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Descubriendo que te amo por Naara

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Notas del capitulo:

Hola a tod@s:

En el capítulo de hoy vuelvo a ser la narradora yo y nos perdemos el punto de vista de Gaara porque éste está en Suna con cierto rubito aprovechándose de él.

Lo siguiente que tengo que decir es que mi musa erótico festiva se ha ido de vacaciones y no se me ocurre manera de hacer el siguiente capítulo "Kyu no Jutsu", así que os pido paciencia hasta que a la musa se le dé por volver. Igual no actualizo en un par de días y lo siento por ello, pero necesito que se me ocurra un buen capítulo y hasta ahora he tenido resultado cero.

Ahora a leer

Naara

 

Mientras cierto rubio ojicielo se dedicaba a explorar la ciudad de Suna acompañado por un pelirrojo que era un pecado, en la ciudad de Konoha se había desatado lo que Rock Lee llamaría "Una primavera del amor".

A plena luz del día se podían ver miles de parejas paseándose, tomados de la mano, compartiendo la comida, besándose a escondidas o a plena luz.

La situación estaba tan caldeada que había un hombre que sólo deseaba crear muerte y destrucción a su alrededor porque era el único, junto con su ototo baka, desparejado.

Itachi estaba que lanzaba llamas por la boca a quién le hablara, maldecía cada vez que veía a una pareja y sentía un deseo irrefrenable de arrancar cabezas sólo para que no fueran tan felices como parecían.

Ese día estaba de tan malhumor que se había levantado al alba y había ido a entrenar al campo de entrenamiento del equipo número siete. Sin explicarse muy bien el motivo decidió ir hacia ese lugar.

Al llegar observó que estaba en silencio y se dispuso a pelear contra un bushin creado por él.

La batalla empezó e Itachi lanzaba a su Bushin que difícilmente se podía defender de sus propios ataques.

- ¡Por favor si estás de malhumor búscate a otro para entrenar! - Se quejaba el Bushin.

- ¡Cállate y pelea cobarde!

- ¿Por qué a mí? ¿Por qué yo? - El bushin derramaba lágrimas de cocodrilo para que Itachi dejara de golpearlo como un saco de arena, pero el creador  no era un idiota y  sabía que éste estaba fingiendo.

Itachi siguió golpeando sin ninguna consideración a su pobre Bushin, bueno, pobres Bushin,  porque al final tuvo que hacer diez réplicas ya que los destruía con sus ataques.

Y mientras Itachi entrenaba sintió un calor que le abrasaba porque el sol se había puesto y estaba a pleno rendimiento en el firmamento. Despreocupado el Uchiha mayor se quitó la parte de arriba y se quedó con el torso descubierto y el sudor recorriendo su pecho.

Y estaba tan entretenido que ni siquiera se dio cuenta del ojito feliz que lo observaba desde la rama de un árbol, que pertenecía a un ANBU experto que había optado por hacer desaparecer su chacra para recrearse con semejante visión celestial.

Mientras el ojito feliz de Kakashi no perdía detalle de cada uno de los movimientos de Itachi, observaba embelesado su agilidad y el corazón se le salía del pecho cada vez que una de las gotitas de sudor se colaba en el pantalón del Uchiha mayor.

Así que después de aguantar una tortura que ni el más hábil de los ninjas habría aguantado, Kakashi decidió dos cosas.

La primera que iba a confesarle  a Itachi lo que le ocurría.

La segunda que si Itachi lo rechazaba iba a necesitar una docena de duchas heladas para recuperar la cordura.

Iba a bajar de la rama en que estaba oculto cuando sintió una boca ardiente apoderarse de la suya sin miramientos. Sorprendido abrió su ojo y se encontró con la mirada negra de Itachi que lo estaba devorando.

Kakashi se quedó tan sorprendido que fue incapaz de reaccionar. Itachi mientras tanto le sonreía con superioridad al sensei y lo empujaba contra la corteza del árbol.

Cuando sus bocas se separaron para tomar aire, el Uchiha mayor contempló al sensei de su hermano  y aspiró su olor.

- Me estaba preguntando si te decidirías a aparecer o te quedarías en esa estúpida rama todo el día y como no tengo mucha paciencia decidí ir yo mismo a por ti.

- ¿Sabías que estaba aquí?

- He estado infiltrado en Akatsuki, Kakashi, aunque dé la sensación de que estoy desconcentrado nunca lo estoy.

- ¿Y a qué se debe que  me hayas besado?

- A que llevo diez estúpidos años esperando por ti.

La verdad me llegué a sentir verdaderamente gilipollas por prendarme del único Shinobi de Konoha que no tenía intención de comprometerse y entonces decidí ignorar mis sentimientos por ti, enterrarlos en lo más profundo de mi alma y cerrarlos con llave.

Y lo logré, hasta que volví a Konoha.

Ahora que estoy de nuevo aquí no pienso parar hasta que te decidas a comprometerte y más te vale que te comprometas conmigo Kakashi Hatake o juro que te hago el Mangekio Sharingan.

¿Está claro?

- Hm... no sé. - Jugueteó Kakashi. - ¿Qué me darás a cambio si acepto tu propuesta?

- ¿Qué te daré peliplateado desvergonzado? - Se quejó Itachi. - Deberías de ser tú el que me dieras algo, desgraciado.

Soy Itachi Uchiha, el hombre más sexy e irresistible de todo Konoha, miles de mujeres matarían por tenerme una noche y otros tantos hombres harían lo mismo,  así que ya puedes dar gracias a Kami-sama porque sólo me gustas tú.

Con tu estupidez, con tu perversión irracional y siendo como eres bastante más viejo que yo.

Deberías estar de rodillas agradeciéndome que te dé una oportunidad, baka. - Itachi lanzó una mirada a Kakashi que dejó al pobre ANBU medio derretido. - O sino siempre podré hacerte una mirada Mangekio Sharingan  para que me ames hasta la locura y para que me supliques que te haga mío.

- ¿Suplicar yo? - Kakashi rió divertido. - Puedo hacerlo. - Susurró y se acercó al oído de Itachi. - Por favor, Itachi Uchiha, concédeme el honor de hacerme tuyo.

- Así me gusta más. - Contestó el Uchiha mayor y en un rápido movimiento atrapó a Kakashi contra la corteza del árbol,  le desprendió de la camiseta y empezó a recorrerle ávidamente todo el pecho.

- Hace calor, vamos a casa. - Murmuró seductor en la oreja de Itachi, que lo atrapó en brazos y se lo llevó hasta la mansión Uchiha para hacerle todo lo que tenía en mente a ese pervertido y que llevaba soñando con hacerle desde que había cumplido los quince años.

 

Y mientras Kakashi e Itachi se dedicaban a hacer deporte... ejem, bueno me entendéis... pues cierto Uchiha menor estaba buscando por toda la ciudad a otro moreno que le había robado el pensamiento.

¿Cómo carajo habría ocurrido eso?

La verdad el pobre Sasuke no tenía ni la más remota idea porque vamos a ver, Sai era insoportable, siempre lo insultaba, lo ignoraba de las más viles formas y seguro que a un enemigo lo trataría con mayor delicadeza que a él.

La desesperación de Sasuke había empezado cuatro meses atrás, cuando de la noche a la mañana, el rubio más escandaloso de Konoha había desaparecido en la noche siguiendo a un pelirrojo que estaba para mojar pan.

Eso días se hacían eternos para el teme.

Así que para apartar las imágenes de Naruto con Gaara había buscado desesperadamente a su mejor amiga pelirrosa para desahogarse. Pero claro, a Sakura ya le había dado la primavera del amor y estaba a todas horas colgada del maestro de las marionetas Sabaku no Kankuro.

Así que había decidido ir a buscar a su peliplateado sensei, pero extrañamente cada vez que lo buscaba no había modo de hallarlo y sin embargo otras veces no resultaba extraño verlo en su casa hablando a todas horas con su aniki baka.

Y desesperado acudió a su aniki, quien lo ignoró abiertamente diciéndole "Mira ototo baka, tengo mis propios problemas amorosos como para arreglar los tuyos" y le había dejado con la palabra en la boca.

Y decidió que no había modo de que cayera más bajo, pero aún así fue a buscar al ANBU moreno que estaba en las mismas que él.

Sai era frío, cada dos por tres le llamabaUchiha-bastardo, lo retaba hasta la saciedad y extrañamente la relación con el moreno se había convertido en la relación de amistad más grande que había tenido desde que el usuratonkachi de Naruto se había cruzado en su vida.

Así que sus lazos y los de Sai se fueron afianzando, volviéndose cada vez más y más estrechos.

Y poco a poco, sin que Sasuke supiera en qué momento había ocurrido, se había quedado atrapado por el encanto infantil de Sai.

Era innegable que Sai tenía un encanto infantil porque estaba aprendiendo la cosas aún.       

 Empezaba a tener sentimientos, a expresarlos y a comprender cosas que siempre se le habían negado en raíz: amigos, familia, lazos y así poco a poco lo fue enredando en su telaraña hasta tal punto que el día que  no veía a Sai se convertía en una dolorosa agonía.

Y para su desgracia hacía exactamente dos semanas y media que el moreno le había negado su presencia.

Sasuke se preguntaba qué demonios le ocurría a Sai y porque de pronto lo evitaba como la peste.

 Cada vez que iba a hablar con él le decía que tenía algo importantísimo que hacer y cuando se lo encontraba en la cama sin hacer nada, de pronto se levantaba y le decía que le había regresado la inspiración y que tenía que pintar, echándolo en consiguiente de su casa.

Y así durante dos semanas y media, ¿cómo narices podía soportar estar sin él durante tanto tiempo?

Furioso como estaba se dirigió al campo de entrenamiento número siete y allí se encontró al motivo de sus desvelos entrenándose contra un árbol que estaba en penosas circunstancias.

- Sai. - Lo llamó.

El ANBU se dio la vuelta y al encontrarse a Sasuke le dieron ganas de partirle la cara.

 ¿Por qué, a ver? ¿Por qué demonios se había tenido que enamorar de ese teme presuntuoso que se creía mejor que nadie?

¡Por qué mil diablos tenía la desgracia de enamorarse siempre de la persona que menos le convenía!

- Sasuke. - Contestó desanimado.

- Tenemos que hablar, Sai.

- ¿De qué quieres que hablemos, Uchiha-bastardo? - Retomó su tono más mordaz para evitar la presión que sentía en su corazón cada vez que veía al moreno.

- De nosotros. - Contestó el Uchiha.

- ¿Nosotros? - Sai palideció. - ¿Es qué hay un nosotros, Uchiha-bastardo?

- Aún no y eso me está volviendo loco.

Dime una cosa, ¿por qué tenías que ser tú, eh? ¿Por qué tú?

- ¿Yo qué?

- ¡Tú desgraciada copia de cuarta! ¡Tú, inútil pintor de tres al cuarto! ¡Tú...!

Perfecto, justo con el toque dulce apropiado y con tus espinas, por supuesto.

Tú, con esa camiseta que llevas que cada vez que la veo deseó desintegrarla con mi chidori para sentir tu piel contra la mía.

Tú, tú, tú y siempre tú.

Me despierto y ahí estás tú, me acuesto y estás también.

¡Me estás volviendo loco!

Te quiero hacer mío, te tengo que hacer mío porque sino juro que me voy a morir de necesidad.

- ¿Hacerme tuyo? - Sai dejó lo que estaba haciendo y observó las orbes negras que examinaban cada milímetro de su piel. - Tú, teme desconsiderado, ¿te has enamorado de mí?

- ¡Por Kami-sama, sí! ¿Te lo tengo que escribir en un puñetero papel?

- ¿Y cómo esperas que lo sepa si cada vez que me ves me dices copia de cuarta?

- ¿Y eso qué? También le decía dobe a Naruto cuando estaba enamorado de él, es mi manera de expresarme.

¿Tienes algo contra ella?

- Hm... ¿tuyo eh? - Sai observó lentamente el cuerpo de Sasuke y le sonrió. - Está bien.

- ¿Cómo que está bien? ¿Eso es bueno o es malo?

- Hm... bueno. - Respondió Sai y atrapó la boca de Sasuke con la suya. Ambos morenos se buscaron como locos y finalmente optaron por ir a la casa de Sai para seguir con su "animada charla".

 

Y así se dio la Primaver del Amor en Konoha, ¿y cómo estaba el ambiente en Suna mientras tanto?


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