Sasuke y Sai se pusieron los dos frente a mi rubio kitsune y entre los tres empezaron una animada charla, yo sintiéndome la cuarta parte de un mal tercio opté por irme del lugar y dejar a Sai y Sasuke con Naruto.
Al fin y al cabo había decidido regresar a Suna en cuanto me dieran el alta y así poder olvidarme de la locura de estar enamorado de mi mejor amigo quien jamás podría corresponderme.
Me levanté, cogí una chaqueta para salir del lugar y dedicarme a vagar por el hospital hasta que Sakura decidiera darme el alta.
Iba a salir de la habitación cuando la voz de Naruto me llamó.
- ¿A dónde vas, ttebayo?
- A pasear un rato, Sasuke y Sai están contigo así que no tengo que quedarme para vigilarte.
- ¿Es que estás sólo aquí porque te ha mandado Sakura-chan, dattebayo? - Se mostró triste mi kitsune.
- No quise decir eso, Naruto. - Protesté.
- Soy sólo un estorbo para ti, eres el Kazekage y una vez que has cumplido con tus obligaciones ya te vas, ttebayo.
- ¿Pero se puede saber que mosca te ha picado, dobe? - Preguntó Sasuke.
- Es verdad parece que hoy estás de malhumor. - Asintió Sai.
Desgraciados, mira que inoportunos que resultaron ser, llegaron justo cuando el sexy Kazekage te iba a decir de quién está enamorado.
Si fueras tú podríamos tener una mañana de placer y sino pues planearíamos una estrategia para sacarnos de en medio a la competencia.
Ya has oído a Gaara, él sólo estaba aquí para vigilarme como le había pedido Sakura, menos mal que no te hice caso y no me declaré.
Si Gaara me llega a rechazar como el teme me cogería una depresión de campeonato.
No me puedo imaginar nada peor que decirle al Kazekage de Suna que estoy enamorado de él y que éste, ofendido por mis sentimientos, rompa toda relación con Konoha y pierda yo en el camino a mi mejor amigo y el amor de mi vida, ttebayo.
¿El amor de tu vida?
¿Crees que el pelirrojo es el amor de tu vida? ¡Pues sí que te ha costado reconocerlo! Si mal no recuerdo llevas exactamente tres años muriéndote por sus huesos, ¿no?
Tres años con sueños húmedos, tres años llorando por las esquinas cada vez que decía que vendría a Konoha y a última hora un asunto de Suna le retenía. Tres años diciéndome "Sí, Kyuubi, de esta vez no pasa. Ahora le diré que lo quiero" para a los dos segundos desdecirte y decir aquello de "ya me han roto el corazón una vez y no permitiré que jamás me vuelva a ocurrir"
Y como puedes observar yo tenía razón, para Gaara yo sólo soy un amigo y nada más. No siente por mí el tipo de afecto que yo por él.
Mira, se supone que cuando amas a alguien se lo dices y si te rompe el corazón te aguantas como un hombre, pero ¿y si él siente lo mismo y por tus mismos temores no se atreve a decírtelo?
¡Ja, ja, ja, ja! ¡No seas ridículo, ttebayo! ¿Él Kazekage de Suna asustado? ¡No conces bien a Gaara, ttebayo!
Si sintiera algo iría con la verdad por delante y me lo diría... Gaara no es como yo, ahora expresa sus sentimientos sin temor a no ser correspondido.
Lo adoran, las mujeres se desmayan cuando ven sus ojos aguamarina y si los hombres no se le lanzan al cuello se debe a que es Kazekage y eso causa respeto.
Gaara es sexy y lo sabe.
Va arrebatando corazones a cada paso y creo que en el último año y medio se le ha declarado media aldea de Suna y unas cuantas kuonichis de Konoha.
Y el dobe de mi contenedor no le ha dicho nada.
Se queda viéndolas venir, dejando que se le pase el arroz por miedo a no ser correspondido.
¿Eres un ninja de verdad o una nenaza, Uzumaki Naruto?
Déjame en paz un rato, Kyuubi, quiero olvidarme de Gaara.
Voy a plantearme seriamente la proposición de Sasuke, está bueno y sé que ahora ya no me volverá a dejar.
¿Te conformarías y vivirías sin amor?
Tú mismo me dijiste una vez que el amor es una trampa mortal.
Y también te dije que es la única trampa mortal en la que merece la pena caer.
Amar a otra persona más que a mí mismo me condenó a vivir como demonio, pero lo haría de nuevo.
¿De verdad te convertiste en demonio por amor? Hm... eso suena a contradicción, ttebayo.
Cuando estés preparado para oírlo te contaré toda la historia.
Cuéntamelo ahora, ttebayo.
No estás preparado.
Cuéntamelo.
No.
Cuéntamelo.
¿Si te lo cuento vas a dejar de torturarme con tus preguntas?
Sí, ttebayo.
Está bien.
Hace mucho tiempo yo era un pacífico ciudadano de Konoha, mi nombre era Kyu Bishonen.
Cuando cumplí los trece años mi maestro decidió que era hora de enviarme a mi primera misión porque era un ninja muy hábil.
Tomé mis cosas y dirigí mis paso a Suna. Al entrar en la aldea me sorprendió el calor que hacía, pero como era un ninja muy orgulloso no me quité la ropa de abrigo que llevaba.
Bah, el orgullo siempre me ha perdido.
El caso es que yo caminaba por la aldea, pero con el calor que hacía y la cantidad de ropa que llevaba encima ocurrió lo inevitable, me desmayé a causa de una insolación.
Cuando abrí los ojos cuatro días más tarde me encontré en un lugar a la sombra, olía a ramen y podía escuchar la voz de un muchacho cantando animado.
Traté de incorporarme, pero me dolía muchísimo la cabeza y no pude. Miré a mi alrededor y no reconocí en qué lugar estaba.
La voz que cantaba se aproximo a mí y frente a mis ojos se presentó la criatura más irresistible que había tenido la fortuna de ver en mi vida.
Tenía el cabello del color de la sangre, los ojos violetas y la piel de color canela. Llevaba el pelo recogido en una coleta alta y tenía hoyuelos en su mejilla.
Yo enmudecí de la impresión y me parece que a él le ocurrió lo mismo que a mí y no es de extrañar, yo como humano era un hombre realmente guapo, mucho más que tú, por cierto.
El caso es que me presenté, le dije que era Kyu Bishonen y él me contestó que se llamaba Shu Kaeku.
Los dos nos caímos bien desde el principio. Durante un par de días más me cuidó en su casa y finalmente yo pude culminar mi misión una vez que me recuperé de la insolación.
Regresé a Konoha y allí descubrí que echaba mucho de menos a Shu, pensaba en él a todas horas y estaba continuamente pidiéndole a mi Maestro que me enviara a otra misión a Suna.
Cuando al cabo de seis meses volví a Suna lo primero que hice fue ir a ver a mi amigo y explicarle la necesidad que tenía de él y él me contestó que también le ocurría y empezamos una relación apasionada.
Él era todo lo que yo deseaba.
En una ocasión estando los dos en Konoha fui atacado por un rival de mi clan, me provocó heridas mortales y en su dolor Shu eliminó a toda la familia de Tatsune Aino, incluso a un bebé recién nacido. Furiosos por su reacción los dioses eligieron castigar a Shu, lo convirtieron en un demonio mapache.
¿Shu Kaeku? ¿Shukaku fue el amor de tu vida, Kyuubi, ttebayo?
Vaya, no eres tan dobe. Sí, Shu Kaeku es Shukaku.
Shukaku convertido en demonio regresó a su villa, allí no lo aceptaron y lo echaron al desierto.
Yo sabía que mi amor se había condenado por mi culpa y cuando me enteré de lo que le habían hecho los habitantes de Suna me volví loco.
Fui hasta Suna y eliminé a toda la población, no dejé ni un alma viva. Ese acto de venganza fue considerado aún más grave que el de Shu y en castigo los dioses me condenaron a ser un demonio de nueve colas.
¿Entonces Shukaku y tú estabáis enamorados, ttebayo?
Lo estábamos y lo estamos.
Debes saber que el amor lo puede todo y por eso, aunque ahora somos un par de demonios seguimos fieles a nuestro juramento de amor.
Kyuubi... siento mucho lo que te ocurrió, ttebayo.
Te daré un consejo, Naruto.
Aférrate al amor que sientes por Gaara, entrégate a él de forma apasionada y verás que se puede alcanzar la felicidad absoluta si tienes a tu lado una persona por la que darías tu vida.
Kyuubi, de verdad me gustaría que Shukaku y tú pudieráis estar otra vez juntos, a través de mi cuerpo y el de Gaara, pero entiéndelo, él no me ama y yo no puedo obligarlo a que me acepte sólo por el hecho de que tú y Shukaku queráis estar juntos de nuevo.
Te arrepentirás de tu decisión, pero no te voy a obligar a nada.
Durante un largo rato Naruto estuvo en silencio, parecía tener una charla consigo mismo y yo decidí que debía estar hablando con el Kyuubi porque las expresiones de su rostro iban cambiando.
Sai y Sasuke lo miraban preguntándose porque estaba tan extraño, pero sin atreverse a sacarlo de sus propios pensamientos.
En algún momento la charla debió de volverse muy triste porque de los ojos de Naruto comenzó a caer un torrente de lágrimas.
Con el corazón contraído por el dolor me aproximé a él y tomé su cara entre mis manos, lo acaricié suavemente para despertarlo.
Abrió los ojos y me regaló una mirada zafiro que por poco hace que se me pare el corazón.
- ¿Estás bien? - Le pregunté.
- Abrázame. - Me pidió.
Yo lo estreché entre mis brazos y de sus ojos surgieron más y más lágrimas, parecía que el mundo entero se iba a terminar porque no dejaba de llorar y finalmente se quedó profundamente dormido en mis brazos.
Sai y Sasuke nos miraron.
- Creo que esta batalla ya está decidida. - Dijo Sai y se levantó.
- Ahora no tengo ninguna duda. - Sasuke se incorporó. - Perdí mi oportunidad y es justo que deje que otro aproveche la suya.
- Pero al menos no te lo has ganado tú, Uchiha-bastardo, me alegro por ello.
- Sí, lo mismo opino yo, copia de cuarta.- Sasuke y Sai se miraron furiosos y yo no pude reprimir una media sonrisa.
- ¿Celebrando tu victoria, mapache sin cejas? - Me gruñó Sasuke furioso.
- No creo haber ganado nada. - Comenté.
- Por si no te has dado cuenta, este teme y yo te acabamos de dejar el camino libre con Naruto porque estamos convencidos de que su corazón te lo entregó a ti.
- No estoy seguro de eso... - Insistí.
- Mira, mapache sin cejas, aunque me duele reconocerlo... bueno, creo que tú sanaste el corazón del dobe, así que puedes reírte ampliamente de estos dos perdedores.
- No me reía de eso. - Deposité a Naruto en la cama delicadamente y miré a ambos morenos. - Vuestra relación de rivalidad me recuerda mucho a la que yo tenía con Naruto. - Cerré mis ojos y sonreí. - Al principio de todo.
¿Habéis oído alguna vez aquello de "los que se pelean se desean"?. - Dejé caer como quien no quiere la cosa.
- Gaara, tú estás mal de la azotea. - Protestó Sai y salió disparado de la habitación dejándonos a Sasuke, a Naruto y a mí solos.
- Mapache sin cejas, hazle daño a mi dobe y conocerás el alcance del Mangekio Sharingan. - Murmuró. - Y por cierto, esa copia de cuarta no me atrae ni lo más mínimo. - Concluyó y salió de la habitación, dejándonos a Naruto y yo a solas.
Hm... sí, creo que están empezando a gustarse.
Eso es bueno para nosotros, así tienes campo libre para tratar de conquistar a Naruto.
Me alegro de que se retiren por propia voluntad, pero no considero que tenga el campo libre... ¿has visto lo enfadado que parece conmigo?
Me dijo que para mí sólo era un estorbo y pude ver que estaba furioso conmigo.
Y luego te pidió que lo abrazaras.
Lo único para lo que yo sirvo es para consolarlo cuando las lágrimas atenazan su garganta.
¿Por qué llorar en tus brazos si había otros dos morenos dispuestos a darle soporte?
No soy un experto en el tema porque sólo me enamoré una vez en la vida y desde entonces he sido fiel a mi promesa de amor, pero afirmaría que este rubio siente algo por ti.
Además ya sabes lo que dicen, amores reñidos, los más queridos.
¡Duérmete un rato, Shukaku!
Si me dices cosas de este estilo acabaré creyéndomelas y me haré ilusiones que acabarán rotas y mi corazón resquebrajado como un espejo.
Vale, callaré.
Pero si hay algo de lo que yo sé es de amor, el amor me condenó a ser un demonio y lo reconozco cuando lo veo.
Lo reconocí al ver a Temari con Shikamaru y te lo dije. Al ver a Kankuro con Sakura también lo pude observar y lo reconozco en estos dos morenos. Ya verás, Sasuke y Sai se enamorarán y entonces verás que siempre tengo razón.
Soy un demonio muy viejo y puedo sentir los latidos de los enamorados cuando están frente a frente.
Después de ese sermón sobre el amor el Shukaku se durmió y me dejó a mí en la habitación del hospital, memorizando cada uno de los rasgos de mi hermoso kitsune.
Si me daban el alta al dia siguiente regresaría a Suna y quería llevarme una buena imagen de Naruto.