pensamientos le repetían una y otra vez que sus actos le habían hecho daño a la persona querida, y que la herida seguiría estando abierta cuando volviera a ver al pelirrosa.

 

“porque volverás, Shuichi, o si no, yo iré a buscarte”

 

Los recuerdos del día anterior hicieron acopio en la mente cansada del Uesugi. El llanto del cantante aún resonaba entre aquellas murallas, torturándolo con tranquilidad, disfrazando lo que los recuerdos provocaban en él.

 

Sin animo, sin ganas y con el corazón latiendo a mil por hora, amenazando con que en cualquier momento pararía y le dejaría en soledad. El rubio tomo de nueva cuenta el auricular.

 

-¡Eiri-san! – el grito, por demás preocupado, despejo todas las dudas del momento - ¡Eiri-san!

 

-         no estoy sordo, Tohma – por la otra línea, la respiración del ojiverde se corto unos momentos - ¿hacia donde vas ahora?

 

 

-         ¿Shindou-san no…?

 

 

-         No me encontré con él y lo sabes – interrumpió. Seguchi perdió su carismática sonrisa al instante - ¿A dónde?

 

 

-         Moscú, Rusia – respondió en un susurro casi adolorido

 

 

-         ¿Por cuánto tiempo estarán allí? – preguntó escuetamente

 

 

-         Dos días por cada parada, el tiempo esta todo programado por K, tendrán las mañanas y tardes libres antes del concierto – Yuki sonrió. Su “cuñado” le contaba todo antes de que preguntase

 

 

-         ¿Cuál es su última parada en Europa? -  el de ojos verdes al otro lado de la línea abrió los ojos en sorpresa

 

 

 

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El pelirrosa tembló con pavor al recibir la mirada azulina de su manager. El rubio de cabello largo se posaba frente a él apuntándolo con su mágnum mientras que en su otra mano descansaba la arrugada hoja de papel en que se había convertido la canción escrita. Ryuichi se debatía entre tratar de defender al cantante menor o dejar que el rubio hiciese las preguntas que quisiese.

 

-         When you wrote this? – el de ojos amatistas emitió un suave quejido de dolor al percibir el contacto que hacia su frente con la pistola del americano.

 

 

-         La semana pasada – fue apenas un susurro. Era como si el aire tomado para llevar consigo las palabras desapareciera.

 

 

-         Do you have more? – el pelirrosa cerró los ojos. El cañón de la pistola había bajado hasta su ceño.

 

Sin querer pronunciar palabra, rebuscó en la mochila naranja que siempre traía consigo y sacó un cuaderno negro desgastado. El americano de Claude bajó el arma aceptando el cuaderno que le ofrecían. Shuichi murmuró unas cuantas cosas que no alcanzaron a ser escuchadas.

 

Una por una, las hojas blancas fueron pasando de lado a lado ante la atenta mirada azulina de un rubio. Los labios del manager se fruncieron con cada escritura terminada de leer. El pelirrosa se encogió en su asiento esperando el veredicto del americano. Hiroshi Nakano observaba nervioso mientras que Fujisaki acomodaba mejor al niño entre sus brazos y analizaba de reojo la situación. El chocar del cuaderno con el piso alerto a los presentes. Claude  volvía a  colocar la mágnum en la frente del pelirrosa

 

-         ¿tú escribiste esto, pink boy? – Shuichi asintió con el miedo reflejado en la pálida piel y la obviedad en los ojos – ¿en una week?

 

 

-         Si, k, sabes que yo escribo todas las canciones – Fujisaki cerró los ojos negando con la cabeza, Hiro miraba al rubio suplicante. La arrogancia que hace segundos mostraba el pelirrosa se desvanecía en una nube de cobardía innata y desconsolación solitaria.

 

El rubio americano paró a Shuichi de su asiento. El cantante de Bad Luck sentía su muerte próxima. Seguchi Tohma aparecía de la nada y tomaba asiento a un lado de su primo. Los ojos verdes viajaban desde Rikku, dormido en los brazos del peliverde, hasta la terrorífica situación  en que se encontraba el menor de los cantantes presentes.

 

-         ¡it’s perfect! – Shuichi ladeó la cabeza totalmente confuso, la gota gorda corría por la cabeza de los demás. Ryuichi reía infantilmente lanzando a kumagoro por los aires. El presidente de NG Record sonreía con disimulo. Hiro observaba al manager al tiempo que negaba con la cabeza. Fujisaki trataba de tranquilizar al pequeño rubio que se removía inquieto por culpa de los gritos del ojiazul, aunque debía admitir algo con una sonrisa en la cara, la canción le había gustado y ya tenía en mente arreglos para ella.

 

El arma abandono la frente del pelirrosa. El americano reía como desquiciado apuntando el arma al techo.

 

Sin embargo, para los ojos amatistas de un cantante adolorido el tiempo parecía pasar con mayor lentitud, como si no quisiese recordar todo aquello que estaba viendo, como si no importase nada mas que el tiempo que llevaba allí.

 

K paraba de reír y le hablaba, podía escuchar lo que le decía, pero no comprendía ninguna palabra de la oída, solo  asentía inconciente cuando creía que el manager esperaba un respuesta vaga y afirmativa de su parte para continuar. Podía sentir la emoción que embargaba al americano y el alivio recorriendo por completo a Sakano-san, pero realmente no las recibía en si mismo…

 

Su vista viajó hasta el cantante castaño. Observo como este recogía el cuaderno negro del suelo y hojeaba con atención. Hoja por hoja pasaban lentamente, tal y como había hecho K con anterioridad. Los ojos azules de Ryuichi brillaban al terminar de leer cada canción, pero era un brillo distinto a la satisfactorio.

 

“comprendía lo que pasaba, lo que la gente hacia, pero al no entender sus razones lo asustaba…”

 

 

Fue cuando su ídolo le estiro el cuaderno con una sonrisa y una felicitación falsa de por medio que se sintió desvanecer.

 

Las piernas le temblaban aún en la negligencia. Sin conciencia retrocedió una mínima cantidad de pasos hasta chocar con la ventanilla del avión. Emitiendo un suave gemido de crudo dolor el pelirrosa bajo la vista. La cabeza le daba vueltas. Los ojos le mostraban cosas que él no comprendía e inconcientemente no quería llegar a comprender. Shuichi se llevó una mano a la cabeza intentando detener los mareos repentinos que lo azotaban. Sintió el calor acumularse en sus mejillas al tiempo que un jadeo se escapaba de su boca por el arder de  todo su cuerpo. El pelirrosa volvía a ser victima de la fiebre producida por la nieve, producida por Yuki…

 

Todo a su alrededor se volvió silencioso. El piso a sus pies daba vueltas riéndose ante lo que causaba en el cantante. Sin poder controlarlo, cayó sobre sus rodillas aún agarrándose la cabeza mientras los jadeos producidos por una falta de aire placentera parecían matarlo por dentro, consumiéndolo en un abismo de dolor profundo y oscuridad admirada.

 

Ryuichi y Hiro se acercaron rápidamente al cantante pelirrosa al ver la debilidad que profesaba su cuerpo. El castaño ojiazul fue el primero en rodear con sus brazos el cuerpo convaleciente. El pelirrojo examinaba su condición dándose cuenta de la fiebre.

 

Los ojos del cantante luchaban por cerrarse y poder entregar el cuerpo enfermo al mundo despreocupado de Morfeo. El rubio manager lo removía evitando su cometido mientras Hiro y Ryuichi lo llamaban entre la nebulosa en que se convertía su mente. Vio como el peliverde tecladista se acercaba a él con el pequeño Rikku en brazos, quien  llamaba a su “madre” en el sueño placentero que le brindaba Morfeo.

 

Las manos de shuichi dejaron de ejercer presión en su cabeza, fláccidas caían a cada lado de su cuero arrodillado brindándole una imagen de completa soledad y palpante inocencia. Pequeños puntos negros adornaban el campo visual del ojilila, restregándole en la abandonada conciencia su destino inevitable y próximo. Sin nada mas que lo contuviese, dejó  que su espalda se apoyara en la pared del avión, justo debajo de la ventana que antes había sido dichosa de recibir la mirada amatista sobre ella.

 

Los mechones rosáceos le hicieron sombra en los ojos al bajar la cabeza con la pura intención de ocultar su aspecto. Aún con el leve descanso que estaba tomando su cuerpo los jadeos adoloridos no cesaron, ni desaparecieron como hubiese querido.

 

Las gotas de sudor frió comenzaban a empañar su rostro pálido por las nauseas acosadoras. Las manos le volvían a temblar espontáneamente presas de un nerviosismo  poco común en él. No conciente de sus propios actos rodeó su estomago como si se abrasase a si mismo, guardando la angustia permanente en su cuerpo…

 

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Dió una calada mas al cigarrillo para luego apagarlo en el cenicero. El aroma de Shuichi y la humeante nicotina se mezclaban entrelazándose en el aire y siendo aspirada por el rubio escritor. Los recuerdos furtivos, recientes y por demás dolorosos seguían memorando grácilmente los momentos vividos con el cantante antes de su partida.

Fríos ojos dorados observaban la estancia con escepticismo. Otro cigarro era prendido al instante de abandonar la cajetilla. Las manos descansaban sobre el sillón de cuero negro mientras el cigarro se mantenía en los labios entreabiertos del rubio. La televisión lucia uno de los videos del grupo musical del momento. La imagen del pelirrosa cantando con pasión era una de las tantas cosas que amaba en secreto.

 

El cigarrillo volvió a consumirse. Yuki Eiri se levantaba del cómodo sillón para buscar su cerveza. El liquido alcohólico le refrescaba la garganta al sentir recorrer el familiar ardor en la zona. La voz de su amante rosado le llego de repente y distorsionada levemente por el bajo volumen del televisor. Caminó con la lata de cerveza en la mana, se sentó en el sillón de cuero negro y aumento el volumen. La voz del cantante se aclaró rápidamente.

 

La entrevista era transmitida con retraso. La grabación había sido el día anterior en la mañana, justo antes de la pelea de ambos amantes. Se notaba en las amatistas brillantes y en la sonrisa encantadoramente alegre que mostraba en su semblante. A su lado, sus compañeros lucían exactamente igual de emocionados.

 

Las preguntas eran retóricas, las contestaciones precisas pero pronunciadas con una amabilidad e inocencia por el vocalista que hacían sonreír al público. Ese encanto natural, esa capacidad mágica  de atraer a la gente eran otra de las cosas que le encantaban de Shuichi. Su pelirrosa era especial en todos los sentidos.

 

Con los ojos dorados fijos en la pantalla, el cantante acaparaba toda su atención. Veía como la boca del cantante se movía formando palabras que para sus oídos eran sordas y sin una mísera de comunicación. La cámara se movió de repente mostrando un lado del escenario. Allí, justo donde las luces de los reflectores no alcanzaban a alumbrar, el rubio manager se encontraba junto al representante, sin embargo, K sostenía entre sus brazos a otro rubio. El niño se daba vuelta mostrando los grandes ojos lilas.

 

La multitud estallaba en griteríos y aplausos dedicados al infante. El pequeño rubio era admirado por los fanáticos de Bad Luck. Sin poder contenerse, y viendo que Rikku temblaba asustado, Shuichi se levantaba de su asiento para estrechar entre sus brazos al menor ojivioleta con la intención de protegerlo y acallar un poco los gritos. El niño escondió su rostro en el pecho del pelirrosa. El público calló al ver al pequeño asustado.

 

Pronto la entrevista retomó la conversación y el ambiente se fue relajando rápidamente. El niño voltea la cara ante las cámaras riendo al sentir a su “madre” sonrojarse por uno que otro comentario de la anfitriona mientras Suguru y Hiroshi sonreían apenados. Shuichi reía nervioso y por completo sonrojado. Las jóvenes entre el publico suspiraban soñadoramente pasando su mirada desde el cantante al pequeño rubio sentado en sus piernas.

 

El ojidorado observó con detenimiento como, de un momento a otro, Shindou estrechaba mas a Rikku entre sus brazos en claro signo de posesión y cariño. Yuki Eiri sintió su sangre hervir cuando el infante se abrazaba con fuerza al cuerpo de su amante. Su pecho dolió inútilmente al escuchar con atención una de las tantas preguntas que hacían sonrojar al cantante.

 

La lata de cerveza cayó al suelo derramando su contenido en el proceso. El liquido amarillento se esparcía por el suelo ganando terreno a cada nueva tos enferma que lo sentía remover. Las pequeñas gotitas carmines se mezclaron con el alcohol. Sangre corría por entre los dedos del rubio y una parte de su muñeca antes de caer y ligarse a la cerveza esparcida por el suelo. Con el cuerpo encorvado hacia delante, sintiendo la tos remover cada fibra de su ser, Yuki era entregado  a los brazos de la inconciencia.

 

“cuando veremos el matrimonio del año”

 

                    “no lo creo posible, yuki tiene mucho trabajo”

 

“entonces tampoco veremos al segundo hijo uesugi”

 

                     “no seria correcto”

 

A pesar de las mejillas sonrosadas y las amatistas brillantes, el tono severo y molesto en las palabras del pelirrosa asustó al novelista mientras que lenta, desgarradora y tiernamente sentía el quebrar de un frió corazón ya entrada la noche. Sin ser conciente del pasar del tiempo tormentoso, su vista se alzó contemplando la luna brillante y redonda. La entrevista había terminado hace algunos unos minutos dejando atrás solo la imagen permanente de un sin fin de puntos plomos que bailaban en la incomprensión de una música silenciosa y cruel, dándole una sombra a la vida que llevaba actuando.

 

La tos lo seguía a un ritmo constante y poderosamente cruel. La firme decisión de encontrarse con el pelirrosa seguía presente a pesar de lo confuso que habían sonado sus palabras.

 

Sintió su cuerpo perderse en un profundo sueño cuando una tos mas fuerte que la anterior lo recorrió a tal punto que volvió a vomitar sangre. Sin conciencia se desvaneció en el sillón mientras llamaba en susurros a la persona más importante en esos momentos…

 

-         Shuichi….

 

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Contemplo entre el pavor y el cariño como era levantado del  suelo con facilidad. Los llamados con su nombre aún no cesaban, aunque podía percibir claramente como la preocupación se transformaba en un miedo susceptible y flaqueante. El cómodo asiento que le correspondía en ese viaje lo recibió en silencio y angustia. Entre los parpados entrecerrados observó los ojos esmeraldas de la persona que lo había cargado.

 

La sorpresa no se pudo reflejar en su rostro enfermo. Pero Seguchi Tohma podía percibirlo sin la necesidad de buscar en las orbes amatistas.

 

Una cobija roja lo envolvió mientras compresas frías eran colocadas en su frente por Ryuichi, quien no dejaba de mirarlo en ningún instante con preocupación. De alguna u otra manera, el pelirrosa comenzaba a extrañar el comportamiento infantil de su ídolo, el mismo comportamiento que lo hacia olvidarse por completo de algunos problemas, aunque al mismo tiempo lo ponía nervioso.

 

Las orbes amatistas se clavaron en las azules. Por primera vez desde que miró a los ojos a Sakuma, comenzaba a anhelar que ese cariño que le profesaba el cantante mayor en silencio se reflejara en las orbes doradas de un escritor que había dejado atrás en un impulso mayor que ahora no tenia importancia.

 

Ladeó la cabeza hacia la ventana. La luna resaltaba con majestuosidad entre las nubes casi transparentes y las estrellas acompañándola en la oscura soledad que le brindaba la noche. Sin espasmos, sin sollozos ni gemidos que recordaran su dolor, Shindou Shuichi soltó una lágrima silenciosa y traicionera.

 

Mientras, y jurando que seria la ultima vez, un lamento confundido con un llamado molesto y sumergido en la angustia rompía en silencio en el avión con pereza, al tiempo en que las manos del cantante se posaban tranquilamente en su estomago. El vocalista de Bad Luck dormía con una amarga sonrisa en su rostro, sin embargo, aún en sus pensamientos, no dejaría de sufrir…

 

“Yuki…”

 

Notas finales: eemm.....¿review? jijijijiji, de verdad lamento la demora

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