Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Descubriendo que te amo por Naara

[Reviews - 151]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a tod@s:

Sé que el título de este capítulo va muy largo, pero a mí me gustaba mucho y por eso decidí dejarlo.

Como supondréis que va a ocurrir no os entretengo más.

Disfrutadlo

Naara

 

Cuando abrí nuevamente mis ojos era cerca del mediodía.

No podía ni creer que hubiera sido capaz de dormirme nuevamente, aunque teniendo en cuenta la larga noche que había pasado quizás tampoco fuera para sorprenderse tanto.

            Me giré hacia la cama de Naruto y pude ver su rostro plácidamente dormido. Estaba hermoso, tanto,  que dolía sólo mirarlo. Me incorporé nuevamente de mi cama e iba a salir a buscar a Sakura cuando la pelirrosa se presentó ante mí.

            - Buen día, bello durmiente. - Me dijo y me besó en la mejilla.- Oye, Gaara... esto... bueno al final... buff...

            - Mi hermano y tú estáis enamorados y seguramente os casaréis, ¿no?

            - ¡Sí! - Chilló Sakura feliz y empezó a bailotear alrededor de mí con una sonrisa enorme en su cara. - Sabes, pensé que él nunca sentiría nada por mí, estaba convencida de que Kankuro estaba enamorado de Matsuri.

            - ¿Eso pensabas? - Yo le sonreí a Sakura. - La verdad es que Matsuri y nosotros nos llevamos muy bien, pero Matsuri tiene un novio en Suna.

            - ¡Y yo soy tan feliz!

 Me alegro de que Kushina tuviese razón y espero que Naruto esté dispuesto a llevarme al altar cogida de un brazo y me entregue a Kankuro. Sé que a mi padre no le molestará que delegue esa responsabilidad en mi mejor amigo.

Sabes, pensé que después de Sasuke, de Naruto, jamás encontraría a alguien que me hiciese feliz, pero con Kankuro todo es sencillo y perfecto. Parece que estuviésemos destinados a amarnos.

- Te doy mi enhorabuena por ello. - Acaricié la cabeza de Sakura y le dí un beso en la frente, lo cual dejó a la pelirrosada poco más que en estado de shock. - Me alegraré mucho de que seas mi cuñada, Sakura.

- ¡Gaara me has besado! - Sakura gritó más alto todavía. - ¿Me aceptas como tu cuñada? ¡Estoy tan alegre!

- Gritas mucho, Sakura-chan, ttebayo. - Protestó Naruto y los dos vimos como abría sus hermosas orbes zafiro.

- ¡NARUTO! - Sakura fue hacia la cama de mi kitsune, lo sacó de ella y empezó a bailar con él alegremente. -¿Serás mi padrino de bodas? ¿Lo serás?  ¡Dime que sí, Naruto!

- ¿En serio? - A Naruto sus ojos azules se le abrieron como platos y de pronto empezó a bailar a un ritmo acelerado con Sakura en brazos. - ¡Seré el padrino de tu boda, ttebayo! ¡Mi Sakura-chan se casa, dattebayo!

- Se te van a acumular las bodas. - Le dije feliz. - Neji y Hinata, ahora Sakura y Kankuro.

            - ¡Soy un suertudo, ttebayo! - Me contestó feliz. - Oye, Gaara... entonces ahora no te irás tan pronto a Suna, ¿no?

            - Me iré en cuanto me den el alta, Naruto. - Le comuniqué. - Soy el Kazekage de Suna y tengo muchas obligaciones, no puedo dejarlas.

            - ¿Por qué, ttebayo? - Inquirió mi amigo e hinchó sus cachetes.

            - Porque soy Kazekage. - Dí por contestación.

            - ¡Te odio, ttebayo! - Se quejó Naruto y miró a Sakura. - ¿Me puedo ir ya a casa, Sakura-chan?

            - Oye Naruto, has sido bastante duro con Gaara. - Le reprochó su amiga. - Sabes que tiene obligaciones, que debe regresar a su ciudad natal y la verdad te has portado como un niño pequeño.

            - No importa, Sakura. - Lo disculpé yo. - ¿Me vas a dar el alta?

            - Sí. - Sakura me miró con pesar. - Te puedes ir mañana hacia Suna, esta noche quédate en mi casa y así mañana irás más despejado.

            - De acuerdo, gracias Sakura.

            - Sakura-chan, ¿me puedo ir a casa de una vez, ttebayo?

            - Dísculpate antes con Gaara.

            - No lo haré, ttebayo. - Contestó mi amigo y miró a Sakura furioso. - Por favor, déjame ir, Sakura-chan.

            - Adiós, Naruto. - Dije yo y le sonreí con pesar a mi precioso rubio. - Te deseo que seas muy feliz.

            - De acuerdo, pues esto es un adiós definitivo, Kazekage-sama. - Naruto se giró, cerró con un portazo y me dejó sin que me diera tiempo a retractarme de mis palabras, sin que pudiera preguntarle qué le había hecho para que me odiara.

            - Gaara no comprendo lo que le ocurre a Naruto. - Me habló Sakura. - Ha tenido un estallido infantil como cuando era un Genin recién salido de la academia. Siento mucho el modo en que te ha tratado.

            - No importa. - Fingí una sonrisa a Sakura y le guiñé el ojo. - Sé que se le acabará pasando.- Lo comenté como si estuviera seguro de que así ocurriría, pero en ese instante no las tenía todas conmigo y lo único que deseaba era alejarme de Konoha y especialmente del hombre que me había arreglado el corazón para rompérmelo de nuevo.

            - ¿Quieres que hable con él?

            - No hace falta, gracias. - Una vez más forcé una sonrisa. - Voy a preparar mis maletas, luego iré a la torre de Tsunade-sama.

            - Ya llevo yo la maleta del hospital, mi taquilla es la número quince. Déjamela ahí y cuando vaya para casa la cojo.

            Es que estoy segura de que Tsunade-sama te va a tener todo el día ocupado con cosas de Kages.

            - Gracias, Sakura.

            - Hm, de nada cuñadito. - Me respondió feliz. Me dio un nuevo beso en la mejilla y me dejó a solas en la habitación del hospital.

            ¿Qué demonios le has hecho para que esté tan enfadado contigo?

            Me gustaría saberlo a mí también, pero ni idea.

            Tal vez sea mejor que nos vayamos a Suna, allí seguro que lograrás que se te arregle ese corazón roto.

            No quiero que se arregle, deseo que permanezca roto en mi pecho, quiero recrearme en ese dolor porque así, a pesar de todo, siempre lo llevaré a él grabado a fuego en mi corazón.

            ¿Por qué no le dices que lo amas?

            ¿Qué sentido tendría Shukaku? Ha dicho que me odia y al mirarlo a sus océanos descubrí que hablaba en serio, estaba furioso conmigo.

            Ahora si estás preparado para saber mi historia de amor. Mi verdadero nombre es Shu Kaeku, seguramente lo reconocerás, ¿verdad?

            Sí, es una leyenda entre los ninjas de la aldea. Dicen que es un hombre que hizo un pacto con el diablo por conseguir más poder y que le fue concedido, pero a un precio muy elevado, su propia muerte.

            No estoy muerto, simplemente soy un demonio y lo soy por haber amado con todo mi corazón en una ocasión.

            Yo tenía quince años cuando lo ví por primera vez.

Paseaba por la ciudad, dispuesto a hacer una misión cuando me encontré a un joven hermosísimo tirado el el suelo. Tenía el cabello dorado como el sol, hoyuelos en su mejilla y un cuerpazo esculpido por los dioses. Estaba desmayado en medio de la ciudad porque le había dado una insolación.

            Ignorando si era un amigo o un enemigo lo llevé a mi casa para cuidarlo un par de días.

            En la ciudad todo el mundo decía que era uno de los más grandiosos ninjas que daría Suna y estaban deseando que me conviritiera en Kazekage, pero no fue posible.

            Cuatro días después de cuidarlo, de enfriarle el rostro y el cuerpo ese jovencito abrió sus ojos. Al verlos por primera vez enmudecí, eran de un verde turquesa precioso, nunca en mi vida había visto unos ojos así de hermosos.

            El joven se presentó como Kyu Bishonen y de verdad que el apellido hacía justicia a su belleza sobrenatural.

            Kyu y yo encajamos a la perfección del primer momento, nos hicimos amigos en seguida. Él me contó que era un ninja de Konoha, que había venido con una misión y debía hablar con el Kazekage.

            Yo lo llevé hasta él y una vez que terminó su misión regresó a Konoha. Durante mucho meses estuve pidiendo que me permitieran ir a Konoha con un reporte de misión porque ese joven se había metido en mi cuerpo y se me hacía tan necesario como respirar el verlo.

            Finalmente nos encontramos en Suna y él me confesó que yo era fundamental en su vida y así empezamos nuestra historia de amor.

            Cuando fui a Konoha en una ocasión me lo encontré medio muerto por la mano de Tatsune Aino y me vengé de lo que le habían hecho asesinando a todo el clan de ese desgraciado, incluso a un niño de teta.

            En castigo por mi acción los dioses decidieron transformarme en un demonio mapache de una cola, a partir de ese momento fui conocido como Shukaku.

            Regresé a mi ciudad natal, pero las personas que me habían apoyado en el pasado me echaron de patadas al desierto y Kyu se enteró.

            Enfurecido fue hacia Suna y eliminó a toda la población, no dejó un alma viva, salvo aquellos shinobis que se encontraban de misión.

            El castigo por ese acto fue aún más terrible que el mío y a Kyu le condenaron a ser un demonio zorro de nueve colas.

            Esa es mi historia, triste, ¿verdad?

            Por el amor soy un demonio y a pesar de ello jamás me he arrepentido de lo que hice, lo amaba en el pasado y lo amo ahora.

Por eso te digo, si tienes ocasión aférrate a él no vaya a ser que luego te arrepientas.

            ¿Kyuubi era tu pareja?

            Me sorprende mucho, Shukaku, aunque reconzco que me extrañó un poco esa actitud de querer proteger al Kyuubi en Suna.

            Siento mucho que no puedas estar de nuevo con él, si Naruto correspondiera a mis sentimientos supongo que de alguna manera podrías llegar a sentir a tu amor de nuevo, pero desgraciadamente para los dos para mi rubio soy sólo un amigo y uno que además odia.

            ¿Por qué has decidido rendirte sin intentarlo Gaara? ¡Tú nunca te has dejado derrotar!

Ni siquiera cuando el Akatsuki me sacó de tu interior, te aferrabas a la vida, te aferrabas a Naruto.

            Sé lo que pensaste antes de que te dieran por muerto, pensaste que nunca habías podido decirle a él que lo amabas más que a tu vida y que lo único que habías  habías lamentado de tu existencia fue no conocerlo antes.

            Lo amas con tanta intensidad, puedo sentir a tu corazón escapar de tu pecho cada vez que está cerca de ti y sé que si te rindes ahora te pasarás el resto de tu vida lamentando no haber hecho nada por estar junto a tu verdadero amor.

            Es un error que renuncies a él, ¿es que no lo ves?

            No es un error, Shukaku. Le dejó libertad para que esté al lado de la persona que ame de verdad y eso es mi sacrificio por él.

            Sólo deseo su felicidad, aún por encima de la mía.

 No me puedes culpar por esto, tú mismo has dicho que fueron tus sentimientos los que te volvieron un demonio y que no te lamentas por ello.

            Tienes razón.

Esta es tu historia, este es tu destino y es el camino que tú has elegido. Al fin y al cabo yo te juré fidelidad y respetaré tu decisión.

            Shukaku... me alegro de que hayas vuelto, creo que ahora sí necesitaré de tu fuerza para seguir adelante.

            Yo también me alegro de haber regresado.

            Shukaku calló después de esa última frase y yo me concentré en preparar la maleta.

Tenía el corazón destrozado y hacía las cosas sin ganas, sin fuerzas, de vez en cuando escuchaba la voz de mi demonio animándome desde mi interior y eso me daba bastante energía para seguir haciendo la maleta.

            Sin embargo cada lugar de la habitación olía a Naruto, podía sentir su aroma en cada uno de los rincones y mi corazón sentía punzadas de dolor.

            Cuando finalmente terminé de organizar mi maleta me dirigí a la oficina de la Hokage.

            Estuve con ella hasta bien entrada la noche, Tsunade-sama se empeñó en apostar y beber, y puesto que yo me sentía como un cascarón vacío me uní a su juego.

            Llegué a casa de Sakura sobre las dos de la mañana.

Me colé sin hacer ruído y localicé sin problema la habitación que la pelirrosa me había dejado dispuesta.

            Me tumbé sobre la mullida cama y dejé que Morfeo me trasladara lejos de mi decepción amorosa y lejos de él.

            A las seis de la mañana me incorporé. Le había dicho a Temari que deseaba que ella también se quedara en Konoha una temporada y aunque ella se resistió al principo le recordé que tenía que planear su boda con Shikamaru.

            A las siete de la mañana salí de la casa de Sakura, caminé hacia las fronteras de la ciudad.

Me despedí de los guardias que la vigilaban y anduve un largo trayecto.

            Sentía un peso enorme en mi corazón, estaba tan angustiado que ni siquiera podía percibir lo que había a mi alrededor.

            En un momento dado me encontré rodeado por unos brazos que me aferraban con fuerza.

Pensé que sería sencillo dejarme matar sin pelear, total, ¿para qué necesitaba mi vida si ahora estaba más muerto que cuando había estado muerto de verdad?

            Cerré los ojos y el olor que percibí a mi alrededor me despejó del todo. Era una mezcla entre chocolate y guindilla que sólo podía pertenecer a una persona.

            - ¿Naruto? - Dije.

            - Antes del adiós déjame decirte una cosa, ttebayo. - Me pidió y se colocó frente a mí, tenía los parpados hinchados y unas ojeras que podían competir con las mías.

            - Creí que me odiabas...- Murmuré muy despacio.

            - Me gustaría odiarte, pero resulta que soy incapaz, ttebayo.

            Me enseñaste el camino, fuiste mi guía en la oscuridad y... poco a poco fui descubriendo que te amo, Gaara. (Nota deNaara: Esta es la frase que está en el wallpaper del fic. ¿A qué habíais pensado que sería Gaara quien la diría?)

            Te amo como creí que nunca amaría, te necesito a mi lado para poder vivir.

El peor momento de mi vida fue cuando ví a ese demonio traidor atacarte por la espalda en la batalla de Konoha, entonces descubrí que si te perdía, contigo moriría mi esperanza.

Sé que debería ser menos egoísta, sé que debería aceptar que tienes una Villa de la que ocuparte como Kazekage de la misma, pero por favor, quédate conmigo, quédate a mi lado una temporada, te necesito, ttebayo...

- ¿Me amas?

- Con cada partícula de mi ser, con cada uno de los huesos que me sostienen, con cada uno de mis músculos y me duele amarte tanto, ttebayo.

Y sin embargo quiero arriesgarme, por una vez quiero hacer algo por mí mismo y no por los demás, ttebayo. - Susurró y se lanzó a mis brazos.

 Su boca buscó desesperadamente la mía, sentí sus brazos estrechándome contra su cuerpo, el latido de su corazón contra el mío y justo en ese instante supe que todo estaba perfecto.

Cuando finalmente necesitamos aire nos separamos.

Me quedé embobado observando sus orbes zafiro, recorrí cada recuncho de su piel con mi mirada y luego nuevamente lo envolví en un beso cargado de pasión, un beso muchísimo más ardiente que el anterior.

Pero la falta de aire nos separó de nuevo y finalmente me decidí a hablar. Quizás era hora de blanquear lo que yo sentía también.

- Yo también te amo, Naruto. - Confesé. - Cuando Akatsuki me atrapó, cuando caí en manos de esos desgraciados...

Yo me aferré a algo para vivir, me aferré a ti, a tu sonrisa, a tus ojos que me atrapan en una vorágine de sentimientos que acaban por volverme loco de necesidad por ti.

Antes de que me dieran por muerto dice Shukaku que sólo lamenté dos cosas:

La primera de ellas el no decirte que te amaba, que mi vida no me parecía vida sin ti a mi lado.

La segunda, desee haberte conocido antes, desee haber estado contigo cuando la aldea te dio la espalda, desee protegerte del dolor de saber que no tenías padres. No dejaba de maldecirme por no haber estado a tu lado cuando tanto habías necesitado el afecto.

Tú y yo somos iguales, estamos destinados a estar juntos y no sólo porque seamos los contenedores de unos demonios, sino porque tu Kyuubi y mi Shukaku estaban destinados a amarse.

Te amo ahora, te amé en el pasado y estoy seguro de te amaré hasta el final de mis días.

Conviértete en mi esposo, Naruto, concédeme el honor de ser mío hasta el final de mis días.

- ¿Hasta el final de tus días, ttebayo? - Mi kitsune se ruborizó. - Me niego a aceptar.

Seré tuyo con la condición de serlo por siempre jamás, en esta vida y en las próximas, ttebayo.

Firmaré un pacto de amor eterno contigo, si tú aceptas, Sabaku no Gaara.

- ¿Eternamente? - Rodeé a Naruto y lo besé nuevamente.

Nos entregamos en un beso maravilloso y perfecto, cuando finalmente nos separamos para respirar observé sus zafiros y le sonreí. - Entonces seré eternamente tuyo y tú serás eternamente mío.

- ¡Vaya que sí! - Dijo él. - ¿Entonces te quedarás un tiempo en Konoha?

- No puedo, ya he dicho que regresaba... - Cerré los y miré a Naruto. - Pero me encantaría que tú me acompañaras.

Y en cuanto lleguemos le enviaré un mensaje a Tsunade diciéndole que te he secuestrado y que me pienso quedar contigo una temporada.

¿Te parece bien?

- ¿Y a qué esperamos, ttebayo? - Dio por contestación mi rubio kitsune y me tomó de la mano.

Los dos nos alejamos de Konoha con el corazón henchido y teniendo la certeza de que éramos un alma en dos cuerpos.

 

Notas finales:

Spoiler:

Básicamente lo hago porque en el capítulo siguente no vamos a contar con la narración de Gaara, sino que yo, como narradora os explico que está ocurriendo en Konoha mientras nuestra parejita está por Suna.

El título "Una primavera del amor". Y veremos ya formadas las otras parejitas que nos quedan del fic.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).